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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

¿a que parecía que estaba allí?

¿a que parecía que estaba allí?

Preciosa fotografía que me envía mi querido Germán Torrellas.

"SIN PALABRAS".

38 comentarios

manuel junco -

CONOCIENDO al p TORRELLAS:


En la vida hay lugares, hechos, personas...que indefectiblemente deberíamos conocer. Después de la velada en recuerdo del p. TORRELLAS creo que EL entra dentro de este grupo, gracias a vosotros pude aproximarme a conocer aunque sea superficialmente, desde mí ignorancia artística y literaria, a la persona y al artista que fué.
Gracias a vosotros por permitirme ese acercamiento, como alguien me dijo ¡qué pena no haberlo conocido en persona!


No sabeis bien lo que yo sentía cuando en los años 60, ya lejos del colegio, podía a través de la televisión, ver la escolanía que hacía renacer en mí el orgullo de haber pertenecido a este colegio, ese mismo sentimiento, más profundo si
puede, indescriptible, es el que sentí cuando os escuché los días 12 y 13.


Felicidades por la iniciativa y felicidades a todos vosotros por las interpretaciones que me hicieron sentir tan fuertes emociones.


nachín

Javier Muñiz -

Querido Pablo Huarte: gracias por la felicitación. La fiesta, en efecto, fue en Albares de la Ribera, en casa de Chema Sarmiento. Como puedes imaginarte y conociendo a los compañeros que tenemos, pasamos un día genial.
PEDRO SANCHEZ,en absoluto estás equivocado con la cantidad de horas que echamos preparando la tramoya para los autos sacramnentales y las veladas, siempre bajo tu orientación y la supervisión, del nunca bastante ponderado P. Iparraguirre.
Todavía debes acordarte del día que al dar una patada a una caja de cartón en los vestuarios del teatro me atravesé el pié con un sable que estaba colgado en la percha.
En fin, gajes del oficio.
Muchas gracias y un fuerte abrazo por todo lo que aprendí de tí y no me refiero a la tramoya.

Santos S. Santamarta -

Querido Baldo: acabo de abrir este blog “torturador” y me encuentro con una foto en la que aparece en primer plano el rostro de un venerable maestro, algo escuálido, de aspecto ascético y de apacible semblante, con la mirada algo distraída hacia el exterior pero volcada sin duda
en otro tipo de realidades nada tangibles.

En días pasados también hice alguna excursión por los álbumes de fotos que se fueron colgando en este mostrador de recuerdos. Con ellas he regresado a ese lugar y a ese tiempo que parece agrandarse ahora, desde aquí, tanto más cuanto cuantos más son los años que nos separan de ellos. Hay otras fotos sin embargo que me han mostrado algo que desconocía y que ahora creo estar vislumbrando: la gran dedicación y el enorme quehacer "benefactor" que ocupó varios años de tu vida al frente de la escolanía. No hubiera imaginado -sin ver esos
álbumes- que habías realizado tanta labor y durante tanto tiempo como continuador aquella fragua de sensibilidad y sueños que nos había dejado Angel Torrellas.

Tuvo que ser especialmente emocionante para ti, el otro día, volver a ese lugar donde fuiste -quizá más que nadie- actor y espectador, oyente, cantor, director de tantos buenos y mágicos momentos musicales al mismo tiempo que “auscultador” privilegiado d ese “duende interior” que todo el mundo reconoce que tenía Torrellas

No sé si algún día querrás compartir algo con nosotros, pero sábete que -en parte y a mi modo- ya participo de ello porque me basta con un pequeño estímulo – una simple fotografía- para meterme por esos extensos parajes del sentimiento, tan propios de cada cual, pero al mismo tiempo no creo que tan dispares ni distantes.

Hasta tanto salgas de tu beatífico nirvana, te envío un fuerte abrazo.

Santos"

Santos Martínez Vibot -

Trapiello, salao, tú nunca puedes perder conmigo en esta liza de transparentes conceptos. Yo sí. Me extravío en las emociones y la sinestesia.

Hablas de aquellos libros...
voy todos los domingos al Rastro -donde por cierto me cruzo siempre con tu célebre primo y, precisamente ayer me sonrió, mientras conversábamos brevemente, de una forma más cálida que las otras contadas veces que he hablado con él. ¿Será que lee este blog, aunque no lo confiese? Ojalá lo hiciese, ojalá hubiera venido a León el otro día - intenté persuadirle con el pretexto de las diapositivas de Torrellas en las que aparece él, pero...- Hubiera sido un lujo escuchar sus palabras tan potentes y tiernas, sus libros me acompañan desde hace poco tiempo, pero con qué feliz intensidad-

Te decía, pillín, que en El Rastro ¡me llevo cada susto, aparecen de pronto tales libros, tales viejas portadas que tal vez manejaron nuestras pequeñas manos...!: "El libro del Joven" del Doctor Carnot,cuya descripción del "delicado mecanismo de la reproducción humana" me dejó aún mas perplejo que antes de saber nada... Y aquella portada que tenía con una foto en blanco y negro de un chico mirando entre inquieto y confuso -por no decir completamente traumatizado- a un infinito situado arriba, fuera de la mirada del espectador... Y aquel otro céleberrimo: "Energía y pureza" de Monseñor Tihamer Toht o algo así con aquella descripción de un lago prístino y rutilante -¡cátate los vocablos que me vienen a las mientes al recordar aquellas peroratas!- que progresivamente se convertía en un cieno pútrido y maloliente... ¡que angustia!

¿Qué decías de la Libertad?

¡Pero aquí estamos! Tan puros y energéticos como podemos.

Y así otras apariciones que casi parecen ectoplasmas cuando se asoman a tus ojos desprevenidos tiradas en en las tiernas vaguadas del Rastro. Dan ganas de llevártelas a casa. De acariciar de nuevo a aquellas viejas pastas que nos vieron crecer, pero...mejor no meneallo.

Te envío estas sonrisas

Andrés Martínez Trapiello -

¡Furriel!, que cambien la hora del blog.
Es una hora menos.

Andrés Martínez Trapiello -

Querido Chema:
Creo que "lo mío", ya es vuestro. Bueno, tuyo.
¿Te invitaron estos locos del GL a Prieto Picudo en Albares? ¿Estás afectado por el caldo?.
Ayer, domingo, se adelantó la hora. De acuerdo.
Javierdelvigopalencia, que no tiene ya que regar los cebollinos, ni otra cosa que hacer a las 00:17 del día 29 de Octubre, se le ocurre colgar en el post en "Bandarin de Pajarin" del día 25 de cotubre, un escrito que -jode leer a esas horas, porque es tiempo ya de descanso-, desgrana vivencias, sugerencias y futuro.
O sea, que no he tomado Prieto Picudo a estas horas de hoy; que creo estar en mis cabales; que si la vista no me engaña, el artículo de Javier del Vigo Palencia, está colgado en el post del 25 de octubre de 2007, siendo las 00:17 horas del día 29 de octubre.
Y si nadie lo remedia, ahora son las diez horas y cuatro minutos de la noche. Las 22:04.

...y si me confundo, rectifico.

Chema Sarmiento -

Andrés,
O tienes mal el reloj de tu ordenador o estas escribiendo desde el futuro.
Chema

Andrés Martínez Trapiello -

Vibot:
En el "Banderín de Pajarin" está el artículo del Gran Cabrón, Javierdelvigopalencia.
Que lo disfrutes.

Santos Martínez Vibot -

P. Huarte, en el Colegio, que fue la edad de los sueños, la edad de la inocencia, soñaba que llegaría a ser un "gran" compositor. A veces escuchaba en mi cabeza, de una forma tan real, aquellas "sinfonías futuras"... que casi me mareaba. Sueños de muchacho, tal vez inducidos por la envolvente y alucinante música clásica que nos acariciaba desde que despertábamos en las estremecidas camarillas -aquella "Sinfonía del Nuevo Mundo", con todos sus recodos ya tan nuestros... o "La Gran Pascua Rusa", o "El cisne de Tuonela"...o aquella densa miel envenenada del Liszt de "Los Preludios". O la deslumbradora "Misa Imperial" de Haydn que elevaba al Empíreo el dulce despertar de los Domingos -¡una hora más tarde!- Recuerdo que aquella soprano del Kyrie literalmente me paralizaba de asombro. Tenía que dejar de lavarme los dientes o peinarme con agua -como los novios de antes- y sentarme en aquel banquito de madera gris azulado con rejilla, atónito y feliz, y apoyar la cabeza en la fría pared para paladear tal desmesura.

¡Cuántos azules sueños incumplidos!

Pero hay uno, que entonces no percibí tan claro y cuyo embrión describiré otro día, que sí me ha acompañado en tantos años. Esta fascinación por las palabras. Estos ritmos verbales de tantas emociones como siento, a veces contrapuestas, pero tan vivas y comunicables.

Para alguien que ha guardado hasta ahora sus escritos ocultos para sí, tu breve, pero rotunda, frase: "has conseguido entrar de lleno en mi vida", es sentirse vivir.

Gracias, amigo.

Y por cierto, ¿qué es éso del "post", dónde puedo leer a mi Javierdelvigopalencia además de aquí, me estoy perdiendo algo?, ya decía yo que le encontraba menos,contéstame enseguida. Un abrazo. Vibot

Luis Heredia -

Queridísimo Javier Muñiz

Ayer se me fué el móvil con el Santo al Cielo para felicitarte.

Como todos los Santos tienen su Octava, espero que cumplas tantos como para poder vernos cada año hasta la eternidad.

Un beso muy fuerte de este "alumno" tuyo y aprendiz de nada que te quiere y te aprecia en el alma.

Luis Heredia McGuyver Bricoman.

José Ignacio Serrano Mallada -

Queridos participantes y no participantes de este blog pero que lo seguís y que espero y pido que intervengais.






No conocía a la inmensa mayoría de vosotros hasta los actos del 12/13 de octubre, en el que me dí cuenta de que eramos todos uvas del mismo racimo, oreados por el mismo sol ardiente del páramo, mecidos por la misma brisa que ondulaba el trigo cual olas de la mar y nutridos por la misma lluvia de la estepa leonesa... Aunque no os conocía todos teníamos el mismo ADN... aunque no os conocía eramos en realidad hermanos, porque teníamos a los mismos Padres y a la misma Madre...





Claro que la sombra del P. TORRELLAS flotaba y envolvía con su recuerdo la atmòsfera
del Santuario en los diversos actos programados. Era un proceso de abdución, porque aquello parecía sonar a otra cosa,aquello parecía exigír otro mundo para los que estábamos allí, o sería más bien que EL estaba cerca, a nuestro lado...? Era la tienda del monte Tabor que hablasteis...?




No quisiera terminar sin citar al Padre más viejín de nuestros profesores ( y os habla un cuasi-viejo de 61 años), a nuestro querido P. Morán. Allí lo encontré después de tantos años sonriente como siempre, menudín, con esa bondad innata en el rostro, cautivador como hace 50 años...una bendición.





Qué privilegio tener estos Padres y teneros como hermanos, no lo sabeis bien.



Un abrazo

Pablo Huarte -

Aunque hoy tengo un día bastante atareadillo, no he dejado de leer cuanto se va publicando, últimamente, en este fantástico blog.

Y no me puedo resistir a dedicar una palabra a tres amigos que se lo merecen de verdad:

La primera, va dirigida a Pedro Sánchez. De ti, Pedro, tengo recuerdos de los años sesenta en La Virgen tan bonitos, que pueda ser que en alguna ocasión comience a desgranarlos. Entonces, tú eras un gran referente para mí, y yo, en absoluto para ti. De ahí que tengo que ser yo quien te recuerde algunas cosas. Gracias, Pedro, por haber entrado con ganas en este blog.

Mi segunda palabra, va dirigida a Santos Martínez Vibot. A través de tus bellísimos escritos, has conseguido entrar de lleno en mi vida.

La tercera, para Javier del Vigo Palencia. Sé que no me supe expresar contigo como me hubiera gustado. Pero sí que te lo he dicho de diversas maneras: Tú, Javier, me has hecho mucho bien. Tus escritos, ¡una maravilla! Y el último, el que había recomendado leer Andrés Trapiello, lo he leído detenidamente. Creo, por cuanto dices, que va a haber un grupo fuerte de antiguos alumnos y profesores, que secundará cuanto dejas entrever.

A los tres, un abrazo muy especial.

Pablo Huarte

Andrés Martínez Trapiello -

Querido Vibot:
José Mª Cortés, nuestro Furriel, que ya ha vuelto –“a lo que parece”- de la celebración del cumpleaños del Ministro, en esta fechas debe tener sitio en la terraza. Voy a pedirle espacio.
Me abrumas, Vibot. ¿Sigo escribiendo, o me meto debajo de la mesa?

¿Sabes qué aprecio de aquellos años de rapaz en el Colegio? Haber aprendido a usar La Libertad… hasta dónde puedas, hasta dónde comienza la del “otro”. Y para conseguirlo: “meditar”.
¿Recuerdas aquellos libros insufribles de santos, de cavilación profunda, con mil páginas de letra pequeña, apretujada, que teníamos en la Capilla? Eran los momentos de “meditación”, y ¿en qué pensábamos?
Pero aquello, a mí, me dio oficio; me acostumbró a detenerme a pensar.
Creo que en estos tiempos no está muy considerado este verbo; o se pretende, con bombardeo permanente, el alineamiento mental.
Más niño, en la escuela, teníamos un libro de lectura. Uno de sus pasajes, desarrollaba la condenación al fuego eterno de “los librepensadores”. ¿Quién califica a un librepensador?

Vale, Vibot. Que me enrollo; que voy a perder contigo si continúo aporreando las teclas.

Un fuerte abrazo.

Pedro Sánchez Menéndez -

No puedo quedar al margen de tantas felicitaciones como recibes, así que quiero unir la mía a la de Pablo Huarte y a la de todos. Cuando escribo esto me va la memoria hacia la tramoya del teatro de la Virgen del Camino donde pasamos tantas horas trabajando juntos. ¿O estoy equivocado? Hasta que te reencontré el día 12 (tenía muchas ganas) yo había seguido tus pasos a través de tu amigo entrañable José Ramón López de la Osa a quien conociste en el noviciado. Me alegra recordar todas estas cosas con motivo de tu cumpleaños. Un beso para tu esposa y un abrazo como el del otro día para ti. Pedro

Julio Correas -

Feliz, Feliz en tu Día
Amiguito que Dios te bendiga
Que reine la Paz en tu vida
Y que cumplas muchos más !!!!

Julio Correas

Pablo Huarte -

Por lo que veo y deduzco, Javier Muñiz (el ministro) ha cumplido años. ¡Felicidades! Esa fiesta de la que se habla, ¿se organizó en Albares de la Ribera? Espero que así sea, pues un pajarillo me lo ha contado todo. ¡Qué envidia el no haber podido acompañaros! De todas formas, que cumplas muchos más.

Un abrazo.

Pablo Huarte

Santos Martínez Vibot -

"Romper con el pasado"...Trapiello, después de este Reencuentro clamoroso...no sólo me parece "doctrina" de malos psicólogos, sino contra natura.

La encantada y ya irreprimible sonrisa que casi todos teníamos esos días era algo tan Natural y Hermoso como todos los recordaremos para siempre.

Tal vez porque la vida nos ha enseñado algo: que es mejor la paz que la guerra, la reconciliación - sobre todo con nosotros mismos, incluído nuestro pasado y sus fantasmas- y la alianza, que la ciega y cerril confrontación.

El sosiego creador, Trapiello,
no sólo en el arte sino en el trato gentil con quienes nos rodean, también con los que vuelven de un remoto Colegio indescifrable.

¿Hemos aprendido a no negarnos la espontaneidad, el afecto, la sonrisa feliz y transparente -incluso pícara, como la tuya, de sano y tierno humor?

No todos, después de tanta vida.

Hay silencios que duelen más que cienmil palabras de traición, no crees, gentil amigo, el más gentil de todos los Trapiello?

Brindo por tus palabras amistosas, confidentes, risueñas, con esos vinos que tanto disfrutas.

Un abrazo, Andrés.

Mariano Estrada -

Hola, Javier:

No sé los que has cumplido, pero a mí me pareciste muy joven ¿Veinticinco? ¿Vienticinco dos veces? ¿Treinta y ocho vez y media?
En todo caso, ya te digo, yo te vi fuerte como un roble, casi como un león al mediodía.

Me sumo a la fiesta. Ya me hubiera gustado sumarme en directo. No obstante, el Trapi me mandó algunas fotos... ¡Felicidades!

Sigo esperando que arregles aquel soneto cojo ¿Lo recuerdas?

Un abrazo

San José -

Felicidades, Ministro, aunque con un poco de retraso.
Me acabo de enterar del tinglado que habeis montado (mejor dicho te han montado) con motivo de tu cumpleaños.

He sentido no poder acompañaros.

Me imagino que habreis pasado un rato muy agradable recondando viejos y recientes acontecimientos.

Repito, felicidades y un abrazo para toda tu familia.

oscar Fernández -

Antes de afincarme en Pamplona el nombre de Don Hilarión Eslava me parecía haberlo visto en un antiguo y famoso método de solfeo, posteriormente he aprendido que nació en Burlada, lindando lo que es hoy Villava y Pamplona; que impulsó los primeros pasos del tenor Julián Gayarre; que fue maestro de capilla de la catedral de Sevilla, director del conservatorio de música de Madrid y fundamentalmente que se dedicó a la música sacra y formación musical.
El día 21 de Octubre se celebró el bicentenario de su nacimiento y en Navarra pasó casi desapercibido, pero el párroco de la Asunción, Paco, quisó tener un recuerdo a su memoria y hoy, durante la celebración dominical nos tenía preparada una sorpresa: la interpretación de una de sus composiciones, el motete “Tu es Petrus” interpretado por el coro de la parroquia con refuerzos vocales, órgano y dos trompetas. La belleza de la polifonía y la sonoridad de las voces graves, órgano y trompetas me recordó lo vivido hace dos semanas y he prometido contároslo.
Este estado de euforia tras oir “tu es Petrus” lo traslado con agradecimiento a nuestro querido amigo Pedro L. Llorente, sembrador de la semilla del encuentro y Pedro Menéndez, sacerdote, padre, hermano y mucho más para todos nosotros, si cabe.
El espíritu del P. Torrellas tiene mucho que ver en esto
Un abrazo.
Oscar

Andrés Martínez Trapiello -

Beatriz: Me dice en “chat” Javier del Vigo, que hay gente, en esta mañana de domingo, pegada a la pantalla del ordenador. Puede ser; aunque por hora y resplandeciente sol, sea un momento oportuno para el paseo. Sin embargo…

Santos Martínez Vibot: ¿Sonreía yo en aquellos tiempos? Buena señal. Y gracias por recordármelo.
Son tus letras, parabienes para mí. Pero, sobre todo, me ha gustado la calificación de mi sonrisa “pícara”. Piensan lo mismo algunos de aquí.

No sabes, Vibot, cómo hecho en falta aquellos cuadernos, aquellos escritos de una vida adolescente: Mi Diario. Hubo un cabrón –no médico- que quiso arreglarme una úlcera de estómago que tuve –como Angel Torrellas-, y su terapia pasaba por romper el pasado. Y aquellos cuadernos, con mucho pesar, los rompí. La úlcera me la arregló una medicación contra una bacteria, no por seguir “la recomendación” del experto. Pero lo que no he logrado, ha sido recuperar mi “memoria” escrita.
Menos mal, que el Diario de mi disco duro aún funciona; con lagunas, pero funciona.
Aquellos “diarios” fueron también formación, nos enseñaron a poner palabra tras palabra. Y ahora parece que, cuando escribimos algo, se nos entiende.
Gracias, Vibot.

Beatriz -

¿No descansáis nunca? :) Qué cosas tan bonitas y enriquecedoras una se encuentra cuando las teclas del ordenador la guían hasta aquí. El P.Torrellas ha salido estupendo. Realmente estuvo allí.
Besos desde el otoño vallisoletano, este fin de semana inmerso en la SEMINCI,

Santos Martínez Vibot -

Felicidades Ministro, me acuerdo con mucha simpatía de tu hermosa y franca sonrisa de entonces y de tu generosidad -suelen ir juntas-. Espero que pases hoy un día muy feliz, en compañía de los que te quieren.

Trapiello, ¡qué bien te sienta ese tono intimista y matizado de Diario adolescente!

Hay en estos "diarios" del blog mucha riqueza de colores de otoño, compañeros enriquecedores, y vivencias de paraíso, como tú dices. Y eres.

Te prometo que pronto iré a gozar con vosotros los aromas del Bierzo.

Siempre tuviste -también, como Javier- una sonrisa pronta, acogedora y pícara. Y bella, por supuesto. En eso os parecíais.

Os abrazo a los dos.

Andrés Martínez Trapiello -

Cuando comienzo estas letras son las 00:40 del día, ya, 28 de octubre.

Pedro Sánchez pregunta en otro post “si hay alguien ahí”. Alguno, ahora, estamos aquí; más leyendo que escribiendo.
Otros, de fin de semana, efectivamente. Siguen reencontrándose. Quizá recordando anécdotas de antaño. Volviendo a vivir.

Ha sido una tarde resplandeciente y deliciosa en el Bierzo. Paseo con colores de otoño en viñas y árboles.

También, Vibot, de olores. Tienes que descubrirlos.

Y, si la compañía es enriquecedora, entonces la vivencia asemeja un paraíso. Y la compañía, lo era.

Puedes dejar volar la imaginación, mientras paseas entre castaños y chopos, e intentas encontrar la soledad buscada. Una soledad acompañada de Mozart y su Concierto para piano y orquesta nº 20, podía haber sido también idónea. Pero tocaba intercambio de sensibilidades.

Estas líneas tienen bastante de “Diario”.
El reflejar día a día los sentimientos, las connivencias, los bienintencionados consejos recibidos del formador; los fracasos y los éxitos.
Volver a escribir tu Diario, como en los años adolescentes, recostado sobre la cama de la camarilla intentando una caligrafía cuidada que recogiera un estado de ánimo que después pudiera leer Ángel Torrellas. Mi “Diario” lo leyó Ángel con avidez; y no pudo dejarlo hasta que una fecha puso fin al cuaderno. Aquello me agradó.
¿Me estoy confesando?

El 27 de Octubre había que felicitar a un reencontrado, a un amigo: En la misma fecha de hace años le parieron a Javier Muñiz Díaz, nuestro “Ministro”. Felicidades, Javier.

Santos Martínez Vibot -

Heredia querido, ese gesto que dices de Torrellas de que "torció su cabeza a la derecha para coger el compás y la entrada con el P. Uría" ¡es clavao!: ¡cuántas veces lo vimos e inpiramos el aire para conmenzar todos en una entrada perfecta, como a él le gustaban!

Luisito, yo me quito mi sombrero de poeta ante tu último párrafo: un disparo de amor e intensas sensaciones y deseos de infinito, con las voces y los ritmos emocionales y verbales exactos, como nacidos de ese corazón que siempre supiste dar a todos. No te sobran palabras, como a mi.

Amigos, releedlo:

" Y deseé seguir cantando hasta desvanecerse los últimos
aromas de un incienso que nos llegaban tardíos desde abajo, bruma multicolor atrapada por la vidriera del coro, barrera infranqueable hacia lo desconocido "

Te quiero, Luis Antonio.

Santos Martínez Vibot -

Gracias, Andrés, por el lujo que me atribuyes. Tus entusiastas comentarios siempre me alegran.

Gracias Mariano, viniendo de un poeta tan hondo, tus elogios me colman.

Hola, Santamarta, así se trova. Y muchas gracias por la parte que me toca.

Luis Heredia -

Le ví en el mismo sitio donde nos dejó.

Le sentí y olí a tabaco rubio mezclado con colonia.

Torció su cabeza a la derecha para coger el compás y la entrada con el P. Uría.

Y deseé seguir cantando hasta desvanecerse los últimos aromas de un incienso que nos llegaban tardíos desde abajo, bruma multicolor atrapada por la cristalera del coro, barrera infranqueable hacia lo desconocido.

Andrés Martínez Trapiello -

“Walk of life” de Dire Straits.

“La música amansa las fieras”. Alguien lo dijo.
También puede alegrar o entristecer a los humanos. Incluso hay quién sostiene, que las vacas dan más leche con Bach.

Sea como sea, y puede haber sesudos que lo cuestionen –no me importa-, he puesto el ordenador portátil (quería ver el blog), abro carpeta de música y veo Dire Straits. Enchufo y me dejo llevar mientras escribo estas letras.

Y he recordado -¡cómo no!- a Ángel Torrellas, haciendo labores como el “Ministro”, en el teatro del Colegio, enchufando cables detrás de tres rapaces, con ropa de moda al uso, que se disponían a cantar a “Los Brincos” y “Juan y Júnior”.
También en Lastres, en septiembre, en excursión de fiesta del Cristo. Iba la Escolanía a cantar, y reforzábamos, el embrión del GL, en tenores y bajos.
Después de la cena, caminamos por unos vericuetos hasta un alto, desde donde oíamos las olas rompiendo allá abajo. Ángel nos pidió a Quique, a José María Cortés y a mí, que volviéramos a cantar a Simon and Garfunkel en “Sounds of Silence”. Me alegró que nos lo pidiera. Y no lo he olvidado.

Hoy, aquí en mi pequeño estudio, con noche otoñal que ya pide refugio, haber abierto la carpeta de Dire Straits me ha alegrado también. Y he vuelto a recordar a Ángel Torrellas.

Santos S. Santamarta -

Que alguien diga, por favor,
si es que conoce otro caso
de "tri-locación" mejor
que encontrarse en el Parnaso,
el Camino y el Tabor
sin dar tan siquiera un paso
¿Puede haber goce mayor?

Pedro Sánchez Menéndez -

Hola a todos:

Estoy desbordado con tantos y tan interesantes comentarios, y os doy las gracias por todos ellos. Principalmente a Germán por esa "aparición" de Ángel Torrellas en el coro de la Virgen del Camino. Yo quiero añadir algo. ¿Por qué comenzó Maxi a tocar el órgano? Al terminar el Adiós Madre de mi vida, estando todos un poco tocados, José Ignacio Manso le dijo a Maxi: toca algo. Afortunadamente Maxi comenzó con el aleluya y ahí se desencadenó el entusiasmo de todos cantando el aleluya tantas veces cantado por todos. Yo ya dije en otro lugar que para mí fue el momento más emocionante de los que viví el 13 de octubre.

Así terminó todo, aunque faltaban todavía algunos actos. Pero una vez más hay que felicitar a Josemari y a todos los organizadores la extraordinaria organización del Reencuentro. Estoy seguro de que tanto Josemari como los demás sentiréis una satisfacción casi física de cómo ha salido todo.

Pero aún hay más, porque creo que este encuentro ha despertado otros encuentros que ya de por sí significan mucho y servirán para mejorar la calidad de vida de todos.

Sé que Froilán está comenzando a cuidarse. Me alegro. Y habrá que echarle un cable a Andrés Cortes que está tan lejos de todos.

He observado (creo que todos lo habréis visto como yo) que cuando viajamos a León, el blog andaba por las 198.000 entradas. Ahora hemos llegado ya a los 233.298. Esto significa que interesa seguir en contacto con lo que se celebró en el encuentro y que sirve también para muchos que no pudieron asistir al mismo.

Abrazos como los que nos dimos en la Virgen del Camino y que nos supieron a poco. Pedro

Mariano Estrada -

Querido Pablo:

Magnífico el relato. Has despertado a los hermanos Cortés. Cómo se nota que beben en la música y en los sentimientos ¡Que tíos! Es que se caen de transparentes y de buenas personas. Te lo digo yo, que acaban de darme título de amigo del alma… Andrés, es cierto lo que dices de Froi, pero tú no eres manco, si te lo propones. Pablo, entiendo que te fundas en abrazos con esta gente… Josemari da a entender que son los que un día no nos dimos.

Santos Vibot: poesía pura, lo tuyo. Recuerdos vivos. Sentimientos a flor de piel, muy bien expresados.

Trapiello. esta tropa te regala un merecido descanso. Puedes dedicarte a oír a Albinoni…

Un abrazo a todos. Sí, Andrés, a todos, todos, todos, incluido Jesús...

andres cortes aranaz -

Hola a todos.
Me ha gustado esta foto, ya que en realidad, todos adivinábamos algo flotando en el ambiente. Muy conseguido Germán. Has sabido expresar con una imagen lo que allí hubo.
Cuando maxi olóriz, por cierto muy valiente, se atrevió a marcar los primeros compases del Aleluya, ni se pudo imaginar que íbamos a seguirle todos, y de qué manera. No tuvo más remedio que estrujar sus neuronas, echarle valor, y seguir adelante. No es fácil retener en la memoria y pasarlo al teclado una pieza como ésta, pero tenía que ser así, ya que alguna mano intangible nos llevaba en tiempo, en ritmo y sobre todo en SENTIMIENTO, que es lo que más hubo en toda la celebración. Fue espectacular desde el coro, ver a todos los que se disponían a salir, cómo quedaron paralizados mirando hacia arriba y todos cantando en una unión difícil de repetir. Este es el encanto de las cosas no preparadas, pero profundamente arraigadas en cada uno de nosotros.
Pienso mucho en todo lo que allí pasó, y he de decir que un escalofrío recorre mi cuerpo de inmediato. Mejor no pudo salir todo.
Josemary, froy, pajarín, Martín,Andrés, Justino, Enrique..... !Cuánto os queremos!
Es un lujo leer a Vivot (para mí desconocido, un gran artista con una sensibilidad especial).
Son especialmente atractivos los comentqarios de Pablo Huarte. La poesía de Enrique.
Los casi telegramas de Josemary. Prodígate más que tú sabes hacerlo y además ahora tiemnes tiempo.
Isidro Cicero, Manolón, mi amigo del alma Mariano Estrada, Javidel, tantos y tantos que váis dejando vuestra huella....
Especialmente, y porque es tan cercano, me alegre haber descubierto en mi hermano mayor-menor-mediano, FROY, la facilidad y claridad de conceptos a la hora de escribir. Ha sido para mí un descubrimiento que a él no se lo he dicho, pero sí lo he comentado a alguno de los que allí estuvimos. Cuídate hermano.
Desde la distancia, recibir todos, todos, todos, todos, un fuerte abrazo de
Andrés - el mayor, que conste.

Josemari Cortés -

Querido Pablo,
aún recuerdo tu abrazo junto a uno de los arcos del patio de la Casa de Ejercicios. Era como los abrazos de cariño y protección que necesitaba cuando era un niño interno en el Colegio.

Cuando he vuelto, te sigo viendo debajo de ese arco detrás de tus gafas oscuras de "camuflaje".

Nunca olvidaré tu abrazo. Fué de los primeros que recibí esa tarde y no quiero que sea el último tuyo.

Desde el mejor recuerdo del Padre Huarte, te quiero, Pablo.

josemari.

Santos Martínez Vibot -

Miro la imagen que ha compuesto Germán -¡gracias, tío!- y no puedo contenerme de escribiros, deliciosos amigos del Colegio después de tanta vida, y de cumplir la promesa de enviaros, más pulida y amplia, mi aportación al "Homenaje al P, Torrellas" que tanto os gustó aquella noche en mi voz, con el calor de la emoción. No sé sí sabré emocionaros igual sólo con mi escritura -y sin la cálida música de Marcelino-:


AROMAS DEL COLEGIO

La primera vez que entré en El Santuario tenía 10 años. Y me quedé arrobado por su maravilloso olor a maderas exóticas. Entonces no supe expresar aquella mezcla como de clavo, cinamomo, perfumadas resinas orientales y tahona vienesa...que desde entonces me atrapó. Como un beso. Como un ámbito amniótico de músicas felices y dolientes...pero las músicas vendrían después, con aquél Angel de mirada de mieles y tormento.

Ahora el aroma se ha desvanecido y el brillante barniz ha sepultado aquella seda satinada de tan suma elegancia, pero tanto recuerdo aquel aroma dulce y tropical que, años más tarde, leyendo unos versos de Lorca, como con la magdalena de Proust, me sublevó de nuevo los sentidos: "...Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco, ¡oh Cuba, oh ritmo de semillas secas!..."


Entrando en el Colegio, el primer olor que recuerdo es la punzante nube del cloro de la piscina, que se filtraba por las ventanas abiertas del inmenso pasillo de la escuela mayor en los Mayos y Junios, por donde también flotaban las blancas "poluciones" de los chopos por el aire y los suelos, un aire de verano inminente, de vacación y gritos jubilosos, de prohibidas nostalgias y bellezas terrenas...-¡demasiado Cielo, éramos tan niños!

Y una primera sensación de desamparo al dejarme mis padres en mi primera camarilla: aquél olor a limón de mi primer frasquito de colonia personal, y el primer albornoz -listado de azul y blanco- que olía a felpa nueva, vida desconocida y soledad. Soledad enseguida poblada por todas vuestras caras infantiles, Morales -no olvido tu primera sonrisa- Santos, Manso, Cimas, Mateo Mayor, Heredia, Herrero, Molpeceres...¡oh sílabas de aromas imborrables, niños queridos!

Las camarillas tenían también todos los olores zoológicos de nuestras jóvenes vidas: A cuerpo sudoroso tras las Las Ligas -axilas, pies y pubis inocentes, arcangélicos, alientos y sollozos de la noche, rosas y letrinas...todo mezclado y enmascarado a duras penas por el omnipresente olor del Profidén, que parecía ser el único dentrífrico de los años 60...ah, las azules y grises, las ateridas camarillas de aquella infancia nuestra, de aquella adolescencia indescifrable...

Y había otro olor que vuelve muy intenso: el de aquella bodega repleta de manzanas que ascendía como otra promesa de veranos felices por aquella escalera del pasillo del garaje, siempre oscura, y que perfumaba hasta marear la entrada al refectorio de la escuela menor. Mateo Mayor me decía que olía "pomarades de Asturies" y contábame coses -¡extasiado!- de húmedos prados verdes y manzanas rojas y de los tiernos ojos de les vaques y del olor del heno...(también olían las camarillas a "Heno de Pravia", recordais?)

Y hablando de los refectorios, el olor del café con leche y las toscas galletas de cada mañana -en aquellos platos todos rayados de plástico verde-. Y aquél olor tan rico del "chocolate" de los domingos y las fiestas mayores. A pesar de los tiburones, cachalotes y otros cetáceos, era un olor alegre y deseado.

El rancio olor de La Recreación con sus cajones para las zapatillas de deporte y para todos los arácnidos conocidos en aquél alto páramo. Pero también el olor a banderillas "Toreras" y a refrescos y mistela de las pequeñas fiestas de la Escolanía, con cosas para picar sobre las mesas de ping-pón... y la cálida risa de Torrellas alegrándo nuestra alma.

¿Y recordáis el punzante olor, los embriagantes efluvios silvestres de El Tomillar, con nuestro pelo al viento, aquél viento que no ha dejado de soplar -aromado de campo- en nuestras vidas?

Y el olor de los cestos de pan de la merienda en los campos -o dentro de la recreación si llovía o nevaba- y aquél sabor del pobre chocolate en bien duras y ásperas pastillas, y que aún así era un consuelo en medio de la tarde.

Y ¿recordais el olor de la calefacción cuando nevaba y la subían al máximo? Y a muchos de nosotros con la nariz pegada a los cristales, absortos, embrujados -como muy bien evoca Morales en el final de un delicioso articulito infantil que apareció en la revista Camino-.

El olor de las baloneras en las oscuras rinconeras de las clases -que guardan tantos secretos, no todos confesables-.

El del petróleo de "los tranvías", querido Rufino con tu pelo de fuego, organizando la limpieza.

El olor paradisíaco de los cerezos en flor. Y aquellos alhelíes y pensamientos que cultivaba ensimismado, como ensoñado en otros jardines interiores, el viejecito Padre Fernando, su propio olor a abuelo entrañable y limpio y a colección de sellos, goma arábiga, flores...alhelíes, la misma palabra huele a jardines de antes... de "antaño", a poesía -también arábiga-, a pureza sutil y transparente, a "agua oculta que llora".

Y aquél olor como a barnices viejos de la dulce Rondalla y su rincón de partituras, con su aroma de imprenta reciente y aquellas hojas mágicas en las que la preciosa caligrafía musical del Padre Torrellas nos hacía volar hasta cielos e infiernos musicales, hipnotizándonos con su maravillosa dirección, las delicadas indicaciones que nos hacía con su voz de Maestro siempre joven, aquellos ensayos inolvidables, interrumpiendo el recreo de después de comer, su aroma de leyendas musicales, aquel sonido de La Rondalla que se perdió en raptados momentos de belleza en el aire de entonces. Para siempre su aroma sinestésico, azúl, irretornable y fiel.

...el Aroma de "El Valle" en Primavera... aquel verdor radiante de la hierba nueva entre los fresnos, aquellas embriagantes rosas silvestres, la cicuta, los berros perfumados junto al agua escondida -donde siempre metíamos el pie (¡aquél chocolateado olor del barro, recordais!), las vistosas ortigas traicioneras, las delicadas margaritas maquilladas de vino, las campanitas amarillas y aquellas zarzamoras que herían nuestros dedos y nos dejaban los labios y la legua encendidos de una púrpura fresca, con un intenso rojo amoratado y un risa feliz...


...Y el olor de Torrellas...

adolescencia aún:
aquél olor como mezclado de Aqua Velva y tabaco que dejaba Torrellas y su capa de cuentos por el pasillo alanceado de cedros y lágrimas mordidas.
Su sonrisa casi literalmente mundana -pero angélica- y la impecablemente dandy de su hermano, regentando clubs de tenis.

Ciertas inflexiones de danza

el sol de invierno allí

sus ojos de mistela

los tenores

anchoas y rondallas


¡el cortejo de escarchas de todo ésto!

Santos Martínez Vibot -

Y he olvidado decirte que tuve, especialmente sentado en los bancos del coro el otro día, la sensación de "estar en casa". Como si nunca me hubiera ido.

Yo también sentí: ¡QUE BIEN SE ESTÁ AQUÍ!

Santos Martínez Vibot -

Froilán, siempre encuentras las palabras justas. Natural, sentido y espontáneo con el P. Huarte. Divertido cuando te regalan sonrisas, y mostrando tus lágrimas de gran corazón con mis ensimismadas
melancolías incurables. Hay en tu escritura clara y directa la maravillosa complejidad de lo sencillo. "Y nuestras mutuas timideces, se sonrieron francas, felices, para siempre" es como una frase musical de Mozart.

P. Huarte, gracias por tu efusión. Yo te recuerdo en aquella emisora tapizada de cortinas de pana de un verde tan acogedor y mágico como la sensación de tener el guión entre las manos temblorosas y esperar el momento de que me dieras tu indicación para intervenir junto al micrófono con mi frase mientras se desvanecía la ráfaga de música, que había elegido probablemente José Ignacio Manso, o Carlos Julio Alonso Herrero.
Recuerdo el comentario de uno de estos dos sensibles muchachos, que se las daban de mayores, sobre un fragmento de Scherezade de Rimsky Korsakof, en un intermedio de la grabación, haciéndonos notar como se percibía en la música -hasta casi marearnos de sugestión- el cabeceo del barco en el que iba Simbad por alta mar...y otras fascinaciones compartidas junto a aquella ventana por donde entraba un sol que aún me calienta.

Y por allí andabas tú, espontánea y naturalmente, manejando unos hilos que aún me enredan de versos la memoria.

Gracias.

Froilán Cortés -

MI QUERIDO PADRE HUARTE.

Echaba en falta tu comentario. Tu manera de hacernos llegar tus sentimientos. Tu naturalidad, lejos de expresiones rebuscadas.Tu tímida expontaneidad. Tu VERDAD.

En nuestro re-encuentro, el tuyo y el mío, apenas hablamos. pero nos abrazamos fuerte, largo, sentido. Y nos miramos a los ojos. Y nuestras mutuas timideces, se sonrieron francas, felices, para siempre.

Gracias, Pablo Huarte, por ser como eres. Sabes que se te quiere. Yo te quiero.

Pablo Huarte, O.P. -

A modo de prenotando.

El comentario que introduciré tras esta breve introducción, lo pensaba haber enviado el día 18 de Octubre. No me fue posible, debido a un virus en el ordenador, según me han dado a entender. Y transcurrido el momento eufórico en el que vivimos después del reencuentro, ya no me parecía oportuno introducirlo en el blog, pues podría parecer ya algo trasnochado e inoportuno. No obstante, al ver este bello montaje que nos regala Germán Torrellas, me decido a escribirlo.

Y UNA NUBE LUMINOSA NOS ENVOLVIO A TODOS.

¡Qué bien se está aquí!

Una especie de transfiguración sufrimos todos cuantos estuvimos en La Virgen del Camino, los días 12 y 13 de Octubre. Y, desde lo más íntimo del corazón, repetíamos una y otra vez: "Pero, ¡qué bien se está aquí!"

Nos sentimos envueltos, en primer lugar, por la nube luminosa del amor, de la amistad. Y cómo y con qué fuerza brotó de nuevo el amor en nuestras vidas... Un amor antiguo, pero lleno de frescura; un amor inmenso que se expresaba a través de abrazos, de silencios, de lágrimas, de besos, de un cariño infinito...

De los muchísimos abrazos que yo impartí, solamente voy a describir uno: el abrazo que di a José Mª Cortés, nuestro querido Furriel. Tuve mucha suerte, pues quería que fuese el primero, ya que deseaba con ese abrazo expresarle mi (nuestra) mi gratitud más sincera. ¡Quería decirle tantas cosas...! Tenía que decirle tantas cosas, que no iba a tener ni tiempo ni ocasión para poder decírselas. Por eso necesitaba abarcarlo todo en el abrazo de saludo.

Y mira que soy poco efusivo. Más bien suelo pecar de algo de frialdad en esos instantes. Pero esto no me ocurrió, gracias a Dios, con José Mª Cortés. Lo hice desde el silencio y con un afecto inmenso.

En ese abrazo, pensaba en todos los antiguos alumnos que llegarían a La Virgen. A todos les quería decir algo, pero no iba a ser posible. Creo que lo conseguí, de alguna manera, a través de ese abrazo profundo a José Mª Cortés, a través del cuál os incluía a todos.

Y en ese abrazo, y envueltos por la nube luminosa de la amistad, dije para mis adentros: "¡Qué bien se está aquí!" Mis ojos, os lo digo de verdad, brillaban de felicidad.

Pero me vais a permitir que nombre a uno que me "sedujo" por culpa de alguien que estaba, pero que no lo veíamos. Ese es Germán Torrellas. Amigo, no sé cómo, en tan breve tiempo, uno se puede dejar "seducir". Yo tengo un explicación: en esos segundos que estuvimos hablando y que no alcanzarían al minuto, percibí que tu tío Angel se encontraba entre tú y yo. También dije para mis adentros: "¡Qué bién se está aquí!

Hubo una segunda nube luminosa que nos cubrió y nos envolvió a todos. Esa nube, tiene un nombre concreto: María, la del Camino. ¡Qué intensidad de vibraciones en nuestro pecho, cuando cantamos, al final de la Misa, el himno en su honor que cantábamos de niños y adolescentes!

Y por la tarde, cuando fuimos a despedirla con el ADIOS, MADRE DE MI VIDA, el corazón se nos hizo añicos y, de hinojos ante Ella, sin querer separarnos de Ella, repetíamos, una y otra vez: "Adiós, Madre, de ti me alejo y aquí te dejo mi corazón" Y todos, desde nuestros adentros, decíamos llenos de felicidad. "¡Qué bien se está aquí!"

Pero aún faltaba lo mejor: la tercera nube que nos iba a cubrir y envolver. Porque María, la del Camino, siempre nos señala una meta. Y esa meta, es su Hijo glorioso y resucitado.

Por eso, yo creo que instintivamente, Máximo Olóriz se arrancó con los primeros compases del Aleluya de Haendel, y todos, con nuestras voces, cantamos el ALELUYA, quízá, más bello y emocinante de nuestra vida. ¡Ojalá que se haya grabado!

Y todos, alborozados y desde nuestros adentros, repatíamos, una y otra vez: "¡QUE BIEN SE ESTÁ AQUI!".

Pablo Huarte, O.P.