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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

LOS TRES TENORES

LOS TRES TENORES

Queridos amigos: No voy a añadir una palabra más, bastante tenéis con leer este tocho...precioso, como siempre, de nuestro querido Marianito Estrada "el ruso zamorano". Tomadlo con Diccionario y con calma.

Los tres tenores 

Queridos amigos:

 

Esa foto, con las mismas caras, en el mismo sitio, la podíamos haber hecho hace cuarenta y tantos años. No la hicimos porque, en aquella época, Javier del Vigo no tenía cámara ni Andrés Cortés bigote. Gracias, Javier, nos has sacado muy propios. Parecemos los tres famosos tenores de Caracalla, lo que pasa es que dos de ellos no saben cantar y el otro es bajo. Y es el bajo precisamente, el que me ha llevado a los versos de un poema que aprendí ahí, en el Colegio, y que no he olvidado en la vida:

 

Tres nenitas tengo, tres,

Araña, Concha y Cortés. 

El Cortés está claro, por supuesto. Pero ¿quién es Araña y quién es Concha? Veamos si lo aclara el poema:

 

Concha es Concha, claro está,

y Araña es la pequeñita,

que araña, pellizca y grita

y tiene un genio hasta allá…

 

¿Revoltosa y pequeñita? Ése un disfraz de Mariano. Y  Manolo es Concha, no queda otro remedio (Yo creía que Concha era su mujer, hola, Conchita). Pero el autor insiste en el bajo, que, por lo visto, es el más importante del mundo:

 

Y Cortés es Margarita,

porque lo es

de la cabeza a los pies.

 

El otro día supe, por Baldomero, porqué me llamaban “El ruso”. Tardé cuarenta y cinco años en saberlo. Ahora vengo a saber que a lo mejor soy algo así como una de las hijas de Elena. El autor insiste:

 

Tres nenitas tengo, tres.

Y, además, a mi señora.

¡Qué palabra tan sonora!

¡Mi señora!

Así dicen el sereno,

el alguacil y el fiscal

y el guardia municipal

¡Mi señora! No está mal.

 

Ni que decir tiene que lo de la Señora es anecdótico. Lo que aquí nos importa son los tenores, es decir, las nenitas ¿Y qué nos puede contar sobre las nenitas? Pues que…

 

Al ir a mojar la pluma

sorprendo en mi manga una

culebrina de cristal,

un pelo fino, dorado,

transparente y ambarino,

en un botón enredado.

¿De las niñas?

Sí, ¿y de cual?

¿Será acaso de Conchita,

tan reflexiva y cordial?

¿Acaso de Margarita,

la de la gracia infinita,

la bohemia, la mimosa,

la que en todo se entromete?

¿De Ani, de los seis o siete

de su colodrillo rosa?

 

¿Recordáis que el otro día hablábamos del colodrillo plateado de Andrés? Pues eso, sólo que entonces lo tenía rosa. Pero era pelo.

 

Un pelo, tan poca cosa

y qué energía ambiciosa

me hace sentir.

Morir, ¡Oh!, nunca, vivir.

Y luchar y trabajar

y por mis hijas triunfar.

Y vencer, por mi mujer.

 

Fijaos en la diferencia que establece entre triunfar y vencer. Cosas de la rima ¿O tal vez del rimel?

 

Estar y ser

 

Las mayores a la calle

se van cogidas del talle

y cantan entre una nube

de polvo, moscas y sol,

que por la carretera sube

que sube, que sube…

Facundo con un farol.

 

Siento tener que deciros que desconozco quién es el autor de este poema. Si alguien lo sabe, que lo diga. Si lo sabio yo, dirélo, non sufrades, “hermanos, camaradas, amigos…Despedidme del sol y de los trigos”.

 

Creo que el título es “Morir”. Lo expuesto aquí no es el poema completo, aunque le falta poco. Puede ser, además, que haya algún error, ya que no lo conservo por escrito, sino en la memoria. Pido disculpas al autor, por la mala utilización y por las fallas, si las hubiere. Fallas que Andrés sabrá pillar, no en vano vive en Valencia.

 

Andrés, Manolo…La foto es bien chula ¿Qué culpa tengo yo de que en el recuerdo tengamos voz de tiples y no de tenores ni de bajos? Si no os sentís cómodos en el papel, podemos recurrir a las famosas Marías, que también eran tres, sin necesidad de caer en la droga: la política, la religión y la gimnasia ¿Cómo creéis que debiéramos hacer el reparto de estos elementos, teniendo en cuenta que la religión está como está, que la gimnasia se confunde aún con la magnesia y que a la política se le ha puesto una cara realmente asquerosa?

 

Un abrazo

Marianín

13 comentarios

Andrés Martínez Trapiello -

¡Vaya!, la primera vez que gano algo.

Mira Javierdelvi-nopongomás, que tengo pendiente el viaje a París con Froilán, el del concurso de Chema Sarmiento y Pablo Huarte.

De todas formas, no sé; es que ese premio…

Voy a aplicar lo que decía mi padre: “Hombre de muchos oficios, pobre seguro”.

Es mucho premio para mí: ¿Hacer las sopas y bañarme?. Además, si tengo que llevar la hogaza de pan, el Prieto Picudo, el colchón hinchable, y el agua para la piscina…

Javier del Vigo -

Andrés, Andresito mío...

Siento comunicártelo: has ganado!

¿Sabes? Ve preparando bañador y calentando pellejo. Verás tu sin con p.p. o directamente con el alcohol de quemar...

La piscina está lista. A punto.

Quiera el señor que el día en el que te sumerjas en ella luzca, al menos, el frío sol de invierno...

Piensa que yo te reservaba para preparar el ajoarriero. Como revulsivo tras la panzada en la piscina del antiguoalumno que ganase el dudoso premio...

Has ganado, chaval! El protagonista misterioso era Isidro. Isidro el inmenso, la mitad de Cantabria. Más grande que todas las anjanas de Potes juntas. Aunque lleve tiempos sin soltar globos al aire, llenos de recuerdos y nostalgias bellas.

Día llegará... Lo espero con fruición!

Piénsalo, Andrés. No sé si te conviene recibir el premio y ser el restaurador, en un mismo acto.

Ganaste, por lo que el premio es tuyo!. Ve poniéndote el bañador, que yo te espero para el remojón!

Andrés Martínez Trapiello -

Querido Javidelvigo……:
¿Qué tengo que ir yo a preparar las sopas de ajo? ¿Más concurso? ¿El premio?

¡Vale!, he ganado: ISIDRO CÍCERO GOMEZ.

La respuesta por delante.

Ahora, Javidelvigo: SI vieras pasar al Furriel por la puerta de “algún campo de fútbol”, cuando estés pidiendo, ruégale también mis dietas.

Furriel: Mira si tiene ficha Javivi, a nombre de quién está. Que resulta que “no sabe si es él”. Entonces, ¿Quién vino al Cincuentenario?

¡Joer!, cada vez lo ponéis más complicado.

Javier del Vigo -

"No sé si yo soy yo".

Quien ponga autor a esta frase tan rotunda, tan vital, de filosofías tan esenciales, sepa que tiene pagada una zambullida invernal en la piscina del complejo de cemento y bípedos sedicentes "humanos" donde gasto mis noches soñando...

Si al salir de la zambullida aún respirais, el premio incluye alcohol puro de quemar con un plato abundante de sopa de migas al ajoarriero, especialidad de Andrés Martínez Trapiello.

(Pista: el autor de la frase debe seguir meditando quién sea él por algún rincón de la Cantabria infinita. Incluso alguna vez nos deleita con magia maravillosa salida de sus entretelas. Cuando el tiempo, que no tiene, se lo permite!)

Yo soy, en este portillo, -confieso- el padre de la "criatura". Me salieron tres, al menos. Y me endiñasteis una. Tres fotos con los mismos protagonistas. Tres protagonistas. Como las tres ciudades Santas. Igual que las hijas del Cid. Tres! Como la inmensidad del mar, uno y trino...

Pío, pío, pío...! gorjeaba el jilguerillo, allá en el bosque de Leire, ese retoño del árbol Cortés, al que apadrinamos en comandita.... La Trinidad de los Tenores devenidos en Bajos me persiguen, en la alta noche, cuando estoy de insomnio. ¿Lo mío será grave, doctores?

Un beso para la chiquilla, abuelete!

" No son tenores los tres;
ni nenitas, ¿No los ves?
Si acaso, serán tenorios.
¡Envidia me das, Doña Inés¡."

El día que me salga a mí, como sin querer, -tan pichi!- un "ripio" tan bello como éste, tan cadencioso en su majestad hilarante, os juro me he cortar algo: el pelo, la proa, la palabra...

Cuánto Becquer "escondido en el ángulo oscuro" hay entre aquellas jaurías de antiguos alumnos dominicos, chavales!

Enhorabuena, ASPIRANTE AL CLUB DE LOS POETAS VIVOS! Tienes mi voto para tu ingreso cum laude! Si hay que pagar a algún "refractario", dime. Iré a pedir a la puerta de algún campo de fútbol, por muy "catedral" que sea, donde ya ni leones con melena al viento quedan!!

Una duda. Si los tenores no son tenores, que son bajos y tenorios, ¿qué seré yo?

Jasón envuelto en su "bellocino de oro"? ¿Un trilero cretino, aunque hube venido al mundo en Burgos? ¿Seré Margarita de Pubis angelical?

O he de confirmarme como "javivi" del almuédano de Villajoyosa?

Ya digo. No sé si yo soy yo. Deberá alguien sacarme de mi duda o decirme que ya no llevo aquellos cuernos tan hermosos con los que me retrató hace ya meses Mariano, triscando por los montes de alicante, en posición de Gran Cabrón...

Salud y buen día, compañeros! Que tocó el timbre en mi trabajo y se me acabó la guardia!"

Santos Martínez Vibot -

Mariano, no sé si es la primera vez que llamas a JaVIerdelVIgopalencia Javivi, pero es genial porque además de estar tan relacionado con su nombre le estás llamando "querida". Lo cuál, para el cachondeo que os traeis va como anillo al dedo.

¡Gracias por las risas!

Mariano Estrada -

Vaya, se equivocó la paloma, pero por poco “¿Y quién eres tú, dinos, que no te recordamos?” Teseo no, ya que te declaras padre de Ariadna. (Hola, Ariadna, todo el mundo tiene su cruz, y ésta es la tuya, contra eso no hay muchos remedios)

Pero vamos a ver, señor trilero de Castro Urdiales o Cebollino de Arija: ¿Tendremos que llegar a la conclusión de que eres tú el Minotauro? ¿Pero no quedamos en que el Minotauro era una vaca de Muelas? ¿Ahora resulta que es un toro de Creta?

No, Mariano, de Creta son los cretinos como tú. Los morlacos como yo somos de la cuadra de los bonitos del norte, los que vencieron en batalla desigual a los cabrones de Aitana, ésos que estaban en esa Sierra alicantina para equivocar a las palomas.

Vaya, que este ovillo se enreda.

Tendré que ser yo, finalmente, el que desvele el misterio. Y el misterio es éste: los tenores de la fotografía son los que quisieron cantar en Caracalla y los mandaron a tomar por el extremo de la columna, que es donde ahora están instalados con los nombres de Ilion, Isquion y Pubis.

Y están tan aromados que cuando cantan, huele. Por eso hay que darles incienso, mucho incienso…

Un abrazo, Javivi. Un abrazo a todos

Javier del Vigo -

Coño, Mariano!

Ariadna es mi hija primogénita!! Tiene ya la friolera de sus 17 años; me iguala en altura...Caray! Pero la gano en años -un montón- y kilos -es de las que no comen carne, porque eso es matar vida...!- !

Maldita vida!

Por lo demás,hermanos, coincido con Mar i ano. (No podía ser de otra forma, caray!)

Los tres tenores son aquellos magníficos chavales que un día corretearon por un colegio lleno de ilusiones. Son estos venerables "señores" que hoy lucen esta belleza tan "serena"...

Os adoré ayer, caballos de una hermosa yeguada!

Os adoro hoy, Andrés, Manolo (abuelos), y Mariano (pelotari!) de saberos taan bellos frente a la luz de octubre, en este trascendental 2007...!!!

Mariano Estrada -

Manolo, Manolín: estás obligado a poner nombres, dice Heredia. Y a ponerlos ya, para no se enfríe esa historia de suplantaciones que parece sacada del teatro.

Heredia, no sabes lo que me he reído con tu infructuoso intento de saber quién es quién en la historia de las nenitas y de los tenores. Hasta yo me dejé llevar por tu imaginación a unos laberintos de los que luego no sabía salir ¿Quién soy yo?, me preguntaba. Parece fácil, ¿verdad? Porque si Manolo es Concha y Cortés es Margarita, está claro que Mariano es Araña, pero, ¿quién coños es Ani? Se hace necesaria la presencia de Javier del Vigo, que es el que nos hizo la foto e intuyo que él recuerda el lugar que ocupábamos cada uno en la escalinata. Claro que también puede ocurrir que Javier sea un trilero y ninguno de los tres se halle donde parece, porque “donde yo no me hallo no se halla / hombre más apenado que ninguno”

Como veis, Manolo y Heredia, seguimos necesitando el hilo de Ariadna ¿Qué quién es Ariadna? Está bastante claro, ¿no? Javier del Vigo.

Un abrazo

Andres Martínez Trapiello -

Así se hace, Luisín: ¡Dale caña a Manolo, que escriba! Y quedan más que no ponen palabra tras palabra.

Oye, Luís Heredía: ¿Como va lo tuyo con lo mío de los 19 €, mis dietas? Es que el Furriel dice que "nanay".

Luisín Heredia -

Manolín, no es que te instruya, es que te obligo y te ordeno que revles la identidad ahora mismo.

Yo he querido guardar la mía bajo el seudónimo de "ASPIRANTE AL CLUB DE LOS POETAS VIVOS" y ardo en deseos de descifrar el "tocho" de Marianín.

Manolín, por favor, sigue deleitándonos.

ASPIRANTE AL CLUB DE LOS POETAS VIVOS -

Al Iltmo. Presidente del Club de los Poetas Vivos y Coleando.

Estimado Sr. Mariano:

He leido el tocho al que se refiere Don Furriel como comentario a pies de foto en la que aparece Vd. junto al Sr. Manolo y Don Cortés en exaltación de compañerismo y amistad por partida triple.

He querido entender por el mensaje subliminal de Don Furriel que deja al arbitrio de cada uno que descifremos el jeroglífico que contiene el "tocho" de referencia ya que Don Furriel se ha armado la picha un lío, o como dicen los finos en Caiz, está mas liao que`r bigote de una gamba- de ahora en adelante que el bigote de Don Cortés-, cuando iba leyendo por el pasaje de que Manolo es Concha.

Ciertamente, al principio, a mi ocurrió lo mismo y a mitad de la lectura, me encontré mas liao que el bigote de Don Cortés.

Creí entender quiénes eran Concha y Margarita,- me costó creerlo conociendo al Sr. Manolo y a Don Cortés-,; incluso Caracalla me suena así como a algo de Historia o Facundo, que creo que dió la vuelta al mundo si mi memoria no me falla, hablando Vd. de Valencia.

Pero al punto de descifrar quién es la Araña, créame, me deprimí ante mi incapacidad de raciocinio y agilidad mental. Pensé que podría estar Vd. haciendo un juego de palabras con el afamado chiste del animal que es dos veces animal: EL GATO- dije para mi- PORQUE ES GATO Y ARAÑA.

En definitiva, que es mi intención aclarar al resto de mis compañeros de Colegio y de Blog - con más razón a los que nunca hayan oido hablar ni visto al trío de la foto ni a la sazón como alumnos ni en la actualidad, la identidad de los mismos.

Al mismo tiempo, ante el anuncio de la fundación del Club de los Poetas Vivos o Muertos, más adelante, le agradecería considerase mi ingreso, para lo cual le remito un breve trabajo en TRES PALABRAS que espero sea de su agrado, de los miembros del Comité de Ingresos, del de Empresa y del de la Real Academia de la Lengua por si quedara vacante algún asiento.





"Tres eran tres,
Mariano, Manolo y Cortés,
bautizado como Andrés.

Mariano, mirando al biés;
Manolo, mirando ¿A quién?
y en el centro Andrés Cortés,
con pose de dandy inglés

La foto, muy clara es.
Ni Concha ni Araña, pues.
Te perdono este traspiés
porque al menos con Andrés
has acertado esta vez

No son tenores los tres;
ni nenitas, ¿No los ves?
Si acaso, serán tenorios.
¡Envidia me das, Doña Inés¡.

Está bien claro y notorio:
Tres eran tres,
Mariano, Manolo y Cortés,
bautizado como Andrés,
da igual que cojas la foto por delante que al revés."

Manolo Díaz -

Nuestro Marianín nos edulcora el blog, una vez más, con un poema, mitad recuerdo, mitad cosecha propia. ¡Gracias, amigo!
El remate final, con alusión a las tres “marías” me recuerda una anécdota que viene muy bien al caso.
Hasta que no reciba instrucciones de Luisín Heredia, esconderé a los protagonistas bajo dos seudónimos: Luis y Juan. Y añadiré que les unía y les une esa auténtica amistad, tesoro divino, que se fragua compartiendo hora a hora, día a día, año a año, vivencias y sentimientos.
En un largo peregrinaje de progresión académica, después del “baccalaureatus”, sólo esas tres “marías” de las que habla Estrada separaban a Juan del título de licenciado por la Universidad de Valencia.
Con la “religión” y la “política” hubo posibilidad de negociar el aprobado. Pero la “gimnasia”… ¡Ay, la puta gimnasia! Juan aun sueña con aquel individuo, clónico del movimiento, retrato robot del adicto, que incluía bigote preceptivo y normativo. Montó en cólera ante la proposición de una permuta. ¡Confundir lo físico con lo psíquico, la gimnasia con la magnesia! ¡Osadía imperdonable! Su furia desatada puso día y hora al examen, amenazando con las máximas exigencias en cada una de las cinco pruebas.
“¡Ay, mísero de mí!”, pensó Juan, viendo cómo se alejaba la ansiada licenciatura. Y entonces recordó que su amigo Luis era un atleta de élite, que pudo haber competido en cualquier olimpiada. Lo llamó, consciente de que Luis pertenecía a esa clase singular de amigos que si los llamas a las tres de la mañana para decirles que acababas de cargarte a un individuo, nunca te hacen preguntas y se limitan a responder: “vete pensando dónde lo enterramos que salgo ahora mismo hacia tu casa”.
En este caso no enterraron a nadie, pero acordaron viajar juntos desde Asturias hasta Valencia y realizar el examen, previa permuta del examinando, Luis por Juan.
Para agilizar el relato, puenteamos los pormenores del viaje a bordo de un seat 850. Sólo una reflexión: ¿Cómo es posible que en Tordesillas les multasen con 2000 pesetas por exceso de velocidad?
Sigamos. En junio hace calor en Valencia. Y aquel día, a las cuatro de la tarde, sesteaban las cigarras.
Comienza el examen. Luis, en la prueba de los 1000 metros, saca 50 de ventaja a los demás examinandos. En salto de longitud, establece un record que seguramente aun se mantiene.
Y así sucesivamente. ¡Quería conseguir matrícula de honor para su amigo! Pero el paisanín del bigote, cuando sólo faltaba la prueba de trepar por la cuerda, un tanto mosqueado por los registros de Luis, le demandó el carnet. Juan, camuflado entre el público del recinto, seguía los acontecimientos con la máxima tensión. Escuchó la demanda y pensó que había llegado el fin del mundo. Luis, rápido de reflejos, contestó que tenía el carnet en el vestuario. “Vete a buscarlo”. Y hacia allí dirigió sus pasos, seguido disimuladamente por su amigo, ambos rumiando la misma amargura que un condenado ante el pelotón de fusilamiento. “Y ahora ¿qué hacemos?” Intellectus apretatus…
¡Había que arriesgarse! Intercambiaron la ropa y Juan, sudando más que si hubiese hecho él las pruebas, se presenta ante el ínclito con el carnet en la mano. El paisano mira el carnet, mira la cara del alumno, lee el nombre y exclama: “¡Ud. fue el que me escribió desde Asturias para escaquearse del examen! ¡Pues me hizo gastar una peseta en sellos! ¡Venga, termine la prueba que le falta!”. “¿La prueba que me falta? ¡Como para subir por esa cuerda estoy yo ahora!” Así que sujetó la cuerda, hizo un par de intentos y apenas despegó del suelo. Y el paisanín, libreta y bolígrafo en mano: “¿Qué le ocurre ahora?” Juan, con la garganta estropajosa: “Mire, me levanté a las tres de la mañana. He venido conduciendo desde Asturias y acabo de realizar las cuatro pruebas anteriores. Estoy completamente agotado”
Sacó NOTABLE. Lo celebraron cenando una paella en un restaurante de la playa del Saler.
Marianín, ¿ayuda este relato a esclarecer la pregunta con la que cierras tu brillantísima intervención?
Manolo

Andres Martínez Trapiello -

¿Tenores?
Cantad, malditos: UIEOA, UIEOA, UIEOA AAAAAAAAAAA.

¿Dónde andan Andrés Cortés (nuestro Ito) y Manolo? No enseñan la patita en el blog.