PREMIU DEL CONCURSU
Por si los de Ciencias no entendéis el título (Fernando Box inclusive), os lo traduzco: PREMIO DEL CONCURSO. En el álbum Post-Reencuentro de Ver Fotos/Documentos os coloco una serie de fotografías que recogen diferentes momentos y visitas a lo largo de todo el Principado que el Jurado oficial, compuesto por mis ilustres compañeros de yeguada Arango, Alfayate, Criado, Fueyo (asesorados por sus "santas"), necesitó para mejor deliberar sobre el fallo del concurso.
Esta es la Resolución "inapelable" del Jurado: (41 años separan ambas fotos)
Querido Josemari, aquí te envio la Decisión del Jurado respecto al "Concursu".
Queridos compañeros se ha reunido el Jurado este fin de semana y después de deliberar, ha tomado la decisión de aportar las pruebas para que todos podáis apreciar la respuesta correcta.
Antes de nada agradecer y valorar la pericia, la buena memoría y sobre todo la COMPLICIDAD de otros muchos para decir , pero no decir lo que sí sabían, para darle más aliciente a la cosa.
Como podéis ver la foto antigua esta tomada de espaldas al mar y la del otro día de frente .
El jurado entendía que todos sabíais que era Lastres, aunque también intentábamos introcudir otras informaciones para darle un poco de mordiente.
Bueno, a lo que vamos, que cada uno valore si tuvo que utilizar o no una o más de las ayudas que se afrecían.
El Jurado ha acordado, puesto que todos sois más que estupendos, concederos a todo " un culín de sidra". Pero indicaros que el premio hay que recogerlo antes de 10 días en Gijón.Que sí hombre, que no te enfades, que se me ha caído un cero; son 100 días.
Por otro lado el jurado ha echado de menos a Monolo " el tenor" al que se hacía referencia en la convocatoria, pero ya veo que desde Valjunco se ha ido a disfrutar de los muy famosos carnavales de La Bañeza, y no se enteró. Y ahora está preparando los de Oviedo, que seguro que sabéis que se celebran este fin de semana. Es por aquello de que no pueden competir con los carnavales de Gijón y deciden hacerlos más tarde para poder lucirse un poco.
También hemos hechado de menos a un asiduo de la Web como es Javidelvigo, pero seguro que estará ocupado en otros menesteres menos prosaicos.
Un saludo para todos, que nos vamos preparar los premios.
8 comentarios
Vibot -
Julio Correas -
Sir Vibot,
me alegra que te haya gustado mi postal.
En secreto...nunca como las tuyas!. Me salío por los dedos al teclado mientras escuchaba una obra de la JOSPA (Jóven Cámara del Principado de Asturias) que se llama "Keltriké" y donde mi hija Ana es el primer oboe.
Si te gusta la música
CELTA-ASTURIANA merece la pena. Es algo distinto y se siente Llastres y Asturies
"a esgalla"
Si te apetece, te mando los CDs publicados para que recuerdes aquellos "quince años" de Llastres, Colunga, La Isla, Ribadesella....Asturies.
Luis Barbería,
la ironía me debe venir de mi formación anglosajona, pero lo que de verdad me divierte es hacer del Quevedo-gamberro. Juntar letras para "picar-picando" y hacer que se rían o al menos sonrían, los amigos... como tú.
La sonrisa de un amigo, como la de un niño... no tiene precio.
No me agradezcas mi aliento, al día de hoy, quererte a tí y a los tuyos es gratis, no me cuesta nada si consigo aliviar un poco, con mi cariño, la pesada carga que estáis soportando.
Un abrazo grandote a todos de un Madrileño-Astur que quiere ser vuestro amigo...
Julio Correas
Luis Barbería -
Julio, Julito Correas, desconocía esta faceta tuya lírica, que siempre me habías parecido de una ironía muy fina. Te abrazo y te agradezco tu aliento.
Vibot -
¡Y qué me decís de este bucólico Julio Correas, con su Postal de paisaje astur!
Me has trasportado a Lastres
"Quince años tiene mi amor"
Amor prohibido en las literas de la Rectoral. Amor secreto pero imposible de resistir -a pesar de la culpa- con toda aquella ingente invasión de deseos y dolientes miradas cercenadas.
Quince años. La belleza.
Y aquel olor de mar cauterizando -y enervando a la vez- a los cachorros que éramos.
¡Cosas mías! ¿Sólo mías?
Julio, no seas tan humilde: es más que una postal. Esta frase me encanta: "y en la brisa el dulzor de la humedad salada, del frescor vepertino".
Y esta sencilla observación: "cestas de mimbre con peces brillantes".
Y las miradas recírpocas de los esposos tan bien captadas: "un suspiro de alivio y una sonrisa franca".
Y esta delicia idílica, que debe ser reflejo de tu hogar: "el derroche amable de la intimidad".
Y esa "hogaza de escanda en la repisa", que todo un bodegón...
¡Pedazo de Julio lírico, escribe más "postales" como estes, guaje!
Andrés Martínez Trapiello -
Andrés Martínez Trapiello -
Está noche creo que tardaré en calentar la cama: Más "Globos" de Cícero; y vuelve a aprecer otra vez el del sindicato de la tiza, el enredador con Pimpi, el Julito Correas.
Julio Correas -
POSTAL DE PAISAJE ASTUR
Tañen campanas. Suena un rabel a ritmo con lejanos esquilones y en la brisa el dulzor de la humedad salada, del frescor vespertino.
Verde, campo, aire de flor prímula silvestre y un grupo de paisanas se afanan sentadas a su puerta con el huso y los bolillos. Con la red y los reteles.
Tenue conversación de canción muy queda, de almas en descanso, de inquieta paz solariega.
Al poco, tan solo a unos metros, unos guajes juegan con peonzas. Sin gritar, para escuchar el silbido y el toc-toc de sus lentamente enroscadas ferramientas.
Y en un momento, como si fuera muy fácil, el sol se pone. Suenan gaitas a lo lejos, y como si nada, las mujeres y los niños enredan sus miradas hacia el ocaso. Unas manos recias se levantan al saludo de la familia.
El aire se espesa y ellas sueñan una canción de voz delgada y sonora. Todavía es hora vana, y cuando suena la campana María recoge el trapo verde y sonríe. Como si de una señal se tratara el resto del grupo se deshilacha al ritmo de un le-re-le, le-re-le.
Llegan los hombres; todavía lento el andar de la ola y la marea; cestas de mimbre con peces brillantes hasta el dolor. Es pesca es para casa. Es el objeto de deseo y de inquieta y nerviosa mirada de guajes y muyeres. Y él la mira y ella le devuelve la mirada con un suspiro de alivio y una sonrisa franca.
Sin decir palabra, con andar quedo, se dirigen a su puerta. Puerta verde-yerba de hogar, con cortinillas. El guaje se enreda retozón entre las piernas de alpargata de su padre que aunque atento, hace caso omiso del crío, pero sonríe tras la comisuras de sus ariados labios.
Su tez surcada ahora se ilumina, dejando atrás el temor la sal y la marea.
Y tras las jambas del hogar el derroche amable de la intimidad. Ya alejan las horas vanas al olor de la lumbre de leña, de la hogaza de escanda en la repisa y el caldo que reposa en el fogón.
Se amortiguan los sonidos de la brisa y de las olas.
Se hace la noche.
(Tazones, Lastres, Ribadesella, Cudillero....)
Isidro Cicero -
A uno de nuestro curso le tocó una vez leer desde el ambón aquella carta de San Pablo en la que saca pecho el apóstol y pregunta sobre poco más o menos ¿son israelitas?/ yo también / ¿están circuncidados / yo también, etc... La nácar-colunga decía allí: hermanos, voy a disparatar. Pero, en vez de voy a disparatar, nuestro compañero se confundió y proclamó con rotundidad litúrgica:
- Hermanos, ¡voy a disparar¡
Lo cual, que al chaval aquel le llamábamos el Sheriff. Y nosotros, con la mirada: Quieto, Sheriff, quieto. Cálmate. Apunta paotru lau. Con la mirada, que con la palabra no se podía; Con la risa en el moquero, que con la carcajada tampoco. Con la mímica cómplice, que tirarnos teatralmente debajo del banco para protegernos de la refriega, qué va. Eso sí, con risas generosas, palabras, gestos y escenificación, en los largos paseos por los campos, a la parte de fuera del fanum. Quiero decir, ya en la libertad de lo profano.
Recuerdo esto, porque me gustaría que me vierais ahora subido al ambón es la tercera vez que uso este vocablo en cuarenta y siete años - para inflar este globo y para deciros como el Sheriff: Hermanos, voy a saludar.
Yo corrompí una vez el sagrado texto sin querer y puse la curación de un mulo donde la nácar-colunga decía la curación de un mudo. Olóriz se está riendo todavía, tal como nos recuerda en ese magnífico diccionario de la memoria que puso en marcha Enrique Muñiz Alique Iglesias. Ese amigo al que estoy esperando en algún espacio del futuro inmediato, según tenemos pactado y acordado.
Lo que no me preguntéis es si al Sheriff ya le llamábamos Sheriff antes de este episodio, o si se ganó la titulación a raíz de él. Me aventuro a poner cruz en lo primero, porque, de lo contrario, a mi tendrían que haberme puesto Veterinario después del mulo. Y no. Creo que no.
Bueno pues yendo al grano y para que nadie tenga que decirme Cícero, mira que te enrolles, ¿eh?, digo que voy a saludar, porque he inflado ya un montón de globos, y lo he hecho aparentemente sin mirar a nadie. Casi como un autista, Así que este globo en realidad es un racimo de quince o dieciséis glóbulos que primero inflo, luego pongo nombres y luego beso. Sentid la caricia que ya conocéis Andrés Martínez Trapiello, Javier del Vigo Palencia, Julio Correas, Fernando Ferreras, Martín Vibot, Luis Heredia, Enrique, Daniel Orden, Martín, Javier, Sarmiento, José Mari y Froi Cortés. Sentidla por primera vez José Ignacio Serrano Mallada, mi paisano José Ángel Liaño, Carlos Tejo, Luis Barbería, Luis Teódulo. Antes, no había habido ocasión.
Así que, hermanos, os saludo a todos, os abrazo y os doy las gracias. Me estáis reconciliando con la primera persona del singular fue tabú para mi durante años- y me estáis prestando una atención que me vitaminiza.
Me bajo en primer lugar de este ambón (ya van cuatro veces que digo esta palabra) para coger en mis brazos a Luis Barbería. A Luis Teódulo Barbería. Le estrecho en silencio, no le digo nada, porque no sé qué decir, comparto con él la calidez del instante y me vuelvo al sitio.
No hace ni un mes, Luis Barbería me dijo públicamente que compartía conmigo el recuerdo de un verso que señala una hora en el reloj. No quiero repetir hoy el verso que solía repetir con José Ramón Tejo en los recreos. Qué casualidad, decía Luis. Y se lo decía a alguien que sabe hace mucho que no hay casualidades. Dijo también que se sentía orgulloso del espacio que compartimos él y yo sin cruzarnos en el tiempo. Me tiemblan las piernas recordando estas cosas mientras regreso al ambón (y dale). No hay casualidades, pero aquel día Luis se confundió y nos dejó estas desmesuras escritas dos veces, con dos nombres. Tenías la atención en lo que escribías y en lo que enviabas, sí Luis, pero el alma estaba suspendida en asuntos principales. Nos vemos cuando quieras, y aún sin vernos, nos compartimos.
A José Ángel Liaño, mi paisano, que fue un querido amigo, le saludo con un fuerte abrazo y le reclamo para que un día que pase por aquí, podamos reanudar los viejos recuerdos y entrelazar otros nuevos.
A José Ignacio Serrano Mallada. Siempre te leo con enorme interés y mucho más en esos versos que me dedicas, porque descubres cuál es el gas que contienen los míos. Que no es hidrógeno, que es una mezcla de efecto invernadero formada por dolores, afectos, frustraciones y gozos. Bien claramente se ve que es queso, así que no sé por qué se empeñan en llamarlo fromage, como dice el chiste.
Y, finalmente, a Carlos Tejo le quiero decir dos cosas: que los hermanos de mis amigos son mis hermanos para lo que gustes. Y que a raíz del globo que dediqué a José Ramón, alguien me preguntó por qué escribí Yo y Tejo en vez de Tejo y yo, con el burro delante, norma elemental al alcance de cualquier doctrino. Le hice ver la malsonancia y me entendió. La mejor manera de entender las cosas es que te las expliquen. No quería yo malsonancias cuando aún no había tomado bien el pulso a esta maravillosa cofradía que un día pusieron en marcha José Mari Cortés y un grupo de extraordinarios leoneses.
A quienes saludo. Iba a saludar y os saludo a todos.
PD.- En el sitio de la foto, tuve yo una memorable experiencia a base de sidra y sardinas.