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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

pSÁNCHEZ RAMÍREZ (por Isidro Cicero)

pSÁNCHEZ RAMÍREZ (por Isidro Cicero)

El padre Sánchez Ramírez era amigo del padre Ángel Casado. Posiblemente pertenecieran a la misma promoción. No sé por qué entonces me parecían especialmente jóvenes, cuando casi todos lo eran. Ahora veo que Sánchez tenía veintimuchos años cuando llegó allí. En el 65 cumpliría 30. El padre Ángel Casado me regaló a mí un libro de Santa Teresa de Ávila, que salió defectuoso de la imprenta y al que él, cuando estudiaba en Salamanca, le había añadido el cuadernillo que le faltaba, copiándolo a mano con una apretujada caligrafía en un papel muy fino, llamado papel biblia.

El padre Sánchez no me regaló ningún libro, pero guardo de él dos recuerdos, uno preciso y otro difuminado. Cuando después de pensármelo mucho me decidí a enviar mi primer escrito a este blog de Josemari, lo puse debajo de una foto en la que aparecía el padre Sánchez con Pedro López Llorente y Pachi San José. Era a primeros de agosto de 2007. Ignorante yo de los buenos usos y costumbres que regían en las redes sociales, irrumpí en aquel portillo soltando un rollo que nada tenía que ver con la foto ni con ninguno de los tres personajes que aparecían. Si fuera hoy, con todo lo que he aprendido, no lo habría hecho. La gente merece consideración y ser tenida en cuenta siempre. Este es el recuerdo preciso. Lo tengo claro y puede servir para que Argüeso busque el histórico de aquel mes (ya digo, agosto de 2007) y le ponga cara al padre Sánchez Ramírez, una buena persona a mi juicio.

El recuerdo difuminado pertenece a 1964. No es difuminado del todo, porque también él tiene su parte nítida. Empezaré por la zona borrosa con una pregunta: ¿Echábamos la siesta en aquel colegio de la paramera? Sé que generalmente no, ¿pero había días de mucho calor en el que íbamos a descansar a las camarillas? Porque es en la camarilla, en un día de mucho calor y durante un tiempo destinado a la siesta cuando apareció por allí el padre Sánchez.

La parte iluminada de este recuerdo es que aquella tarde yo no estaba durmiendo la siesta sino leyendo „Amor, el Diario de Daniel‰.  No sé si a Sánchez le gustó, le disgustó o le importó  siquiera. Sé que a raíz del libro inició conmigo una conversación absolutamente normal, como si yo fuera un hombre como él, quiero decir, tratándome como una persona adulta. Esta actitud aparece nítida en mi recuerdo, pero fueron unas palabras suyas lo que por increíble que parezca, recuerdo con mayor claridad de aquella conversación. 

„¿Tú que crees?‰ ˆme preguntó. „¿Qué venimos aquí huyendo del mundo y de la carne porque el mundo y la carne son malos? Hay mucha gente que dice eso, pero yo no lo pienso‰ 

Aquello se me quedó en la memoria. No puedo pensar en Sánchez, sin acordarme de aquello. „No hay que retirarse del mundo, el mundo es estupendo, a mí me gusta. Está lleno de cosas fantásticas, nuestros padres, por ejemplo, están en el mundo y no hay que huir de ellos‰.

Acabo de leer todos estos comentarios anteriores y me declaro de acuerdo con el último de  Gabriel Navarro. Soy de los que me, cuando me acuerdo de ellos, me pongo en la piel de aquellos muchachos que apenas tenían treinta años y habían estado sometidos a una disciplina como la nuestra desde su niñez. Nadie tan capacitado como nosotros para comprender sus miserias y sus grandezas.

Isidro Cicero

 

14 comentarios

Javier Cirauqui -

Querido Fernando:
Agradezco tu explendida regañina, me ha gustado mucho. Te hubiera contestado y lo he hecho varias veces, pero no atino con la tablets, cuando acabe mi viaje de jubileta por tierras catalanas lo hare gustoso,
Con todo mi afecto. Un saludo. Javier.

Antonio Argüeso -

¡Cómo anda el patio! Dentro de poco ni saludar vamos a poder, tan susceptibles son algunos. La cosa fue como fue y así se la hemos presentado (algo así decía el imparcial Urdaci -me huele que también esto va a levantar ampollas; no te digo...).

Fernando ha sido comedido y ha dado su visión acertada del tema. Yo me he limitado a explicar una de las causas del problema universal de la fobia que muchos sienten por las matemáticas, aplicada al caso de los del 69. Igual soy ingenuo (cínico creo que no) pero no veo truenos destapados por ningún lado. De Fernando, como de otros, todos guardamos un excelente recuerdo y a lo que he ido viendo, todos le queremos. Pero los tiempos y la situación era lo que era, unos se adaptaron a ellos, otros intentaron desmarcarse algo. La formación recibida, dije, me permitió hacer una carrera de ciencias (de 100 que entrábamos no salíamos ni 20 de media); es decir, fue buena, pero no por ello, me parece, debemos ocultar las sombras: eso es peligroso, puede repetirse.

Luis Heredia -

¡Ay, Dios mío¡ Que no se destape la caja de los truenos.
 
Yo creo que Cirauqui, conociéndole, nunca tuvo intención de herir sensibilidades y mucho menos desmerecer el trabajo de nuestros profesores, y mucho menos aún el de Fernando Box. Simplemente expresiones coloquiales, lo mismo que otros podrían decir sobre la música y el deporte, que hay muchos.
 
Fernando, eres un monstruo. O sea, coloquialmente hablando, escribiendo y expresándote.
Es increíble cómo comienzas, cómo circunvalas y cómo acabas. Es imposible  que cualquier comentario tuyo encierre el más mínimo grado de acidez. Las Matemáticas, la Física o incluso las leyes son pura lógica. Ya desde que nacemos nos obligan a hacer cosas y muchas Matemáticas. Nada más nacer, nos dan 2, 3, 4 o 5 palmaditas  en la espalda y nos obligan a llorar para que se cumplan las leyes de la ciencia y la física. Lógico, porque de no hacerlo volvemos por donde vinimos. Al cabo de unos meses, recibimos las primeras lecciones de Mates de unos individuos sin identificar que delante de nosotros nos enseñan sus dedos de la mano y nos dicen que son 5 lobitos que tiene una loba. Lógico también por increíble que parezca pues de haber tenido 6 dedos la loba tendría 6 lobeznos.
 
 
Más adelante, con 4 años y ya para empezar a diferenciar las letras de las ciencias, recibí otras palmaditas pero esta vez en la escuela y en la cara por no saber lo que sumaban 4 peras + 4 manzanas. Yo era incapaz de mezclar los frutos y siempre tendía a separarlos. Al quinto grupo de palmaditas en la cara ya comencé de manera incipiente a comprender lo que era la macedonia pero por obligación. Lógico también porque de lo contrario cualquier día hubiera palmado de un empacho de frutas.
 
Más tarde, en Sto. Domingo de Oviedo, con 11 años, tu compañero, Padre Cerrillo, me enseñó Mates y de nuevo con los 5 lobitos y una vara. Desgraciadamente, los 5 lobitos los tenía que poner yo y él la vara. Pero, créeme, no le guardo ningún rencor, sino un recuerdo cariñosísimo y me arrepiento tremendamente de haberle dicho imprudentemente cuando después de 40 años me lo encuentro en León en la presentación del libro de Isidro que me emocionó verle y que me acordaba mucho de su vara y de mis 5 lobitos. Me dio una pena tremenda que por mi imprudencia me respondiera -" Heredia, ¿de verdad me recuerdas solamente por estos hechos?
Fernando, quería que en ese momento me tragara la tierra. José Antonio, que le acompañaba en ese momento como Prior de Sto. Domingo, se sintió tan mal como yo y por mucho que trató de quitarme a mí el hierro a mi imprudencia no lo consiguió. Este error mío sí que lo veo mucho más grave que lo que dijo Cirauqui puesto que yo lo personalicé en el P. Cerrillo estando de cuerpo presente y Cirauqui lo refirió como anécdota de modo general sin personalizar.

Siempre me atrajeron las Mates y siempre tuve el trauma de sentirme un zote porque desde pequeñín no me las explicaron bien. ! Qué envidia la gitana!

Incluso contigo, Fernando, me sentía un zote por culpa de mi pasado. Me sudaban las manos pensando que me ibas a preguntar algo y no tendría respuesta. Lógico también: No tenía una respuesta.

Tú siempre has sido mi referente, la oportunidad perdida de mejorar porque cada vez que te veía en clase pensaba lo mucho que tú me hubieras enseñado y lo fácil que me lo habrías puesto. Pero yo pensaba que ya era demasiado tarde para recuperar el tiempo perdido. Si yo te hubiera tenido de maestro desde el principio, ten por seguro que hubiera entendido perfectamente que daba lo mismo sumar peras y manzanas mezclándolas o a qué hora llegaría a Gijón el tren de La Robla saliendo, además, con retraso, o en cuánto tiempo se llenaría la piscina del Colegio abriendo el grifo a las 12,00 de la noche con circo cortes alternos, dos durante la madrugada y tres por la mañana.

Fernando, tú tienes además el
valor añadido de que no solamente nos enseñaste Mates y Física, utilizando la lógica sino que además nos enseñaste a conjugarlo y compaginarlo con Las Letras y la Cultura. 
 Por eso te digo que eres un monstruo y lo sigues siendo por lo que nos has demostrado a lo largo de estos años, desde que nos reencontramos. Y no es ningún piropo. Pero no me preguntes ahora a qué velocidad ibas en bicicleta o cuantas vueltas dieron las dos ruedas, las delanteras y las traseras por separado o juntas, habiendo salido tú pedaleando de la recreación a las 14,00 de la tarde y yo te paré en seco a las 17,00 en el campo de fútbol, del mismo día.
¿Ves? yo acabo de cerrar un círculo que no sé si es cóncavo o convexo pero creo que es un círculo.
Fernando, te apreciamos tanto como te queremos. 
 

 
 

Antonio Argüeso -

Muy bonito Fernando, muy ajustado todo, sí. Pero se ve que no tuviste clase con aquél Enrique. Yo tuve suerte que no consiguió enemistarme con las matemáticas y la formación de la paramera me permitió hacer una carrera de ciencias por estas tierras. Pero cómo comprendo a Cirauqui…. Qué angustiosos momentos aquellos en los que el tal Enrique decía: vamos a ver quién sale al encerado…. y empezaba a mirar a la derecha, a la izquierda, al fondo, a los primeros; todo ello con la ‘sana’ intención de angustiar al personal. No hubo infartos porque llevábamos una vida sana que si no…. Y no hablemos de los gritos, tirones de orejas, capones y otras lindezas para hacer comprender lo que, según he dicho y creo recordar, él mismo no entendía muy allá.

El comentario de tu gitana que pasaba de euros a pesetas me recuerda el de mi tío Manolito, analfabeto. Tenía alrededor de 50 ovejas y los mozos del pueblo, para matar el aburrimiento, a veces le escondían alguna. Pero siempre, siempre las echaba en falta. ¿Cómo lo hacía? muy sencillo: ponía nombre a todas y gracias a su prodigiosa memoria, desarrollada justamente por ser analfabeto, al final sabía que o “La Vizca” o “La Risueña” o… no había entrado en el redil.

Un abrazo

Pedro Sánchez Menéndez -

Perfecto, Fernando. Un abrazo. Pedro

fernando muñoz box -

Quiero hacer una cariñosa reconvención a Javier Cirauqui. Y aprovecho que estoy de buen humor para que no tenga acidez ninguna, al menos voluntaria.
Me refiero a su párrafo que dice: "A mí me la sudaban los senos, los cosenos, la tangente, la cotangente, las ecuaciones de segundo y tercer grado, que nunca supe para que servían, pero me sacaba a la pizarra para escribir sus fórmulas. Soñaba en la camarilla con la trigonometría y el álgebra."
Me hace pensar que la formación que conseguiste en La Virgen no fue tan completa como a mí me hubiera gustado entonces, y me sigue gustando hoy. Para mí es inexplicable que en un ambiente en que predominaba la música, en un Santuario en el que resaltan las proporciones adecuadas, en unas clases de arte en que se os hablaba de belleza, no sacaseis la certeza de que vivíais, y vivís todavía ahora, en un ambiente en el que priman las matemáticas. No hay música que se pueda explicar sin Pitágoras, ni construcción arquitectónica en la que no resuenen las divinas proporciones.
Es un gran misterio saber por qué la naturaleza funciona de tal modo que todo lo hace en "número y medida", por qué la luna, que según el poeta "vaga por el azul llorando versos" acude a la cita de los eclipses con esa precisión grandiosa (hay un libro del siglo XVIII -ahora no recuerdo su autor- en que se da la hora del eclipse de sol de agosto de 1999, que yo pude contemplar puntualmente en Chalons sur Champagne), por qué el carro de Apolo recorre el cielo todos los días y se puede saber con toda precisión las horas (números, números, números) de orto y ocaso en cualquier época y lugar del mundo, etc. etc.
Los naturalistas se pueden hacer cruces cuando se enteran de que el crecimiento del caracol o las flores de las rosáceas, están regidos, como otros muchos fenómenos, por la proporción áurea; y hasta el DNI o las tarjetas de crédito se han diseñado para que cumplan esa misma proporción entre sus lados.
No sé quién fue el monstruo al que se le ocurrió separar ciencias y letras. Sí que sé que precisamente para que no se me encasillara en una de las dos categorías, procuré que me apasionara el latín, la poesía y la literatura, amén de otras cosas que participan de ambas.
No creo que se pueda presumir de no saber de "mates", porque no conozco nadie de los que se llaman "de letras" a quien se le pueda engañar en cuanto se trata de precios o de euros. Pude ver una vez una gitana, posiblemente analfabeta, que pasaba de euros a pesetas y de pesetas a euros, en aquellos tiempos del cambio, bastante mejor, y más rápida, que muchos catedráticos de Universidad.
Desgraciadamente también se puede encontrar uno en el camino de la vida con gente que no aprecia ni la literatura, ni la poesía, ni las lenguas (y enarbolo mi estandarte en favor de todas las lenguas españolas, pura riqueza).
En fin, que febrero es un febrerillo loco y a mí me ha debido pasar algo...
Un fuerte abrazo.

Pedro Sánchez Menéndez -

Lalo: No estoy seguro de que tengan en la curia provincial algún listado sobre directores y subdirectores (no eran cargos elegidos sino nombrados más o menos a dedo).
El secretario a quien puedes preguntar se llama Oscar Jesús (914.344.033). ¿No habrá alguna relación de estos cargos en la Virgen del Camino? Seguro que ya lo habéis consultado. No te desanimes. Un abrazo. Pedro

Javier Cirauqui -

Acabo de leer el escrito de Isidro y he intentado recordar las imágenes y sensaciones que me inspira el recuerdo del P. Sánchez. La fotografía parece eatar en un día de paseo a la hora de la merienda, en la que el fotógrafo es fotografiado.
Nuestro P. Sánchez, según creo fue subdirector durante los cursos 64-65 y 65-66. Yo lo recuerdo como una persona asequible, tranquila, ensimismado, despistado,quizás parco en palabras, pero para mí cálido, que me inspiraba confianza. A lo sumo, en aquellos tiempos, hubiera dicho que era unn poco modorro y socarrón, pero con cariño. Me inspiraba más confianza y me sentía más cómodo que con alguos otros. Quieras o no quieras todos eran frailes y profesores y yo un niño.
Yo lo relacionaba con libros y literatua y el Padre Pedro me lo ha corroborado con el comentario de que era profesor de Literatura e intentaron, entre los dos, poner pequeñas librerías en los almacenes de las clases, de lo cual intuyo algo. Recuerdo que me dejó alguna antología de los poetas de los años 50, como Claudio Rodriguez, Valente, Bousoño, Sahagún, Gil de Biedma, Angel González, José Hierro, Eladio Cabañero, etc. y el libro de Losada, "Los versos del capitán de Pablo Neruda".
Nos dió alguna clase, pero no sé si fue Literatura Universal, pues me suena más el P. Iparraguirre. Recuerdo un gran libro del que
me sabía todos sus ejemplos de memoria. Aún recito "in mente" muchos de ellos.
Veo al Padre Sanchez vigilándonos en el estudio, desinteresadamente apoyado en una de sus columnas.
Por esa época llegaron tambien el P. Fernando Box y el P. Martín. Según leo tendría de 28 a 30 años, puesto que solo tenía 13 años más que yo. Todos ellos eran muy jóvenes.
Yo solo estuve con él hasta finales de Junio de 1965 en que me salí.

Recuerdo aquellas clases de las mañanas de los sábados, que algunas llaman optativas, de periodismo, radio televisión, cine debates, y que yo quisiera haber estado en todas, pero solo era posible asistir a una.
Respecto al dibujo de Serrano tengo una ligera noción de haberlo conocido. De los que sí me acuerdo de otros, como un dibujo del pueblo del P. Eulalio, Gatón ded Campos, cuando pasamos en una excusión los del glorioso 59, y en sus ventanas y tejados un gran número de gatos maullando: "miau...miau...miau".
Un día nos visitó el Director Odón Alonso, quizás para ensayar con la Escolanía y en el Pantalla apareció el dibujo de un personaje con una esquila o cencerro y debjo o al lado, la siguiente leyenda: "O-dón, o-dón, o-dón"...

No me puedo creer Antonio y José Manuel, que haya alguien que no se acuerde de las clases de Matemáticas del P. Enrique.
A mí me la sudaban los senos, los cosenos, la tangente, la cotangente, las ecuaciones de segundo y tercer grado, que nunca supe para que servían, pero me sacaba a la pizarra para escribir sus fórmulas. Soñaba en la camarilla con la trigonometría y el álgebra.
Recuerdo aquellas correcciones del exámen con dos respuestas posibles, seguro que yo habría sido de los que no habría puesto ninguna de las dos. Yo creo que hubo varios sucedidos de esos. Estas clases eran mi pesadila.

Un saludo para todos. Javier.

lalo -

pPedro, ¿y en la Curia Provincial no nos pueden dar la relación completa de directores y subdirectores de las escuelas Mayor y Menor?
Y si no es allí, ¿dónde puede ser, que no sea solo en nuestra memoria?

Salud
Lalo

Pedro Sánchez Menéndez -

Por si alguno no leyó mi entrada en "Directores" sobre José Antonio S.R., os la dejó de nuevo a continuación.

Hola a todos: Estoy sorprendido de lo que decís de José Antonio Sánchez Ramírez. Según documento que obra en mi poder, "se fue de La Virgen de Camino allá por el 89". En el 89-90 da clases de religión en un Colegio de Maristas de Madrid. Vive en Madrid "por libre" mientras da clases en el colegio. Como el Provincial le pide que esté en contacto con algún convento de Madrid, acepta ser asignado a nuestro convento el 27 de octubre de 1992. De vez en cuando viene a comer con nosotros durante varios años. Después no he tenido noticias sobre él. Se le veía un poco angustiado. Es buena persona.
Yo lo conocí en la Virgen del Camino y estuvo conmigo de subdirector un año o dos. Tengo un buen recuerdo de él por lo siguiente: Nos pusimos de acuerdo y convertimos los rincones de las clases en una especie de mini-bibliotecas, con el fin de que los alumnos pudieran fácilmente solicitar libros de lectura. Si no recuerdo mal, él era profesor de literatura y era el más apropiado para facilitar la lectura de libros que pudieran ser interesantes. Cuando en 1966 me fui a Caleruega, allí quedó José Antonio. No sé qué ha sido de él. Preguntaré en alguna ocasión en la Curia Provincial.
Saludos a todos. Pedro

Vibot -

Suelo recordar las sonrisas, que muestran lo mejor del alma cuando son espontáneas.
En las muchas fotos que me ha mandado Lalo para reconocer a los innombrados, casi a todos los he reconocido por su sonrisa. La del P.Sánchez era especialmente lumiosa y amigable, con un punto zumbón muy juvenil en el brillo de sus ojos oscuros detrás de aquellas inconfundibles gafas Truman de cristales impecablemente brillantes.
También recuerdo, ahora que lo dice Cascón, sus trastabilleos al presentarnos en el cine las películas, pero esto me lo hacía simpático y cercano, dada mi timidez.
Le recuerdo en primavera-verano, arremangado y con el escapulario sobre el hombro, vertiendo asiduamente el cloro de aquellas grandes garrafas de plástico a lo largo del agua de la piscina. No se le caían los anillos por tenernos el agua limpia.
Lo de ofrecer la comunión a una silla fue muy regocijante, parece que estoy viendo aquel dibujo de Serrano!

Eugenio Cascón -

Parece un hecho cierto que las “buenas personas” (descripción tan amable como semánticamente amplia e imprecisa) no suelen durar mucho en el recuerdo de los demás, ya que no son dadas a protagonizar acciones que llamen la atención en su momento y, como consecuencia, queden grabadas en nuestra memoria como algo que altera el plano de lo habitual.
Creo que el padre Sánchez Ramírez era una de esas personas. A las pruebas de la memoria colectiva me remito. Y pienso que Isidro Cicero lo ha descrito muy bien a través de la anécdota que narra. Yo también lo recuerdo como una persona apacible y tolerante, que, dentro de las normas de la época y del lugar, dejaba hacer. Muy en consonancia con el entonces Pedro, entonces padre (también Sánchez, pero Menéndez) y ahora amigo. Ambos formaban un equipo directivo que, al menos para mí, supuso respirar un aire distinto al pasar los de 3.º A a la Escuela Mayor en el curso 64-65, tras la experiencia previa con el padre Cura.
Tengo aún en la mente la imagen, quizá algo difuminada del padre Sánchez, con sus gafas de concha y su apariencia de persona de más edad de la que en realidad tenía. Creo que era de Cuenca. Lo recuerdo un tanto torpe, tanto de movimientos como de palabra. La fluidez de verbo no era su fuerte y así lo manifestaba cada vez que aparecía, alternándose con Fernando Box, en el escenario del teatro para darnos información previa a la película que se iba a proyectar. Creo que sabía bastante de cine, y de otras muchas cosas, pero no sabía explicarse bien.
No recuerdo hecho hechos llamativos de la persona, pero sí a la persona, una buena persona. No he vuelto a saber de él.

Antonio Argüeso -

Al menos el que Sánchez Ramírez haya dejado tan poco recuerdo ha servido para que Isidro, nuestro Cícero, aparezca y de paso nos aclare quién fue. Ahora sí creo recordar algo, aunque sigo sin ponerle en el puesto de subdirector, que a lo que aquí se dice, es seguro que ocupó. Y en ese recuerdo difuminado lo veo como alguien retraído, pero buena gente, que diríamos hoy. Poco más puedo decir.

Julio, te equivocas con Don José Manuel, Presidente. Papero sí fue, sobre todo cuando abusaba de la confianza del P. Uría, que le había dado las llaves del laboratorio, do escondía la comida que le mandaban de Casorvida. Y sí, en ese laboratorio papeaba con selecto grupo; tan selecto era ese grupo que ni yo formaba parte. Pero pepero y dado a la ginebra, no. Ese quehacer, como la siega en otros y no tan lejanos tiempos, se lo deja a otros, de menor rango.

Pedro Sánchez Menéndez -

Gracias, Isidro, tú siempre tan acertado. Saludos. Pedro