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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

UNA DE MÚSICOS

UNA DE MÚSICOS

Con el correo que me ha enviado el muy querido compañero Carlos Tejo os invito a leer el relato que ha escrito con una dedicatoria muy especial. Gracias, amigo Carlos por enriquecer este blog con tus relatos. Con este abrazo te envío nuestro cariño.


Querido José Mari, este relato es intemporal, aunque tenga fecha. Quiero decir que puedes esperar lo que quieras para añadirlo al blog. Qué más quisiera yo que tener recuerdos abundantes de La Virgen del Camino. Pero no los tengo. De ahí que, de vez en cuando, me invente historias y se las dedique A LOS NUESTROS.


Repasando un anuario de esos que envejecen en mi modesta biblioteca y teniendo también a mano un semanario local riosellano “La Atalaya” del año 1926, se me ocurrió este pequeño relato, que no tuvo lugar, pero que bien podría haber ocurrido. Los personajes, si puedo presumir de haberlos conocido a todos; bueno, esto no es ningún mérito, es cuestión de edad. Puedo añadir que tuve el privilegio (y la osadía) de escribir la biografía de los pintores hermanos Uría Aza, que cito en el relato. ¿Y Seito y Pilar? Pues fueron además de algo parientes, músicos de romerías y procesiones y él, animador casi a diario de chigres y sidrerías. A  Seito lo pinté hace 28 años. Lo saqué de una fotografía hecha por mi padre en los años cincuenta.

Aquel fin de semana que acompañamos a Marcelino en su viaje a nuestro Norte, me enteré por Conchi que Marce había sido, de más joven, músico de orquesta, de las que van de fiesta en fiesta. Pues bien, con vuestra benevolencia, me gustaría rendir un pequeño homenaje a los enamorados de todas las músicas que, habiendo compartido espacio en La Virgen del Camino, hoy se funden en un abrazo y sienten que los seguimos queriendo: Marcelino, José Ramón, Uría, Torrellas…etc…etc

 

 

SEITO Y PILAR, FIN DE FIESTA

 

Transcurría el año 1926 y en el barrio del Portiellu, lugar que festejaba San Juan, las buenas gentes de Ribadesella se disponían a remontar la ría en pequeñas embarcaciones, dirección a los Campos de Oba.

Esta primera fiesta era preludio de las de Guía, que organizaba el Gremio de Pescadores; Santa Marina, cuya infatigable comisión estaba encabezada por los simpáticos jóvenes Ulpiano, Amador y Joséchu, y otras fiestas que encendían como velas de cumpleaños la tarta del concejo.

23 de Junio, tiempo de sur. Con inefable serenidad ardió la tarde.

Mientras en el pueblo, los pocos que allí quedaron, hacían sonoras las aceras y asaltaban los bares. Otros muchos, ya en Oba, se reunieron por racimos de afección y amistad, llevando muchos hijos y pocas pretensiones, animados del honrado propósito, que realizaron felizmente, de comer.

 

A lo lejos, en la otra orilla del río Sella, cerca del alisal grande, se oyó una gaita. Nadie de los presentes en los campos de Oba volvió la mirada. Eran Seito y Pilar, gaitero él, ella, su compañera de siempre.

 

Las noticias de aquel año hablaban de las lejanas tierras de Marruecos, donde un hombre, Abd el Krim “El león del Rif”, plantaba dura batalla a las fuerzas españolas capitaneadas por el joven Francisco Franco, recién ascendido a General.

Noticias confusas, con nombres que, de tanto repetirlos, sonaban ya a familiar; Tetuán, Millán Astray, desembarco de Almucenas, Sanjurjo y, otra vez Franco. –“Que si, que ye verdad, dicen que solu tien 35 años”, y una vez más Abd el Krim.

Demasiados miles de muertos de un pueblo y otro para glorias personales tan efímeras.

Los más ilustrados de la comunidad, formando un solo grupo, entre los que se encontraban el médico Ricardo, el fotógrafo Delgado, los pintores y  hermanos Bernardo, Antonio y Tyno Uría, el boticario Laredo y alguno más, comentaban el fallecimiento, un poco absurdo, del gran arquitecto catalán Antonio Gaudi, acontecido no hacía dos semanas.

 

La gaita se escuchaba más cercana, y ya, río adentro, tropiezo a tropiezo, por el vado, Seito y Pilar iban distinguiendo niños de mayores y olor de alisos y guisos.

 

Más no todo eran noticias tristes. El boxeador Paulino Uzcudum acababa de proclamarse campeón de Europa de los pesos pesados, y con él, todos los españoles, y, por descontado, todos los riosellanos, se habían convertido, con el último “gancho” de Paulino, en los seres más fuertes de Europa. Al finalizar la noche, no faltaría quien hiciera alarde del título, pretendiendo a base de mamporros y alcohol compartirlo con el campeón vasco.

Las cestas, poco a poco iban mostrando su mejor cargamento, y los niños que alrededor revoloteaban, eran como imanes ante los cachetes de los mayores.

Las noticias locales eran más del agrado de los comensales y, aunque alguno tenía familiar en África, no enturbió la alegría de los acompañantes, ni tan siquiera mencionando una sola anécdota del ausente.

Continuaba la comida campestre y los jóvenes hablaban de la compra de una moderna pianola que el empresario Joaquín había efectuado para inaugurar un magnífico salón de actos en Sebreño; pero sobre todo, lo que más comentarios suscitaba, era lo acontecido en las cercanías de Collera, hacía varios días. Pancho, el de la imprenta, sacó del bolsillo un recorte del semanario local “La Atalaya” y se puso a leerlo, con el consiguiente regocijo de los presentes: “Una luz misteriosa que aparece y desaparece tras breves intervalos, a altas horas de la noche, tiene intrigados a todos los vecinos del pueblo, y a muchos de Ribadesella, que acuden a presenciar el fenómeno. La ignorancia y superstición de algunas sencillas gentes dan pábulo a los más absurdos disparates, atribuyendo la aparición misteriosa a espíritus de otros mundos. Se cree muy fundadamente, por las personas sensatas, que si “el fantasmón” sigue dando señales de vida por los aires, no ha de tardar en caer…y las caídas suelen ser peligrosas”.

Aquellos que escucharon la lectura de Pancho, hacían conjeturas sobre la identidad del fantasma de Collera.

 

Caída, la que muchos chicos esperaban con malicia que ocurriera, ya que, ahogada la gaita, Seito y Pilar ayudábanse mutuamente a remontar sus muchos años y la escollera natural del río, ora empujando, ora tendiendo la mano, para auparse a los campos de Oba.

 

El vino de Telesforo, el del merendero “La Guía” comenzaba a hacer  efecto y el tono de los componentes de la jira era cada vez más cálido y desenfadado.

Los grupos de amigos, de parientes, de vecinos, engullían y bebían copiosamente. Iban las empanadas y los piropos de boca en boca. Repartíanse  sardinas y pellizcos. Los  vasos quedaban vacíos  y los rostros se enrojecían.

A la sombra de los alisos, a orillas del Sella, resplandecían unos ojos de mujer y tartamudeaban unos labio hombrunos.

El amor, confabulado con la digestión, hacía vivaz el verbo y risueño el momento. Bajo la enramada, ninfas de faldas de percal corrían voluptuosamente perseguidos por silenos de boina.

 

Así transcurría la fiesta cuando llegó la pareja de viejos. Seito hizo sonar la gaita y Pilar entonó una “asturianada”.

 

Después de la empanada y la tortilla, la “asturianada” ejerce en el pueblo una influencia infernal, si la danza y el canto hubieran sido proscritos de la Gloria.

Los jóvenes, enardecidos, bailaron y bailaron chispeantes los ojos, abrasadas las mejillas, leves los pies, atolondrado el espíritu.

 

Durante su indecisa marcha, de grupo en grupo, Seito y Pilar, míseros e insignificantes, derrotados y tristes, suscitaron idénticos alborozos. La gaita, senecta como ellos, con más achaques que fuelle, era fuente de bulla. En los labios sumidos de Pilar, la copla era, con todo, la flor más lozana del campo.

Y así marcharon los viejos, que tal vez solo aparentaban serlo, soliviantando reuniones, recogiendo calderilla y sembrando, ellos, tan decrépitos, el oro de la mocedad.

 

Llegó la noche. Los campos de Oba se quedaron en silencio, solos, aguardando otra fiesta que se antojaba lejana. La gente había huido en tropel, en las embarcaciones, río abajo, hacia la villa.

 

Seito y Pilar, con su gaita que, de hija, de sombra, de sostén, de recuerdo y aún de porvenir, desempeñaba bondadoso cometido, dieron por concluida la jornada.

Tocoles a su vez el desquite. Lentos,  titubeantes y cansados, sentáronse a la sombra de un aliso, y buscaron en un vaso de vino la estrella, no por pequeña menos luciente, del olvido.

Silenciosos, ensimismados, recontando quizás las monedas recogidas, los dos viejos reposaron durante una hora. Callada la gaita también, quién sabe si consciente del lamentable sino de sus sueños, que hay parias que pasan por la vida y de sus sones dependen. No obstante, el vinillo dio a sus almas secas frescura de paz.

 

La noche se adensaba en sombras y silencios. Los hombres felices de las empanadas allábanse ya lejos. Las novias, que tanto bailaron, sonreirían recordando los bocados de tortilla y las picardías, los filetes empanados y los pellizcos.

 

Pasado un tiempo, los viejos cambiaron una mirada y reanudaron la marcha, el Sella iba bajo, camino del ignorado tugurio que tenían por morada.

 

La luna asomó tras el monte Mofrechu, como un lírico paseante rezagado, su bobalicona cara. Por la vereda de Oba, alargábanse las sombras como reptiles. Saltó en el aire el revuelo inconsecuente de un murciélago

 

Desde lo alto, en la aldea de Junco, los viejos miraron río abajo, allá en la villa, y un resplandor de fuego ascendía como se elevan los buenos pensamientos.

Era el barrio del Portiellu. Era San Juan y su “foguera”. Era Ribadesella en 1926.

 

Al paso de Seito y Pilar cantó un grillo.

 

 

10 comentarios

mariángeles -

Es cierto,que requiere prestar mucha atención a los términos que emplea la juventud."dar caña","estar suelto","ir de finde",confieso que leo la prensa,oigo radío y t.v.Por eso de que una persona sin información ,es una persona sin opinión....Aún así me supera la realidad,confieso que el término "hacer la peineta",lo desconocia,no el gesto,sí la expresión,domino lo del "marrón que te ha caido" y algunos más,pero reconozco,que me superan las nuevas expresiones...Hace años me paso con lo del famoso carrete, parecia que solamente lo sabian en Madrid ,que era donde "se supone"sucedía,y nosotros los pobrecitos de "provincias",no teníamos "pajolera" idea de nada,al final queriamos saber,el morbo" estaba servido,algunos tardamos más que otros en enterarnos del famoso"carrete",concretamente yo,lo hice a través de una amiga que tenía en aquel entonces una mercería,se le habían agotado los lazos de seda......¡señor,señor!...Bueno es el día ,de la igualdad en los salarios,y a propósito de la manifestación de mañana,¡yo por mi futura pensión,mato!...Bueno ,después de esta "coña,marinera",saludo a todos/todas,pero en especial a Javivi,¡ maestro,es un plácer leerte!,Un besín ,Mary

JOSE MANUEL GARCIA VALDES -

Javivi, que Dios te coja confesao porque, como ves, hay mucho corrector; ¡cuanto profe desperdiciao! No sé si te pasaba lo que a mí, cuando corregía exámenes, era tal el cúmulo de barbaridades que se escribían que tenía que recurrir permanentemente al diccionario. Hubo uno que siendo alumno del Jovellanos escribió que estudiaba en el GOBELLANOS, ahora pienso que el cabrito de él lo hacía para tocar las Bowlings porque, de lo contario, no se explica. Como estamos jubilados podemos escribir como nos dé la gana ¿álguien se atreve a decir lo contrario?
vesos y avrazos

justino -

Atta. Javivi:
¿Pero que te he hecho yo para que quieras despellejarme? Solo soy un sencillo rèportero a órdenes
ajenas que se limita a cumplir con su trabajo.
Encuanto a lo de la empanada, lo recuerdo perfectamente. Eso si, te faltó un detalle. No se trataba de una simple empanada de atún o de vieiras o de zamburiñas, como aquellas con las que solían dleitarme los chefs que tuve en mis años de hotelero, sinó de empanadas MENTALES. Esas empanadas que afectan mas a las meningesy al psique. No se si alguna vez me dirían si era poseedor de alguna, pero de lo que si estoy seguro es de
la lindeza con la que el prior a veces se dirigió a mi, y esta no era otra que "rabo de lagartija". ¡Imagina como sería!
Sobre mis gastos a cargo del erario furrieril, todos están debidamente justificados. A mi regreso de cada periplo por el largo y ancho mundo adjunto justificantes a las becarias Pipita y Purita. Y siempre cuadran.
¿Señorito yoooo? ¿por que? Eso se lo debería al mucho cine que llevaba a mis espaldas cuando me incorporé al cole y tal vez vislumbraras en mi algún ramalazo que posiblemente David Niven me inculcó en una de sus interpretaciones.
Ah! Se me olvidaba. En breve te haré visita con cámara en ristre, por supuesto. Así que el que avisa no es traidor.
Un abrazo muuuu grande de otro de los nuestros, que por cierto estuviste genial.

TUÑÓN -

Preciosa romería asturiana de prau la que has narrado Carlos.Solo te faltaron les piragües que seguro en aquella época ya bajaría`por la ría.
En tu relato hablas del Mofrechu.
Ye un picu que yo he subido infinidad de veces y te aseguro que las vistas que se aprecian desde el son sublimes,con la rasa costera de ribadesella al norte y el macizo de picos de Europa al sur.son unas vistas extraordinarias.
Si alguno os atrevéis a subirlo seguro que no lo olvidareis en la vida.
Además es muy fácil de subir.Se coge la carretera que une Nueva de Llanes y Corao,a mitad del camino dejamos el coche el La Collada de Igena y en poco mas de una hora se está arriba.
Si tenéis oportunidad no dejeis de hacerla.
TUÑÓN

José Luis Alcalde Revilla -

Ayyy Javivi, primero acompañarte en ese trance y desespero, mas no resisto la tentación y eso que rezo el Padrenuestro, pues la cosa del 'Palabrero' me va...ya es un vicio. Por eso déjame decirte...déjale decir al 'profe' que el giro que usas el 'latino' no lo diría así, porque es: "tamquam TABULA RASA", sin 'emes', jeje. No uses el "acusativo", aunque "acuses" al ALCALDE -y no es que me dé por aludido- de no dejar las cosas limpitas jejeje. Ya con la aplicación del 'dicho' al caso, no me meto, pues iría pá largooo...Me queso en las "emes"...en el "MMMierda" del culo, que usas, ahí todas las 'emes' que quieras ¿Ya me llamaste 'metomentodo'? Lo merezco, pero me he divertido un ratillo de sábado, antes de ir de Bautizo, a la Parro, dejándote un beso, porque soy joseluis ALCALDE (jejeje), El Besucón

Javier del Vigo -

Uy, recoño! ¿"mañana expléndida"? Menos mal que sois espléndidos, dotados de una magnífica comprensión...

Javier del Vigo -

No, Antonio, no me he quedado sin alcalde. Lo han metido en la cárcel, "para que no destruya pruebas"... Y ejerce "en funciones" el primer teniente, al día de hoy, también sin abscripción partidaria. ¡Un laberinto político de dificil comprensión, compañero!

Andan rápidos los jueces por acá, recoño! Si el alcalde tuviera mierda en el culo -con perdón- ya habría podido dejar todas las dependencias municipales "tanquam tabulam rasam", que decía el latino, dado el tiempo que lleva imputado el hombre.

Uno, que, -a veces, es rasabiado- se pregunta: ¿habrían hecho lo mismo, si el alcalde a enchironar hubiera tenido la sombra protectora del PSOE, del PP o del PRC?

En fín. "Por la vereda de Oba, alargábanse las sombras como reptiles. Saltó en el aire el revuelo inconsecuente de un murciélago", escribe CArlos arriba. ¡Cuántas sombras se hacen reptiles y cuánto murciélago se hace vampiro chupasangres, allá en los lejanos Cárpatos!

No sé qué dirá El Pitu sobre el tema de la igualdad legal de toda persona ante la ley ("in re"), pero lo que es seguro es que Justino aún no ha salido de los matojos... Y ando yo preocupado por saber si la gaita es gaita, o rabel o txistu, o...

Luce expléndida la mañana, acá, a orillas del Cantábrico. ¡Qué dure! Feliz "finde"(¿qué, os gusta el palabro?), amigos!

Antonio Argüeso -

A la vista está, caro José Manuel, que dar estopa (para los jóvenes o menos viejos: ahora se dice “dar caña”, pero el Pitu ya es un jubilao ¡qué le vamos a hacer!), lo que se dice dar estopa la que arriba da el javivi, que me he enterado se ha quedado sin alcalde. Y no me preguntes por mis ausencias. Perdido no ando por aquello de que ningún perdido se pierde pero, como las coles, por estas tierras durante el invierno se hiberna y durante la cuaresma se guarda recato. ¡Ya llegará la primavera!, ya.

Carlos, delicioso tu relato, que aunque fechado en 1926 se adentra en el tiempo y en lugares diferentes: “tiempo de sur”, que en mi región vuelve relochos a más de uno (término que aquí mismo quedó explicado hace unos 13 ó 14 meses); la gaita, que en Campoo se reemplazaba por el rabel; historias de guerras lejanas; noticias que se volvían legendarias. Y nombres y denominaciones ya irrepetibles: Ulpiano, Seito, Tyno, Bernardo, Pancho, Telesforo, merenderos, boticarios, boina, percal… ¡Una gozada, Carlos!

Javier del Vigo -

¿Gaita? ¿Quién escribió qué?

Este Justino...!

Porque Carlos estuvo -en tu/su escrito, Carlitos- comedido y nostálgico. Nada nuevo. Chapó, compañero! Es como si yo escribiera que el azucar es dulce... Obvio, Watson!

Mis felicitaciones, Carlos!

Pero a quien quiero despellejar esta noche (noche de viernes, gaita y tamboril, ya sabeis...) es a Justino, que va y viene a cuenta del "erario común" (¿de la "furrielería"?) sin que podamos exigirle que justifique nada.

Pregunta directa, Justino, que estuviste poco (creo que para tu fortuna) en aquel colegio:

-¿Recuerdas tú que significaba in illo tempore et in loco illo "tener la empanada"? (Claro! A ti no te dijeron nunca, mirada altiva, voz pretoriana, "estás con la empanada, chaval!"

Tras aquella imprecación, mejor te metieras bajo la tierra, a la búsqueda del champiñón perdido. Pero cá, tu, señorito, caminabas ya por las sendas del mundo y sus bacanales, "lanzando pellizcos a tentadores traseros" mientras via-andabas los caminos de la juventud explosiva.

Si es que hubo siempre gentes con suerte. ¿O no, Maika?

Justino -

Simplemente decirte que me ha gustado mucho.
Podría decirse que estuve de romería mientras leía, degustaba empanada y otras ricas viandas, bailaba al son de la gaita de Seito y cómo no! lanzaba algún pellizco que otro a tentadores traseros.
Un abrazo, Carlos