TIEMPOS DE VENDIMIA
y, ¿qué me decís de eta curiosa fotografía?
Tiempos de vendimia, al fondo el viejo Santuario de la Virgen del Camino, los paisanos del pueblo recogiendo las uvas, levantando las cepas y atropando la menudencia, sobre los terrenos que después ocuparon nuestro Colegio y nuestros campos de deporte.
6 comentarios
Luis Carrizo -
La botella, de "rufete", claro, correrá de mi cuenta.
Ramón Hernández Martín -
A horcajadas entre los ss. XIX y XX, el enorme problema de la filoxera había dejado diez años sin cosecha a la Sierra de Francia. Cuenta Eufemio Puerto en el libro en que yo mismo transcribí sus principales escritos, en Mogarreño dapié, que en Mogarraz se llegaron a vender las joyas al peso. Mogarraz era entones, y aún sigue siéndolo, un pueblo muy rico en joyas, fabricadas unas por los oribes del lugar y traídas otras de Córdoba por la arriería. Unas ciento veinte caballerías estaban dedicadas al transporte de mercancías, yendo por el norte hasta Bilbao y, por el sur, hasta Córdoba, largos trayectos durante los que los arrieros hacían tres y cuatro transacciones, vendiendo, comprando o canjeando. Los arrieros se unían en pequeñas cuadrillas y solían ir armados para defenderse de los bandidos. Recorrieron muchos kilómetros de noche. Eufemio se refiere a ese hecho con la seguridad de que se podía hacer bien debido a que entre el día y la noche no hay pared. Solo la llegada del tren dio al traste con ese tipo de comercio.
Hoy, más del 80 de los terrenos dedicados al cultivo de la vid en la Sierra de Francia se han hecho monte. Con el 20% restante se han creado cinco o seis bodegas, que se han unido bajo la DOP Vinos de la Sierra de Salamanca. Producen un vino cuyos excelente sabor y atractivo perfume salen de la uva rufete, uva carnosa y muy jugosa para la boca. Sin embargo, las uvas preferidas allí para la mesa son las Pedro Ximénez, las Palomino Jerez y las Verdejo, además, claro está, de las templanas (tempranas, seguramente malvasías), llamadas así por ser las primeras en madurar. En alguna ocasión oí a algún mogarreño decir: me he dado un templa de templanas (hartarse de esas uvas). Pues eso, amigos, ojalá que este comentario sea una templa de gratos recuerdos para muchos.
CARLOS TEJO -
Luis Carrizo -
Luis Carrizo -
A lo que llamaban "racelar", según nos cuenta Ramón, se le decía por León, de forma más simplista, "el rebusco". Pero los pobres que salían a racelar por las viñas de La Virgen lo debían de tener mucho peor que los pobres que ejercitaban su pobreza por entre las cepas salmanticenses, pues en La Virgen a los vendimiadores sin graduación, como era mi caso, nos aleccionaban en la necesidad de apañar con meticulosidad hasta los granos que caían a tierra, para lo cual los jefes y oficiales con graduación una especie de mantra que rezaba así: "uva a uva llena la vieja la cuba".
Yo guardo una anécdota de aquellas vendimias infantiles que aún hoy me hace sonreír al recordarla. Íbamos subidos en el carro con las primeras luces del día --circunstancias, las dos, apasionantes para un niño no labrador-- cuando, acosada por los perros, que corrían y husmeaban sin cesar a nuestro alrededor, saltó una liebre que estaba encamada entre unas matas justo al lado del camino que los apostólicos llamaban del Tomillar y los del pueblo de las Cárcavas. No sé si gracias o por culpa de la algarabía que se formó, la liebre, que salió cagando leches como podéis imaginar, pudo contarlo en aquella ocasión.Pero los perros, por cogerle el rastro o por instinto, no lo sé, volvieron sobre sus pasos y olisqueaban con fruición la cama todavía caliente de la liebre. A mí me intrigaba qué olor podría atraer tanto el interés de los galgos (porque eran galgos y no podencos); me intrigaba tanto que salté del carro, me puse a cuatro patas y metí mis narices donde lo hacían los perros. No recuerdo haber descubierto ningún olor especial, que no fuera el maravilloso de la hierba y los tomillos con la fresca de la mañana. Lo que sí recuerdo fue el estruendo de las carcajadas que suscité entre la cuadrilla de vendimiadores.
Ramón Hernández Martín -