¿QUÉ FUÉ DE NUESTRA VOCACIÓN?
El artículo de hoy lleva la firma de mi querido Francisco Muñiz Iglesias "Chisco", en el que nos comenta esta "deliciosa" fotografía de la Capilla de la Escuela Mayor en "pleno uso". Gracias, amigo.
Observo esta foto y me lleno de dudas.
Cierro los ojos y sueño…me evado en el tiempo, y recuerdo…
Quizá me cuesta más que a nadie recordar esas vivencias, pues mi paso por el Colegio fue muy breve.
Recuerdo los partidos de fútbol en ese insufrible campo de tierra, que marcaba tu cuerpo como si de un cilicio se tratara…
Recuerdo a Fray, en la enfermería, con su marcado acento gallego y su enorme cuerpo, necesario para acoger su inmenso corazón.
Recuerdo al Padre Lanz, corrigiéndome mis modestas epístolas, proponiéndome como objetivo alcanzar la calidad de la narrativa de mi hermano mayor, Enrique. Ignoro si su intención era hacerme ver la imposibilidad de alcanzar tal fin, pero el efecto que hacía surgir en mi era contrario, una mezcla de orgullo y de objetivo.
Recuerdo la Escolanía, los ensayos, las fiestas de San Froilán. La música que sonaba en las camaretas, por la noche, al amanecer…
Recuerdo las tardes de rosario…
Recuerdo las tardes con el Padre Miguel Iribertegui, en su estudio del excelente escultor y pintor que es (casi tanto como persona)
Recuerdo pocas cosas, pero muy intensas.
Y me pregunto: ¿qué fue de nuestra vocación?
Analizo mi vida y creo que no existe tanto antagonismo como parece entre lo que podría haber sido (sacerdote) y lo que realmente soy (militar del Ejército del Aire): al menos durante las horas que paso volando me siento más cerca de Dios que nadie.
2 comentarios
froilán cortés aranaz -
Apenas nos conocemos, aunque creo que nos identificamos el uno al otro. Tú eres el hermano pequeño de mi amigo, y yo soy el amigo pequeño de tu hermano. Más o menos, no?
Te recuerdo de chaval, con un flequillo que te tapaba los ojos, buenas trazas de portero (será genético?), y cara de "pispo". Es muy curioso que con tan solo un año en el cole, te recuerden y recuerdes con tanta frescura. La intensidad de esos años "niños", realmente fué grande.
Es muy curioso tu "reencuentro" con un compañero de trabajo. Espero nos sigas teniendo al tanto de vuestros "progresos", para aportar el puntito cotilla al blog!.
Bueno Paco, espero encontrarnos pronto. Un fuerte abrazo. Froilán.
Enrique Muñiz-Alique Iglesias -
Viviste en la intensidad de un solo año lo que tu hermano mayor absorbió tan despacio, como todo lo demás; y a partir de ahí; y hasta aquí. Y tú lo sabes. Pero en los dos ritmos distintos y distantes, nos está saliendo medio bien.
El Padre Lanz te exigió poco. Había allí muchas otras plumas que sí merecían imitarse.Y esas, que están en el recuerdo de todos, sí que suponían retos inalcanzables. Pero como él me quería mucho y desmesuraba ante todos mi habilidad literaria (y me censuraba, también ante todos, mi falta de continuidad en ese ejercicio) puso tal vez ante ti un reto fácil y utilizó la natural, y bien animada por él, competitividad familiar con tu hermano a quien desde no mucho tiempo después conoces mejor y del que sabes ya con meridiana claridad hasta dónde alcanza.
Acierto a traducir en lo que te leo, la sensibilidad de tu memoria, que permanece casi inalterable en ti, con el añadido mérito de que en ese ambiente militar en que te desenvuelves, el rigor de los uniformes inhibe los sentimientos que todos conservamos y casi sólo aquí se nos escapan.
Pero, por otro lado, no me preocupes: si es cierto que Dios está tan arriba y que tú lo sientes tan cerca cuando vuelas, invítale a que también conduzca automóviles y viaje en AVE : que el Padre Lanz no te exigió que me aventajaras tanto.
Un beso.