TELECOSAS
Mis queridos todos, ¿Qué me decís de esta fotografía?. Puzzle de noticias para esos chiquillos AOP que se acercan ávidos de información, de fotografías de colores, de noticias del mundo, ......que señalan lo que casi no alcanzan. El abrigo (siempre hacía frio), los pantalones cortos, dos con gafas...y Walt Disney que preside la reunión como 4º Rey Mago.........deliciosa foto.
Y todo ello, como las cosas realmente importantes, con un buen sostén: el de una escalera-caballete de hierro furruñoso y la sujección de la tapa de una cajonera de la recreación, también conocida como "nevera".
Feliz fin de semana en este verano tan riguroso, verano otoñal de León. Sabéis que en esta bendita ciudad solo hay dos estaciones: el invierno y la de RENFE.
Como dice mi Trapi, sed y haced felices.
El Furriel de esta cosa.
5 comentarios
Faustino Manjón -
Parece mentira pero aún le recuerdo con el mismo respeto que le tenía entonces, y eso me hace dudar a la hora de permitirme esta licencia de escribirle. Sin embargo, como al mismo tiempo esa sensación se entremezcla con otra de agradecimiento y de cariño, pues me lanzo al ruedo.
Intentando dejar a un lado la narración de sus viajes a Italia, quizás por la envidia sana de no haber sido yo uno de aquellos afortunados, quiero recordarle otros viajes, que aunque cortos en su trayecto, no por ello menos inolvidables que los antes recordados.
Menciona Vd. también otras excursiones a distintos conventos, a pueblos de la montaña,(qúién no recuerda el bollo preñao de huevo cocido, filete y chorizo) etc, pero ¿se ha olvidado de los viajes en el Simca 1000 hasta Sta. Maria del Páramo?, Yo los recuerdo con gran cariño por la satisfacción de haber sido uno de los elegidos (creo recordar que otro era Fray Hilario Provecho a quien parece ser que también veremos los dias 12 y 13) junto con otros más que ahora no recuerdo. Nos llevaba en coche, todo un lujo en quellos años, y luego nos compraba unos bocadillos de chorizo que sabían a gloria. Qué más podíamos pedir!
Entonces descubrimos que el tocino que comíamos a diario con arroz, lentejas, puré, etc., si se mezclaba con carne adobada de cerdo, resultaba una mezcla de lo más sabroso, me atrevo a decir que equiparable a las otras que degustábamos en el refectorio.
(Este último párrafo es broma, pero no anda muy desencaminado)
P. Huarte, mi gratitud por aquellos años de los que sólo me quedan buenos recuerdos.
N.B. Espero que también se acuerde de mi.
Un abrazo
Froilán Cortés -
Me parece entrañable, Llana, tu confesión pública de indignidad y enfado descomunal. Muy gorda se tuvo que montar!! Pocos, en aquellos años, tenían los "arrestos" suficientes para "enfrentamientos" como el que nos relatas. Yo, desde luego, no.
Dicen que para contar la historia, hay que dejarla pasar en el tiempo. El tiempo cambia la historia?Simplemente, te permite verla desde otras perspectivas. El propio tiempo, te regala tiempo, no solo para historiar, sino para sacar conclusiones y enseñanzas.
Te das cuenta de que te rebelaste contra un rebelde? Genial!!! Publicaste un artículo, censurando la censura, contra quien comenzó a fumar, para censurar la censura de tabaco al P. Torrellas!!! Lucha de TITANES. Seguro que ambos tendreis mil abrazos que censuraros en breve.
Padre Huarte. Te recuerdo que sigues en deuda conmigo. El P. Olóriz, sigue sin aparecer. Tan duro está de pelar? Dile, por favor, que nos tiene el "corazón partío". Necesitamos más "proas" destacadas, desafiantes, orgullosas de sus propio tamaño. La de Andrés MT y la mía, solas, no son capaces de enfrentarse a este temporal. Dile que el mismo Arga que escucha pasar bajo el Puente de la Rabia, riega las tierras de Peralta, para mí, tierra del alma querida, donde espárragos, borrajas, cardos y pimientos, quitan el "sentío", y la garnacha, arregla el corazón. Habrá que seguir esperando....
Por otra parte, hacía días que no escribías, y, la verdad, se te echa en falta. Hoy nos has traído nuevos recuerdos......sabes?, el suceso de Pisa, me lo has "regalado" despues de 40 años de olvido. Ahora, recuerdo perfectamente cuando, todos en el autobús, vimos llegar aquel coche de la policía, con las sirenas a todo trapo......pufffffffff.
Un fuerte abrazo a nuestros dos 2 REBELDES.
Juan Miguel Menéndez Llana -
Y empiezo por lo de "queridísimo" porque quizá lo que viene después no sea muy agradable. Hace unos días, cuando entré en este blog, le dije a alguien que había pasado cinco años maravillosos en el colegio (quizá los más importantes de mi juventud) pero que los días y las semanas, a veces, no habían sido tan buenos. Y la foto del tablón de noticias me trae al recuerdo una de esas semanas "no tan buenas". Quizá usted no lo recuerde. Estabamos en 2º de BUP y algunos estabamos encargados, una vez a la semana (creo) de hacer en una cartulina de color un pequeño periódico, recortando y pegando textos sobre la vida colegial. Y tuvimos un pequeño encontronazo. No recuerdo bien cual fue el problema (creo que tenía algo que ver con un texto que yo escribí sobre la falta de papel higiénico), pero la llegada del fin de semana y los padres de los alumnos no le pareció el momento más adecuado para su publicación y la cartulina desapareció. Fíjese, era el año 1976 o 1977, y fuera del colegio la sociedad estaba cambiando a gran velocidad. Y lo que quizá hubiera pasado desapercibido en otro momento, provocó en mí una reacción furibunda, poniendo otro escrito que criticaba la censura del primero. Y se armó la gorda. Luego tuvimos una charla en el despacho y, bueno, por decirlo de alguna forma, quedamos con las espadas en alto. Es curioso lo que pasa ¿verdad?. En aquel momento yo me sentí fatal y bastante enfadado. Y sin embargo, ahora, le recuerdo con el mismo cariño que a los demás. Dicen que el tiempo borra los malos recuerdos. Yo los sigo teniendo (aunque trabajo me va costando recuperarlos) pero ya no son "malos", son sólo recuerdos entrañables. Un enorme abrazo, queridísimo Padre Huarte.
Pablo Huarte, O.P. -
Pablo Huarte, O.P.
Pablo Huarte, O.P. -
Y con el fin de que nuestro entusiasmos ante tan bonita efeméries no decaiga, voy a seguir escribiendo en este blog, y tratando de poner mi granito de arena. Ojalá que esto sirva de reclamo para que otros muchos que visitan estas páginas pero que todavía no han entrada "al trapo", lo hagan y vayan apareciendo con sus comentarios aquí, en donde nos vamos sintiendo todos tan reconfortados.
En esta ocasión me coloco a la sombra del portillo TELECOSAS, pues van a ser "cosas", "anécdotas", "recuerdos curiosos", "faenitas" (otra palabra que se usa en la actualidad lo expresaría mejor), "chismorreos", "personajes", etc. de aquellos años en los que os tocó vivir en el colegio de La Virgen del Camino.
Como podréis ver, "cosas" muy sencillas que se familiarizaron en vuestra vida de niños y adolescentes... ¿Quién no tiene infinidad de anécdotas que nos puedan recordar aquÍ? Muchas, evidentemente, ya se ido contando. Animo, pues.
Presiento, una vez más, que puedo extenderme más de lo dibido. Disculpad de antemano.Por eso trataré de "parcelar" los distintos contenidos del comentario. En caso de que os invada la fatiga, dejad para el día siguiente lo os resta por leer.
COMO ESPECIE DE ANTESALA.
En el colegio se hicieron muchos viajes: de estudio, de excursiones, de visitas a lugares dominicanos, de salidas de campo, de salidas a vacaciones en verano y navidad, de coger, simplemente, el bus para ir a la capital...
Pero no cabe duda de que los tres viajes más señalados, y que partieron desde el mismo colegio, fueron los que realizó la escolanía. Siempre con motivo de los congresos de los PUERI CANTORES. Dos viajes se hicieron a Roma, años 1967 y 1974, y el otro a Viena en el año 1978.
Yo tuve la suerte de participar en dos de ellos: a Roma en 1967 y a Viena en 1978, como ya se había indicado anteriormente.
PRIMER VIAJE A ROMA
El director de la escolanía era el P. Angel Torrellas. Le acompañamos los padres Félix del Cura, Pedro Sanchez y un servidor, Pablo Huarte. Los directores de ambos colegios y el organista.
Creo que viajamos en el mejor autocar que, por aquel entonces, tenía la empresa ALSA de Asturias. Hasta disponía de servicio para poder activar la necesarias necesidades. Todo un lujo en aquella época.
Era una gozada viajar en aquel autocar por las famosas autoestradas italianas. Todo transcurría perfectamente, pero...
En Pisa, una vez visitada la ciudad con su famosa Torre Inclinada, y cuando montamos en el autocar para iniciar nuestra última etapa antes de Roma, hicimos, como siempre, el famoso recuento de viajeros. ¡Oh, qué tremendo! Faltaba uno de los chavales más pequeños. Inmediatamente organizamos su búsqueda por las calles más próximas al autocar, y, ¡nada! El susto comenzó a apoderarse de quienes íbamos de responsables. Quizá el mío era un poco mayor, ya que se trataba de un pequeño de la Escuela Menor. Yo ya había decidido quedarme en Pisa, sospecho que con algún otro, pra que el autocar no se retrasase mucho en su llegada a a ciudad eterna. Una última resolución, antes de partír: acercarnos a un puesto de los carabinieri. Nada más saludarles y exponerles nuestro problema, vimos cómo se sonreían con una cierta complicidad. Nos dijeron, sin más: "Tranquilos, está recogido en uno de nuestros puestos. Se encuentra muy bien. Al verse solo, se presentó a uno de los nuestros. Dónde se encuentran ustedes en este momento" Les dijimos el lugar en donde estaba el autocar, y a los pocos minutos, en un coche de la policía, entre luces aparatosas y alarmas, trajeron al muchacho. Nuestra alegría, evidentemente, desbordante. Caricias y mimos al chaval por parte de todos, y...¡a Roma!
El resto del viaje, estupendo. De regreo, una noche vajamos por aquellas auoestradas atravesando la ciudad de Milán, y solamente la vimos tres: el conductor, José Ramón molpeceres y yo mismo, puesto que íbamos despiertos. Pasamos por encima de Milán, como si no pasáramos.
DEL VIAJE A VIENA
Como lo hemos dicho más arriba, este viaje se realizó en el año 1978. Se fue, también, al confreso de PUERI CANTORES. Como director de la escolanía, el menos preparado de sus directores. Fuimos con los cantores, los PP. José Mª Iturbe, José Laguna, Miguel Iribertegui (organista), Pablo Huarte y P. José Salvador y Conde, como guía, ya que hablaba perfectamente el alemán y ya había estado en Viena en otras ocasiones.
Fue un viaje también precioso.No lo hicimos en autocar. Lo hicimos en avión.
De este viaje quiero contar dos anécdotas que no sé si las recordarán los que viajaron. La segunda, sospecho que sí. La primera, tal vez no.
Ocurrió en el aeropuerto de Barajas. Después de salir por la mañana desde León en autocar, y cuando nos encontrábamos ya dispuestos a embarcar, un funcionario del aeropuerto nos pidió los pasaportes. Yo le dije: "No tenemos pasaporte, puesto que nos han asegurado en León que hay una nueva normativa desde hace varios días, y para viajar dentro de la comunidad europea sólo se necesita el carnet de identidad. Ese sí que lo tenemos todos" "Pues no es suficiente. Ustedes no pueden viajar a Viena" (Faltaba poco tiempo para el embraque). "Pues nos han asegurado en León que sólo se necesita el carnet de identidad" No sé qué cara pondríamos, que nos dijo: "esperen un momento. Mi superior vendrá a hablarles" Después de un rato que se nos hizo interminable, llegaron dos personas que, con toda la amabilidad del mundo, nos dijeron: "Sí pueden viajar; lo pueden hacer con el carnet de identidad. Es tan reciente la normativa, que algunos fucionarios aún la desconoce. Perdonen" (Respiro profundo que recorrió todas nuestras entretelas más recónditas).
Y concluyo con otra anécdota de este viaje a Viena: Ibamos a visitar no sé que monumento famoso dentro de la ciudad de viena y montados todos en uno de los tranvías famosos de esta hermosísima ciudad, cuando, en un frenado brusco del convoy, uno de la escolanía se agarró a la cinta de la alarma, sonando la misma de forma escandalosa. El tranvía paró, el conductor se acercó a la zona de la famosa alarma y vio que todos los chavales se estaban riendo de manera ostentosa. Yo creo que fueron las risas lo que le cabreó, y nos hizo bajar a todos del tranvía. Bajamos, y ...a caminar. Al rato, uno de los más pequeños, se acercó a nuestro guía, el P. Salvador, y le pregunto: "¿falta mucho para llegar?" "Muchíiiiiisimo". Pues, nada, a seguir caminando. (Todas la culpas, por supuesto, se las llevó el conductor por no haber sabido entender las risas de unos chavales españoles).