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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

ADIÓS, 2016

ADIÓS, 2016

Vete, vétete dicen en Canarias, con viento fresco.

2 comentarios

federico esteban monasterio -

En octubre del 2010 viajando por los caminos del ordenador, descubrí por primera vez, la desembocadura del río Ebro (alumnos). No tuve palabras para la adoración del momento, me sentí de nuevo niño y mi corazón se alteró cuando miré al mar (bloc) como recibía al más grande de los ríos (alumnos), con sentimientos fraternales como si fuera una anunciada ceremonia con un culto colectivo.
El culto del abrazo del río (alumnos) con el mar (bloc) del día siguiente, fue diferente al del día anterior; la sombra de los comentarios me hacían ver caras infantiles que algunas doblaban su estatura de hombre, con los cabellos alborotados y oscuros casi todos, respirando con fatiga como recompensa de los juegos, y con los ojos que mostraban risueña picardía y enorme bondad pidiendo algún caramelo a esas personas de blanco, como la espuma de las olas, y de capa negra que envolvían esos cuerpos cargados de plegarias, genuflexiones y de quemas de incienso; y sin darme cuenta, me volví esclavo del mar (bloc) y del Ebro (compañeros).
Decidí recorrer el Ebro (compañeros) hasta su comienzo, y sin querer empecé a conocer la Comunidad Forestal de Navarra, la Rioja, los amplios meandros de Haro, Briones, Burgos y muchos más. Leía y leía el caudal del río (compañeros) y la crecida en muchos tramos por la gloriosa quinta del 61 (texto de Jesús Herrero y nadie lo pone en duda), era grande e importante. Pero en mi travesía también observé que tanto por la margen izquierda como por la derecha se incorporaba el Zardorra, el Ega, el Alagón, el Cinca, el Jalón etc. Etc (alumnos anteriores a la “vaya tela con los de 61” y que entre todos se hizo el mayor río de España.
Es un relato de claro ejemplo de que todos hemos hecho algo y nadie tiene la exclusiva de nada.
Os deseo a todos una buena noche, un buen día, una buena semana, un buen mes y un espléndido año 2017.
Hasta el año que viene.


Ramón Hernández Martín -

En la Biblia el 6 es el número de la Bestia y el 7, el de los gozos. No se necesita ningún Nostradamus para "predecir" la diferencia. Que así sea.