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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

EL INGRESO DEL 418

EL  INGRESO  DEL  418

Sentado en la escalinata de acceso al Santuario de la Virgen del Camino, Andrés MT rememora y nos escribe este bonito relato de sus recuerdos: ingreso en el Colegio de la mano de su madre y recibido por el Padre Morán.

Evidentemente han ido pasando los años, al mismo ritmo en que le ha ido creciendo la nariz a mi amigo-hermano Andrés. Un abrazo.

El 418

 

Plaza de Santo Domingo. Cuatro treinta de una tarde todavía de verano. Autobús de Fernández –única ruta capitalina- con destino a la Virgen del Camino.

 

Una madre feliz, con el regocijo de la posible entrega del segundo hijo a su iglesia, ante el fracaso de un vástago mayor, que no cuajó en el seminario diocesano.

Y el niño de pantalón corto, calcetines retorcidos y caídos sobre unos zapatos con muchos meses, el certificado de ingreso en el Instituto capitalino bajo el brazo, con la  ilusión por descubrir la modernidad de un colegio religioso vocacional nuevo, y con piscina.

 

Aquello parecía una aventura, un juego.

 

El introductor en el Colegio era el Padre Morán, conocido y vecino juvenil de aquella madre. Dominico, leonés de Manzaneda, al lado del río Torio, que esperaba junto a Pepe Colinas, el portero, a la entrada de aquellas instalaciones nuevas, espectaculares.

No obstante, una edificación de tapial y adobe deslucía con aquel entorno.

 

Un santuario provisional, debajo de las celdas de los frailes. Y allí, la imagen de la Virgen del Camino, que le hizo recordar aquel otro Santuario de piedra grande, destartalado, con unas grandes cadenas colgando de una de sus paredes del interior.

También, en aquella vieja iglesiona, un camerino que le pareció la tienda de Pinguita (*), por la variedad de exvotos, que pendían de techo y paredes, con todas la formas posibles del cuerpo humano.

Pero sus ojos infantiles, bien agarrado a la mano de su padre en aquellos días festivos de carros y pendones, se detenían con mayor avidez en un cestillo de mimbre repleto de monedas de cinco y diez céntimos, que los romeros dejaban una vez besado el manto de la Reina del Pueblo leonés.

Paisanos de boina y traje de pana; mujeres encogidas, revestidas de mantón y pañuelo sobre la cabeza, con luto eterno, eran el paisanaje que componía el paisaje especial de aquellos San Froilan en sus recuerdos infantiles.

 

El paisanaje no había cambiado; pero el paisaje tenía un contraste brutal en aquel nuevo colegio: Cemento, ladrillo, suelos pulidos, piscina, una cama en una camarilla y con lavabo, local de estudio y pasillos inmensos, campos de deporte, clases con piano, capillas diferentes al románico al que estaba habituado, un teatro muy raro en su exterior, balones de reglamento, formas nuevas.

 

Y los muchachos –decía el Padre Morán- limpian los pasillos, cortan el pelo, sirven las comidas y estudian.

Tienen que traer dos juegos de cama con dos mantas, mudas, ropa de vestir y pasar el invierno, un albornoz -¿qué era albornoz?- y unas zapatillas de deporte.

Tienes que bordarle en toda la ropa el número 418.

 

Y aquella bolsa, aquel 418 de ingreso en el año 1960, aún está en sus recuerdos y ajuar casero. La bolsa, gris, ronda con diferente fin, junto a camisas de hoy pasadas de moda y algún calcetín desparejado.

Pero ya no sirve para enviar ropa usada y recoger la limpia, mientras los porteadores de las mismas miran de reojo si existe la “saca” de la película o NO-DO dominical.

  
  

* La tienda de Pinguita era un local que existió en León, donde, como en otros muchos lugares, se podía comprar desde una aguja hasta un rastrillo.

13 comentarios

Froilán Cortés -

ISIDRO CICERO.-

Quiero aclararte cosas....

Hace unos días, me llamó Miguel Angel "Boliche" riñéndome. Cómo no me has avisado del telar que estais montando? Me he tenido que enterar por casualidad.... Eres un... descortés! Mira que si me llego a enterar tarde....te mato!! Cuándo vienes a verme? Estoy muy enfadado contigo. Ya me vengaré en la próxima cena. Por cierto. Conoces a Isidro Cicero? Sabes? Viene con frecuencia por aquí. Y NUNCA ME HA DICHO QUE ESTUDIO EN LA VIRGEN! Otro cabrón. Como tú. Hace años que le "doy" de comer, y nunca me ha sacado el tema del colegio! Oye, Boliche...espera... Isidro sabe que tú estuviste en La Virgen? No. No creo. Entonces...porqué te lo iba a decir? Bueno, es igual. Sois todos unos cabrones. pero, apúntame, no me dejes fuera, que me apetece mucho ir. Vale, tranqui. Apuntado quedas......

A raiz de esta Tip-y-coll-iana conversación, te propuse el juego de "la Capilla Sixtina". Vas entendiendo?

En cuanto a tu comida con Zapatero, creo que te "confundió" con Leyes, Reyes y Fueros. Te explico:

"Sin León no hubiera España,
que antes que en Castilla Leyes,
Concilios, Fueros y Reyes,
dieron prestigio a León!"

Así comienza el Himno de León.

"con su sangre a torrentes vertida,
dió a la patria preciado blasón, y en sus labios cobró vida,
el hermoso lenguaje español"

Y así continúa. Ya entiendes lo que quiso deciros Zp.?

Un abrazo, Isidro. Y, por favor, no nos tengas tanto tiempo sin GLOBOS!!!

Enrique Muñiz-Alique Iglesias -

Andrés, tú que lo sabes decir:
¿Porqué no te regalas, más frecuente, en estas plácidas memorias que sabes contar como nadie? ¿ Y porqué, tú que sientes así, y lo sabes volcar palabra tras palabra, (ahora que se nos acerca a todos el otoño, y no sólo el que estrenamos precisamente hoy) no nos traduces la coincidencia de fechas de nuestro regreso al colegio precisamente en los mismos días de octubre en que llegamos por primera vez? ¿Y por qué entramos entonces con tanto interrogante y ahora con tanta admiración?

Andrés: tú que lo sabes ver:
¿Quién me abrazó la otra tarde en el coro, si estaba yo sólo, mientras se enturbiaban las luces y temblaban los brillos y figuras del retablo?

Andrés, tú que a veces te escondes en música:
¿Qué te están cantando aquí las campanas de la cruz, que sonríes como eres?


Un abrazo

Pablo Antonio -


Pablo Huarte, O.P. Un relato el suyo realmente emotivo que recoge hasta la peripecia con suspense incluido de un paso de frontera medio clandestino para colar una mercancía sospechosa donde las haya.
Quizá pensábamos muchos de nosotros, cándidos adolescentes entonces, que UDS. los frailes con quienes convivíamos y trabajábamos codo con codo no habrían padecido nunca esas zozobras e incertidumbres propias de quien ha de abandonar entorno y familia para vivir una experiencia tan intensa como aquella. En efecto, como escribe Luis Heredia, esas sensaciones y tribulaciones no difieren tanto de las nuestras.
Andando el tiempo han sido muchos los profesores y preceptores de toda especie con los que uno se ha tropezado pero sólo muy ocasionalmente he visto reunidas esa panoplia de cualidades excelsas que alli se daban y que se entiende han de tener los buenos educadores porque a la postre son las que dejan huella indeleble...firmeza de convicciones, conocimientos que transmitir y pasión por lo que se enseña, cercanía en el trato, etc. Ya se ha escrito aqui sobradamente pero me permito insistir una vez más en que, para la España de entonces y en términos generales, fueron UDS. unos adelantados a su tiempo y unos pedagogos de primera. Quede aqui en estas palabras mi particular homenaje y recuerdo afectuoso a los padres Fernando, Miranda, Zabala, Jesús Martín, Miguel Iribertegui, Laguna,Iturbe... y por supuesto, Huarte que fue mi tutor lo mismo que el de su sobrino Joaquín allá por los años 76-79.

Joaquín, a la espera de que llegue el gran día y podamos darnos un abrazo como es debido, te hago llegar este saludo cibernético. No sé cómo estarás tu de memoria; aunque la mia no esté muy boyante, contigo no he de hacer grandes esfuerzos para recordar. Compatimos muchos ratos algunos de ellos especialmente gratos como los que tienen que ver con la Escolanía. ¿Recuerdas el viaje que hicimos a tu tierra para cantar? ¿Y el de estudios a Palma en el 79?.
Hasta pronto

Mariano Estrada -

Querido Trapi:

Acabo de recuperar mi perdido Internet y mi perdido teléfono y no me ha quedado otro remedio que exclamar como ETE: “Mi casa, mi teléfono”. La verdad es que nos quedamos algo cojos cuando nos faltan estas cosas de las que, sin embargo, algunos debiéramos descansar más a menudo, tal vez por aquello de que “ni tanto ni tan calvo”, o por aquello otro de que “lo poco agrada y lo mucho enfada”.

Solventadas las urgencias, entre las que ha habido también alguna devoción, he entrado de nuevo en el Blog de nuestros amores ¿Y con quién es el primero con el que me he encontrado? Con un niño de pantalones cortos, llamado Andresito de mi vida / eres niño como yo, por el que se su madre se desvelaba tan amorosamente que a mí me vinieron lejanos recuerdos de la mía, al final del verano del 60, sentada a la puerta de la calle, escribiendo a puntadas pacientes el número 334 con el que tenía que ir identificada toda mi ropa. Luego vendría el autobús, las lágrimas… “Como tú, piedra prisionera”

Pues como alguien te ha dicho ya, Andresito MT, tu relato nos ha llevado al pozo de la memoria y hemos viajado gustosamente por donde nos has querido llevar. Porque tus recuerdos, siendo tan personales y tan íntimos, son también nuestros recuerdos. Y hemos sentido, amado, llorado, viajado… con la misma intensidad y viveza con que lo has hecho tú, canto rodado de las carreteras.

Eres un artista, chaval, habrá que decirle a la Carbayona, y a Javidelvigo, que te lo recuerden de vez en cuando. Ahora sí que te mereces las dietas, Andresín, con pluses de calidad.

Luego he leído con gusto a todos y cada uno de los intervinientes que me preceden, que son, por este orden:

Mariano Santiso. Escribe con la naturalidad de las personas que se han dedicado a la política. Su aparición ha sido reciente, pero impetuosa. Al principio fue incluso poética. Y se ofrece para trabajar, como los buenos futbolistas.

Pablo Huarte. Muy centrado siempre. O, si se quiere decir de otro modo, mucho menos disperso que algunos de nosotros, que vamos, como las abejas, de flor en flor. Con algunas excepciones. Sus comentarios son siempre interesantes.

José Mari Cortés. Conciso, como Pipino el Breve. Habrás tomado nota, Andrés, de que no sólo hace la pelota, sino que pasa olímpicamente de ti. Pero es tan majo… Perdónale, porque no sabe lo que hace.

Joaquín Huarte. El sobrino que se muestra orgulloso de su tío, por el que se siente representado. Hola, Joaquín, eres la última novedad. Bienvenido al Gran Teatro del Mundo

Isidro Cicero. ¿qué decir de él, sino que el nº 9 de su vendedora de globos es nuevamente una delicia? También sus comentarios son centrados, como los de Pablo Huarte, si bien de otra manera. Isidro es una de las excepciones a la dispersión de la que antes hablaba.

Chema Sarmiento. Poco ruidoso, pero muy trabajador y eficiente, a quien le debemos estar agradecidos, como a otros, por su trabajo en la sombra. Creo que debiera analizar profundamente el significado del número 2 en su vida.

Finalmente, Mariano Estrada, quien reconoce haber participado en este blog con la prodigalidad con la que paren las conejas. Os juro que el protagonista de este portillo, Trapiello AM, me ha asegurado por activa y por Spasiba que ello no era malo.

Querido Andrés: mariposeas mucho, casi tanto como yo, casi tanto como Javi del Vigo. Por eso te/os quiero. Y porque sois, entre vosotros, enemigos íntimos.

Un abrazo a todos

Posdata: cuando iba a colgar el comentario, he visto que ha entrado delante Luís Heredia. Luís ha sido un poco de todo: intrépido, audaz, prolífico, disperso, gracioso, un poco burro y un mucho buena persona. Un abrazo

Luis Heredia -

Mis queridísimo Andrés y Mariano Santiso

Hablando con Quique el otro día, le decía que lo asombroso de este blog es la coincidencia de reflexiones, de pensamientos, de vivencias, independientemente de la edad. Por supuesto, de todos aquellos de nosotros que conscientemente habíamos ingresado a muy temprana edad sabiendo cuál iba a ser nuestro destino. Incluso también, en algunas ocasiones, para aquellos que sin sentir una auténtica vocación a esa temprana edad, se pudieron haber sentido en el camino equivocado o forzados por las circunstancias y obligados a su ingreso en el Colegio. Muchos de estos compañeros, seguro, se sienten tan "clonados" como los demás y abducidos por esa tremenda fuerza de espíritu que nos "inocularon" nuestros Padres en el Colegio.

Por éso, cuando leo relatos tan preciosos como este o los diarios que conserváis, es otra clonación más de cada uno de nuestros recuerdos. Encaja todo en su sitio: Los mismos padres, los mismos hermanos, el mismo viaje de "entrega" a la puerta del Colegio, el mismo recibimiento,el mismo Pepe Colinas, los mismos Padres, la misma bolsa, las mismas "cuatro cosas" como ajuar, la misma morriña y la misma incertidumbre natural a pesar de saber dónde íbamos que para muchos de nosotros se comenzó a disipar al segundo día de estancia.

Mi queridísimo P. Huarte y Joaquín.
Ya te he comentado en alguna ocasión que es seguro no te acuerdes de mi por no haber convivido con vosotros en la Escuela Menor. Por supuesto yo sí mucho de ti y de los demás Padres. Verás que las sensaciones son coincidentes siempre, los mismo inevitbles miedos y hasta tu entrada en el Colegio no difiere mucho de la de un chavalín. Te sentiste como un recién llegado, inseguro ante la incertidumbre de lo desconocido, cambio no radical pero cambio al fin y al cabo, pero seguro de tus convicciones y firme en tu decisión, dirigida o no por tus superiores. Nada más entrar, se desvanecieron todas tus dudas:
- Te acogieron con cariño como a nosotros.
- Te asignaron una tarea como a nosotros, difícil, por cierto, que creo se cumplió con creces por las dos partes por lo que dicen sobre ti los compañeros y lo que tú recuerdas de nosotros.
- El mismo ajuar, salvo un poco mayor la maleta porque llevabas hábito de quita y pon por semana.
- La misma sensación de haber sido transportado al Cielo cuando escuchaste cantar a los "chavales" que es el mismo lugar donde creíamos estar los que cantábamos y los que no.

Joaquín, me despistas con la contradicción de que tu llegada no fué tan bonita pero sí colosal. Si fué colosal, fué bonita y además estabas arropado por tu tío. Así que a descifrar tu relato o lo hace Mariano Estrada en tu nombre que para eso de los 50% es una auténtica lumbrera.

Queridísimo Isidro

El comentario era para los dos porque no cambiásteis nada más que en superaros a vosotros mismos escribiendo.
Ya te dije que vas a cansar de firmar autógrafos en los globos y que como nos sentimos como críos pequeños, vas a saber lo que son caprichos. Yo ya tengo mi colección preparada. ¿Y cómo te queda el "cuerpín" cuando lees cosas como las que te dice Chema Sarmiento? ¡Cámbiate ya el baberu¡ ¿Cómo podemos abducir a Margarita para que venga sin que se entere y cuando se entere, se entere de lo que vale un peine? ¿Será que no tiene un globo del autor?.

Queridísimo Chema.

Tengo mucha gana de verte. Eres también de los compañeros que recuerdo, de nombre y de cara,perdón, de foto y que si también llego a saber que vives en Pagí de La Frans, ya te hubiera hecho una visita porque fuí varias veces a visitar a mi cuñada.

Pablo Huarte, O.P. -

A JOAQUIN MIGUEL HUARTE GUILLEN

No sabes bien, Joaquín Miguel, la ilusión que me hace que hayas aparecido en este blog que se está convitiendo (ya se ha convertido) en un lugar de encuentro, antesala del gran reencuento de Octubre. Viajaremos juntos a León y ya verás cómo hemos de vivir momentos muy emocionantes.

Y aprovecho este momento, para decirte que todo lo que te pase, es como si me pasara a mí. Sé que me entiendes.

A ver si Alfonso se anima y también se presenta en este lugar, que ya es de todos.

Un beso para ti y para todos los tuyos.

Pablo Huarte, O.P.

Chema Sarmiento -

A LA MAMÁ QUE MÁS DOSES BORDÓ.

Querido Andrés, probablemente no te has parado a pensar que después de todo tu madre tuvo suerte, porque mientras ella se entretenía bordando ahora un cuatro, ahora un uno, ahora un ocho, la mía bordó doses a destajo y sin respiro: mi número de ropa era el doscientos veintidós.

Cambiando de tema sin la menor consideración ¿sabeis, queridos compatriotas leoneses y otros blogueros, que la fuente de la plaza de Santo Domingo fue hecha por ese hermano mayor del que nos habla el Padre Huarte en su precioso relato?

Nuevo cambio de tercio. Querido Cicero, hasta ahora no te había mandado un saludo por la unica razón, lo confieso, de que no pasara desapercibido entre tantos como has recibido. Cuanso pienso en tí el primer recuerdo que me asalta es que tenías muy buen oído y que un día me hiciste observar que cuando yo hablaba distinguía correctamente la pronunciación de las "elles" y de las "y griegas", cosa de la que yo no era en absoluto consciente. A parte de eso, suscitabas en mí una admiración tal que me resultaba imposible acercarme a tí y considerarte uno más entre mis amigos. Sin duda eso se explica por el hecho de que yo era menor que tú. Ahora que esa diferencia de edad ya no cuenta, quizás sea nos sea posible salvar esa distancia.

Isidro Cicero Gómez -

LA VENDEDORA DE GLOBOS / 9 GOOGLE-MAPS

DEDICADO A JOSE MARIA CORTÉS, PEDRO LÓPEZ LLORENTE, ENRIQUE MUÑIZ IGLESIAS, PABLO HUARTE, JULIO CORREAS, MARIANO ESTRADA, ANDRES MARTINEZ TRAPIELLO, LUIS HEREDIA, FROILÁN CORTÉS, JAVIER DEL VIGO PALENCIA, SANTIAGO RODRÍGUEZ. Y, NATURALMENTE, A MANOLO DIAZ ALVAREZ. (VAN PASANDO LOS DÍAS Y SU CUENTO EN BABLE, SIN APARECER).

La otra noche, cenando en Stuttgart, les propuse este cálculo a unos colegas: De mi pueblo a León hay 158 kilómetros. Según Google-Maps, eligiendo la vía más directa y más barata, ahora se tarda 2 horas, 2 horas y media. ¿Cuánto calculáis que tardábamos a principios de la década de los sesenta?

Acabo de llegar de un viaje y me encuentro a los que encabezan este escrito arracimados, en manifestación. O sea que, como ya he aprendido que hay que empezar saludando atentamente y, como no quiero luego se me mosquee nadie, aparco “Google- Maps” para más tarde y doy prioridad a los abrazos y a los besos. Uno a cada uno de los arriba citados, otro a todos en general, a los lectores y autores de este blog; otro a la persona que me llamó por teléfono para que le indique cómo encontrar dentro del laberinto los anteriores globos de la vendedora, y, finalmente, si me queda espacio, os contaré la Vendedora de Globos número 9, que es lo que traía pensando. Si no, esperará hasta otra ocasión.

En la manifestación me encuentro, en primer lugar, con el posado que hicimos Manolo y yo delante de un Navarro Baldeweg hace 40 días junto al posado que hicimos los mismos sujetos delante de una ventana hace 40 años. Las averías del tiempo –no hablaré de ellas- han hecho exclamar al padre Huarte: “¡Vaya¡ Cómo estáis¡” Y tanto, Padre, y tanto. Cómo estamos. Veo que el Manolo de estes semeyes está siendo una revelación para muchos, no para mi. ¿Qué os creíais vosotros ustedes, amigos? Para mi, que le conozco bien, la Inteligencia, el sentimiento, las herramientas expresivas de Manolo no han sido ninguna sorpresa. Tampoco su humildad. Manolo y yo, a veces mano a mano, entonamos desde niños, casi una idéntica canción. Yo desde siempre le quiero.

Pero ya en León y luego desde León, unos llevamos la fama y otros cardan tanto o mejor que lo que uno carda: Él, Andrés Martínez Trapiello, qué relato más hermoso éste de hoy. (Sigue diciéndome Cícero, que me gusta. ¿No ves que esa esdrújula tiene mucho de cordón umbilical para mi?) Mariano Santiso, que estos días nos radiografió a todos con una descripción minuciosa. Los consabidos de plantilla y otros muchos que van mostrando aquí quiénes son. No digo nada, queridos todos, si Luis Carrizo Medina decidiera un día aparecerse. Canela fina este otro gemelo mío.

Cuando salía para ese viaje del que prácticamente acabo de regresar, en el mismo momento en que arrancaba, me entró un mail de Manolo que ya no pude atender. Me explicaba una fina filosofía del uso del bable que creo aplicable, en general, a les llingües mamaes y las lenguas adquiridas. El esbozo de una sociología del lenguaje con la que estoy tan completamente de identificado que le animo, a Manolo, y le pido que la desarrolle y la publique. Eso sí, después, de contarnos en su lengua materna el cuento prometido.

José María Cortés Aranaz. Tú me hablas de alma, sentimiento, sencillez y de una supuesta luminosidad emitida por la pareja Cícero-Manolo o Manolo-Cícero. Gracias. Pero yo, que no pensaba decirte lo que sigue por lo menos hasta el próximo día 12 o 13, te lo adelanto. Y públicamente. Este artilugio que nos has puesto a disposición, nos ha traído a todos en general muchas beneficios, es cierto. Pero específicamente a mi, me ha brindado la ocasión –fíjate- de utilizar por primera vez en la vida la primera persona del singular escribiendo. A escribir de mi. Sujeto y objeto directo fundidos, por primera vez después de haber escrito tanto de tantos otros y de tantas otras. Fíjate. Sólo para mi tiene trascendencia que después de haber emborronado cientos de miles de folios, comprobar que ya no moriré virgen en esto del auto - relato. Gracias a ti y gracias a Mariano Estrada y a Javier del Vigo Palencia, que prácticamente me sacaron a bailar a la fuerza, he comprobado que puedo y hasta me gusta escribir de mi mismo usando la primera persona del singular además de vaciarme en otros personajes reales o ficticios. Y ya ves, a lo mejor me pico y luego no hay quién me pare. No pensaba decírtelo ahora, pero como para mi es especialmente importante te lo digo ya. No veas lo próximo a mi corazón que vuela tu globo desde que os vi en la primera foto que nos enseñaste.

Pedro López Llorente a Manolo y a mi nos ve como globos en ascenso y, sobre todo, nos conmina a que nos apuntemos de una puta vez al ágape leonés. Perico querido. Por lo que a mi respecta, me apuntaré de inmediato. Pero te explico. Estaba dándole tiempo a Margarita Poo Puig, mi mujer, por ver si quería acompañarme. Hoy (comiendo unas sardinas asadas en el Barrio Pesquero, en todo el verano me había sido posible este manjar), ya me ha dicho taxativamente que no cuente con ella. Así que, una vez despejada esta importante incógnita, a León iré solín, como tantas veces y me apuntaré también solín. Es cosa de horas. Marga está sorprendida de este azacaneo cibernético que nos traemos entre nosotros. No acaba de entender cómo unos señores tan responsables y tan serios nos digamos las chiquilladas que nos decimos. (Y eso que no ha visto casi nada). Estudió en las monjas, acabó hasta donde no está escrito y la fratría nuestra le parece de otro mundo, de otro siglo. Acaso tenga razón.

Enrique Muñiz Alique Iglesias, el de la hierba recién segada. Tú y yo tenemos que tratarnos y tenemos que hacernos amigos. Espero que los días 12 y 13 tengamos tiempo para hablar y conocernos. Tiempo será lo que sobre, dirás tú. Pero verás, estuvo Manolo aquí visitándome hace cuarenta días y el tiempo que estuvimos juntos voló, hablábamos uno encima del otro, las cosas se agolpaban en una especie de sunami que no se sabe de dónde venía y te queda la sensación de que faltan todas aquellas horas –largas horas- que tan largas se nos hacían.

Padre Pablo Huarte. Usted sí que era buena gente. Gracias una vez más y, sépalo, nunca volveré a Pamplona sin pasar a saludarle y echar unas parrafadas. Si usted me pide que le considere su amigo, me hace un honor muy grande. Lo seré. Se me ocurre ahora esta pregunta: Yo he tuteado a muchos curas, a un obispo y a varias autoridades, altas autoridades del Estado. ¿Por qué no me sale tratarle a usted de tú, como veo que hacen los demás compañeros?

Julio Correas: Yo por la calle voy como un tonto. No conozco a nadie porque no me fijo en nada. Pero si un día nos tropezamos, tú no dudes en detenerme y mirarme a los ojos. Seguro que antes de que pronuncies la primera palabra sé quién eres y te daré un abrazo.

Mariano Estrada Vázquez, el que viene con la mano generosamente preparada, siempre dispuesta a la acogida, al abrazo, a la caricia y a servirnos miel en hojas de nogal, como nos dijo en una asombrosa ocasión . Amigo Mariano, ¿cómo no voy a usar otro peinado? ¿Qué remedio me queda? Pero tienes razón: los ojos y lo que los ojos expresan son los mismos. Las ilusiones, no sé qué te diga. El corazón también está en el mismo lugar. Ahora bien, la sonrisa no es ni puede ser la misma, porque estos cuarenta años los hemos vivido a la intemperie, nos hemos empapado de todo lo que ha caído, hemos ido a ponernos sin paraguas debajo de aguaceros propios y ajenos y hemos dicho adiós demasiadas veces a demasiada gente. Por lo demás, como robles.

Luis Heredia sólo se ha fijado en Manolo y a mi no me ha descubierto kilos de más ni pelos de menos. Generoso rapaz, si se te ocurre como hacer material la entrega de tu globo dedicado dímelo. Lo haré junto con uno de los abrazos más afectuosos que hayas podido recibir nunca. Tienes razón en lo de acompañar fotos antiguas y recientes, pero esa idea es de Manolo y se le ocurrió cuando se le ocurrió.

Froilán Cortés. He dado “imprimir” a tus instrucciones sobre Miguel Ángel, el Boliche y la Capilla Sixtina para seguirlas a rajatabla. Ya te contaré el resultado. Ojalá sea verdad que viene Javier del Vigo también y también te contaré.

Sé que no me conoces personalmente, pero tu hermano Andrés te dará referencias. Verás, el dueño de la Capilla Sixtina tenía antes el Restaurante Leonés en Marqués de la Hermida, esquina Nicolás Salmerón. Yo iba mucho a aquel restaurante, porque todo lo de León me puede, la cocina en particular, y allí había una cocina excelente.

¿Te digo con quién comí un día en la Capilla Sixtina? Te lo habrá contado Miguel Ángel, pero me produce orgullo repetirlo. Aquel día había venido a Cantabria en visita oficial el Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Aquel día Miguel Ángel y señora se salieron. Al Presidente leonés le veíamos feliz. Éramos varias decenas de comensales, pero el día que vaya tengo que preguntarle a Miguel Ángel, porque no lo recuerdo, si fue él u otro leonés quien le dio la mano a Zapatero diciéndole: “Antes de que Castilla tuviera reyes, ya León tenía leyes”. O parecido. A lo cual, ZP respondió


complacido: “Y fueros”. “Ya León tenía fueros y leyes”. Me quedé con esta anécdota.

De la pregunta de Google -Maps os diré. Un colega, joven él, tiró para arriba y contestó: “En los años sesenta, tardaríais cuatro o cinco horas”. Otro, de mi edad sobre poco más o menos, me preguntó prudentemente: “¿Por dónde ibáis?” Cuando se lo expliqué no les pareció mucho que tardáramos dos días en recorrer aquellos 158 kilómetros. Ya os lo explicaré.

Andrés Martínez Trapiello -

Pablo Huarte, OP:¿Has vuelto a revivir? Me ha hecho feliz tu relato. Gracias.

Querido Jose Mª Cortés (Furriel del evento):
¡PELOTAS!

Un abrazo,

JOAQUIN HUARTE GUILLEN -

Buenas Tardes a todos. Soy el sobtino del P.Huarte. Querido tío, realmente el relato es precioso, de esto se va ha enterar toda la familia porque creo que muchos no lo sabran. Mi ingreso en el colegio no fue tan bonito pero para mí fue colosal y sobre todo despues de todos estos años lo recuerdo con un cariño especial pero despues de estos relatos el mio no es necesario.
Un abrazo a todos.

José Mª Cortés Aranaz -

Querido Pablo,
precioso relato.
Un abrazo.

Pablo Huarte, O.P. -

En este día, 19 de Septiembre, radiante de sol en Navarra, nos hemos despertado con la bella descripción que Andrés Martínez Trapiello hace de su ingreso en La Virgen del Camino en el año 1960. Para mí, uno de sus mejores comentarios. Se ve que lo ha hecho con todo el cariño del mundo, rememorando impresiones infantiles de un niño que se abría de lleno a la vida, y a una vida alejada un tanto de sus padres. Por lo que cuenta, un dominico, el P. Manuel Morán, conocido de su familia, es quien lo acogió con afecto. ¡Qué importante este detalle para un niño que llega a un mundo desconocido y tan nuevo para el...!

Y este bello relato de Andrés, me da pie para describir, también, cómo fue mi "ingreso" en el colegio de La Virgen del Camino el día 21 de Septiembre de 1961. Por cierto, un año después del de Andrés Martínez Trapiello.

Mi primer destino fue el año 1957 (¿os suena esta fecha?). Y fue a la Escuela Apostólica de Villava. Allí pasé los primeros cuatro años de mi sacerdocio recién estrenado, francamente bien.

Pero llegó el año 1961, y dos motivos, el primero tremendo y el segundo más bien coyuntural, golpearon con mucha fuerza en mi persona demasiado frágil todavía: la muerte de mi padre en el mes de Junio y una carta del P. Provincial, P. Aniceto Fernández, que me decía textualmente: "... P. Huarte, tiene que marchar a La Virgen del Camino. Desde allí, los chicos que han pasado de Villava a León, mnifiestan su deseo de que alguno de los formadores de Villava vaya a León. Hemos pensado en usted. Por lo tanto, ha de presentarse en su nuevo destino antes del mes de Octubre"

Fueron dos grandes mazazos, pero me tenía que sobreponer. Mi padre, por desgracia, se había marchado muy pronto, y, ahora, yo me tenía que marchar de Villava.

No me fue posible hacerlo ya, pues el 14 de Septiembre se casaba mi hermano menor y la boda iba a tener lugar en el mismo Villava, y personalmente tenía que resolver un asunto que me taría de cabeza. Me explico:

En Villava, me habían nombrado procurador. Al comprobar la horripilante vajilla del colegio y de la comunidad, y la ocasión tan formidable que teníamos de cambiarla toda por la vajilla del famoso DURALEX que había aparecido en Francia, ni corto ni perezoso, pero con los permisos pertinentes, nos marchamos a Bayona Fr, Silvio (lo recuerdan muy bien los que estudiaron en Villava) y un servidor con el fin de hacer la operación. LLevamos el TALGO, un coche grande, pero muy viejo, que teníamos en Villava y lo conducía Fr. Silvio.

Lo cargamos hasta los topes, pagamos cristianamente, y a casita. Sí, sí; al llegar a la frontera, la policía nos
comunica taxativamente: "Ustedes no pueden pasar semejante mercancía. Esto está prohibidísimo" "Pero, hombre, señor policía; si esto es para un seminario pobre" "Imposible; se nos puede "caer el pelo" si lo permitimos" (A todo esto, la amabilidad fue exquisita. Parece como que querían, pero no podían). Regreso a Bayona, y a depositar la mercancía, hasta que se nos presentara otra ocasión más favorable.

Llegamos a Villava, y pregunta del prior: "y EL duralex?" "No ha podido ser, por esto y por esto..." "Pues mientras usted no traiga el DURALEX, olvídese de ir a León"

¡Caramba! ¡Lo que faltaba!
Fui a desahogarme con la M. Priora de Betania, y al verme tan contrariado, me aseguró. "Yo misma iré a Bayona, e intentaré traer el DURALEX."

Al día siguiente, en un coche grande, no en el "talgo", dos monjas salieron hacia Bayona nada más amanecer.Había anochecido y...¡nada! Los nervios a tope. Hacia las doce de la noche, suena el telefono; lo cojo ...escucho: "P. Huarte, tranquilo. Ya está el DURALEX en casa" "¿Todo?" "todo". Dormí como un angelito. Ya podía ir a La Virgen del Camino.

Llamé a mi hermano mayor que tenía un buen cocge, y a León. Todo mi equipaje, pienso que sólo un poco más voluminoso que el de Andrés Martínez Trapiello, cabía, y de sobra, en el maletero.

LLegamos a La Virgen ya entrada la noche. Nos recibió el P. Pedro Sánchez. ¡Qué acogida tan fenomenal (los chicos ya estaban durmiendo)y cuánta amabilidad! (He de reconocer que iba bastante asustado). Nos enseñó todo el colegio y, aunque era de noche, la impresión fue estupenda.

Al día siguiente, tras despedir a mis hermanos, me dijeron que me llamaba el P. Prior. (Era el P. Eulalio, a quien solamentge había visto una vez en mi vida). Me acerqué a su habitación,llamé tímidamente, y me hizo pasar. Me recibió con una amabilidad fuera de serie. En ese momento, todas la barreras de mis miedos se derrumbaron por completo. Me dijo: "Vas a ser el subdirector de la Ecuela Menor. Trabajarás, codo con codo, con el P. Félix del Cura, actual director".

Por la Tarde, a la novena en honor de La Virgen del Camino que se estaba celebrando. Ese día escuché, por primera vez, a la escolanía que dirigía el P. Angel Torrellas. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y me dije: "¿Pero cómo es posible que canten tan bien estos chavales?"

Pablo Huarte, O.P.

mariano santiso -

Delicioso el relato Andrés.
Creo que muchos nos vemos retratados y has conseguido que recordemos ese viaje en autobús desde León a la Virgen, los preparativos de nuestra maleta para incorporarnos al Colegio...
La morriña de los primeros días...
Gracias Andrés.