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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

DICCIONARIO DE LA MEMORIA (nuevas aportaciones)

DICCIONARIO DE LA MEMORIA (nuevas aportaciones)

 

El compañero Jesús Núñez Hípola me ha enviado nuevas definiciones, tantos recuerdos al cabo de los años, para ampliar el Diccionario de la Memoria. Como sabéis, el Diccionario será una parte importante del número 2 de la Colección el Tomillar, Cuadernos de la Memoria, en el que seguimos trabajando.

Os recuerdo que necesitamos vuestro compromiso para alcanzar la cifra de 300 ejemplares, número necesario para poder "meterlo" en la imprenta.

Como aparece en la portada del Blog, hasta hoy solo hemos conseguido comprometernos a adquirir 163 ejemplares. Y esta cifra me "jode", pues es mi número de ropa en el Colegio, el "163". Ya tengo ganas de superarlo. Sigo esperando vuestras peticiones en mi correo josemaricortes@telefonica.net

Ved las notas del Jesús Núñez de sexto curso en Marzo de 1970, en las que Pablo Huarte le recomienda "estudiar seriamente su vocación". Amigo Jesús, ¿le hiciste caso?


 
En el seminario de Villava recuerdo las siguientes palabras:
 
- La Órdiga: se decía esta interjección o bien "anda la órdiga" con mucha frecuencia para expresar admiración o sorpresa como recurrente en cualquier conversación fuera del "intelecto".   Ejemplo: cuando llegaba la hora de clase acudías resignado y decías: "la órdiga, ya es la hoooooora..."
 
- La Dominique: se conocía con este nombre al coche existente para el servicio del seminario.  Creo recordar que era de la marca Renault. El que tanto deseábamos aparecer conducido por el gran P. Noceda en los dias de campo portando los inmensos bocadillos.  En una de las fotos que te remito de un día cualquiera de campo se pueden ver estos "kilométricos bocatas".
 
No sé si será destacable para incluirlo en el Diccionario de la Memoria, pero me gustaría hacer una mencion especial para Fray Serapio, canario de nacimiento y que arreglaba todos los entuertos eléctricos.  Le conocíamos debido a su acento canario como "Fray no siende".

 
En el seminario de la Virgen del Camino recuerdo las siguientes palabras:
 
- Impostar: palabra utilizada por el muy querido P. Cura cuando ensayábamos los cantos de la misa diaria en la capilla de la escuela mayor y que si no recuerdo mal, consistía en fijar la voz con una intensidad media y redondeada sin estridencias.
 
- Las palmadas: como "Mayor" que fui en el sexto curso de bachillerato de 1969-1970, utilizaba las palmadas de forma contundente y moderada (dos o tres palmadas a lo sumo) para llamar a los compañeros apostólicos diariamente y a última hora de la tarde para rezar el rosario que yo dirigía en la capilla de la escuela mayor. También las utilizaba para la llamada al refectorio u otros lugares en caso de ausencia de algún padre.
 
- La hora: aproximadamente cinco minutos antes de la finalización del tiempo de cada clase, y como "Mayor" me levantaba del pupitre y le informaba al profesor diciéndole "La hora" y él con su anuencia me legitimaba para salir de clase y pulsar el timbre existente en el hall de distribución de la recreación, subida a los dormitorios, capilla, etc. y que significaba la terminación del tiempo de cada clase en toda la escuela mayor.  Recuerdo vívamente como los compañeros de clase, minutos antes de este momento me miraban de reojo y me decían con la mirada y expresión que se acercaba el tan deseado acontecimiento.  Esta labor me obligó a controlar el reloj de tal forma que aún hoy día puedo saber la hora y minutos en cada momento sin necesidad de mirar el reloj.

3 comentarios

Jesús NUÑEZ HIPOLA -

Amigo Antonio:
En mi época no se utilizaba eso del "Gochu", no obstante es curiosa la idea y me parece muy bién esta otra aportación. Además puede servir de modelo para ser utilizada con algún que otro matiz en la propia familia para estimular algunas buenas costumbres.
Un abrazo.

jesús NUÑEZ HIPOLA -

Querido Josemari:
Perdona por no haber podido contestarte antes a tu comentario sobre la vocación, pero debido a que soy bastante torpe en esto de la informática y a una intervención quirúrgica de mi mujer he parado casi mi actividad social. En lo sucesivo espero corresponder debidamente. Te digo, mi vocación como la de otros tantos se encaminó por la senda del matrimonio y lo que se dice en mi pueblo "dos hijas y una madre, la perdición de un padre".
Un fuerte abrazo.

Antonio Úbeda -

"El Gochu".

¿Os lo ponían en vuestro tiempo?
Cuando acababamos la misa y subíamos a los dormitorios, salíamos todos corriendo a ver si nos habían puesto "el gochu" y esconderlo.

El gochu era un plato con un cerdo dibujado que ponían en la camarilla que peor estaba ordenada, o sucia o con la cama mal hecha.

Había que entregar el platillo con una o dos pesetas y con el tiempo se organizaba una fiesta en la recreación con lo que se había sacado.