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ANIMALES EN EL CORAZÓN (Mariano Estrada)

ANIMALES EN EL CORAZÓN (Mariano Estrada)

Marianito Estrada nos anunciaba que en el acto de presentación de su último libro ANIMALES EN EL CORAZÓN Juan Manuel Díaz Álvarez hablaría de lo que creyese conveniente.

Nos decía: "se crió con animales y a mí me conoce desde niño. Más tarde estudió filosofía y ha dedicado su vida a la enseñanza, proclamándose vocacionalmente maestro".

Pues bien, aquí transcribo la intervención de nuestro querido Manolón en dicho acto, Villajoyosa 16 de febrero. Y os dejo el enlace a Paisajes Literarios.

Un abrazo separado para estos dos animales.

http://www.mestrada.net/?p=688&option=com_wordpress&Itemid=191

 


 

            Buenas tardes:

A lo largo y ancho de mi vida he asistido a tres presentaciones de libros, siempre en calidad de oyente:

  • Autobiografía del general Franco de Manuel Vázquez Montalbán
  • El hermano bastardo de Dios de José Luis Coll
  • El Placer de la Carne de mi amigo Carlos Fernández, presentada por Jerónimo Granda.

Las dos primeras tuvieron un formato muy similar, incluyendo el mismo local, y que se sintetiza de la manera siguiente:

  • Cuando yo llegaba al salón, ya estaban sentados en la mesa, situada sobre un escenario como éste, el autor y el presentador, constatando con los respectivos rabillos de sus ojos, el número de oyentes que, como gotas de agua en un desierto, íbamos cayendo e incluso calando, es decir entrando en la sala.
  • El presentador iniciaba su perorata hablando del autor o del libro o de ambos, echándoles flores con palabras cuidadosamente elegidas, que traía escritas en unas cuartillas como éstas, quizá para no equivocarse o atascarse.

Y bueno, el presentador leía y leía hasta que terminaba de leer.

  • Finalizada la lectura, sonaban unos aplausos de compromiso, posiblemente de alivio para los oyentes.
  •  Por fin llegaba el momento más interesante para mí. Los autores, después de explicar los motivos que les llevaron a escribir el libro, abrieron un coloquio del máximo interés, que mereció sobradamente la asistencia al acto.

“El Placer de la Carne” fue totalmente distinto. ¿Por qué? Pues porque el presentador era Jerónimo Granda y eso, en Asturias, ya son palabras mayores.

Si hoy estuviera aquí, presentando el libro de Mariano, tendríamos garantizadas dos horas de divertimento total, incluyendo, porque viene al caso, la copla de RIGOLETU, nombre de un burro famoso.

Tenía un borricu Antón
en la cuadra y a buen piensu
muy guapu y intelixente
llamábase Rigoletu.
Un día sacólu Antón
y cuando taba montau
oyó al burru que-y decía
“Yo quiero ser diputau”
Dixo Antón a Rigoletu
“¿cómo dices coses tales?
¿nun sabes que en el gubiernu
nun admiten animales?”
Entre rebuznos y coces
dixo-y Rigoletu a Antón:
“¡Hay munchos más diputaos
que son más burros que yo!”

 Pues el tal Jerónimo y Mariano tienen contingencias que luego os contaré.

Por avatares del destino y por la amistad que me une con el autor, hoy soy yo el que asumo el rol de presentador.

Llevo días reflexionando qué implica este compromiso. He concluido algo evidente: Estoy aquí para transmitir a todos vosotros, oyentes hoy como yo lo fui antaño, que acaba de nacer una joya literaria. Ese es mi convencimiento personal y quisiera que mis argumentos, expuestos en formato desenfadado y entretenido, produjeran en vosotros la misma conclusión.

¡Manos a la obra!

Según tengo entendido, lo primero es hablar del autor.

Aquí lo tenéis. Mariano Estrada Vázquez. Algo más de metro sesenta de pura esencia zamorana, amasada con el roble y el granito que tanto abundan en el entorno de Muelas, pero vivificada con el corazón del príncipe feliz, aquel personaje grandioso salido de la imaginación de otro  poeta, el escritor y dramaturgo irlandés Oscar Wilde.

Permitidme que os cuente, con cierto detalle, cómo se fraguó mi amistad con Mariano.

La tarde del 6 de abril del año 2007, festividad de viernes santo, estaba yo pendoneando por internet en busca de páginas literarias. Casualmente, entré en un blog que me enganchó al instante sólo por el título: “El futuro está en las rosas”

Leí un poema y me gustó. Así que continué adentrándome por sus páginas hasta que, de repente, descubro un nombre y dos apellidos: Mariano Estrada Vázquez. El corazón me dio un vuelco y hasta percibí que se aceleraba mi pulso. ¡No, no podía ser!. Seguro que todo era una coincidencia simpática de dos personas con nombre y apellidos iguales. Y sigo buceando en el blog: “Espera que hay una foto” La bebo con la mirada, la escudriño hasta el más mínimo detalle y concluyo: ¡Es él, sin duda que es él!

¿Y quién era él? Esta pregunta casi parece una parodia de José Luis Perales:

¿Y Cómo es él?
¿En qué lugar se enamoró de ti?
¿De dónde es?
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pregúntale,
¿Por qué ha robado un trozo de mi vida?
Es un ladrón, que me ha robado todo.

Pero en este caso no se trataba de un ladrón, enamorado de mí, robándome un trozo de mi vida. La foto que había en aquel blog era la de un zamoranín que yo recordaba con cara de adolescente, rubio, listo como una ardilla (aunque ahora sé que a él le gustaría más que dijera “listo como una avispa”), buen deportista y por encima de todo, portador de una alegría y una felicidad contagiosas.

Estrada, allí estaba Estrada cuarenta y cinco años después. ¿Después de qué?, os estaréis preguntando.

Para responderos tengo que remontarme al año 1960. O sea, hace 53 años.

Aquella era otra España y otra época. De aquella España y de aquella época hay miles de tratados históricos a los que podéis acceder fácilmente. Pero no vais a encontrar ninguno que os explique “la intrahistoria” unamuniana, la vida silenciosa de millones de españoles sin historia que a todas horas del día se levantaban a una orden del sol e iban  a sus campos a proseguir la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna.

¡Animales en el corazón! Aquí, en este libro, tenéis los relatos que contienen la intrahistoria de la que os estoy hablando. Primera razón que os aporto para animaros a leerlo.

En aquella España, una, grande y libre, “nación gloriosa llamada a alcanzar los más altos destinos a que puede aspirar un pueblo”, los españoles éramos, por designio de alguien,  mitad monje y mitad soldado, templarios anacrónicos, que no en vano Muelas lleva el apellido “de los Caballeros”.  Respecto a lo de “grande” recuerdo una anécdota que ilustra lo que pretendo transmitiros. En los años 50, el pan familiar se restringía mediante cartillas de racionamiento. Para obtener la exigua ración diaria, mi madre se situaba en la cola de reparto y esperaba paciente por los siete chuscos que le correspondían. Un día el falangista de turno anunció que se había acabado la harina y que no habría pan esa jornada. La cola se resignó ¡Qué remedio! Pero una gitana contigua a mi madre tuvo la valentía de emitir este comentario: “Jezú qué Franco, Jezú que hombre que tan grande ha hecho la Ezpaña que no tocamos ni a bollo”

Retomo el hilo de mi discurso. Aquel panorama sociopolítico llenó la geografía nacional de seminarios, internados de miles de españolitos,niños yunteros, que huíamos de una tierra descontenta y un insatisfecho arado, porque desde muy pequeños sabíamos que el sudor es una corona grave de sal para el labrador.

En el año 1960, Mariano y yo llegamos juntos al seminario de los Dominicos, en el Páramo leonés.

Como el Isidoro, entrañable personaje creado por Delibes en Viejas historias de Castilla la Vieja, llevábamos, avergonzados, el pueblo en la cara. Años más tarde, al igual que el Isidoro, empezamos “a darnos cuenta, entonces, de que ser de pueblo era un don de Dios y que ser de ciudad era un poco como ser inclusero y que los tesos y el nido de la cigüeña y los chopos y el riachuelo y el soto eran siempre los mismos, mientras las pilas de ladrillo y los bloques de cemento y las montañas de piedra de la ciudad cambiaban cada día y con los años no restaba allí un solo testigo del nacimiento de uno, porque mientras el pueblo permanecía, la ciudad se desintegraba por aquello del progreso y las perspectivas de futuro”

Abro un paréntesis: Hay un apartado en este libro que habla de las perdices de Muelas y Miguel Delibes. Mariano, en su día, se sumó a la campaña de los que solicitaban el Nóbel para don Miguel. Cierro paréntesis y continúo.

Convivimos durante cinco o seis cursos, en convivencia fraterna de veinticuatro horas al día y siete días a la semana. A pesar de tantas vivencias y tantos recuerdos, yo puedo destacar uno: El cariño que Mariano sentía hacía su padre. Con qué orgullo me relataba el día en que su padre le acertó a una liebre con un tiro de fusil en los labrantíos de Muelas. O cómo su padre metía los brazos en las colmenas de las abejas, recibiendo impasible las decenas de picaduras para aliviar el reuma.

Leed, leed este libro para descubrir el valor de la familia y la felicidad familiar, que, como el cariño verdadero, ni se compra ni se vende.

Hacia 1966 nuestras vidas siguieron rumbos diferentes. En más de 41 años, nada supimos el uno del otro.

Hasta aquel viernes santo.  Sería la hora sexta cuando le escribí un correo electrónico, prejuzgando que no tendría respuesta.

“Soy Manolo. Seguro que no me recuerdas…”

Y entonces, antes de la hora nona, tenía la respuesta de Estrada, tan cercana que dejaba fuera de juego al famoso “decíamos ayer” de Fray Luis de León.

Y comprendí que otro poeta, Rilke, tenía razón  “La patria del hombre es su infancia”

Y reanudamos los viejos afectos del día anterior, ignorando una noche de más de cuatro décadas.

En estos últimos siete años leí casi todos los libros de mi amigo. Y, a trazos de brocha gorda, con la autoridad derivada de mi oficio de jornalero de la gramática, os resumo mis conclusiones en dos pinceladas:

  • La poesía de Mariano tiene ese nivel superior que sólo se consigue con talento, inspiración, sensibilidad, trabajo y profundo conocimiento de los grandes autores de nuestra literatura. Lorca decía “si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios —o del demonio—, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo, y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema”
  • Personalmente siento una profunda admiración por este poeta capaz de sobrellevar a un mismo tiempo dos actividades contrapuestas: El ladrillo y la poesía. Porque autores capaces de equilibrar una y otra cosa hay pocos, y que además quieran hacerlo, que quieran invertir tiempo, esfuerzo e ilusión en ello, hay todavía menos. Digamos que por causa de las fuerzas del mercado y por la natural desidia humana, estos autores, como nuestro Mariano, son hoy una especie en extinción.

Y a estas alturas caigo en la cuenta que he venido hoy aquí a presentaros un libro. ¡Dios, qué cabreo tendría Paco Umbral! Procedamos rápidamente.

Animales en el corazón es un libro construido con el material más fascinante del mundo: los animales.  Pero en un tiempo y en un lugar concreto “el tiempo y el lugar en el que yo fui niño”, como nos confirma el propio autor.

La forma es una combinación de prosa y poesía en simbiosis temática. Las partes narrativas, las más abundantes, encajan en el modelo Platero y Yo, donde la prosa se disfraza de poesía o la poesía de prosa. Precisamente el libro incluye un precioso relato que se titula “Platero y una niña sin dientes”

Cuando Mariano escribe prosa tiene un rasgo peculiar que lo singulariza: su habilidad para jugar con las palabras, una particular logomaquia  que  crea distintas atmósferas en un texto, consiguiendo diferentes familias semánticas fruto de una lúdica interacción con la fonética.

Y el humor. Al leer el libro enseguida captareis ese rasgo como algo vivaz y gratificante que ameniza singularmente la lectura.

No todos los relatos pertenecen al pasado. Leed pausadamente la parábola que se titula “las flores mágicas y el picotazo de las abejas”

Si los políticos lo utilizaran como manual, ahí tendrían el remedio para superar esta angustiosa crisis.

Y termino definitivamente con una recomendación. Me vais a permitir que lo haga en bable, mi lengua natal, que os supongo capaces de entender:

Esti llibrín ye una llambioná, nun tién desperdiciu.

Recomiendovos lleelu adulces, calmu, non d’un tirón.

Meyor en dies sueltos, dos o tres rellatos ca día, que lleer ye como comer. Hay que facelo despaciu, mazcandu, paladiandu les pallabres, esfrutándoles y ¡cavilando les coses!

Bon provechu, haiga salú y suerte.

Juan Manuel Díaz Álvarez

23 comentarios

Mariano Estrada -

Manolo: no les has dicho a los compañeros cuánto y cómo arreglamos el mundo ayer por la noche...

Jose Manuel: disculpa por cambiarle el nombre a tu pueblo. Rectifico y entono el mea culpa: CASORVIDA.
A lo mejor es que estaba pensando en Javivi...

Un abrazo

Manolo Díaz -

Gracias, Pedro. En cierta ocasión te dirigí estas palabras que seguidamente te reitero. Durante mi vida profesional, tuve miles de alumnos. ¡Ojala alguno me recuerde con el cariño y el respecto con que nosotros, tus alumnos, te recordamos a ti! Con tu ejemplar humildad has conseguido ser el MAESTRO de muchas generaciones.
Recibe el más cálido de los abrazos.
Manolo

Mariano Estrada -

José Manuel: diréselu como si fuera el recaderu de Castrovía. Por cierto, La Fifi de Castrovida, ¿ye como la Dolores de Calatayud? Con ésta se conectaban muy bien los forasterus.
Diréle que los aguatochos baixan repletus y que los gochinos de la gorripa se fueron aguas abaixu porque el amu estaba presentandu animales en Benidorm.
El SER préstame poco, ho. Préstame más la NADA, monada.
Presentaréme en el hotel con una pala dientes y una fesoria. Y hasta puede que me ponga les abarques y les polaines y la camisa de trapu.
Para SER el paradigma de la ruralidad, que esu ye lo que le presta a Xuanucu.
Que Dios siga chovendu en Castro y en Vida

JOSE MANUEL GARCÍA VALDES -

Mariano, si lees esto antes de ver a Xuan dile que "se dexe de andar de sobra y arranque pa´ca a las cuatro pates que con tanto chover los aguatochos baxen a reventar y peligran los gochinos de la corripa.Le preguntas si lo que ahí llamen Wifi ye lo mismo que la Fifi de Casorvía; algunos conseguían conectarse".
Tenéis permiso para hablar del SER y de la NADA.
Abrazos

Mariano Estrada -

Querido Pedro:

Gracias por tus atentas palabras para con nosotros, los de entonces, que tal vez sigamos siendo los mismos, al menos en cierta forma. Esta tarde noche voy a ver a Xuanucu. Supongo que hablaremos un poco de todo: de lo de entonces, de lo de ahora. De lo divino y de lo humano. De la vida, en suma. Y no dudes de que arreglaremos otra vez el mundo. El año pasado, una de las noches que nos vimos, lo arreglamos hablando de filosofía. Ya ves, como si Hurssel o Kierkegaard o Sartre o Camus nos devolvieran de repente a alguna de nuestras patrias perdidas. Como si no hubiera otra cosa que hacer en Benidorm…Todo ello mientras en la sala de al lado un pelotón de turistas de nuestra edad retorcían sus esqueletos como si en ello les fuera la vida…Ellos sí que saben.

Le transmitiré tus palabras a Manolo. Un abrazo

Pedro Sánchez Menéndez -

He disfrutado mucho con esta entrada que acabo de releer. Enhorabuena Mariano. Leeré tu libro. Enhorabuena también a Manolón. Me parecía estar escuchándolo según iba leyendo su introducción y todos sus comentarios. Saludos para todos. Pedro

Manolo Díaz -

¡Cagoenmimanto! ¡Menos mal que tengo en Villajoyosa al mejor valedor del mundo! Eso que dice de las olas y de los rincones de Benidorm es casi todo verdad. Con el wifi del hotel me ocurre lo mismo que a Gila con los intermitentes del coche. En cierta ocasión le pareció que no funcionaban. Mandó a su mujer apearse para comprobarlo. “¿Funcionan?” le preguntaba Gila desde dentro. Y ella, situada detrás del coche, gritaba: “¡Ahora si! Ahora no!”
Dice el Eclesiástico (y que me corrijan Pedro y José Luis si me equivoco) “Amicus fidelis protectio fortis, qui autem invenit illum, invenit thesaurum. Amico fideli nulla est comparatio, et non est ponderatio contra bonitatem illius”
Esa defensa, ese tesoro y esa bondad, amigos, la encuentro generosamente en vosotros.
Mariano, “monstruo de la naturaleza” como en su día calificaron a Lope de Vega, tiene respuesta personal y dadivosa para todos, como también acostumbra a hacerlo en sus blogs. Se cabrearía conmigo si, en esta ocasión, yo no hiciera lo mismo. Que ya me dio un toque por teléfono esta tarde y me marcó los deberes.
CIRAUQUI, comienzo por ti que encabezas las entradas. Te aseguro que el acto de la presentación fue casi perfecto. El zamoranín se lo trabajó como Dios manda. Faltó un detalle importante: Unas botellicas de Gaseosa Armisen encima de la mesa. Me envicié con las tuyas porque tienen el sello de la excelencia. No tardes en proporcionarnos más lingotazos porque nos entra el mono.
URBANO, os imagino hibernando en Canarias. Tenemos prevista una visita a La Rioja a principios de junio. Sería una gozada volver a tomar unos vinos con vosotros.
¡Ay, VALDÉS! Cómo se nota que somos chabasquinos de la misma camá, mecíos pel mismu vientu y co’l mismu escudu d’armes : Un gaxepu y una fesoria sobre un preu de gorbices. Pero qué quiés que te diga. Con lo del llibru nun tenemos porvenir. Tienen que seguir matándonos la fame les maestrines. Paezme que sería mejor cavilar algo con les cibieches y los vilortos, que tal como se tan poniendo les coses el que quiera echar un pitu va a tener que golver a ellos.
Mira ENRIQUÍN FRADE, paisanu, lo que te dice Mariano es cierto. Este librín nació ligero de equipaje, igual que las buenas esencias. Casi se puede leer de un sorbo, aunque ya sabes que yo recomiendo lo contrario. Por cierto, “platico” bastante con tu hermano, también de los nuestros.
Oye LUISÍN, ahora que lo pienso ¿Acaso tú atravesaste Despeñaperros en busca de los Camborios? ¿Llevabas una vara de mimbre en la mano? ¡Que a alguien del “culo moyau” de toda la vida le tilden de gitano… Manda güevos! Ahí os mando yo una manegá de abrazos.
CÍCERO, mió CÍCERO, cuando dices algo de mí te ciega la amistad porque siempre me magnificas. Ya afirmé en otra ocasión y ahora lo reitero que tu narrativa y la de Miguel Delibes tienen muchos paralelismos, tanto en técnica narrativa como en sensibilidad temática. Algún día argumentaré esta aseveración. Mira, para que sonrías un poco. Cuando redacté el borrador de la presentación, al escribir la anécdota de la gitana, pensaba en ti, en tu gesto socarrón cuando lo leyeses. ¿Me equivoqué? Seguro que no.
Aún conservo la emoción del abrazo que intercambié contigo, ARGÜESO El Magno, en el interior de la iglesia de Frómista. Tú desde arriba y yo desde abajo, que a la postre “Manolón” se quedó en proyecto pero Antonio llegó a catedral. No me extraña que comas rápido. Esa cervecería de la Grand Place de Bruselas aguarda nuestra cita.
JOSÉ IGNACIO, si Dios quiere nos vemos el sábado. Ya hablaremos.
Resumo: La presentación del libro fue una gozada de principio a fin. En los blogs de Mariano están el resto de intervenciones. Yo reitero, una vez más, mi gratitud hacia Estrada porque “prestome a esgaya” Utilicé lo escrito en los folios a manera de chuleta, pero sin lectura directa, lo cual me permitió dar “la parpayuela” sin ningún tipo de corsé. Por eso hay ciertas carencias en lo escrito. Por ejemplo, expliqué de palabra la relación entre Mariano y Jerónimo Granda. Eso y más cosas no aparecen en lo que leisteis.
A través del blog de Mariano nos Felicitaron San José, Cortés Senior, Fernando Box y Santos. El mi hermanín gemelu, De Pablos, me llamó por teléfono.
Y termino definitivamente, porque esto ya se convirtió en un sermón de los que mueven los culos en vez de los corazones.
Finalizo copiando las mismas palabras que escribí hace unos días en el referido blog.
“Los seres humanos, en mayor o menor cuantía, somos propensos a los halagos. Yo, vulgar en toda la plenitud etimológica del término, no soy una excepción.
Agradezco cuanto decís de mi discurso. Pero no tiene los méritos que tan generosamente me atribuís.
Los méritos, en su totalidad, pertenecen a Mariano.
Porque laboralmente yo fui jornalero de la gramática, aspirante siempre a “maestro”, y se me exige ¡qué menos! capacidad para hilvanar con coherencia ocho o diez folios.
Mariano, como digo en mi discurso, desempeñó una profesión ajena al mundo de la literatura y de las letras.
Sin embargo, gracias a ese carisma y a ese don que poseen personas muy singulares, unido a un inmenso esfuerzo personal, es un autor que ya merece figurar en los manuales de la poesía española, tanto por la cantidad como por la calidad de sus obras”
Un abrazo
Manolo


Mariano Estrada -

Hola, José Ignacio:

Es verdad, fue una presentación realmente preciosa. Pero no será menos preciosa la que te hagan a ti. Es evidente la estima en la que te tienen (te tenemos) los compañeros. Y todo eso saldrá a relucir el día nueve.

Sí pasaron los años, querido amigo. A mí me lo recuerda una nieta de cinco meses que se llama Martina y que el otro día estuvo en la presentación. Pero te digo una cosa: la miras y todos los problemas se desvanecen.

Los veleros vienen y van, como la vida.

Te mando un abrazo con mis mejores deseos.

Mariano Estrada -

Hola, Antonio Argüeso:

Mira tú por donde nos parecemos en algo que, a priori, es difícil de imaginar: yo también como con mucha rapidez. Es más, a veces se diría que no como, sino que degluto. Pero no creo que solo nos parezcamos en ese tipo de cosas, más o menos somáticas. Por lo poco que sé de ti, creo que nos parecemos en otras mucho más importantes que se refieren directamente al espíritu, como las que tienen el norte en el conocimiento y la poesía.

Por eso has dicho esas palabras tan bonitas y generosas sobre mí, que naturalmente te agradezco.

Voy a llamar luego a Manolo y le voy a decir que tiene aquí unos cuantos amigos que están pidiendo a gritos su paso por el estrado. Sé que están con él algunos miembros de su familia. Y creo también que ya se van mañana y él quedará tan libre como Nino Bravo.

Un fuerte abrazo

Mariano Estrada -

Hola, Isidro:

Debería ser Manolo el que respondiera a tu comentario, porque a él está dirigido fundamentalmente. Pero veo que Manolo está distraído por ahí, por los innumerables rincones de Benidorm. Antes le eché la culpa a las olas de la playa, no sé si involucrando también a las sirenas, pero ahora soy más prosaico y digo que a lo mejor tiene problemas con el wifi del hotel… En todo caso, él entrará, verá y responderá, aunque sea abarcándoos a todos en una sola tacada…

En todo caso, Isidro, y siempre respetando lo que al respecto ha dicho Manolo, yo rebajaría un poco el nivel. El libro tiene dos objetivos: por un lado, reivindicar la memoria y, por otro, resaltar la importancia que tenían en aquel tiempo los animales y la convivencia con ellos, incluida de algún modo la pertenencia a la familia.

Otra cosa, creo que la ardilla, la avispa y la lagartija representan aproximadamente lo mismo: el espíritu inquieto. Ya ves, en Asturies se han decantado por la ardilla, en Zamora por la avispa y en el colegio donde estudiamos por el rabo de las lagartijas. De otro modo, el PaCura, que de tonto no tenía ni un pelo, se decantó por las abejas, holísticas ellas, fue a buscarlas a Muelas de los Caballeros, mi padre se las dio en una colmena movilista y él las puso en el Valle de Josafat, a quien puedes llamar Vibot, si lo prefieres.

En fin, Isidro, ya sabes: de ahí a llenar los sótanos de champiñones solo hay un paso.

Por cierto, ya ves que los compañeros no me mataron, sino que uno de ellos está empeñado en perpetuarme en el tiempo con sus apelaciones a la intrahistoria unamuniana…

Gracias y un cariñoso abrazo, en recuerdo de un personaje tuyo.

jose ignacio -

Qué preciosa la presentación...
No pasaron los años.

Cuando os miro me queda
un ahogo, compañeros,
pues la imagen me recuerda
que vuelven ya los veleros.


Un fuerte abrazo con esperanza,

jose ignacio

Mariano Estrada -

Querido Luís Heredia:

Sigues teniendo apellido de Gitano…

Pero llevas razón en lo que dices. Fue necesario aquel gran encuentro en la paramera leonesa para que Manolo y yo pudiéramos juntarnos en un auditorio de Villajoyosa. De otro modo, mal nos hubiéramos reconocido en Benidorm, por mucho que el azar se hubiera puesto de nuestro lado. Por cierto, en Benidorm nos hemos reunido ya unas cuantas veces, siempre delante de un café y a menudo hablando de filosofía. Hay que ser tontos, pero creo que en eso somos ambos maestros.

Gracias por compartir con nosotros la alegría de este parto, que me concierne a mí, y la satisfacción de esta presentación, que corresponde en gran parte a Manolo, de quien tengo que decir, por cierto, que se metió a la gente en el bolsillo. Estuvo realmente genial. Vosotros habéis leído el discurso, pero yo lo oí, y creedme que también dijo algún taco.

Gracias, asturianu confesu, marbellí de la Jet, un fuerte abrazo

Mariano Estrada -

Hola, Enrique Frade: el zamoranu, que ya es un poco vileru, te da efusivamente las gracias, el polesu anta suel tu por los praus de Benidorm, lidiando unas olas que son muy distintas a las suyas. Estas las domina él con la mirada.

Animales en el corazón es un libro pequeño, como el autor. Afortunadamente, no te echará para atrás el tamaño… Como dije en la presentación, no es un libro importante, pero sí muy entrañable.

Gracias y un abrazo

Antonio Argüeso -

Juan Manuel, también he gozado leyéndote. Lo he hecho como mandas: despacio, mascando tus frases tus palabras y, en mi caso, no como comiendo que hasta el PaPedro dijo hace unos meses, viéndome comer: “¡con qué rapidez comes, Antonio!”; supongo que influencias de la época en la que comíamos todos del mismo cuenco.

Permíteme, sin embargo, que aporte una pequeña corrección: dices “que acaba de nacer una joya literaria”, pero seguro que estamos de acuerdo en que esa joya no ha nacido, sino que Mariano siempre ha sido un profundo, sentido y ameno poeta que además, como tú mismo dices, ha trabajado en profundidad para pulir, esmerar y transmitirnos su belleza.

Cuando me llegue el libro lo leeré como dices, tranquilo, en momentos de sosiego, sin prisa.

Enhorabuena a los dos

Isidro Cicero -

Manolo: Una intervención inspirada, reflexiva, bregada y dosificada. Una delicia de presentación. Los demás también, pero, especialmente, Cirauqui ha dado en el clavo cuando se fijó en lo divertido del texto, combinado con los conocimientos, la emoción y la fidelidad a los amigos. Enhorabuena.
Los amigos. Mariano Estrada Vázquez por ejemplo. Una vez os hice yo una foto en los campos de Armunia en la que Faes y tú estabais asesinando al zamorano con un cuchillo directamente. La foto la tiene Mariano, se la regalé hará un par de años. El crimen lo estabais perpetrando en unos campos que había entonces delante de la iglesia; más o menos por donde se juntan ahora las calles de San Juan Bosco y el obispo Inocencio Rodríguez. Entre aquellas caras que os saqué y las que habéis exhibido la otra tarde en el centro social de Villajoyosa apenas se notan diferencias. El tiempo os respeta. Es más, os copia: Fijaos en las cejas de Manolo citándose enérgicas en el centro de la frente. Las ponía así ya de chaval: Está disfrazando de solemnidad una sorna. Mirad el contraste de estas cejas con las serenas y complacidas de Mariano: Está decodificando la sorna y disfrutando la ternura que la sorna esconde.
Has asegurado, Manolo, que ANIMALES EN EL CORAZÓN es una joya literaria y seguro que lo es, tú atinas casi siempre. La disfrutaré a la primera ocasión. Tú, Manolo, escribiendo, la clavas, te lo he dicho muchas veces. Por ejemplo, me he quedado pensando en la ardilla y la avispa, quizá también podrías haber añadido la lagartija de aquellos años, has dicho que llevaba el pueblo en la cara y das a entender que hoy sigue siendo ardilla, avispa, quizá podías haber añadido, lagartija de los sentimientos y las palabras a orillas del mar Mediterráneo al que envíoi un fuerte abrazo y los mejores deseos.

Luis Heredia -

Qué queréis que os diga. Que me prestó una burrada la presentación de Manolo. La imaginación no tiene fronteras y a lo largo de casi cuarenta y pico de años, si no es por puro azahar, ni Mariano ni Manolo hubieran imaginado reencontrarse. Y mucho menos como si de un vulgar encuentro casual se tratara tomando un café en Benidorm: - Oye, suéname tu cara. - A mi la tuya también pero más tu forma de hablar. Es que yo tuve un compañero en un Colegio donde...y tal y tal.

Ni uno ni otro se imaginaron que a lo largo de los años pudieran estar sentados juntos en el mismo estrado.

¡Manolo, Enhorabuena por la delicia de tu presentación, porque se nota que es de un hermano. Nada empalagosa como las habituales en estos casos en los que el halago es la moneda para sentarse al lado del autor. Tú presentaste a Mariano tal como es, un auténtico animal en cuerpo y alma como persona. como escritor y como profesional del tiralíneas y además has hecho que a los demás nos haya entrado el gusanillo de hacernos con su nueva criatura.

Mariano, te deseo mucho éxito con tu nuevo libro.

enrique frade -

Hermosa presentacion Jose manuel.
Yo soy de la misma opinion que la tuya ,los libros en papel y leidos despacio y en tiempo largo ,para asimilar si es posible ,no lo que está escrito ,si nó ,que es lo que el autor nos quiere decir.A mi un libro de 400 paginas me dura un mes o mas.Prefiero leer varios libros a la vez ,en dias distintos.
Suerte con el libro Mariano ,procuraré hacerme con el.
Un abrazo pal polesu y pal zamoranu.Quique Frade

Mariano Estrada -

Querido José Manuel:

Yo también creo que los partos han de ser con dolor. Y que el dolor tiene que ser al tiempo gozoso. Yo he parido ya una docena y pienso seguir pariendo hasta que la poesía nos abandone y mientras haya Manolos y Martas y Joanes y Migueles que me presenten.

Por cierto, estoy de acuerdo contigo en que Manolo, Manolón, Juan, Xuan o Xuanucu está capacitado para escribir los libros que quiera. Él se precia de haber sido un buen jornalero de la gramática, incluida la parda, pero tiene las cualidades requeridas para ser un buen escritor. Solo hace falta que se lo proponga.

Y sí, yo me ofrezco a presentar el primer libro que escriba tanto en Oviedo como en Pola de Lena. Contigo, naturalmente. Creo que no lo haríamos mal. Es más, creo que echaríamos en ello los restos.

Pero dejemos que se pronuncie Manolo… Venga, hombre, deja ya de pasear por la playa de Benidorm… ¿O tal vez estés buscando El libro de arena?

Un fuerte abrazo

JOSE MANUEL GARCÍA VALDES -

Mariano, no hay más remedio que felicitarte de nuevo; escribir un libro es como un parto con dolor gozoso y sólo algunos estáis preparados para gozar sufriendo o sufrir gozando, es un mérito. Sigue dando a luz, veremos.
Qué voy a decir de Juan, Manolo o, Juan Manuel. No sé si te lo creerás pero también tú tienes fondo y forma para dar a luz, no estaría mal que te pusieras a ello; el germen ya lo llevas dentro. La presentación que haces es de esas que le gustaría a cualquiera para presentar a su criatura. Eres un buen artesano de la palabra, sabes “enrestrar” las palabras con mucho sentido, estilo y elegancia. Si los tuyos(padre/madre) te leyeran estoy seguro que pingarían el moco y dirían: "esti guaje ande aprendería tanto”. Escribir bien habiendo tenido como biblioteca la “corripa” y como piano la “carreña” no es cosa fácil y tú lo has conseguido. Retomo tu cita de Lorca para decirte que “escribes bien por la gracia de Dios y, también, por la gracia del aprendizaje y del esfuerzo”. Te va bien eso de MAESTRO, aunque “haigas” pasado más fame que un maestro escuela, que no es verdad gracias, en parte, a la MAESTRINA que tenías/mos a la vera.
Ponte a parir que yo me encargo de la Mayéutica para que la criatura no se malogre. Escribe y Mariano y yo nos encargaremos de presentar la criatura; lo podemos hacer en el centro cultural de San Feliz o de Casorvida.
En la foto aparentáis lo que sois, dos chavales de …taitantos, apuestos (apuestos a presentar el libro), asentados( en la silla) y echaos pa´lante; posiblemente inteligentes, casi ricos y de buen yantar. Juan, por la pose que presentas tal parece que estás subastando el libro. Con el salero que tienes agotarías la edición en un momento. Un fuerte abrazo. Yes, you can.
Abrazos

Mariano Estrada -

Joaquín Urbano:

Tú y yo tampoco sentimos en nuestras carnes el topetazo del encuentro, pero bien me acuerdo de ti y de tu "carita" redonda, aunque me dice Manolo que estás muy cambiado. Y es que ha pasado algún tiempo...

Gracias por la felicitación. Y sí, estoy seguro de que te hubiera gustado estar con nosotros. La intervención de Manolo la has leído aquí, las otras puedes leerlas, si te apetece, en el Blog de Paisajes Literarios (Puedes acceder desde la página del mismo nombre: www.mestrada.net). Allí entontrarás también enlaces que te llevan a la Editorial donde se puede adquirir el libro. Lo dejo también aquí:

http://www.obrapropia.com/Obras/1086/ANIMALES-EN-EL-CORAZON

Y si lo quieres con dedicatoria, déjame tu dirección y te lo mando yo... Que no quede por falta de facilidades, jaja.

Un fuerte abrazo
maritos@telefonica.net

Mariano Estrada -

Hola, Cirauqui:
Tú y yo no tuvimos oportunidad de saludarnos en el "famoso" y ya lenano encuentro de la chavalería rusticana celebrada en en un lugar del mundo que todos queremos recordar.
Cuando yo me prodigaba en este blog, y lo hice de manera abundante y continuada, leí algunas cosas tuyas, por lo que nada me pilla de nuevas. Ahora estoy ausente porque uno no puede estar en todos los charcos a la vez, a no ser que sea Fray Escoba.
Por cierto, ni en mi página ni en mis blogs tienes que entrar a hurtadillas: estás gustosamente invitado a visitar todas sus habitaciones y dependencias. Y a dormir en ellas, si quieres.
Manolo, tras el esfuerzo realizado en el acto, está descansando en la playa de Benidorm, que ya es como su segunda vivienda.
Gracias por el comentario y un fuerte abrazo
Mariano

Joaquín Urbano -

Enhorabuena a ambos. Cuanto me hubiera gustado disfrutarlos en directo y abrazaros.

Mariano, dime como puedo hacerme con el libro. Gracias.

Don Manolon, impecable.

Para los dos, en mi recuerdo, un fuerte abrazo.

Javier Cirauqui -

Juan Manuel:
Yo no sé como haría las presentaciones el tal Jerónimo Granda, pero la tuya no tiene nada que desmerecer de la del citado. Es una presentación divertida, políglota, bilingüe, (en bable y en castellano),culta preparada, emotiva y de fidelidad y amor a tus amigos, los hombres y los animales. He gozado leyendo esta presentación tan sensata y tan medida, la gracia rezuma por todos los lados, así como el conocimiento. Tiene espontaneidad es creible, enormemente creible.
Yo soy admirador anónimo, hasta ahora, de Mariano Estrada, del que de vez en cuando leo sus poemas, entrando a hurtadillas en su blog. Gracias, Manolón por tu enjundiosa presentación y gracias Mariano por tus poemas y escritos, que de vez en cuando leo. Con todo mi cariño. Javier.