LAS MANOS DEL P. MORAN
El día que nuestro amigo Miguel Angel, Prior de la Virgen del Camino, nos invitó comer con toda la Comunidad de Dominicos, Pedro "Perico" "Pajarín" estuvo toda la comida insistiendo al P. Morán en que nos tenía que hacer y dedicar algún dibujo. Mientras tomábamos el café y el orujín, el P.Morán nos dibujó estas manos que según nos dijo, "le gustaría darnos a todos los que a lo largo de los años pasamos por el Colegio". Ante tan dign dedicatoria le pedimos que nos los firmase y aquí os lo dejo.
Manos de artista,
de buen hombre,
de sonrisa perpetua,
sencillo,
de Manzaneda.
5 comentarios
Vibot -
Desde Caleruega que no tenía un Cristo junto a mi.
Es gracias al bondadosísimo influjo del recuerdo del P. Morán, y a la avasalladora e irresistible simpatía de todos aquellos chavales que retorna feliz...
¿Sabéis de qué hablo, verdad?
José María Cortés Aranaz -
Manuel Arango -
Allá por el año 1965 cuando el P. Morán se dedicaba a la escultura, un día, no recuerso si por insistencia nuestra o por iniciativa suya, se le ocurrió llevar a clase un crucifijo. Nosotros un tanto extrañados le preguntamos el motivo de aquello. Él escribió un número en un papel y nos dijo que fueramos diciendo números. Recuerdo perfectamente que el número premiado fue el número nueve y el afortunado era yo mismo. Desde entonces guardo "como oro en paño" aquel crucifijo.
Por correo remito a Josemari una foto de ese crufifijo.
Por todo ello. Muchas gracias P. Morán.
Andrés Martínez Trapiello -
También contribuyó Tello, que me deseó gracias Tello- que siguiera teniendo paciencia.
Él y Torrellas fueron los responsables de que un día de Marzo del setenta y cuatro prometiera en alegrías y penas, en salud y enfermedad todos los días de mi vida. Mientras, en el coro, Baldomero jaleaba primorosamente a la escolanía.
Pero vuelvo al 2004, cuando apareció, después de emociones y encuentros en aquella fecha con estos maravillosos zumbaos del GL, apareció repito- el Padre Morán con una pequeña figurita hecha con sus primorosas manos: Era su presente para la Asturianina y para mí. También quiso contribuir con su recuerdo que conservo como oro en paño.
Gracias, Padre Morán.
Jose Ignacio Serrano Mallada -
suaves manos,
blancas canas
con encantos.
No te vayas
con los años,
que me llamas
tras tus pasos,
si dibujas
esos rasgos
de palomas
con abrazos
a las obras
de tus trazos,
viejas almas
de ojos claros,
No te vayas.