NAVIDAD DE 1967
Hace ya unas semanas le pedí a Quique Ideas Muñiz que me escribiese algún comentario para poner digno pie a esta fotografía con la que, a la vez, quedase patente nuestra vieja vinculación con el Colegio, con los buenos Frailes y, sobre todo, entre nosotros, una vez abandonados Cole, Noviciado o Caldas.
Esto es lo que ha escrito. Gracias, amigo-hermano.
Nota.- La fotografía está tomada delante de las ventanas del refectorio de la Escuela Mayor, al pie del estanque de la portería del Colegio.
Otra.- Este domingo pasado, después de cuarenta años, volvimos a ver al P. Olóriz en La Virgen del Camino.
NAVIDAD de 1967
Ya lo habréis percibido en muchos momentos de este libro amigo de recuerdos cariñosos; pero nosotros lo vivimos y lo sentimos ya desde el principio; desde nuestro aterrizaje secuencial en este otro lado del Colegio: y es que Andrés Cortés Gracia, “el papá”, estaba dotado de un magnetismo de especial sensibilidad; y disfrutó uniéndonos, y viviéndonos juntos, con un humor y un amor irrepetibles.
En aquel tiempo -¡que evangélica expresión!- Ángel Torrellas, nuestra gran referencia anterior y de memoria aún cálida, no podía entender unas navidades sin villancicos en el Santuario. Y quiero recordar que ambos, juntos ahora de nuevo en el Norte, decidieron proponer desde el Coro algunas emociones a quienes acudían en esas fechas al Santuario; y dedicarles algún villancico tierno, mientras la Escolanía hacía vacaciones.
El P. Olóriz y el P.Pedro Sánchez-organista, sumaron todo su entusiasmo.
Y Froilán, entonces aún A.O.P., se añadió, con los mayores, también ilusionado.
Entonces, Andrés Cortés padre, el Trapi, Itho Cortés (Andrés hijo), Felipe y yo, escogimos en el Orfeón Leonés, donde continuábamos desahogando nuestras aficiones musicales, algunas voces blancas que sumaran tonos más brillantes a nuestra mejor voluntad.
Y en primera fila, más Corteses: Carmen y Pili (ésta aún no sabía que un novicio de Caleruega iba a dejar de parecerse a San José unos meses después, para, a través de las matemáticas, acercarse a ella -en forma de Pachi- y llegar a formar una de las familias más bonitas que hoy se conocen).
Esa Navidad, y también en Caleruega, otro novicio, y tan cantor como Josemari Cortés, ya conocía a los Brincos. Y esperaba las noticias de nuestras actuaciones en el Coro mientras decidía si continuaba allí o regresaba a León para iniciar los preparativos, durante los cuarenta años siguientes, del Reencuentro de 2007.
Y Luisito Selva fumaba que te fumaba en Caleruega.
Y Pajarín todavía piaba en Las Caldas.
Y Martín AOP acababa el 6º en el Colegio y el 1º en la vuelta a la finca.
Bueno: pues los villancicos sonaron más que dignamente. Y recuerdo que suplimos la calidad y viveza de la Escolanía, con un esfuerzo e ilusión que sólo la conjunción de dos corazones como los de Andrés “el papá” y Torrellas “el Ángel” podían conseguir.
Tal vez ahora entendáis mejor el cómo, y el por qué, el GL permanece desde esa cuna de ternura y privilegio, tan unido, tan hermano y tan feliz.
7 comentarios
Andres Martinez Trapiello -
Besinos
Luis Heredia -
Nadie me lo dijo tan claro como él y leyéndote, qué claro era.
Martín -
Andres Martinez Trapiello -
Debía imponerme hacer, escribir historia de aquellos tiempos; quizás así Cesar Loseiros entendería el calificativo con que quería adornar yo a esa gente con la que estuvo en la Parada das Bestas, pero que no lo hice. Bueno, menos a Lalo, que de aquella era muy pipiolo aún.
Froi: ¡Cuántas gracias nos tienes que dar a los que te enseñamos el ca...! ¡Joer!, ¿dónde voy con esta frase?.
Y también estaban con nosotros en la foto, y fuera de ella, Oloriz, Torrellas y Pedro.
¡Qué tiempo tan feliz!, dice la canción; el de ayer y el de hoy.
Froilán Cortés -
En esa Navidad del 1967 cambió mi vida. Bueno, mi vida, no. Mi percepción de la vida. Y os lo aclaro.
En esas fechas, era ya un hombrecito. Recien cumplidos mis trece añitos, ya estaba en la Escuela Mayor. Y eso, allí, era un grado.
Cursaba 4º curso. Primeros profesores laicos. Gran novedad. Hasta ese curso, todos los profesores vestían hábitos.
En esas fechas navideñas, aún no sabía que sería mi último curso en el Colegio. Es más, ni me lo podía llegar a imaginar. Cada día estaba más convencido de tener una irrenunciable vocación. Era lo que se exigía, y yo, tenía la total seguridad de que sería uno de los "elegidos". Pobre incauto.
Ya asomaban los primeros pelillos en la barba. Genial!
La nuez, signo inequíboco de hombría, se dejaba notar en el gaznate. Había desterrado los pantalones cortos. Ya era todo un hombre, de 13 años, pero hombre.
Cogí gusto a hacerme milimétricamente la raya del pelo, conformando una onda muy ye-ye. Estrené mis primeros pantalones "campana" y mi trenca con capucha. Estaba hecho un pimpollo.
Ir a casa en vacaciones de Navidad, ya era una normalidad. Solo me tocó pasar en el Colegio, las del primer curso.
Y en casa, ya había una televisión, Fercu, para más señas. Con su voltímetro, para que las subidas de tensión no la dañasen. Solo se veía una cadena, la primera, aunque el aparato era muy moderno, y estaba preparado para recibir dos. Cuando llegaría el UHF a este León olvidado?
Creo que me hice un adicto televisivo. Me gustaba hasta la carta de ajuste. Ahora, me estoy vengando.
Sabía que a la vuelta al colegio, la echaría en falta, pero eso sería despues de las navidades. Mientras haya, zumba y zamba!.
Enrique, Felipe, Trapi y Andrés (Ito), estaban como locos. Se habían comprometido a cantar en la Virgen las misas de navidad.
Habían "recolectado", no a las mejores voces femeninas del Orfeón, sino a las chicas de su edad que más les gustaban.
Eran ya tan mayores. Debían estar alrededor de los 18!
Mariló, la rubia, era la "musa" de uno. Chave, la morena, la deseada por otro. Otro, más cabra él, estaba enamorado de todas. No era exigente, sino enamoradizo.
En el cuarto del piano de mi casa, se reunían para ensayar. 20, 25 personas. Y el papá, cuando llegaba de trabajar, se unía al grupo.
Esos ensayos, fueron mi perdición.
Yo, que era ya tan mayor, no sé qué me pasaba, que me sentía entre ellos como un niño. Y como tal me trataban. NENE, me llamaban. Y delante de todas estas bellezas. Serán cabrones....
Nene, haz la segunda voz de tiple, con las chicas. Nosotros ya no pedemos con estos bozarrones.
Felipe e Ito, eran los bajos. Quique y el papá, los tenores. El trapi, según le daba. Unas veces con unos, y otras, con otros. Y yo, con las chicas.
No se habrán dado cuenta de que me está saliendo la barba? y el bigote? Y no habrán visto mi nuez?
El caso es que, ensayar, no ensayábamos mucho, la verdad. Pero lo pasábamos genial. Chistes de unos. Risas interminables de Felipe. Chorradas variadas y encadenadas. Felicidad total!
Se fumaba, claro. Se fumaba mucho. Hasta Felipe fumaba. Y yo, no iba a ser menos, no?
Si quería hacerme grande, como ellos, tenía que fumar. Y encima, estaba rico.
Joderrrrrrrrrrr. Cuando vuelva al cole, sin tele, sin tabaco.....
Mi compañera de segunda voz, era un encanto. Lo tenía todo para enamorar. Era preciosa, con su larga melena y su sempiterna sonrisa en los labios. Cariñosa, divertida, alta, guapa, guapísima....y claro, me enamoró.
Mejor dicho, me enamoré. Pero, hasta las trancas!!!.
Vaya problemón. Quería ser fraile, y a las primeras de cambio, zás!. Encima, un enamoramiento pecaminoso. Ella, tenía novio. Y su novio, era Carlos, el hermano de Quique!!! Y yo que hago?
Ella, se reía mucho conmigo. Incluso me mimaba en demasía. Qué podía hacer yo, tan mayor y pequeño a la vez?
Os lo podeis imaginar.
Esto sí que era grave. Porque lo de la tele y el tabaco, se podría superar, imaginaba, pero este amor tan salvaje que me hace pecar conmigo mismo noche si y noche tambien? Esto cómo se arregla?.
Fué el principio del fin de mi vocación, tan firmemente arraigada en mis entreñas al menos desde hacía tres meses....
Qué podía hacer?. Habría nacido para pecar, y no lo sabía?. Madreeeeeeeee, cuando vuelva al coleeeeeeee.
Os podría contar más cosas de esa navidad. La compota que mi abuela hacía todos los años para Nochebuena, y que Quique era el único que se la iba tomando y le duraba hasta despues de Reyes. Siempre ha sido un bendito de Dios.
Mis celos cuando Carlos llegaba a buscar a mi enamorada. Se despedía de mí con una dulce sonrisa. Me quiere, no lo puede disimular, me autoconvencía yo. Pero, se va con él. No entiendo nada!!!
Quique, me han encantado tus recuerdos de esas navidades. No sé como se puede ser tan grande, y tan sensible, cabrón! te quiero.
Maribel -
¿Qué tengo que hacer para conseguir un ejemplar?
Lo trato con Jose Mari a través de correo?
Ya me diréis.
Os sigo teniendo en mi memoria.
Saludos para todos.
lalo -
Por cierto, mein Furriel ¿Has engañado al Corte Inglés o a Amazon para que se lleve del almacén de Quique un lote de Globos?
A este paso las existencias no van a llegar a Navidad.
Que así sea.
Salud
Lalo