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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

PISCINA, PISCINAE (de la primera)

Carlitos Jiménez Cuervas-Mons, alias Bañugues, me envía un nuevo comentario sobre la piscina del Colegio.

Aprovecho este comentario para ilustrarlo con esta secuencia que os dejo y que he elaborado con fotografías que de la piscina tenemos en nuestros álbumes.

Me sigue impactando la colección de fotografías y documentos que hemos reencontrado, que continúan apareciendo y que enriquecen nuestras colecciones.

Imaginaos si los hermanos dominicos nos enviasen fotos y documentos que ellos de seguro tienen.

Queridos compis, puede que esté unos días ausente de esta plaza nuestra, me voy a Salamanca pues tienen que hacer una pequeña operación a mi nietín Alexis.

 


 

He creído leer que, dentro de la impagable labor del ministro, clorando, apagando y poniendo en marcha los motores, rellenando el agua pue se perdía con el uso o se evaporase con el sol, parece, digo, que se le atribuye la limpieza.

No,la limpieza dependía de un grupo de chicos(posiblemente escogidos a criterio del director en cada momento)y que suponía un enorme trabajo. Nos daban unos cepillos de raíz y líquidos de limpieza para deshacer el "verdín" de todo el invierno. Costaba mucho esfuerzo y sudor dejarlo impoluto para llenarla de cara a la primavera-verano.Íbamos descalzos sobre el aislante del fondo y,no era raro el cortarte con alguna grieta o pintura dura levantada. Lo peor era la parte del pozo porque retenían el agua todo el invierno y estaban más que sucias las paredes y todo el fondo. La inclinación nos hacía resbalar con facilidad hasta abajo, así que lo afrontábamos,unos desde arriba y otros desde la parte más baja del pozo. El P.Cura(me tocó a mi)era exigente en la limpieza. El sudor se deslizaba tanto por el esfuerzo requerido como por las prisas en acabar y ver salir el primer chorro de agua,ese que se mantendría durante muchas horas para nuestro lugar de recreo más libre de todos.No importaba que estuvieses con Pepe o Juan, nadie se preocuparía por el dúo como fuera del agua. Te dabas un largo y tropezabas con todos los que se interponían al paso. No era igual que si te veían en otro espacio. Podías charlar con cualquiera,disculparte por un empujón,hacer aguadillas...es por este tipo de cosas por la que,para mí,era el lugar de mayor libertad de todos los espacios.

Desde luego,en mis recuerdos,nunca se nos obligó a romper el hielo y meternos en el pozo los inviernos. Sí es verdad que había(en mi tiempo)un grupo de chicos que se levantaban antes de que nos despertaran con Mozart o Sibelius(o cualquier otro genio de la partitura) y que,al volver de la vuelta a la finca,llegaban a romper el hielo con una barra de hierro y,bajando por la escalera,se hacían un "adentro-afuera" y se enjabonaban después para el inicio del rito: había que mojarse pasando por el tunel de duchas-enjabonarse mientras ibas en fila por las losetas heladas que rodeaban la piscina(muchas culadas llevamos)-guardar la fila enjabonados y mojados despues de dar la vuelta al perímetro de la misma, "esperar entumecido" el turno-quitarte el jabón con otro paso por el túnel(o dos pasos si los hacías demasiado rápido)  y ¡arriba!, a la camarilla.

No llegar a la piscina de los primeros era mucho peor por las esperas que se producían.

Los primeros corrían alrrededor y hacían toda la parafernalia como cohetes... A mi me salvaba Urbano(siempre llegaba a la camarilla mucho antes que yo)porque siempre estaba recuperado del entumecimiento y me ayudaba a abotonarme la camisa o lo que necesitase.

Yo recuerdo mucho al P.Torrellas cuando,al bañarse,iniciaba siempre con un buceo del total de la piscina(creo que eran 62 mts de longitud). No le costaba gran cosa. Yo también lo conseguía tiempo después que él. No recuerdo a muchos frailes bañarse. Puede que lo hiciesen en horas de clase o de deportes.

Sierra recuerda ir en fila.Yo,en "el último se lo pierde". Tampoco recuerdo la obligatoriedad de bañarse. Sí en invierno cuando no se congelaba el agua y el tunel no funcionaba.

Hoy día,cuando cuento a mis amistades cómo era mi colegio;los espacios que tenía(sobretodo el teatro,la piscina y la recreación), los pianos en las clases,la Escolanía,la Rondalla etc,me comentan que era un colegio especial, único. Añado la pléyade de buenos maestros y la dedicación de los educadores(Bachiller de Ciencias y Letras+Complementarias), educación esmeradísima en valores y "saber estar",me considero muy,muy afortunado de haber podido educarme allí y de esa manera.Por lo que conozco de los compañeros que nos hemos vuelto a encontrar tras 40 años, nadie ha perdido,a pesar de las discrepancias en otros temas,todo aquello que nos enseñaron.

Veo la piscina así,enterrada,y me pregunto el esfuerzo que han tenido que hacer para meter tantísimas Tm hasta conseguir taparla...de verdad,no lo puedo entender.Tantas veces he visto a chicos con deficiencia cerebral,limitados sus movimientos y otro tipo de dependencias que se les lleva a piscinas para su recuperación o simple goce(conocí a una niña con síndrome Down que nadaba como un pez,buceaba como el mejor y que la piscina era su espacio más querido,donde disfrutaba como loca).

¿Alguien sabe las razones de este despropósito? ¿Ese gasto para qué? ¿Me venderían la depuradora los dueños? ¿por qué dejarla oxidarse y que tenga un fin como los bancos de las capillas,los pianos,los instrumentos de la Rondalla,el espléndido órgano de la Mayor(todo él artesanal)...Ya lo sé Manolón que, a la estrella colorá, no llegan que si no...

Otro día más. Un abrazo a todos.

Carlos Bañugues

14 comentarios

Luis Heredia -

Urbano, no es que me haya vuelto un salido y me conoces. Es que quería aclarar que lo que me hubiera gustado es que los botones me los hubieras cosido con el pantalón puesto.

Y ahora si estoy saliendo y no salido porque me dice Pili que vamso a Alcampo a comprar unos pantalones. Casualitas casualitatis de la vitae.
Espero que los botones me caigan de dos en dos cada siete días, por lo menos, para que me los cosa Pili. Como quien no quiere la cosa.

Luis Heredia -

Hola Reprimidillo,

Es la suerte que tuvimos las yeguadas de los 60. No utilizábamos vaqueros. No es que estuvieran prohibidos. Es que eran muy caros.

A mi me hubiera encantado no que Urbano me abrochara los botones de la camisa. A mi me hubiera encantado que Urbano o cualquier otro me hubiera cosido los botones de la bragueta.

No pudo ser, no porque yo no quisiera, sino porque mi madre cosía los botones como si de un calabrote de barco se tratara. Imagínate con 14 hijos si a cada uno@ nos hubiera caido un botón cada siete días. No recuerdo haber tenido un juego de costurera en la Paramera...por si acaso. Y eso que no sufrí ningún acoso cuando me vestí (porque me vestí, no me disfracé) de Sandy Shaw.

¡Qué tiempos aquellos del Colegio y qué bien lo pasamos, a pesar de las cosas o momentos malos por los que hayamos pasado. Como todos decimos, pudo más lo bueno que lo malo. Al menos para mi.

Reprimidillo -

Muchas gracias, Carlos, por hacernos compartir tus recuerdos. De todo lo que cuentas, lo que más me ha impresionado es eso de que "A mi me salvaba Urbano(siempre llegaba a la camarilla mucho antes que yo)porque siempre estaba recuperado del entumecimiento y me ayudaba a abotonarme la camisa o lo que necesitase." Los hay con suerte. Yo no tenía amigos tan dispuestos... Con lo duros que estaban los hojales del vaquero.
Abrazos

federico esteban monasterio -

Me agrada verme en la piscina con mi primer traje de pantalón largo heredado de mi hermano que a su vez heredó del otro mayor. Así era la vida.
Abrazos.

Jocuandoe sé Mº Sierra Tascón -

Ahora hay seis. Ya sé lo que pasa. Cada vez que publicas uno, suma uno...
Será el Furriel el que diseñó el algoritmo estadístico o como se llame.
Me voy a dormir. Pero seguro, Andrés, hermanísimo del Furri, que hay uno más.
¡Oye! ¡Cuántas chorradas se escriben cuando estás jubilado! ¡Y que se fastidie el cocodrilo...!

José Mº Sierra Tascón -

El/la de Colombia sigue. Pero hay uno más de España.
De obsesión nada, Andrés. Está ¿estás? ahí.

José Mº Sierra Tascón -

Pues ahora, 00:17 hay 3 de España y uno de Colombia. ¿Será Shakira? No, no puede ser. Piqué no está yo no soy Ronaldo, a Dios gracias.
Besos, que ya es hora de cama.

andrés cortés aranaz -

21,38 horas
Se me fueron los dos de Argentina y yo sin enterarme quiénes son

andrés cortés aranaz -

21,37 horas
Se va Perú y entra México.
????????????????

andrés cortés aranaz -

Muy buenos, tanto los comentarios como el montaje de fotos de la piscina.
21,34 horas. 3 de España, 2 de Argentina, de Chile y de Perú.
Esto se me está convirtiendo en una obsesión. Quiénes sóis?
Un abrazo.

Luis Heredia -

Andresín, pues yo pensé que la morriña era proporcional a la distancia en km. que separa los cuerpos y las cosas.
A más kms., más morriña.Y al contrario.
Cuando yo fui interno de Gijón a Sto. Domingo en Oviedo, con 11 añinos, también tenía carnes y huesos, pero la cercanía de 28Kms. o las visitas de vez en cuando a familiares residentes, mitigaban un poco la falta de contacto con mis padres y hermanos. Es más, recuerdo las escasas visitas de mis padres y hermanos a la Pareamera y sin embargo te aseguro no recordar, porque no las hubo, que mis padres y hermanos me hubieran ido a ver a Oviedo. Mis padres eran del Sporting pero no creo que la rivalidad hubiera llegado a esos extremos de renunciar a una visita al Buenavista a cambio de ver a un hijo.

Andres Martinez Trapiello -

Vamos, Luisín, que los de León también somos de carne y hueso, y teníamos "la suerte" de ver las torres de la Catedral allí, casi a tiro de piedra, lo que ahondaba más la morriña. Entiendo que en los sentimientos había los mismos kilómetros para todos.
Besos

Luis Heredia -

Pues el comentario de Carlos no me parece, ni antes ni ahora, que denote tristeza. Rezuma, como no, nostalgia, como cualquier otro comentario que hagamos sobre el colegio. Pero es nostalgia sana, divertida; ni siquiera morriña. Morriña es echar de menos algo o a alguien que, seguro, volverás a ver o sentir. Sobre la morriña podríamos llenar todos nosotros páginas y páginas. Al menos los que no éramos de León o aledaños.

Nostalgia es el recuerdo de alguien o algo que ya no volveremos a ver pero sí sentir. Por ejemplo, la piscina y los intensos días previos a la apertura de la temporada de baños y los horrorosos días posteriores al cierre. Esos días últimos sí que eran duros.

De la piscina disfrutábamos todos; incluso aquellos remolones o poco aficionados a los deportes. O sea, que si para la “cultura”, ya fuera música, arte, deporte, éramos muchos pero pocos los elegidos, para la piscina no se necesitaban cualidades especiales, ni tener un figurín para que el traje bañu encajase bien.

Pasarela de albornoces en la que valía más lucir la prenda que el cuerpo. Vete tú a saber el por qué. Yo tenía un meyba y un albornoz que hubiera causado furor en la playa de Gijón. O sea, quiero decir, el meyba y la percha. El albornoz hubiera causado furor si lo hubiera llevado puesto y no hubieran tenido necesidad los loqueros de ponerme una camisa de fuerza de lo holgado que me quedaba.

Hasta Pitu, y otros muchos, aprendieron a nadar. A guardar la ropa, ya de mayores. A base de pisotones, aguadillas o lo que fuera. Y seguro que el nadar, como el saber que no ocupa lugar, salvo lo que ocupe la piscina, u otras actividades lúdicas como en las que pensaba Jesusito Herrero de jovenzuelo, no se olvidan jamás.

José Mª Sierra Tascón -

Mi queridísimo Carlos "Bañugues". No cabe ninguna duda de que éramos unos afortunados en cuanto a instalaciones, educación, disciplina ¿por qué no? y otros medios que, incluso hoy, no tiene ningún colegio privado. Tampoco nunca he querido decir lo contrario: Siempre, en público y en privado reconoceré que el haber pasado por ese colegio, por ese, en especial, nos ha dejado una impronta y, como tal, como huella, marca, señal y todos los sinónimos que quieras deducir de impronta, a unos les ha señalado de un modo y otros de otro. En definitiva, lo que hemos hablado más veces: Unos lo hemos vivido mejor y otros peor.
Pero lo bueno, lo positivo de todo esto es que lo podemos hablar libremente, con nuestras lógicas discrepancias, con nuestros recuerdos subyacentes, dormidos, que se avivan, y de qué modo, leyéndote y leyendo las opiniones y recuerdos de ¿muchos? (podríamos ser más), hablando con contigo discrpando o no. La vida sería muy aburrida si todos pensáramos igual.
¡Ah! Y las razones de los despropósitos no pueden ser otras que las económicas y/o las de miras tan estrechas y faltas de sensibilidad que, a algunos burros (asnos, me refiero), si les quitas las orejeras, demuestran tener en demasía... Comparando con los antedichos burros y con todos los respetos para ellos (los animales irracionales)
Como siempre, gracias por tus recuerdos y por tu cariño y amistad.

Un fuerte abrazo