ULTIMOS DIAS DEL P. URIA
Aquí tenéis el documento, impresionante documento, que os anunciaba hace unos días haber recibido sobre el P. Uría. ¿Le recordáis "enredado" en su capa negra?. Por supuesto que también me lo ha enviado su sobrina, querida Graciela. En él, el P. Angel Torrellas describe los últimos días del P. Uría. Concluye con HA MUERTO UN SANTO.
Gracias Graciela por haberlo conservado hasta hoy.
Para que lo podías leer, os lo dejo en el álbum FRAILES.
En el correo con el que me lo ha enviado, Graciela me escribe:
UTIMOS DIAS DEL PADRE ANTONIO. ESTA CARTA LE FUE ENVIADA A MI PAPA, EN ELLA LE DESCRIBE EL PADRE ANGEL LOS ULTIMOS DIAS DE VIDA DE ANTONIO, ESTA BELLISIMA, SE QUE LA DISFRUTARAN. BESOS.
Sobre esta carta, me escribe el PaPedro.
Es un relato emocionante para aquel tiempo, el año 1966, pero que manifiesta claramente cómo era mi connovicio Antonio. Era un fraile serio, austero, consecuente con la opción que había tomado. Vivía con autenticidad su compromiso religioso. Era un gran músico. Pero de acuerdo con su manera de ser, él se adaptaba y apoyaba maravillosamente a la escolanía desde el órgano que él mimaba.
11 comentarios
peter moon -
José Luis Alcalde Revilla -
Lo mejor de todo es mi móvil para cuando tengas idea de venir: 666 963 196. Un besazo...Te esperamos. JOSE El Besucón
Daciano Cuesta García -
Creo recordar que no tuve nunca clase con él, pero lo que sí recuerdo es la manera que tenía de hacer vibrar el órgano, sobre todo cuando el Sábado Santo se quitaba la capa y tocaba un ALELUYA que aún al recordarlo me entra un cierto hormigueo por el cuerpo.
Es un documento que guardaré con todo el cariño.
Jose luis Alcalde, ¿puedes decirme cual es tu parroquia?, vivo en Madrid y me gustraía visitaros a tí y a Pedro, estuve con vosotros en Caleruega el 68/69 que me salí en mayo.
Un abrazo a todos
Daciano
olano -
Si no recuerdo mal en clase nos se podía hablar y menos reírse. Lo más irónico que nos decía era: os podéis reir -guapos- cuanto queráis, pero por "dentro", no por fuera. "Hala, reíros cuanto queráis pero que no me entere yo", solía decir... Vete a saber si él no se estaba riendo contínuamente e irónicamente de todos nosotros...
Un saludo y un recuerdo a todos. Xabier.
manuel junco -
quería participar en su recuerdo ya que entre las cosas que tenía olvidadas una era su imagen, no tiene perdón, gracias a este blog y a los trabajos del G-8 pude recuperar algunos recuerdos que me quedaron grabados y afortunadamente no olvidados.
por una parte su carácter animoso, alegre, próximo, activo, al que nunca faltaba el humor y que nos amenizaba los tediosos estudios de las tardes de los domingos.
recuerdo que fué él, quizá con el p. pedro, los que me hicieron la prueba para el coro, primera prueba que superé pero no así la segunda que me supuso una decepción, también recuerdo sus clases de música y algo que de alguna forma me quedó bien grabado: el interés que ponía en ellas, me quedó aquello de "dal segno" una expresión que recalcaba, cuando procedía en aquellos cuadernillos de solfeo.
alguna cosa más quedará por la memoria.
un abrazo,
nachin
Luis Heredia -
En efecto, había un laboratorio que ya lo hubieran querido también los mejores Colegios de la época o alguna Escuela de las de Formación Profesional.
Yo tengo dos recuerdos imborrables, salvo como tú dices, me los borre alguien por si estoy confundido: Sin haber pasado por El Infierno, el olor a azufre de los experimentos que nos enseñaba el P. Uría. Los tarros de cristal que contenían de todo, sapos? culebras?...pero cosa más asquerosa que LA TENIA nunca lo olvidaré. Sobre todo, después de explicarnos que se desarroban en el estómago de las personas y que aquella dentro del frasco de alcohol tenía nombre y apellidos.
Como siempre creí en los Reyes Magos, no podía dudar tampoco del Santo Uría.
Como ya le dije a Graciela hace días, el dúo Torrellas- Uría era el tandem perfecto.
Estoy seguro que el P. Uría hubiera seguido de inmediato los pasos del P. Torrellas de haber superado el bache.
Recuerdo también vagamente expresiones del diario por haberlas escuchado en aquellos dolorosos momentos del propio autor.
Ramón, qué razón tienes: Si llegado el momento final tengo algo de consciencia, desearía que mi entereza y humor no me abandonasen.
P. Uría, como ya te dije más veces, te echamos de menos y tanto tú como el P. Torrellas estarías disfrutando de lo lindo con los reencuentros y con este blog.
José Luis Alcalde Revilla -
Josemary, un beso y otru pál otro, el Furri que publicó esto, y pá tos. JOSE
Ramón Pajares Box -
Me encuentro ahora muy lejos de la sensibilidad, incluso sensiblería, religiosa que manifiesta ese informe, pero sí deseo para mí morir una muerte similar, con plena conciencia y aceptación de que me estoy muriendo. En eso, como en otras cosas, el Padre Uría fue un modelo para mí.
Lo conocí en el curso 1964-65, el único que pasé en la Virgen del Camino. Tenía un humor y una sorna de lo más sano y que no escocía. A mí me empezó a llamar Boxito, por aquello de que era primo de Fernando Box. Recuerdo sus clases de Química y su esfuerzo para hacer entendible algo tan poco glorioso. Las escasas sesiones que nos dio en el laboratorio (porque había un laboratorio de química en la Virgen del Camino, ¿no?; espero no estar mezclando recuerdos con otros lugares) me impactaron bastante por su eficacia en apuntalar las explicaciones teóricas que nos desgranaba pacientemente en clase. Cuando se dejaba caer por la recreación, era un cachondo total, en el mejor sentido de la palabra. Su buen humor era contagioso, lo cual era de agradecer cuando la disciplina cuasi-monacal del colegio se hacía oprimente, normalmente en los días monótonos, grises y fríos. Y luego está el recuerdo que todos tenemos de verlo en el órgano haciendo maravillas para acompañar a la Escolanía.
Un recuerdo muy particular que no se me ha borrado es la visita que le hice en una clínica en Madrid, en el verano del 65, cuando me dijeron que lo habian acabado de operar. Ya estaba muy desmejorado por la enfermedad, pero eso no le había afectado a su buen humor ni a su espíritu positivo. Ni a su entereza. Como veo, con envidia, que la conservó hasta sus últimos momentos.
Me alegro de que su figura y su ejemplo no hayan desaparecido, sino que se estén felizmente haciendo visibles de nuevo. Aunque para mí la palabra ya no tiene el sentido que tenía, en lo de ser modelo y referencia, el padre Uría era ciertamente un santo.
Carlos-Bañugues -
Me ha emocionado el diálogo y la descripción de los momentos.
Carlos.
lalo -
O si lo prefieres, una vez que la has ampliado, imprímela.
Un abrazo.
Lalo
Carlos-Bañugues -
No puedo leer la carta del P.Ángel en los últimos momentos de su vida.El Documento es demasiado pequeño para entenderlo bien.
¿Podrías mejorar el tamaño de la carta?.Es una historia de horas que me gustaría guardar en lo más íntimo de mis recuerdos.
Ya comenté en otra ventana que no nos inventamos nosotros solos lo de su santidad y que los propios frailes de la Comunidad nos hablaban de él como le reconocemos hoy.
La perspectiva de emociones y tristezas de Ángel narrando la alegría ocultada del P.Uría disfrutando de la Paz de Cristo y fundido en el Padre,me parece interesantísima crónica porque,seguro,se descubrirán ambos con su diálogo.
Gracias a quien hace posible que documentos tan preciados
se conserven y nos lleguen como un ayer que se nos antoja un casi hoy en consecuencia con una memoria que continúa reciente por nunca perdida.
¡Qué ejemplo tuvimos ante nuestras narices!¡Cuantos educadores magníficos nos dieron ejemplo y educación!Siempre me sentí un gran afortunado.
Graciela,J.Mª Cortés,
¡GRACIAS!
Carlos.