al fin vino una chica
Dejadme que ordene un poco mi cabeza por la vivido ayer en la Seminci de Valladolid. Os adelanto información que aparece en prensa diaria. La fotografía es la llegada de Vicente del Bosque a la presentación de VIENE UNA CHICA. Sabéis que su hijo Avaro tiene también el síndrome de down. ¡Todo un señor! pero, como dice mi santa Isabel, como cualquiera de los padres de estos chicos.
Entrevista del periodista de el Norte de Castilla de Valladolid a Chema Sarmiento
Es casi un pionero del cine regional para el que grabó hace 27 años ’ El filandón’, basado en textos de Luis Mateo Díez. Chema Sarmiento (Albares de la Ribera, León, 1950) vuelve a inspirarse en su paisano en ’Viene una chica’, una película en la que se sirve del cine para darle normalidad a la vida y las capacidades artísticas de los jóvenes con síndrome de Down. Amigo de «guardar en los cajones» todo, hiperactivo, a caballo entre su residencia en París y su León natal, Sarmiento ultima otro par de proyectos, uno de ellos también con el sello personal del autor de ’La ruina del cielo’.-¿Cómo ha sido el regreso con Luis Mateo Díez?
-Supone la culminación de proyectos fallidos que no conseguimos levantar, tal vez porque eran demasiado ambiciosos para nuestras posibilidades. Muchas cosas que hemos estado a punto a hacer juntos se acabaron cayendo porque nuestra productora no era la que decidía. Al final decidimos apostar por cosas que estén en nuestras posibilidades y que seamos nosotros los que deciden.
-Como es el caso de ’Viene una chica.
-Sí, hicimos el guión por primera vez cuando Luis Mateo escribió ’Los males menores’, del que salen los relatos que han servido de base. Hay que saber guardar las cosas y no perder la esperanza.
-Sin embargo, esos relatos apenas han dado la idea, no es un guión basado en ellos.
-No, sale de varios, pero está articulado de manera distinta. Me lo decía Luis Mateo al recordarme que esta versión no es la primera que escribimos. El vio la película y dijo que ’de lo que escribimos al principio, lo que más se parece es que hemos guardado la estructura cinematográfica’. Pero lo hemos cambiado de época y lo hemos actualizado y pusimos de protagonista a un chico Down -que antes no estaba-. Ahora parece una cinta distinta.
-¿Y qué queda de la primera idea?
-Pues yo creo que el personaje que más me recuerda al proyecto inicial es el ’mendigo de amor’ que es Voces Norr, alguien que dejó ’Piratas del Caribe IV’ para rodar con nosotros...
-¿Está hablando en serio?
-Sí, sí, tal cual. En la película es él mismo. Tiene un ’careto’ impresionante y es tal cual, ya venía caracterizado así. Es un personaje ’bisagra’ en la película entre una parte y la otra. Permite que sea un personaje un tanto atemporal y puede seguir hablando con el lenguaje original, sin cambiar los diálogos como al resto.
-Trabajar con actores con síndrome de Down supondrá una preproducción muy fuerte para evitar sorpresas en el rodaje.
-Que hagan un papel importante hay unos diez y otro montón que salen. Pero, para poder hacerlo con los medios que teníamos, había que ensayarlo todo previamente. Estaba todo muy trabajado desde tres meses antes. Y trabajar con ellos fue como hacerlo con el resto. Por supuesto, al llegar al rodaje hubo que repetir muchísimo las cosas, pero no más que con cualquier otro actor. Pero, la mayor parte de las veces, no era por los actores. Era más por la técnica, problemas de encuadre, luz, etc.
-¿Cuánto peso tiene su protagonista Borja González Carpintero?
-Absolutamente clave. Él es el que articula todo. Borja trabajó todos los días del rodaje y alguna noche, mientras los demás lo hicieron tres o cuatro días. ¿Cuáles tenían que ser sus características? Que diera bien y tuviera ’feeling’. Que la gente le viera y se pudiera decir ¡qué chavalillo, qué encanto! Y no se le ha subido la cosa para nada. Está viviendo esta experiencia con una tranquilidad y una serenidad enormes.
-¿Tenía algún antecedente ante una cámara?
-Le vi un 25 de mayo nada más acabar el guion. Cansado ya por la noche fui a poner la tele y era el día del apagón analógico. Fui pasando cadenas y no había nada en ninguna, todo en negro. Hasta que llegué a la televisión regional. Era el día del síndrome de Down y me dije ’hay que quedarse con esta cara’. Cuando hicimos el primer ensayo con texto, él no había acabado y ya decidí.
-A las personas con Down se les suele ver en documentales, no en ficción.
-Claro, la gente piensa que íbamos a hacer un documental pero es una comedia y los Down están interpretando. Si al espectador le parece que es natural es porque lo hemos ensayado mucho.
-Hacer una comedia con estos chicos supone un ejercicio de equilibrio para evitar excesos y no equivocar a los espectadores.
-Las situaciones de humor no son porque sean Down sino porque lo son en el guion. Es una historia de anécdotas, peripecias, sin confusión posible. Son las historias de un joven al que las cosas que le pasan le van a poner al nivel de los demás, como a cualquier persona.
-¿Cuánta naturalidad aportan fuera de guion?
-Mucho. Cosas que no estaban pensadas así. Hacen las escenas con tal naturalidad o incluyen gestos que no estaban ensayados que son deliciosos. Hubo momentos de auténtica improvisación.
-Hay un antecedente en Pablo Pineda, premio al mejor actor en San Sebastián por ’Yo, también’.
-Es que el cine es un arma fabulosa desde el punto de vista ideológico. Sería terrible que este arte genial se usara solo como diversión, con ser muy importante. Pero también vale para cambiar la percepción de la gente. Y esta película no intenta hacer culpable a nadie de una situación, ni sentirte incómodo. Al contrario, quiere comunicar la alegría de unos y otros. Espero que sirva para ver a los Down como algo mucho más próximo.
-Treinta años después de ’Los Montes’, su primer largometraje. ¿Hace balance?
-Siempre he vivido de esta profesión y no de otra cosa. No he hecho publicidad no porque se me caigan los anillos sino que no me lo han propuesto. Pero siempre han sido cosas que me han interesado, aunque fueran encargos. Si hubiera tenido suerte, podría haber hecho muchísimas cosas más.
Vicente del Bosque participa hoy en la Seminci en el coloquio sobre ’Viene una chica’, de Chema Sarmiento
Esta tarde, a las 19:30 horas, la Seminci acoge la proyección especial de ’Viene una chica’, un film dirigido por Chema Sarmiento en el que participan varios actores con síndrome de Down.
"La película es una comedia que cuenta la historia de Tino, un chico con Síndrome de Down, y sus primeros enamoramientos", relata su director y coescritor. El actor burgalés que da vida al joven protagonista, Borja González Carpintero, fue descubierto por Chema Sarmiento en un programa de televisión. "Le vimos en la tele y nos dimos cuenta de que nadie daba un perfil tan bueno para ser Tino como él", aunque Borja afirma que "yo interpreto un papel, aunque no soy como Tino, si yo hubiese sido él todo ocurriría de forma diferente".
Las expectativas para la proyección de la película han ido creciendo a medida que se acercaba la fecha de su proyección y el coloquio posterior en el que participará el seleccionador nacional de fútbol. Sarmiento afirma que el interés por la proyección "ha crecido increiblemente, ya antes de que se conociera que vendrá Vicente del Bosque había muchísima petición de invitaciones para acceder al pase de la película".
El rodaje, realizado integramente en León, se realizó en muy poco tiempo. "Se había ensayado mucho con todos los actores, así que la grabación fue muy rápida, con las particularidades de rodar en exteriores en el centro de una ciudad, pero son las mismas vicisitudes que atraviesa cualquier rodaje".
La proyección, esta tarde en los Cines Manhattan 2 de Valladolid, tendrá lugar a partir de las 19:30 horas y posteriormente se celebrará un coloquio en el que participarán Chema Sarmiento, Borja González Carpintero, Voces Norr y Vicente del Bosque.
Sinopsis
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José Luis Alcalde Revilla -
Pedro Sánchez Menéndez -
Jose Sanchez Diaz -