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Seminarios: las viejas fuentes se han secado

Seminarios: las viejas fuentes se han secado

Por nuestro compañero EUGENIO GONZÁLEZ NÚÑEZ (PROFESOR DE LA UNIVERSIDAD DE MISSOURI-KANSAS) 

Tras oír semanas pasadas las declaraciones del obispo de Astorga, hoy me pongo en el corazón de los que siguen siendo católicos practicantes en el campo, y me pregunto. ¿Cuánto tardarán en desaparecer de las áreas rurales de nuestra diócesis los curas de pueblo? De seguir así, en diez años más, para asistir a misa, nuestra gente tendrá que correr a Astorga, Ponferrada, Bembibre, La Bañeza, Puebla de Sanabria o El Barco de Valdeorras… ¡Y pare usted de contar, porque no hay más cera que la que arde! En esas «agrupaciones parroquiales», mientras duren, podrán cargar los fieles sus baterías espirituales para medio año…, al igual que materialmente se aprovisionaban en el pasado en los grandes mercados y ferias comarcales.

Sincero soy al decir que siendo rector del Seminario me empeñaba en proclamar el futuro del mismo, aunque en mi interior algo me decía que los tiempos de vino y rosas habían pasado. Ojalá el rector actual no caiga en el mismo error y vislumbre multitudes donde solo hay contados y generosos no lo dudo— peones camineros.

Don Julián Barrio fue el último mirlo blanco del Seminario de Astorga —con todo respeto y cariño hacia él lo digo—, al que a pesar de todo muchos ‘desplumaron’ antes que fuera nombrado obispo auxiliar de Santiago. Para sustituirlo, allí llegamos un nuevo equipo de sacerdotes, nombrados por el obispo don Antonio.

Este nuevo equipo de formadores del Seminario Mayor, cayó como un jarro de agua fría entre algunos sacerdotes, aunque también despertó ciertas esperanzas y simpatías de otros. Como rector del Seminario Mayor, conviví, conocí, gocé y sufrí la actitud de algunos clérigos, así como de mis propios seminaristas mayores. Los recuerdo ayer, rebeldes por vocación, altaneros autodidactas, a veces subidos de tono, y hoy que los veo en puestos importantes de la Diócesis, no puedo dejar de sentir cierto rubor ajeno, porque nacidos para incendiarios, muy pronto se han dejado ‘desbravar’ y se han convertido en auténticos y dóciles bomberos en sus respectivos altos cargos diocesanos. «Se han tendido» ya en varias ocasiones —ellos mismos acuñaron el sarcástico dicho—, pero hoy ya están aterecidos por el aire frío de la paramera, del que algún día vomitaron tan solo pensando en respirarlo.

La inesperada muerte del obispo don Antonio fue el aldabonazo para poner en la picota a este ‘equipo incompetente’, esperar la venida del nuevo obispo y —de un escobazo violento—, dejarnos de patitas en la calle con la anuencia y maquiavelismo intrigante, aunque simplón, de alguno de los propios compañeros.

Fue un día, con más pena que gloria, por saber las razones —sin que el obispo nos las dijera—, cuando fuimos defenestrados para dejar el puesto a otros que prometían más fruto que nosotros. Duró poco el festejo diocesano, y en pocos años, se sucedieron en el Seminario cuatro rectores, incluido el propio obispo asturicense. Los resultados no fueron buenos y todos acabaron abandonando el birrete, menos el obispo que mantuvo intacto su solideo.

Hoy, sin tener nada que perder y sin prendas que me duelan, en alto lo digo, sigo queriendo, especialmente en las áreas rurales a sus gentes y a los verdaderos pastores de la diócesis de Astorga que las atienden, pero me duele la repetida, manida y por tanto ya no creíble actitud de una desleal —y tal vez dolosa— jerarquía al hablar de la futura atención pastoral que a las áreas rurales les espera.

Hace 30 años había en la Diócesis un número considerable de sacerdotes. Hoy quedan 135, pero ¿cuántos de ellos disponibles? La mayoría cargados de años, pueblos y achaques, para llevar a cabo una nueva (la enésima) agrupación, concentración, reestructuración que ahora intenta hacer don Juan Antonio.

Eran los años ochenta cuando ya oí hablar del tema. Adquirió fuerza en el inicio del siglo XXI, y hoy vuelve a presentarse como perentoria, urgente y a la desesperada. Si don Emilio en Ancares atiende ahora 12 pueblos, en un futuro cercano atenderá 15, o tal vez, años y salud, ya no le permitan atender ninguno. ¿Quién se pone en lista para recibir la herencia de medio siglo de soledad, generosidad y entrega en Ancares?

¡Seamos sinceros! La Iglesia católica tiene que encontrar otras alternativas para atender a sus fieles de las áreas rurales, porque en menos de 20 años el clero diocesano estará condenado al más bajo nivel sociológico de los peores tiempos de la Diócesis. ¿Serán la solución los diáconos, los sacerdotes casados? ¿Religiosas, laicas? ¿Sacerdotes venidos de África, América Latina?

No nos hagamos ascos quienes por siglos y en ocasiones con aire petulante y altanero fuimos allí a ‘convertir indios o negritos’. ¡No se me ocurre más!

Tal vez los obispos, que conocen mejor que yo el problema y que lo ven venir a pasos agigantados, tengan mejores soluciones que hinchar, abultar ante Roma la lista de seminaristas en las diócesis rurales. ¿Sabrá el papa Francisco los problemas reales de las diócesis rurales de España? ¿Qué espera la Iglesia católica —nos preguntamos muchos—, para ponerse al día y dejar de pensar —aunque lo calle—, que el naufragio sociológico clerical viene fraguándose por años? Bien seguro que también la gente de las áreas rurales tenga una palabra que decir, para tomarla muy en cuenta.

Sociológicamente, y de seguir así, el estamento clerical se va viendo abocado a las ciudades y sin futuro en las áreas rurales. ¡Que nadie se me enfade! Los números nunca mienten, ni siquiera lo hicieron en la boyante, pero burlada economía diocesana posterior al 2001.

La pérdida acelerada de sacerdotes nos lleva paulatina pero inexorablemente a un mínimo de lugares de culto abiertos cada domingo. Astorga sería el último reducto sagrado —muro de lamentaciones— de un final trágico o de un inicio valiente y gozoso si Roma y Astorga saben tomar el toro por los cuernos —la dura realidad, con sentido común—, y acometer una verdadera reforma del Semillero Vocacional Diocesano, en el sentido más amplio, abriendo así esperanzas de futuro que incluyan plenamente a la mujer de nuestro castigado y paciente mundo rural.

Señor obispo de Astorga, sin entrar en consideraciones teológicas, que no vienen al caso, le deseo mucha suerte en su arduo —humano y divino trabajo pastoral—, y espero que no se quede sin Ministros Servidores de la Palabra y los Sacramentos en las áreas rurales de la diócesis de Astorga. ¡Sería muy triste, lamentable, sin que me atreva a mencionar la palabra irreversible! Ojalá el contraste entre el complicado camino clerical y la triste realidad humana actual, pueda ser tratado como compatible, viable y acertado en los años venideros.

18 comentarios

EUGENIO GONZALEZ NUÑEZ -

Amigo Baldo, amigos todos...
¡Cómo me conmueven tus palabras! Aparte de salir del corazón, también manan de arroyos frescos, claros, de mentes despejadas que por años nos enseñaron.
Mi artículo es para "rurales", cosa que digo con el mayor respeto, admiración y cariño a las gentes a las que me dirijo entre las que se encuentran hermanos, amigos, porque aplicarles a ellos, a mis lectores tus palabras, sería acabar de 'rematarlos'.
Por mi parte, sigo siendo creyente, más que nunca, y por ser creyente, siento que me he apartado de una Iglesia que no es de todos - a pesar de su etimología -, que sigue anclada en el pasado. Por ello, no lamento haber dado el paso que di -aunque tampoco lamento el tiempo de atrás vivido -, pero ahora que en la iglesia a la que asisto, por convencimiento, me dedico más a escuchar que a hablar, porque la Pastora, esposa, madre y enferma, me tiene más encandilado que nunca con la figura de Jesús y sus seguidoras y seguidores.

Muchos cambios se han dado en mi vida, y de todos ellos he aprendido que hacer las obras buenas - sin mirar a quien -, es lo que en definitiva nos toca a los seguidores de Jesús. Ante el amor, muchas ideologías deben quedar postergadas

Mi abrazo va con cariño para todos, sin olvidar a Juli, tu compañera y esposa.

José Luis Suárez Sánchez -

Perdona; de "Baldío", nada; eres una tierra muy abonada y productiva.

José Luis Suárez Sánchez -

Gracias, amigo Baldo. Tu sabiduría y capacidad de análisis me desbordan. Pero, cuando me entero de tus "acogidas" o veo entregar alimentos, no de lo que sobra, sino incluso de lo que se necesita, o cuando entro en la Iglesia de S. Antón y veo a los "marginados" por nosotros compartir café y colchoneta, entonces me digo: ésta es la COMUNIDAD,ésta es la auténtica Teología,el Tratado sobre el Dios peregrino. Perdona, Baldío, tú me comprendes, pues ya sabes que chocheo.

Alfonso Losada Vicente -

Gracias, Baldo. Te he echado en falta. Para mí, tu ausencia, ha sido como, cuando a una planta le falta el agua se marchita, y al regarla parece que resucita, pues eso me ha pasado a mí. Me has dado mucha alegría ver que no te has olvidado del Blog. Este portillo era demasiado profundo, para mentes como la mía, pero ya he visto que tú, cómo no, tenías que responder en profundidad. Repito, gracias Baldo, ya sé que estás vivo.
Un abrazo a todos.
Losada

BALDO -

fe de erratas.
2. ....Es cierto que NO se pueden conseguir valores de calidad sin estructuras.

BALDO -

1. No tengo nada que objetar al problema que mi hermano de leche Eugenio (de la añada 58) ha expuesto con tanta claridad como tema capital ni a los sabios comentarios que han hecho los que han intervenido en este portillo. Pero creo que el problema de la escasez de clérigos es "peccata minucia" en comparación con el verdadero meollo de la cuestión: los milenarios valores religiosos van siendo sustituidos implacablemente por los económicos y biopsíquicos como núcleo valorativo que empapa las vidas enteras de nuestro mundo. Ya lo dije en un ladrillo del 2016 sobre "Por qué la práctica religiosa se está desmoronando". La tendencia hacia esta modalización biopsíquica-económica aparece en algunas regiones de Estados Unidos a principios del siglo pasado, se fortalece más y más a lo largo del mismo siglo y va extendiéndose a la vez que se produce la formación y consolidación de las sociedades ricas. Las masas prefirieron seguir la humilde tendencia que acababa de nacer y que las arrastraba hacia la "modalización biopsíquica-económica". La incipiente modalización les resultaba bastante más atrayente que la grandiosa realidad ideal de los grandes pensadores ilustrados. De esta manera, poco a poco, las propias masas dieron de lado a la "religiosidad" y a la "modernización ilustrada" y han preferido seguir la "americanización", es decir, la invitación a seguir y desarrollar el nuevo estilo americano de vivir la vida. También las iglesias han caído en estas atracciones tan seductoras de los valores de lo que llamamos sociedad de consumo.
2. En otro ladrillo también de ese año 2016 escribí sobre "¿Es adecuada la institución eclesiástica hoy?". La institución la componen las estructuras (roles, organización, normas, costumbres) y los valores. Es cierto que se pueden conseguir valores de calidad sin estructuras. Pero la estructura tiene la incontenible tentación de perder su función, servir para conseguir los valores, y hacerse autónoma y válida por sí misma. La institución eclesiástica cristiana cayó desde el siglo IV en este error, del que es casi imposible liberarse. Algún día contaré lo que me ha pasado con dos "abisperinos/avisperinos/obisperinos (Carrizo "dixit et invenit")
3. Es una calamidad que llevamos arrastrando siglos el que se nos ha enseñado que la fe en Jesús de Nazaret es una cuestión meramente del ámbito vital cognitivo: creer lo que no vimos. Pero el seguimiento de Jesús comprende todas nuestras ocho vitalidades (Eladio), con lo que ese reduccionismo cognitivo de la fe, del seguimiento de Jesús, nos la llevado a una actitud "gnóstica", sin el compromiso de todas nuestras vitalidades con el Reino de Dios.
4. La estructura clerical es totalmente reacia a los avances teológicos que se producen fuera de los ámbitos jerárquicos. Las liturgias siguen ancladas en teologías añejas sobre lo numinoso, sobre lo portentoso de lo mistérico. El concilio Vaticano I fue una reacción furibunda contra la Ilustración: querían que lo religioso–clerical siguiera siendo el núcleo de la vida de las personas. El Vaticano II admitió las ideas ilustradas en la Iglesia, pero no dijo ni una palabra de la nueva modalización económica biopsíquica que estaba invadiendo a las masas del mundo. Un Vaticano III debería afrontar este gran asunto y ver qué tiene que hacer la iglesia ante él, que no es poco, porque nuestro mundo tiene muchísimas víctimas inocentes que padecen enormes sufrimientos. La escasez de "curas" no es un problema, aunque la clerigalla lo vea como el más dramático.
5. Querido hermano Eugenio y queridos amigos que habéis comentado la propuesta de este ilustre leonés–americano, dentro de muy poco sobrarán casi todos los sacerdotes, presbíteros o presbítatos, porque habrá pocos creyentes cristianos. Y que la mujer no esté en pie de igualdad que el hombre es una vergüenza que no tiene nombre.
Un abrazo

Ramón Hernández Martín -

Caro JL, sin duda, la sabiduría habla por tu boca siempre que te decides a abrirla, que son muchas menos veces de las que sería de desear.
Tu consejo, recibido incluso con más interés que el que tú pones en darlo, que sé que es muchísimo, "Ojo con lo de audaz relectura del cristianismo; muchas de las masturbaciones teológicas iban por ahí", es un cruel cilicio clavado en mis carnes, un acerado flagelo que azota mi espalda. Para eso, para una "masturbación mental" me quedaría cómodamente hundido en mi sofá, viendo pasar la vida como si de una película de entretenida evasión se tratara. Créeme, la audacia a la que me refiero exige poner la carne en el asador, someterse al bisturí y estar dispuesto a que te destripen. Sería realmente de locos seguir adelante si uno no valorara como suficiente recompensa que alguno, aunque fuera solo uno, leyéndote, se sintiera tocado y dispuesto a poner un poco de belleza donde solo hay fealdad, a aminorar su odio para dejar alguna cabida al amor o a compartir un poquito de su vida. Gracias, amigo, ¡qué grande eres!, pues tus consejos sí que son "audaces" y eso te honra. Creo que ninguno de los dos hablamos de "esperma mental", sino de la vibración orgiástica que produce la exigente caridad cristiana, o, dicho de otra manera, del gozoso amor productivo con que Dios nos mantiene en sus manos.

José Luis Suárez Sánchez -

No me hagáis mucho caso. Soy ya uno de esos ancianos que chochean. Y, precisamente por eso, a estas alturas de la vida, uno se propone simplificar.
No hace mucho tiempo, los de "Piñera Baxo" quisimos competir en generosidad y compañerismo con los de "Casorvia". Organizamos para ello una concelebración gastronómica. Cada uno aportaba lo que buenamente podía. Comimos todos hasta "fartucamos" y sobró para otros tres días.
Y me acordé de un tío genial llamado Jesús, que,un día, hace muchos años,se le ocurrió hacer lo mismo. Lo llamaron el "milagro de los panes y los peces". Les pidió a sus seguidores que compartieran y sobró un mogollón. Y nos dijo que hiciéramos lo mismo: amar y compartir. Así de sencillo.
¡Ay, amigo! Pero eso, tan sencillo, es difícil llevarlo a la práctica como estamos viendo. De ahí que, nada más que se fue Jesús, los que se decían sus seguidores se dedicaron a masturbarse intelectualmente, a crear superestructuras y declararlas "dogmas de fe"; persiguieron la afectividad y el sexo (hasta hablaron del sexo de los ángeles...), hicieron pacto con el poder civil, asumieron sus símbolos y vestimenta, construyeron grandes monumentos de piedra para encerrar a Dios en el silencio. Total: Aquella comunidad de Jesús, cuyo núcleo de comportamiento consistía en amar y compartir,ha quedado reducida a una superestructura de manipulación y poder. Esto a nivel "oficial", porque en las periferias,pisando el barro de los caminos, hay muchos Pedros Rey, Pedros Sánchez, Casaldáligas, Teresas de Calcuta... Esos son la Comunidad de Jesús; lo demás... fango y hojarasca.
No quiero seguir porque, ya sabéis, "CHOCHEO"...
Ah, sí, se me olvidaba decirle a mi amigo Ramón: Ojo con lo de "audaz relectura del cristianismo"; muchas de las "masturbaciones teológicas" iban por ahí.
Que sí, que el modelo de vida de Jesús es mucho más humano y sencillo.
Perdonad el rollo improvisado

Ramón Hernández Martín -

Gracias, Carlos Tejo, por tanta información caliente y por tanta hermosura cálida. El atrabiliario celibato sacerdotal de la Iglesia católica es, sin duda alguna, un gran problema a la altura de nuestros tiempos, pero, con ser muy determinantes los desastres que causa, pienso que prestar los servicios religiosos como es debido, es decir, fomentar los valores religiosos que toda vida humana necesita, requiere de movimientos todavía muchos más audaces que lo que supondría el hecho de permitir que los presbíteros se casen o que sean ordenados los "viri probati" e incluso que las mujeres accedan a ejercer el sacerdocio católico. Todo eso es importante y, sin duda, se conseguirá con con tiempo, pero es preciso ahondar mucho más y, partiendo de la relectura que Jesús hizo en su persona del A.T., hacer nosotros, a nuestra vez, porque esa es obligación exclusiva nuestra, una relectura audaz de su propio mensaje.

CARLOS TEJO -

EL CELIBATO DE LOS SACERDOTES

Cuando falta el valor y la energía
para seguir haciendo, odiosa gala
de una virtud que, por ser falsa, es mala
e invita a la tortura y a la orgía

¿No es negarse a la luz de un claro día
y meter la cabeza bajo el ala
pagándole una sórdida alcabala
a la que es evidente hipocresía?

¿Por qué unir celibato y sacerdocio
negándose a ordenar a hombres casados
que se sienten del todo fracasados

si no llevan a fin su gran negocio
de una ilusión y un provenir soñado?
En esta frustración a ellos me asocio.

Este soneto pertenece al libro "TESTIMONIO" del sacerdote riosellano Salvador Blanco Piñán, escrito en 1983. Los libros de este querido cura, que me encontró sitio en un seminario francés cuando se decidió que yo en La Virgen del Camino no cabía, están dedicados a los problemas de la familia, infancia y juventud. Tratan en sus sonetos de El celibato, Los contraconceptivos, los fanáticos religiosos, cristianos de izquierda, el NO a la pena de muerte y un largo etc. de temas comprometidos.
Don Salvador tenía 55 años cuando en 1966 me llevó a un seminario francés y su palabra firme en lo relativo a los derechos de las personas oprimidas me marcó para toda mi vida.
Como veis, bebí de muchas fuentes y todas ellas fueron saciando mi sed espiritual.
Un abrazo padre Pedro, sano manantial.

Luis Heredia -

Querido Pedro, llevas tantos años en el presbiteriado como yo de vida. Si le añades los de “prepresbiteriado”, se diría que te acercas a la inmortalidad. La diferencia es que la mayoría de los que somos mortales como la vida misma, aspiramos a celebrar con más gozo los años a partir de la jubilación, palabra que nunca tuvo cabida en tu diccionario.
Que tengas mucha salud y que Dios te bendiga para que sigas tú bendicièndonos a nosotros.

José García Gómez -

Felicidades por ese cumpleaños P.Pedro, un fuerte abrazo.
El "Jesús. Aproximación histórica", de Pagola, marca pautas, sin duda, Vd.y otros muchos, afortunadamente, también, pero en tiempos de borrasca y oleaje, hasta los faros parecen linternas de mano, y, si con mar en calma no nos atrevemos a caminar sobre las aguas (los de Tineo menos...) fígúrese con marejada.
Personalmente, la "propuesta" de Jesús, me ofrece todas las garantías.
Espero verle en su próxima visita a Asturias. Salud.

Pedro Sánchez Menéndez -

Es necesario volver, en la medida de lo posible, a los orígenes. Creo que en muchos aspectos hemos desvirtuado estos orígenes, orígenes que han quedado plasmados en los evangelios. Sabiendo que los evangelios hemos de comprenderlos hoy de acuerdo con la cultura del siglo XXI.
Por otra parte sabemos que lo que llamamos sacerdocio no apareció hasta algunos siglos después. Y por cierto se llamaban presbíteros no sacerdotes. El día 8 de este mes de abril hizo 68 años que me "ordenaron" de "presbítero". Así aparecía en los libros de las ordenaciones. Jesús no estaba de acuerdo con los sacerdotes del templo de Jerusalén.
Pagola insiste en que para la renovación de la Iglesia es necesaria la formación de grupos-comunidad (así fue en la iglesia primitiva) que terminen siendo la base de la iglesia universal. Él lo está intentando, pero no sólo él. Si la comunidad se consolida, siempre habrá alguien de esa misma comunidad, sea hombre o mujer, (siempre con una preparación) que pueda presidir la eucaristía.
La realidad está cambiando profundamente y habrá que saber acertar con el futuro.
Para mí es evidente que la "propuesta" de Jesús es algo que merece la pena y que tenemos la responsabilidad de que vaya calando en la sociedad.

José García Gómez -

Salud y buen ánimo. Hace un tiempo, me llegó una Semana Santa (para mí la etapa litúrgica y espiritual más importante del año), así, "de sopetón", tal era entonces, como nos habrá pasado a muchos, el ritmo laboral que nos habían/amos impuesto.
Llamé a mi esposa, y le propuse salir, aquella misma tarde, con nuestro hijos, hacia algún territorio no muy lejano y tranquilo, teníamos tiempo y ganas, buscábamos silencio y descanso.
Pusímos el GPS de La Providencia, y nos llevó a Los Oscos, ese occidente asturiano, en el que la disminución, progresiva y galopante de personas, hace que aumenten los duendes, y por ende, la magia que la envuelve.
Llegamos a Santa Eulalia de Oscos, Santaya, era algo más de media tarde, buscamos alojamiento e información; un amable vecino, nos indicó que, en Pesoz, a unos 20kmtr.había unas monjas DOMINICAS, que llevaban la parroquia, no pregunté más, al día siguiente, hacia allí nos encaminamos, encontrando una pequeña capilla, que ellas convertían cada día en catedral espiritual de la zona.
Simplificando, fue la mejor vivencia espiritual, de Semana Santa, que he tenido.
Lamentablemente, esa desertización de nuestras zonas rurales (tanto monta Astorga como Los Oscos, amigo Eugenio), hace que hoy, aquellas ejemplares dominicas ya no sigan en Pesoz; una verdadera lástima, aunque seguramente estarán sembrando para mayores rebaños.
Habéis plasmado la triste realidad, que no por anunciada, deja de ser triste.
Estamos en un cambio de ciclo, no es que peligren los cimientos, pero sí deberían de ser motivo de mayor debate, entre quienes marcan las pautas. Bien sabemos que no es tarea sencilla.
Todo esto, no debe llevarnos, a quienes nos sintamos cristianos católicos, que aunque "andemos atontados...andamos", a no ver luz tras el túnel, siempre la hubo y la habrá, y ya se pasaron puertos peores, otra cosa es que debamos manifestar, con la mayor honestidad, cual es la realidad, y, en lo que esté de nuestra mano, aportar nuestro humilde grano de arena, que, si lo ofrecemos, abierta la mente y el corazón, se nos irá iluminando el camino. No hace falta ir a misiones de ultramar, la misión de cada uno, empieza en uno mismo, y, desde ahí, sigue en la familia, los vecinos, amigos, compañeros de trabajo, etc.etc.
Iglesia somos todos, pero sigue habiendo estructuras férreas (por ello algunas oxidadas) y con miedo aún a que "el que se mueva no sale en la foto".
Se está desperdiciando la impagable y muy necesaria aportación de la mujer, religiosas especialmente, que siguen estando en un segundo plano, sacerdotes casados, la mayoría,de ellos, con más preparación y experiencia "doble", que los sacerdotes actuales; laicos comprometidos y formados, etc.
Estimados amigos, hoy día, en la atención religiosa del mundo rural, pasa, guardando las distancias, como en la política, si no hay "votantes", no hay servicios.
Muchas gracias a Eugenio ya Ramón, también a Heredia (estoy esperando tu llamada para ir a Somiedo), y un abrazo a todos.

Luis Heredia -

Ahí le has dado también, Ramón. Creo que el 100% de los que paseamos por aquí tenemos esa misma sensación.

Joaquín Urbano -

Descolocado.
He releído el comentario de este portillo y sigo descolocado. No cabe duda e que soy muy torpe.
De mi curso y clase, 1960-1966, sólo Pedro Rey Fernández, mi querido Pedro, alcanzó el objetivo por el que fuimos a la Virgen del Camino y fuimos formados.
Luego el deterioro para formar una plataforma que diera confor para llevar a buen término, y a futuro, una adecuada práctica de nuestra religión, hace muchos años que es una certeza incontestable. Añadamos que varios de nuestros formadores arriaron velas en el proyecto que querían transmitirnos.
Poner en valor esta certeza irrefutable, a día de hoy, es una anécdota no muy relevante de un hecho, nos guste o no, ha ce tiempo ya constatado.
Lamentaría navegar en el error.
Un abrazo. Joaquín Urbano.

Ramón Hernández Martín -

Permítaseme solo un apunte, dada la trascendencia y la gravedad del tema aquí tratado, partiendo de que la zona rural paramera es todo el mundo rural y de que Astorga son todas las ciudades.
Sin haber movido un dedo al respecto, Religión Digital me ha invitado a hacer una publicación periódica, incluso semanal si me atrevo, en su página Web. Estamos ahora mismo en ello y puede que la cosa comience muy pronto. La dirección de ese medio ya conoce que lo que yo podría hacer sería publicar una serie larga de artículos con el pretítulo de "audaz relectura del cristianismo".
Dado el problema aquí planteado, mi apunte parte del adjetivo "audaz", pues no creo que la solución a los problemas aquí planteados sea mantener estructuras agotadas, más propias de tiempos de infancia mental que de las exigencias de una sociedad realmente crítica, incluso hipercrítica. Estoy convencido de que ni el sacerdocio ni la eucaristía, aunque lleven siglos de prácticas milimétricamente regladas e idénticas y a pesar de la sustitución del latín por las lenguas vernáculas en las misas, respondan como deberían hacerlo a los esenciales requerimientos evangélicos. Me parece que es ahí donde hay que escarbar sin miedo. Seguro que descubriremos maravillas, incluso oro y diamantes: Eucaristía como comunidad fraternal, sacerdocio como amplio servicio vocacional de completa gratuidad; Eucaristía sabiendo que todos (incluso los ateos, los blasfemos, los pederastas y los terroristas) formamos parte de ella y sacerdocio universal de auténtica ayuda mutua cristiana, ejercido sacramentalmente por cuantos hombres y mujeres se presten a hacerlo. Así puede que, incluso sin retocar mucho las costumbres, las mentes comenzaran a delinear nuevos proyectos ilusionantes.
La clave de un futuro eclesial, que seguro que será mejor y más esplendoroso que el presente, está en la palabra "audacia". En román paladino, es decir, en lengua vernácula, la palabra "audacia" podría traducirse muy bien por "amor".

Luis Heredia -

Gracias, Eugenio.

No sé si serás Santo pero tienes más razón que ellos.

Algo que ya se vio venir desde hace muchos años. Desde luego, estoy convencido que el celibato fue lo peor que se pudo haber "inventado" la Iglesia católica, apostólica y romana. Es contranatura y no es en absoluto un valor que el cristianismo haya puesto (o impuesto) precisamente para su predicación. A ello le añades lo absurdo de la más patética discriminación entre hombre y mujer para el sacerdocio y entonces tienes el cóctel perfecto con temporizador para la autodestrucción definitiva de una institución. Posiblemnente todo se deba precisamente a haber considerado a "la Iglesia Católica, Apostólica y Romana" como una Institución, lo que conlleva a estructurarse en función de unos status, poderes y prebendas. Una pena. Quizás "ir de Misiones" se revierta y tengamos a nuestro lado a los misioneros que ya no tendrán que tomar aviones ni barcos. La pena es que es posible que en esos destinos más lejanos que La Bañeza también se necesiten, incluso más que aquí, y la fuente se haya agotado, como las del Colegio.