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GOLI, EL PERRÍN DE MI HERMANO

GOLI, EL PERRÍN DE MI HERMANO

Este blog también puede ser un sitio en el que descargar los sentimientos de nuestro interior.  Espero que mi hermano Andrés no me triture en escabeche si descubro sus sentimientos más sinceros en el momento de la partida de Goli, su perrín y compañía durante 19 años. Fué un personaje muy importante y querido en esa familia.


Ayer tuvimos que sacrificar a Goli, el perrito que nos acompañó durante casi 17 años.
Ya era muy viejo y no queríamos verlo sufrir más. El cumplió su cometido y nos ha dejado un incomprensible vacío, sobre todo a Botoya, por la relación que tuvo este enano durante su enfermedad.
Me he vuelto yo mismo perro, y escribo esta carta de despedida desde la mente que yo me imagino que tiene un perro.
Se la daré a Botoya dentro de un tiempo. Ahora procuro no hablar de él porque no quiero ver triste a mi hija.

Andrés Cortés Aranaz

Esta es mi carta de despedida.

Os la dejo al lado de mi cestita, en la que tantas horas he pasado estos últimos días porque no podía casi ni moverme.

Os puede parecer raro, pero lo que sí es raro, es que casi no os hayáis dado cuenta que nosotros también pensamos, aunque lo expresemos en otro idioma.

 Los últimos meses lo he pasado bastante mal, aunque no os haya dicho nada porque no quería preocuparos. Es que ya soy muy viejo y todo son achaques.

 Ya no veía casi, pero a mi familia la distinguía con el poco olfato que me quedaba. Ya no me asustaban ni los cohetes, no los oía. Me dolían los huesos, los dientes, en fin un cacharro.

 Os tengo que confesar, cuando estoy cerca de marcharme al cielo que tenemos los perros, que he sido un “perro pijo”. Me llenásteis de comodidades, tenía mis caprichos, Botoya me compraba modelitos, he viajado, conocí a mucha gente;  pero, ¿porqué no me dejásteis tener novia?

 

Sabía muy bien cuándo había problemas en casa. Cuándo había enfermos. Cuándo había alegría. Yo gozaba y sufría con vosotros a mi manera, porque os quiero.

 Sólo hubo una cosa que me daba algo de rabia, aunque “pensándolo” tranquilamente me hacía gracia.  Cuando Leyre empezó a “darme órdenes”:  “Goli, a la cesta.”. Y yo ahí quieto en la cesta.  Me he dado cuenta de sus lloros de pequeñita, he visto sus primeros pasos, y también empecé a oirle hablar, hasta que este jodido oído mío también empezó a fallar

 Sed muy felices que os lo merecéis. Yo he sido parte de vuestra vida, pero ya me voy a descansar al cielo de los perros, que creo que ya me lo merezco.

 Un beso a todos. Goli.

  (Cuando el veterinario le estaba durmiendo, le abrimos los ojos y esos dos viejos farolillos que tanta vida tuvieron, nos dijeron: ADIOS Y GRACIAS)


4 comentarios

jose ignacio -

perrito, por qué te fuiste tan lejos
y nos dejaste tan solos,
marchaste por la senda de los viejos
quedando olor a gladiolos.

Vibot -

DICE UN PERRITO TORNASOLADO

G racias por esa carta que has ecrito,
O h tierno Andrés, para mi despedida.
L o que más me ha gustado de la vida:
I ntentar ser tu hijo, papá Ito.

TUÑÓN -

Tu hermano Andrés lo estará pasando tan mal como si hubiera muerto un ser querido y yo lo entiendo.
Teniamos en casa un perro golden retriever y con cuatro años nos lo picó una garrapata,tuvimos que operarlo y en el pos se nos murió.
Lo llevamos de cachorro a una escuela canina y conozco gente en la universidad que no llegaban al coeficiente de intelectualidad de Tom.
Lo pasamos tan mal que decidimos no tener mas.
TUÑÓN

justino -

Andrés:
Tu perrito escribe que da gusto leerle.
Que razón tenía aquel que dijo: "Cuanto mas conozco a las personas, mas amo a mi perro"
Un abrazo