FURRIEL FILMS PRESENTA: POR UN PUÑADO DE EUROS
Nueva crónica de Justino Tribulete, reportero total, esta vez cubriendo las noticias del festival de Cannes como corresponsal de la agencia "FURRIEL CORPORATION ENTERTEINMEN" y Productor de "JUSTI´S FILMEICHON".
¡¡JUSTINO TRIBULETE, SE METE HASTA EN EL R.........!!
Estimado Josemari:
Te adjunto nueva crónica desde Cannes, donde, como tú bien sabes me enviaste a cubrir el festival. Este año las películas han mejorado sustancialmente respecto al anterior y el glamour festivalero sigue presente en calles, playas, hoteles .... A propósito, me alojo en el Hotel Martinez, frente a la playa. (Tfno. 5554444333). Paso sin mas dilación a la crónica, que para eso me pagas.
'Si alguna película merece mención especial atención, esa es sin duda el remake que la productora Furriel Films ha hecho del famoso western 'Por un puñado de dólares'. En esta ocasión, y debido a la fuerte bajada de la divisa americana respecto al euro, han preferido modificar ligeramente el título. Con una dirección impecable, los protagonistas han respondido a la perfección a las instrucciones de Chema Sarmiento, quién en esta ocasión ha recogido una historia verídica y que Mariano Estrada ha sabido adaptar a la pantalla. La música abandona el estilo Morricone para adentrarnos, sin apenas darnos cuenta, en un mundo en el que los valores materiales priman sobre los espirituales.
SINOPSIS DEL FILM
John y Paul, dos viejos amigos, ven truncada una fuerte amistad a causa de 'Un puñado de euros' (19 para ser mas exactos). Esto es debido a la tacañería de John, quién a la hora de seleccionar a sus colaboradores blogeros, promete a éstos el oro y el moro, pero que llegada la hora de la verdad todo queda en agua de borrajas.
La reiterada demanda de unas dietas impagadas por parte de Paul, el único blogero que se atreve a levantar su voz contra el Tacaño, hace que el resto de sus compañeros pierdan su cobardía y se unan a la misma causa. Lo que fuera una fugaz chispita en una ciudad de provincias llega a convertirse en un fuego voraz que llega a las mas altas instancias del país. El mejor de los Sheriff es enviado a solucionar el conflicto, objetivo que consigue con la ayuda de un grupo de fieles colaboradores de un estado norteño próximo, los cuales respodían a las siglas GPA.'
P.D.-
Jefe Josemari: Me comentó Pedro López Llorente que Marcelino Iglesias Suarez le hablaba con frecuencia de mi, que recordaba nuestras charlas sobre cine . Esto, en cierto modo es un pequeño homenaje a él, (Va de Clint Eastwood) y espero que siga manteniendo esa buena afición. Yo personalmente aún sigo con élla, pués , como quién dice, nací y me crié en el cine, ya que mis padres tuvieron durante mas de treinta años el 'Central Cinema' (nombre pomposo) de Valderas (León). Cuando me incorporé a los dominicos ya había visto miles de películas. (unas doscientas al año mas o menos).
10 comentarios
Luis Heredia -
MARCELINO, ya no sabía lo que hacer para volver a re-encontrarte en el Blog.
La envidia, si es sana no es mala. Pensaba que qué suerte tenéis algunos con las vacaciones, como JOSE MARIA URBANO. Voy a tener que llamar a su hija para que nos diga dónde está el ahujero negro.
Urbano, que lo que te había dicho de perseguirte allá donde te encontrases de vacaciones era pura tontería Herediana. ¡Vuelve pronto Urbano¡ ¡ Te necesitamos¡ ¡No te preocupes de los carteles que ya están todos "pegaos"¡
Mariano Estrada -
Me he pasado la noche con los ojos clavados en la bola ¿Y sabes lo que he visto? Oscuridad, sombras, inconsistencias vacías, luces apagadas. Tan oscuro estaba todo que a las farolas no se había pegado ni un solo borracho ¿Cómo puede ser, me dije, que no anden por aquí Trapiello AM ni Correas? Esto es la primera vez que me pasa.
¿Sabes lo que ocurre, en realidad, Marianillo?-me pregunté sonriendo- Que la bola hay que mirarla con la luz encendida. Así que me levanté, prendí la lámpara y vi que todo era blanco como la nieve. En las calles no había numeración porque ni siquiera había calles. Le di un tremendo golpe a la bola y musité para mis íntimos adentros: ¡Qué pena! Heredia no va a poder venir a verme dos veces por semana.
Pero a mí me basta con que vengas seis veces al mes, querido Luís.
Un abrazo
Posdata:
Hola, Marcelino, es un gusto leerte. Suscribo íntegramente lo que ha dicho Froilán. Un abrazo.
Froilán Cortés -
Me sabe mal, Marcelino, que hayas tenido que "traicionar" al Club del NO, para volver a escribir.
Durante meses, has estado riendo, sonriendo, mosqueándote y hasta enfadándote, pero todo, en la distancia, como simple espectador. Y esto, no es justo. Tuyas fueron las primeras "joyas" que cayeron desperdigadas por esta locura de blog. Y luego....quisiste dejarnos con la miel en los labios. PUÑETERO!!!
Soy de los que piensa (y somo muchos, lo sé), que hay verdaderas maravillas literarias por aquí desperdigadas. Relatos ágiles, inteligentes, irónicos, pensamientos profundos, transcendentes, algaradas "cuasi callejeras", bromas por doquier, sentimientos, sentimientos, sentimientos....
Y la calidad literaria, la dais los "profesionales" de la pluma. Mariano, Javierdelvigo, Isidro, Manolón, etc. etc. Y tú, Marcelino, que eres uno de ellos, has decidido ser "simple voyer" en vez de fina pluma. NO ES JUSTO. Espero sepas"reparar" esta injusticia.
Al menos, has comenzado a hacerlo, con el más Justo de todos. JUSTINO. Nuestro más intrépido y afamado reportero. Y me hace gracia que recuerdes con quéénfasis te hablaba de cine....
Sabes porqué me encanta hablar con Justino? Por el énfasis que pone en todo. Es una delicia escucharle. Vive las cosas. Las siente, y te las hace sentir. Ves? Hay cosas que no las cambia ni el exceso de tiempo transcurrido.
Un abrazo muy fuerte, Marcelino. Y espero poder siguier leyéndote.
Andrés Martínez Trapiello -
Qué alegria, aquí desde los Madriles, donde me han desterrado por unos días mi mujer y mis hijos, leer lo que has escrito.
Como ya he cogido un cabreo, por que esta puñetera tecnología que me ha mandado a tomar por el c¡pi pi pi pi!, voy a ser breve, y espero que lleguen.
Muchos besos desde la lejanía tan cercana.
Marcelino Iglesias Suárez -
Aunque como Bartleby, el escribiente del relato de Melville, preferiría no hacerlo, hoy, movido por el próximo estreno de Por un puñado de euros, una película de ensueño (y como la vida es sueño y los sueños, cine son), decido traicionar al Club del No y vuelvo a escribir.
Que no haya vuelto a hacerlo desde que allá por abril envié varias entradas al Diccionario de la memoria, no quiere decir que me haya mantenido al margen: he visitado casi a diario las novedades y aportaciones que fueron engrosando y enriqueciendo el recuerdo y la memoria común. Así que vi fotos e imágenes de entonces, leí y me reí y sonreí a veces y a veces disentí y hasta me cabreé en alguna ocasión y me emocioné otras (sobre todo, ay, cuando se recordó a quienes ya no podrán estar con nosotros los días del reencuentro: P. Uría, P. Torrellas, P. Enrique, Urbano Viñuela Angulo, Fernando Soria, José Antonio Doval, Jesús Antonio Pérez ).
Pero volvamos al cine, estimado reportero, compañero de conversación cuando entonces con cine mucho cine como motivo. Cuanto te contó Pedro López Llorente no se aparta un ápice de la verdad. Durante todos estos años (desde que a principios de los 70 nos reencontramos en la Facultad de Filosofía y Letras, en Oviedo, y a lo largo de los años transcurridos desde entonces en que nos hemos visto casi a diario: misma profesión, mismo centro de trabajo; convivencia que ha ido forjando una amistad inquebrantable) no fueron pocas las sesiones (conocido es el efecto beneficioso de la sidra para tirar de la lengua y remover el remanso de la memoria adormecida) dedicadas a rememorar vivencias, anécdotas, situaciones, compañeros del colegio... Y siempre, cuando por cualquier circunstancia y eran muchas las veces- aludíamos al cine, a lo importante que para todos nosotros había sido el cine de los domingos, le decía: El que había visto un montón de películas era Justino Blanco Villacé, de Valderas. Así cualquiera solía apostillarle-: Su padre era el dueño del cine
Sí, intrépido reportero: recordaba y sigo recordando con qué entusiasmo hablabas de tal o cual película, de su argumento, de sus intérpretes, de las escenas más intensas o emocionantes... Que yo prestara oídos a tus relatos era debido, fundamentalmente, a que a mí también me gustaba, tanto al menos como a ti, el cine. Porque yo había tenido también la suerte de haber visto muchísimas películas desde que acordarme puedo y, además, desde una posición privilegiada: la cabina de proyección del cine Capri de Blimea, de la que era maquinista mi tío Linón.
Se comprenderá, pues, con qué intensidad y emoción vi Cinema Paradiso, la entrañable película de Giuseppe Tornatore: cuántos recuerdos arrinconados en vete tú a saber dónde de la memoria fluyeron a borbotones según contemplaba fascinado la inquebrantable amistad, el cariño, entre Alfredo, el operador, y el niño Totó
Me enorgullece aunque me parece inmerecido: lo acepto, en todo caso, por constituir un homenaje al cine- ser actor de la película con tan destacados e ilustres partícipes: Chema Sarmiento, Mariano Estrada y, muy en especial y en contra de interesadas versiones sobre su tacañería, el generoso productor, nuestro impagable Furriel.
Hasta que ya pronto nos veamos y recordemos, recibid un fuerte abrazo.
Marcelino, actor ocasional
PD. Josemari Cortés: Aprovecho para darte las gracias por tu impagable labor. Estoy seguro de que nada de cuanto estamos haciendo hubiera sido posible sin tu iniciativa, impulso y dedicación entusiasta. Sin olvidar, claro, a tus colaboradores más estrechos y asiduos: Enrique Muñiz-Alique Iglesias, tu hermano Froilán. Andrés Martínez Trapiello, Pedro López Llorente, Martín, el intrépido tribulete Justino, y desde aquí: Pepín García y Julio Correas Y también cuantos vienen colaborando asiduamente en este blog. Un saludo a todos ellos con mi reconocimiento.
Luis Heredia -
¡Vaya vergüenza que estoy pasando leyendo lo que me dices¡
Menos mal que no se me ve la cara de asombro ni los colores. Me consuela pensar que Julio y otros también se ruborizan con tus dedicatorias o con las de Javierdelvigo, Isidro, Andrés, Froilán, Santiso, Manolo, Heliodoro, recién llegado y bienhayado.... Ya somos muchos tontos donde poder camuflarme.
Solo trato de que todos sigamos pasándolo tan bien como entonces.
Pero veo que nos mentiste al decir que el pan se lo debes a tu tiralíneas y el placer a tu pluma; bueno o algo así porque según de qué placer hablemos.
Es que además eres sicólogo, vidente o trabajas junto a alguna bola de cristal o artilugio que escruta a través del blog la conciencia de tus compañeros, pues conmigo, acertaste también sin habernos encontrado. O sea, que me echo a temblar cuando me re-encuentres.
En efecto, me encantaría tener un quiosco donde vender tus "chuches" y los globos de Isidro, pero solamente a prueba y con derecho de retorno (ya me sale la deformación profesional) para no desprenderme de éllo y despegar mi culo inquieto después de 24 años apegado a una silla y volver a pasearlo por otras tablas como lo hice hasta los 70.
¿Que te hizo pensar que no me ves como un leguleyo?
By the way, si pasas por tu bola esta noche, échale un vistazo y mira a ver si aparecen pululando cinco números del 1 al 49. Llámame y ya te explicaré el Domingo para qué son. A partir del Lunes te iría a visitar dos veces mínimo por semana a Vilajoyosa.
Andrés Martínez Trapiello -
¡No aprenderás! ¿Provocando a Mariano? ¡Lo que te dice!
Si quieres, yo te recomiendo -con todas las reservas, no las del wine español-, a mi profesor Javier del Vigo, aunque me cuesta un poco seguirle. Pero soy constante, y, tarde o temprano, aprenderé.
Un abrazo
Mariano Estrada -
Aunque de otra muy distinta, contigo me pasa un poco como con Máximo Olóriz. Te veo con ganas de recuperar al niño que fuiste y que no es que lleves dentro, es que te sale en todas tus expresiones. Yo te entiendo muy bien, Luís, porque quiero mucho a ese niño.
Con los niños te dejo. Y con los poetas.
Un fortísimo abrazo
LOS POETAS Y LOS NIÑOS
Texto escrito para la Revista Mestre y Cía, del Colegio Público Mestre Gaspar López, de Benidorm, coordinada por mi amigo José Luis Fernández
La capacidad de hacer preguntas es una de las cosas en las que consiste ser niño. Y acaso sea también lo que mejor define al poeta. De manera que el poeta y el niño, además de un corazón abierto, receptivo y gigante, tienen en común un enorme signo de interrogación, que es como un hambre continua, un deseo perenne, una sed insaciable de conocimiento.
Claro que un niño es un ojo multiplicado que dirige sus miradas hacia afuera, en tanto que el poeta -tal vez porque afuera no ha encontrado una total satisfacción-, las suele ir derivando hacia adentro, donde espera hallar la luz o la verdad... ¿Que qué es la verdad? ¡Ay, amigo! La respuesta a esa pregunta la está esperando el mundo desde antes de Poncio Pilatos, de quien dicen que la tuvo delante. Nosotros nos podemos preguntar ¿Quién gobierna el hambre o el dolor? ¿Qué es el amor o el compromiso? ¿Por qué matan los hombres? ¿A qué conduce el odio? ¿La venganza produce beneficio? ¿Por qué me pesa el labio al pronunciar determinados saludos? ¿Por qué se me desboca el corazón al contemplar ciertas bellezas: unos ojos, una cara, la tierna flor del almendro?... Y entonces el poeta se va haciendo rumiante, como las vacas, y las noches se hacen pastos en monótono proceso de transformación que se proyectan en libros de respuestas que sólo tienen preguntas y preguntas y preguntas...
Escribir es eso, una pretensión multiplicada, un constante arañazo, una duda tras otra, una gavilla íntima de interrogaciones, el error tras el error, el intento de dar una respuesta medianamente satisfactoria... Y no es poco. No es poco. A veces las palabras se transforman en palomas de luz y de consuelo. A veces se prolongan en atisbos de tímida esperanza. De hecho, a menudo son acequias por las que corre el llanto o la risa. No estaría mal que, al menos de vez en cuando, sirvieran para hacer reflexionar a quienes de uno u otro modo se han ido apartando de la razón y duermen en el reino de los que ya no tienen conciencia. ¿Que qué es la conciencia? Pues...Una araña gorda que pica en la cabeza de los humanos, especialmente de los poetas y de los niños.
Mariano Estrada, 01-05-99
Luis Heredia -
hace tiempo que no te felicito. No porque no te lea, sino porque cada vez me cuesta más trabajo estar bobinando y rebobinando y porque, al fin, empiezan a entrar más compàñeros de mi curso. Nunca es tarde si la dicha es buena y como contigo la dicha la estoy disfrutando a diario espero que me perdones.
Un abrazo muy fuerte.
Mariano Estrada -
Querido Justino:
Esta mañana, al encender el ordenador, he tenido varias pequeñas alegrías, que paso a resumir:
1ª.- Me ha llegado un correo del Ayuntamiento de Benimantell, firmado por el Alcalde, en el que me dice que un poema mío, titulado Caricias de montaña, por decisión del Ayuntamiento, va a ser publicado en el programa de fiestas de la localidad a celebrar en octubre. Y un poema en el programa de fiestas es una pequeña alegría. Pinta bien octubre.
2ª.-Dice Enrique Muñiz-Alique Iglesias que sus preocupados insomnios por el resultado de la celebración no influyen para nada en su ánimo. Y eso ha sido otra pequeña alegría. Querido Enrique, yo creo que va a salir todo mejor que en el mejor de tus ensueños. Y tú serás uno de los ángeles custodios.
3ª.- Y luego sale Justino del armario de la memoria con la película Por un puñado de euros, insistiendo en la herida económico-financiera que se ha abierto entre dos poderosos integrantes del GL. Y ésta sí, ésta nos salpica a todos y puede haber tiros a mansalva, como queda patente en la expresión de su protagonista inesperado, Marcelino Iglesias Suárez, compañero de confidencias del flamante productor de Valederas. Conozco al Director, pues no para de ofrecer su casa como premio de extraños concursos. Y no es menos conocido el autor de la música. Lo que no sabía es que yo mismo había adaptado el viejo guión de la vieja película americana, pero saberlo me ha producido otra pequeña alegría.
Gracias, Justino, por la confianza que has depositado en mí mientras dormía. Con el adelanto que me envías a cuenta de mis sustanciosos derechos, me he tomado un café de puchero y tres galletas de coco. Mientras lo hacía, me he preguntado: ¿qué puedo hacer yo por Justino? Y entonces me acordé de este viejo juego sobre el arte. Todo envuelto en abrazos.
Un abrazo a todos
TEORÍA DEL ARTE
Premisa errónea
Antes del insólito descubrimiento de los hermanos Lumière, las artes reconocidas por los sabios y aceptadas por su humilde vasallaje duplicaban en número a las famosas hijas de Elena, las cuales eran tantas como las personas de la Santísima Trinidad, aunque éstas gozaban del arte de una unión hipostática.
Deducción falsa
Así, el cine no tuvo otro remedio que encaramarse a la lista con el sello de un número mágico. ¡Y vaya si lo ha sido!.
Insistencia en el error
Sin embargo, desde entonces para acá, los prodigiosos avances de la modernidad, incluidos los cuantos y la cibernética, no han logrando encontrar un corpus artístico diferenciado que sea digno de ampliar esa serie. De modo que la suerte está echada: al arte, como a la semana del calendario occidental y a los pecados capitales del catolicismo -con los que guarda tan sólo una relación cuantitativa-, categóricamente no le caben addendas.
Razonamiento lógico
Ahora bien, al margen de los términos de su clasificación, sabemos que el arte es numeroso, prácticamente innumerable y hasta puede que de alguna forma infinito: de la forma exacta en que pueda ser infinita la inteligencia del hombre.
Lo que el arte sea como definición ya es harina de muy variados costales, sobre la que expongo esta inocente conjetura, también llamada
Hipótesis
El arte es un apunte de la creación rescatado del tiempo y del olvido; o, más estrictamente, la plasmación material de ese mínimo cuerpo numinoso que, percibido y conformado por el artista, es susceptible de captación por el común de los humanos en la medida de sus diversas disposiciones o sensibilidades. Por lo tanto, el artista es un privilegiado perceptor de las esencias de la vida en su más remoto pretérito, estribando su grandeza en la capacidad para atraerlas al presente, reflejarlas en él y transmitirlas al futuro; pero no es un creador de las mismas, como normalmente se cree, ni desde un punto de vista conceptual ni desde ámbitos más próximos al barro, pues las herramientas de que se sirve y los materiales que utiliza, antes de su intervención en el proceso ya son parte del tiempo incesante y del inescrutable cuerpo universal.
Reduccionismo
Realmente, el artista es un niño crecido que, de forma persistente y machacona, construye sus castillos con determinados elementos de base: la piedra, el barro, el sonido, la palabra..., al que le cabe la gloria de hacer hermosas figuras que no están desarrolladas en los más prolijos catálogos.
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
Blog http://paisajes.blogcindario.com