ENCUENTRO EN MONTESCLAROS, SEGUNDA JORNADA, QUINTA PARTE.-NACIMIENTO DEL EBRO, FONTIBRE(Por Javier Cirauqui)
Desde el castillo de Argüeso
Nos vamos hasta Fontibres,
También en Campoo de Suso,
Junto a Reinosa y Bormil,
A Espinillas tres kilómetros
Les separan entre sí.
En el autobús llegamos
Pasando por Paracuelles,
En unos pocos minutos
Estamos estacionados
En zona de aparcamiento
A las afueras del pueblo.
El chofer nos ha indicado
Que se va por dos caminos,
Un sendero entre los arboles
Y otro por una calzada
Que nos acerca hasta el pueblo
Y al nacedero del Ebro.
El grueso de la excursión
Escoge la última ruta.
Se ha adecentado el entorno
Con zona de aparcamiento
Y mejora de servicios.
Hablando amigablemente
De los tiempos de Villava
Y los tiempos de León
Voy con Gerardo Barrado
Y con su mujer Teresa
Y me nombra el río Runa
En nombre cristiano el Arga
Que entre Villava y Burlada
Se junta con el Ulzama
Y recuerdo aquel refrán
“Arga, Ega y Aragón,
Hacen al Ebro varón.
Y llegados al destino
Vemos un bar con los árboles,
Que tienen ramas metálicas
Centro de interpretación,
Este lugar nos explica
Los hitos del recorrido
Por espacios naturales
De mucha diversidad,
Nos va explicando su historia
Y también su utilidad.
Y una plaza con un mapa
Sobre la cuenca del Ebro,
Que luego visitaremos.
Varias posadas y albergues,
Hoteles y restaurantes
Que acogen a los turistas.
En el año dos mil doce
La localidad tenía
Sesenta y ocho habitantes.
Respecto a la economía
Totalmente agropecuaria,
San Fernando es su patrón,
Su fiesta el treinta de marzo.
Fontibres es tan famosa
Por la surgencia del río,
Después de ser subterráneo
Por las calizas del monte,
Denominado Guariza.
Se considera el lugar
Del nacimiento del Ebro,
Derivado del latín
“Fontes Iberis” llamado,
Por Plinio el Viejo citado
Y sito en las cercanías
De la ciudad de Julióbriga,
Cuya visita es mañana.
Novecientos treinta de alto,
Montes de La Guariza al sur
Con laderas donde abundan
Las hayas y los quejigos.
Y La Campana en el norte,
Explican la formación
De un hermoso manantial,
Hoya también llamado,
El punto donde aparece,
Parte del caudal del Hijar,
Que es previamente filtrado
En el llano de Espinilla
Y también Villacantid.
El lugar del yacimiento
Se repobló de arbolado
Hace ya bastantes décadas
Con las especies autóctonas
Como los fresnos y chopos
Que se mezclan con los robles
Y sauces de la ribera
Que junto a las aguas del Ebro
En conjunto configuran
Un placentero paisaje.
El año mil novecientos
Y noventa y siete más
Hacen obras de reforma
Y amplían la superficie
De este parque singular
Con nuevos itinerarios,
Con la incorporación
De las callejas del pueblo
Hasta llegar a la plaza
Donde, allí, se ha colocado
Mapa tridimensional,
Que nos muestra en extensión
La cuenca del río Ebro
Desde Fontibre a Tortosa.
El encanto y la belleza
De este apreciado paraje,
Es de visita obligada
Para conocer la zona
De las tierras campurrianas.
Se ve la iglesia del pueblo
A San Felix dedicada,
Con ábside y presbiterio
En el estilo románico,
Figuras en las columnas
Y en algunos canecillos
Siguiendo el arco toral.
El resto del edificio
Es producto de reformas
Y de añadidos barrocos.
Volvamos al nacimiento
Del famoso río Ebro,
Atravesamos un arco
Para entrar en el lugar,
Y nos viene a la memoria
La cantinela monótona,
Salmodiada en las escuelas:
“El Ebro nace en Fontibre,
Provincia de Santander”…,
Prosigue la cantinela
De sitios por donde pasa
Hasta donde desemboca.
A este lugar han llegado
Los alumnos de la Virgen
Del Camino de León,
Que vienen de Montesclaros,
Donde tienen un encuentro
Y los traen de excursión.
Y nada más asomarnos
Nos quedamos asombrados
De ver un pequeño lago
Donde un gran borbotón de agua
Que sale con insistencia
Y de pronto se convierte
En el principio del río
Que dio nombre a las Españas.
Al ver el entorno aquel,
Alguien dice por detrás,
Creo que fue el Padre Pedro,
Que le cante una jotica
A la Virgen del Pilar.´
Yo le digo desde abajo:
No me van las “subidicas”
Y menos las “bajadicas”
Tengo el oído de alpargata.
Al llegar al nacedero
Y rodeado de árboles,
Vemos un remanso de agua,
Con la forma de herradura
Donde brota a borbotones
El caudal que forma el Ebro.
A ambos lados escaleras,
Que llevan a los senderos,
Que van recorriendo el parque
Y otros peldaños que bajan
Hasta un entrante que tiene,
La escultura de la Virgen,
De la Virgen del Pilar,
Con los escudos labrados
De todas esas provincias
Que va atravesando el río
En su largo caminar
Santander, Burgos, Logroño,
Mi Navarra y Aragón
Y las tierras catalanas
Que hacen un delta en Tortosa,
Besando el Mediterráneo
En su periplo final.
A mí me viene a la mente,
La copla que se cantaba
En los años de mi infancia.
“El Ebro guarda silencio
Al pasar por el Pilar.
La Virgen está dormida,
No la quiero despertar…”
Desde arriba contemplamos
El nacedero con gozo.
Castañón baja hasta el centro,
Como un nuevo Ronbinson
Surge junto al monumento.
Tradicionalmente dicen
Que el Ebro nace en Fontibre.
(Unos lo escriben sin ese
Y otros con ese final),
Aunque en términos científicos,
Hablan de que no es exacto.
El origen principal
Las aguas del río Hijar.
La tradición secular
Ha bautizado el lugar
Con el nombre “La Fuentona”,
Considerando a Fontibre
El nacimiento del Ebro.
El Instituto Geológico
Y además de Minería,
El año mil novecientos
Y ochenta y siete años más
Realizó investigaciones
Para así determinar
Con absoluta certeza
Que este brote de Fontibre,
Proviene del río Hijar,
Que nace a una gran altura
En el pico de Tres Mares,
Entre Cantabria y Palencia,
Peña Labra, Alto Campoo,
Cuchillón, Picos de Europa,
Llamado así porque vierte
Sus aguas hacia tres mares.
Por el oeste el río Ansa
Desemboca en el Cantábrico
Y por su ladera norte,
La cuenca del Hijar-Ebro
Que va hacia el Mediterráneo.
Por su cara sur vierte aguas
Al caz del río Pisuerga,
El cual a su vez acaba
Uniéndose al río Duero,
Que desagua en el Atlántico.
Volviendo al experimento.
Gran parte de este caudal
Se ha filtrado en el subsuelo
Por zona de Paracuelles
A unos ochocientos metros
Del manantial de Fontibre
Y resurge más abajo
En el Pilar de este nombre.
Este ensayo consistió,
En época de estiaje,
En el río llamado Hijar,
Desaparecido en el suelo.
Una fluorescencia sódica
En forma polvo rojizo
Mezclado con alcohol
Y chorritos de amoniaco
Echada al agua del río
Recorrió en treinta y dos horas
El camino subterráneo
Y resurgiendo en Fontibre
Con un caudal estimado,
Del mismo orden que el otro,
Pero bien coloreado,
Mostrando calcio y residuos
De calizas, dolomías
Y las carniolas triásicas
Del recorrido ocultado.
Valdés y Pilar Ordoñez,
Fernando Alonso, Angelines,
Contemplan el nacimiento.
Hernández Rojo y Señora,
Con Pedro Rey y su hermana.
Antonio Argüeso recuerda
Viejos tiempos de su infancia
Leónides Salvador
Y Mari Carmen Bernáldez,
Se acercan a una capilla
De la Virgen del Pilar
Excavada entre las rocas
De este parque natural
Por los obreros que hicieron
Las reformas del lugar.
Siguiendo por esta orilla,
Me indica Javier del Vigo,
Que adelante puede verse
Un gran conjunto escultórico,
Hecho por Jesús Otero,
Escultor republicano
Y también represaliado
Con largo texto alegórico
De Marcelino Menéndez
Y de segundo Pelayo.
Finales del diecinueve,
Principios del siglo veinte
Muchos excursionistas
Y también veraneantes,
Empiezan a frecuentar
El alrededor del parque
Por su natural belleza,
Connotaciones históricas
Y geográficas del río.
Mil novecientos cincuenta
Se ha adecentado el entorno
Para los usos turísticos.
De esa época procede
Un cuadro sobre el lugar
Del pintor Casimiro Sainz
Que promocionó el entorno
Y se crea una amplia zona
Servicios y aparcamientos,
La mejora del acceso al
Nacimiento del Ebro,
Embellecieron el parque
Obras de Jesús Otero,
De Santillana del Mar
Gran escultor de su tiempo.
He llegado al monumento
Y encuentro a Borge y Yolanda,
A Javier del Vigo y Lourdes,
Alfayate y Tere Arango
Subiendo unas escaleras
Y sobre pared curvada,
Tres imponentes figuras,
Un toro, y una matrona
Y un habitante de Iberia,
Alegorías de España.
Seguimos por el sendero
Con la calzada empedrada
Entre una alegre floresta
Hasta un puente que atraviesa
El río con una presa.
La vegetación es densa,
La gente se queda atrás
Y Lourdes y yo avanzamos
Y un poco más adelante
Entre zarzales y moras.
El camino llega al pueblo
Y antes nos encontramos
Con Yolanda y Angelines.
Unos poblados manzanos
Se ven en este lugar.
Comemos unas manzanas
Que aún están en agraz.
Le recuerdan a Yolanda
Las de su pueblo natal.
Entramos en una calle
Con gallinas y parrales
Y llegamos a la plaza
Donde encontramos un mapa,
Representada en cerámica
La cuenca y el recorrido,
Que nuestro río atraviesa.
Domingo Iturgaiz y yo
Vamos buscando Navarra
Y la ciudad de Tudela.
Javier Martín su Cantabria.
Terminada la visita
Hacia el autobús nos vamos,
Encantados de haber visto
El Nacimiento del Ebro,
De gratísimo recuerdo.
Que quedará grabado
Para siempre en nuestras mentes.
Antonio Argüeso nos dice
Que no iremos a Reinosa
A tomarnos unas copas,
Ya que se ha hecho un poco tarde.
Dejando a un lado Reinosa,
Caminito de Bormil
Y contemplando el pantano
Llegamos a Montesclaros.
Como se me hace muy arduo
El versificar el texto
De aquellos tiempos pasados
Y del gusto de la época,
De un tal Menéndez Pelayo
Íntegro lo transcribo,
Para conocimiento vuestro.
“… La áspera sierra que guarda en sus humildes peñascales la cuna del histórico río que a toda la península da nombre y que después de saludar los férreos lindes de la Vasconia y besar el muro triunfal y sagrado de Zaragoza viene a rendir tributo a vuestro mar en la ribera tortosina, simbolizando en su majestuoso curso la unidad suprema y la diversidad fecunda de la historia patria.”
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