LOS ZAPATOS DE EUGENIO

A Ignacio, Luis, Santines, Enrique, Mariano∑
Volveré cualquier tarde, en un vuelo sin retorno, como tantos volvieron, también volveré yo. Añorando los otoños, volveré por la vendimia, sin maletas, saludaré de entrada a Pepe, sonriente en su garito, seguiré con la memoria el carro de Máximo, goteando mosto, perdiéndose en la granja camino del lagar, y le haré un guiño al lobo bribón, alegre y retozón de San Froilán, mientras los chopos y cerezos de manitas amarillas volverán a susurrarme, sin herirme, „bienvenido, hijo mío‰. Me pondré los vaqueros y la camisa parda, sin camiseta de felpa, ni calcetines de lana, calzaré los tenis, pulcros, de nylon, y recorreré en silencio, de punta a punta, el colegio silencioso y solitario. Ya no habrá pájaros, ni jíbaros, ni culebras en las vitrinas ˆaunque siga aleteando incansable el aliento de Zavala-, ni cortinas de colores en las ventanas, ni gritos ahogados, ni toses en los pasillos, ni pianos escondidos, ni melodiosa rondalla, ni polifónica escolanía, ni señales de pisci
na sumergida y clausurada, pero todo me hablará a borbotones, desde lo profundo, con olor a petróleo de tranvías aparcados, mientras sin prisa, voy buscando la capilla. Allí se juntarán mi alma de niño, asustada, gris y juguetona, y mi alma de anciano, paciente, serena y clara, para compartir con vosotros, mis amigos, palabras y silencios, miradas sorprendidas, abrazos cálidos, recuerdos y nostalgias de tantos y tantos días pasados. Bajo el manto de la Señora, amplio y festivo, inauguraremos un nuevo curso, a distancia (on line), para gozarlo en mil familias, primero Dios, y nunca el definitivo.
- Eugenio González Núñez
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santiago rodriguez
Fecha: 18/09/2013 15:59.
Luis Heredia
El vino era Prieto Picudo, o sea que no hacía falta mezclarlo con gaseosa ni agua. Así, a pelo, como hacían los antiguos y auténticos oficiantes, dieran una o más Misas. El mareo estaba en el ambiente. Malladina te echó mucho de menos, como siempre le pasa con los que hacéis/mos el argüeso de vez en cuando. Como Mariano prometió escribir más libros -está lanzado- con la condición de hacer en el Colegio la presentación sobre los restos de la piscina, vete sacando un billete de esos con fecha abierta, que te pueda servir , si no es para la próxima presentación, que sea por lo menos para el Centenario del Colegio. Eugenio, cuando veas el vídeo vete arranging cita con el dentista para que te lime los dientes.
Fecha: 18/09/2013 16:01.
jose ignacio serrano mallada
Qué sola y qué silenciosa estaba la capilla de la escuela menor. Busqué al niño. le llamé y no vino. No estaba. No había vida...
llegué buscando a mi niño,
entré esperando los gritos
de tus besos de cariño,
y en tus manos dos ramitos,
dos ramitos de tomillo.
y en tus ojitos un guiño.
sólo encontré el silencio
y soledad en el aire,
y la vejez que presencio
sin mi niño, sin donaire,
es el respiro y el precio.
llegué buscando a mi niño,
entré esperando los gritos
de tus besos de cariño,
y en tus manos dos ramitos,
dos ramitos de tomillo
y en tus ojitos un guiño
jose ignacio
Fecha: 18/09/2013 16:02.
enrique frade
En la foto de la piscina veo a los niños flaquitos ,como los niños judios de ausvich,no nos sacarian ni un gramo de grasa.Y teniamos que estar contentos ,fuera habia muchos niños que no comian cuatro veces al dia ,en las casas no habia.Que bien sabia el chocolate,el de la merienda nó,el que me traian mis primas de Puentecastro que venian el domingo primero de mes a vernos,a Mi y a mi hermano Heriberto,ese dia podia besar a alguien familiar,esperando al mes siguiente para comerme el chocolate y besar a Mis primas.Los padres una vez por Navidades,Reyes para ser mas exacto,y en el verano en casa.Pero que coño eramos felices ,nos acurrucabamos unos con otros y así ibamos pasando la niñez.Eugenio ,mi hermano un saludo y para Ti tambien J.Ignacio,para todos los demas el cariño dominico,y del camino ,que no nos falte nunca.
Abrazos quique frade.
Fecha: 18/09/2013 20:50.
Santos S. Santamarta
una tarde de otoño, amigo Eugenio,
una tarde de otoño como aquella
-hace ya tanto tiempo…-
en la que ambos libamos temblorosos
de aquel páramo seco
colores de rastrojos
y aromas ya en sazón del mosto nuevo
Caminaremos juntos una tarde
Eugenio, compañero,
por aquellos espacios que en la infancia
nos vimos en destierro
y se hicieron después, ya para siempre,
medularmente nuestros.
Transitaré contigo esos lugares
y beberemos juntos y en exceso
de palabras y risas, rezos, cantos…
tantos dormidos ecos
Ya desnudos de todo,
solo con provisiones de silencio,
una tarde de otoño como aquella
regresaré contigo, amigo Eugenio,
y vadearemos juntos
-a ver si puede ser- tantos recuerdos…
Fecha: 20/09/2013 15:30.
lalo
Mi punto de vista en aquellos tres años siempre fue desde los bancos (y buena parte de él lo tenía en posición genuflexa) por lo que el sobrio artesonado de la capilla me hurtó la vista a la obra completa del pIturgaiz.
Es posible que esta circunstancia oculte el error de alguien. No creo que el pCoello diseñase la capilla contando con que una buena parte del mosaico no se iba a ver, ni que el pIturgaiz sobredimensionase su retablo sabiendo que una buena porción de su obra iba a quedar oculta.
Así que gracias a la presentación del libro de Mariano y al concierto de jubilaticantores, la buena vista de la cámara de Javier del Vigo me ha revelado dos detalles de aquellos tiempos, uno desconocido y otro olvidado:
1 Que el mosaico de la Escuela Menor era más grande y escondía una estrella negra...
2 ... y que allí nunca fui monaguillo.
Salud
Lalo
Fecha: 20/09/2013 17:42.
Eugenio González Núñez
hermanos de colegio-conventos,
magos de palabras y recuerdos,
-ya teñidos del color del cerezo-,
conmigo vais, nunca como hoy,
en esta dulce mañana de otoño,
perlada por el rocío mañanero.
Fecha: 21/09/2013 15:09.
Tuñón
Solo salíamos ese tiempo y algún dia que nos llevaban de campo por los alrededores.
Por lo menos es lo que recuerdo. Tuñón
Fecha: 24/09/2013 19:52.
jose ignacio
en la capilla del alma,
madera y piedra sin luces.
y silencio que no calma,
el niño las vio de bruces
y las llevaba en su palma.
Fecha: 27/09/2013 00:03.
Eugenio González Núñez
las últimas noches de verano,
más que sueños, pesadillas,
de tener que volver otra vez.
Deambulaba el alma encogida,
como queriendo estirar la piel:
llenarme todo entero de lo mío,
llevarlo todo conmigo, amarrado,
para rumiarlo en tardes de estudio,
para degustarlo en cada atardecer.
Si no fuera por lágrimas ocultas,
que tantas veces a solas derramé,
no te contaría lo que te cuento,
ojalá, que nunca vuelva a suceder.
Fecha: 29/09/2013 05:31.
jose ignacio
los trajeron en camada,
pero faltaba la madre
y no tuvieron un hada
con un rayo que taladre
y cambie calor por helada
Fecha: 30/09/2013 23:30.