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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

PREPARANDO LA NAVIDAD

PREPARANDO LA NAVIDAD

Ya empiezan a mortificarnos los turrones en los escaparates, las primeras luces todavía apagadas en los grandes Almacenes y los primeros anuncios en la Tele. Queridos compis, para que podamos ir preparando nuestra próxima Navidad, la nuestra, he estado escaneando partituras de música navideña de  la que interpretábamos en el Colegio y en el Santuario en aquellos años de trozo de turrón duro, trozo de turrón blando, bolsa de caramelos en la noche de Reyes y ¡aire!...con maravillosas jornadas de cine  y teatro en el Teatro.

Os las dejo en el álbum PARTITURAS de Ver Fotos/Documentos. Podéis ir ensayando con vuestra gente querida para que cuando yo salga a mi terraza en los días de Navidad, desde cualquier punto me lleguen vuestros cantos con la melodía de Niño divino, No hay tal andar, Noche de Dios, Niño hermoso, Vamos a Belén, Gloria a Dios en las alturas, etc. No es mucho pediros, ¿verdad?.

Os deseo un feliz mes de Noviembre, el mes de Santa Cecilia.

11 comentarios

Vibot -

¡Seque, qué bien comprendo ese "entre culpable y furtivo" tuyo. Yo también me escapaba al Santuario de noche para explorar el órgano insondable. Y recuerdo muy bien la oscuridad, el silencio, los latidos de mi corazón...y la música. La música cálida irradiando las sombras!

Yo después he dado muchos conciertos de Correa de Arauxo, Cabanilles, Cabezón, Antonio Mestres y los alegres Maestros de Montserrat... pero ahora, que estoy naufragando en el océano wagneriano de César Franck, ahora es cuando me vuelve aquel viejo sonido adolescente flotando en la silenciosa penumbra del santuario nocturno: cor de nuit, voz celeste, gamba salicional...los registros más dulces para no ser oídos en la noche prohibida. Y las sutiles piezas de Eduardo Torres, contemporáneo de Falla y Lorca, los interludios de Joaquín Hernández para el Himno a la Virgen del Camino como una escarcha ardiente todavía...

Tienes que recordar aquel organito de tubos que había en la capilla de la escuela menor, no más grande que un armario mediano y con un teclado pequeño y desigual del siglo dieciocho. Rueda, Bregón -y tal vez tú también- tocábais en él unas fughetas de Haendel para la misa de los pequeños de la escuela menor en los días de fiesta que eran una delicia inolvidable en aquellos tubitos medio torcidos. No sé si aún tocas el órgano, pero si volvieras a tocarlas todo volvería a tu memoria. Como tantas cosas en este delicado diván amarillo.

En la columna derecha de esta página, arriba, en la sección con rótulo rojo "OTROS", pincha en "DESCARGATE". Allí encontrarás dos evocaciones mías bajo el título "Aromas del Colegio" que tal vez te recuerden mucha música.

Gracias por tu dubitativa y encantadora respuesta. Y por esa imagen tuya de monaguillo infantil extasiándote con las fugas de Bach en la radiante nave de San Esteban (para mí, gélida de interminables inviernos e incendiada de recuerdos de mis 19 y 20 años, aunque entonces el precioso mueble foreado de azules barrocos del órgano estaba saqueado y sin un solo tubo, y así debe seguir, yo sólo tuve allí un lamentable órgano eléctrico: no puedo imaginar lo que tú oíste en tu remota infancia salmantina si tú no me lo cuentas: a ese tal P. Guillermo Fraile ¿le recuerdas tocando el órgano antiguo que estaba en el muro lateral izquierdo según se mira al coro desde el altar?)

Un abrazo, como si fuera entonces, organista.

CLEMENTE SANCHEZ -

Este comentario va para Seque:
amigo mio estoy esperando tu comunicación por escrito después de recibir tu cariñosa llamada telefónica. Por favor pònte en contacto conmigo. Tenemos mucho de qué escribirnos. recuerda mi e-mail: clemente@academiaparamo.com.
Un abrazo y "mucha mierda" para tus actuaciones corales, especialmente ante la llegada de la Navidad.

Un fuerte abrazo

CLIM

andres cortes aranaz -

Querido Seque:
Por lo que comentas, veo que allá por donde hemos ido cada uno de nosotros, nos hemos llevado la música que tantas veces cantamos. Tú en Málaga, Vibot por toas partes, olóriz en su Navarra, Baldomero me imagino que también habrá hecho cantar fuera de los límites del Colegio, la música que ahora recordamos.
Creo que yo tenía prácticamente todas las partituras, y se quedaron en Azpeitia -Guipúzcoa, en un coro en el que colaboré, bajo la dirección de un gran organista, amigo del P. Torrellas que se llama José Luis Francesena. Me quedé sin nada porque le regalé todo a él, pero considero que sigue estando en casa. Fué el mejor regalo que recibió, máxime cuando una gran cantidad de ellas estaban transcritas por el mismo P. Torrellas.
Seque: me alegro mucho de leerte. Un abrazo

Ezequiel Martín Holgado -

Querido Vibot, no puedo responder con seguridad a tu pregunta porque tengo un tropel de recuerdos confusos y desordenados que están desvelándose a borbotones desde el inconsciente remoto en el que descansaban desde hace más de 40 años. Recuerdo las clases de piano con el muy querido P. Torrellas y con D. Joaquín Hernández que me enseñó a concentrar la tensión en la punta de los dedos y descargarla de los brazos. Con el P. Uria me introduje sin miedo y atrevido en aquel laberinto de registros de sonidos, tubos y lengüetas, que siendo muy niño y monaguillo en San Esteban de Salamanca me sedujo con las esquisitas Fugas de Bach que desde las alturas nos regalaba el P. Guillermo Fraile. También cuando entre culpable y furtivo me escapaba al santuario, en impresionante silencio y soledad, a descubrir registraciones y practicar. Tocar con la escolanía fue un premio que desgraciadamente nos llegó con la enfermedad y ausencia del querido P.Uría. Compartíamos ese placer Olóriz, con un talento musical natural y yo a base de ilusión y tesón. De las Capillas mis recuerdos son todavía más difusos. Son muchos años los que he estado completamente desconectado, con mi memoria expuesta a la erosión del tiempo.
Este blog es para mí un diván de psicoanalista, liberador de recuerdos, no todos reprimidos como pensaba Freud, sino simple y temporalmente sustituidos.
Muchas gracias Jose Mari y todos los que estais implicados en esta fantástica aventura de la que nos haceis partícipes.

Luis Heredia -

Andrés, ya me maileo con Seque desde hace días.

Nos prometimos un feliz requeteminiencuentro los dos lo antes posible. La pena, como ya le dije a él, fué no saberlo cuando venía Quique a visitarme.

Benito Pérez Villalba -

Amigos Valdés y Argueso pensé que ya habiais enterrado el hacha de guerra pero observo que no del todo no se que voy a hacer con vosotros espero ser testigo de vuestra reconciliación no sé si en LLanos de Valdearroyo o donde fuere espero poner de mi parte todo lo que pueda así que ir preparandose Sres. pues será la última oportunidad. En cuanto al Racing nos hacía falta esa victoria para enderezar un poco la liga, no te enfades Valdés pero jugar en casa tiene que tener alguna ventaja o no?
Referente a los "VILLANCICOS" a mi me encantan mientras no sean de los repelentes, a mi como el P. Cura me mandó al otorrino a curarme el oido me conformo con escucharlos, aunquenlo que me gusta más es el turrón y tener atoda la familia junta y este año si no pasa nada raro espero conseguirlo, el problema será para la "andaluza" que tiene que cocinar cosa que hace con todo el cariño y muy bien por cierto.
Santos y SANTAS un fuerte abrazo para todos del Corraliego ó ADOPTADO.

JOSE MANUEL GARCÍA VALDES -

No cabe ninguna duda de que los señores Ortega y Gasset tenían razón en que “uno es uno y sus circunstancias”, ¿Por qué digo esto? Porque estaba yo tan tranquilo recuperándome de la fiebre escribidora cuando hete aquí que aparece alguien, de origen conocido, llamado Argüeso que tiene ganas de guerra. ¡Antoñito! todo el mundo sabe que el Racing ganó pero de puro churro, gracias a que el propio Sporting metió el gol; hay sospechas de que estaba todo preparado por el entrenador Preciado que, como sabes, es cántabro. Por tanto no es para tirar cohetes. El Sporting cuando gana lo hace por méritos propios, estamos a un paso de la UEFA.
Respecto de tus villancicos te diré que es una música muy apropiada para tus orígenes porque, como bien sabes tú, el villancico, como indica su propio nombre, es la canción de villa. La que servía para registrar la vida cotidiana de los pueblos. En sus inicios fue una forma poética española, significando canción de la villa o canción campesina. Fue un canto rústico de villanos o aldeanos en sus fiestas, con estructura musical sencilla y que lo usaban como registro de los principales hechos de una comarca. Nadie duda, hay pruebas fotográficas, de que eres de origen campesino, naciste entre berzas y vives entre coles, por lo tanto ninguna música tan apropiada para ti. El que repudiaras ese tipo de música se debió, pienso yo, a que al pasar a vivir a la Villa de Madrid, quisiste disimular, quizás negar, tus verdaderos orígenes; te traicionó el inconsciente y se te pasó por la mente olvidar que tus orígenes estaban en otra villa más rústica en la que los peces no beben en el río sino en el pantano. No dejes de cantar villancicos entendidos como la música cantada por villanos. En razón de la importancia y de la tradición que rodean las fiestas de Navidad, como buen abuelo que eres, no dejes de enseñar y entonar algunos villancicos para que tus nietos, junto a sus padres, canten y bailen como los peces de tu pantano. ¡ A disfrutar!
Se me olvidaba recordar a los lectores de este Blog que mi amigo Argüeso (amigo antes, no sé ahora) tenía muchas virtudes pero entre ellas no estaba la de tener buen oído; le pasaba como a mí, tenía (¿tienes?) uno frente a otro. Cantaba fatal pero tocaba la campana (era el campanero) como los ángeles, no porque la tocara bien sino con mucho ímpetu. Puedes aprovechar la experiencia adquirida en el Noviciado palentino para un buen acompañamiento. Yo creo que también estás habilitado para tocar la zambomba.
Besos para los que cantan y bailan
P. D. No quiero guerras frías.

Antonio Argüeso -

Mira por dónde, en los años que pasé en España llegué a odiar los villancicos. Y es que, como andaba medio de Gutiérrez, tenía que pasar largos ratos solo, con el carrito de compras, por El Corte Inglés (no, no recibo royalties) y, claro, tras dos meses oyendo los chillosos cantos de niños de repelente voz, la verdad, que si veía un pez bebiendo y/o nadando por algún río, me los engullía enteritos.

Pero los que aquí aparecen son diferentes y como a Seque, en la lejanía (la mía relativa, pues no tengo que gastarme una semana de viaje, como le pasó por ejemplo a Luis, para ir a Caleruega, pero lejanía al fin) me traen añoranzas para ocupar los largos períodos umbríos de la zona. Anque estos días, con la estrepitosa derrota del Sporting frente al Racing (¿o fue al revés?) todo parece más soleado (Benito, te veo discreto en el tema –el Pitu, mejor que se calle, claro-).

Vibot -

Seque, ¡qué alegría oírte a ti hablar de música, y especialmente de villancicos!
En la página que apareció tu fotografía te hacía una pregunta. No sé si la habrás leído pero me gustaría recibir tu respuesta.
Un abrazo, querido organista.

andres cortes aranaz -

Hola Seque:
Ya me imaginaba que te tocaría la fibra el volver a ver este tipo de partituras, para todos tan familiares.
Me alegro que entres dentro del blog, en el que sé que aportarás muchas cosas.
Me imagino que luis Heredia se habrá ya puesto en comunicación, ya que sois vecinos al parecer desde hace unos cuantos años.
Bueno Seque; recibe un fuerte abrazo.

Ezequiel Martín Holgado -

Como todos los años por estas fechas y van cerca de 30, ya estamos ensayando por estas tierras meridionales La Baila y Niño Divino entre otros villancicos. Es una actividad marginal que practico como ocio, para sazonar con especias más seductoras la filosofía y la psicología, mi habitual negocio. Siguen siendo los villancicos que más atraen al grupo de voces blancas selectas que forman el coro del colegio. He cantado muchísimos villancicos, fuera y dentro de coros, pero ninguno ha dejado una huella de tanto calado como algunos de los que tocamos, grabamos y cantamos´. Aquel viaje a Madrid y la actuación en el Concurso Nacional de Villancicos en el Auditorio del Ministerio de Información y Turismo con la Baila y el Recordad. ¡Qué añoranzas!...