BARULLO EN EL PORTAL -I-
Ved la primera de las felicitaciones de navidad dibujadas por Jesús Herrero quien, con carácter absolutamente voluntario (aunque seguro que él pretenderá negarlo, que si yo le he chantajeado, amenazado con publicar determinados dibujos, etc., todo mentira) y únicamente apelando a su arte, ha prometido irnos enviando.
En alguna otra parte de este blog había reconocido ante vosotros que Jesusito Herrero, además de "gloria de la Galaxia Caminera del 61", era un extraordinario dibujante. Y no ha dejado de serlo.
Su buen humor ha perdurado tras la travesía de cuarenta años por el desierto de la separación, que nunca del olvido.
Ved la muestra, arte, humor y cariño.
Jesusito Herrero me escribe junto a la primera entrega: "...En cada dibujo iré colocando alguna maldad. Como yo también soy malo malísimo, tengo ya unas cuantas... je, je..."
Gracias Jesús por tu primera felicitación de esta NAVIDAD 2010, genio de la pradera.
Continuará.
9 comentarios
Andrés Martínez Trapiello -
Antonio Argüeso -
Otra vez será cuando el encanto se rompa, otra vez.
PS/Nada dices de lo que la Anselma comenta sobre la asturianina, nada.
Andrés Martínez Trapiello -
Isidro Cicero -
Cuando salí esta mañana a por el pp*, ya había disfrutado la sorpresa del dibujo de Jesús Herrero, una revelación, primera entrega de otros dibujos que espero. La verdad es que nos faltaban los dibujantes. En este Pantalla, en este Minimundo, en este Telecosas, en este nuevo Dukinalto, (en este dacibao cibernético que nos estamos trajinando aquí de la mano de Jose Mari) faltaban los dibujantes. Pero ya vienen. Ya llegó Herrero, una delicia, ya había por aquí algunos otros y aún hay más. Ya llegarán. Incluso Serrano puede que llegue en cualquier momento, no sé por qué se tarda, un lujo será esto entonces.
Pensaba al comprar el pan y comprobar lo malo que seguía haciendo: O Antonio Argüeso, o yo, o ambos al alimón, deberíamos contar nuestra frustración del jueves. La que sentimos los dos. Si lo hago yo, podría poner de título esa expresión que me es tan familiar, eso de No hay suerte para el pobre honrado, la puta verdad. Por eso me extraño poco cuando al poco de subir leí a Argüeso, lo del pobre Isidro.
El pobre Isidro. El pobre Cicero, tirado 16 horas de las 24 que tenía que durar el viaje por esos andurriales, que es en lo que se han convertido en estos días los aeropuertos. No voy a entrar en pormenores, entre otras cosas porque como sabéis prácticamente todos, mantengo el voto de no referirme a nada distinto a un espacio, el de la Paramera, y a un tiempo, el que va desde octubre del 1960, cuando llegué a ella, hasta junio del 66, cuando le dije adiós. El tiempo y el espacio, en los que convivimos, añorados hermanos míos.
La nieve, ahora Europa entera es una pista nevada desde aquí hasta el Polo; el hielo, y -ya el miércoles por la noche empezaban a notarse los efectos de otros elementos entonces agazapados, que luego han acabado por dar la cara e incluso les ha dado tiempo a esconderla al verle las orejas al lobo. Me refiero a los controladores y a las controladoras. Los tres elementos combinados nieve, hielo y esos otros elementos, aparte de un rayo que según dijeron atravesó el aparato como si nada, frustraron una conversación de dos amigos antiguos y sencillos. De dos conmilitones de la vida. Yo lo de antiguo apostólico no me lo llamo ni aunque me capen y no se lo llamo a nadie tampoco. Frustraron una conversación con la que yo me relamía de antemano, tan agradable y auténtica me resultó la otra, la de la Grand Place, Roi dEspagne, hace ya un par de años.
Así que no hubo nada que hacer, ningún placer, ninguna satisfacción, trabajo puro, trabajo duro, como corresponde al pobre honrado, que nunca tiene suerte, porque si la hubiera tenido, ya no sería pobre.
Ahora bien, ¿cuándo es honrado un pobre? He ahí la cuestión. Ya he dicho en ocasiones distintas que no creo en las casualidades. Con Luis Carrizo intercambié recientemente algunos correos reflexivos sobre esto de las casualidades en las que yo no creo y él también se está quitando. Si quisiera él, podríamos daros copia de esas reflexiones entre ambos, no sé si querrá.
Pero a lo que iba. A lo que iba es a que, en el aeropuerto de Parayas primero, el miércoles 1; luego en el de Charleroi (Charleroi sale a tu encuentro otra vez); después en el de Bruselas propiamente dicho y finalmente en el de Bilbao a eso de la 1 de la madrugada del viernes 3, aparte de dar conversación y hacer gracias a la compañía, me devoré un librito de ensayos que llevaba, de Bertrand Russell, siempre llevo alguna cosa enjundiosa conmigo por si acaso, un ensayo de Fernando Box, casi lo acabé en un viaje a Estrasburgo.
El primer ensayo, a la altura de Parayas, fue el Elogio de la Ociosidad y el segundo sobre El conocimiento inútil, del que tantas veces hemos hablado aquí: para qué sirve por ejemplo saber lo del Dodecaorton, por poner un ejemplo. Pues simple y sencillamente por el mero placer de saberlo, para qué si no.
Pues bien, en el Elogio de la Ociosidad, Bertrand Russell decía ya en 1932 que los que nos han educado a los pobres en los parámetros de la honradez. En la ética del trabajo, en la de que la ociosidad es la madre de todos los vicios y que siempre fue un escándalo que los pobres tengan tiempo libre, para qué lo necesitan, para emborracharse y cosas así.
Un pobre honrado, los que no tenemos suerte, tiene que tener laboriosidad, sobriedad, buena voluntad, disponibilidad permanente y trabajar muchas horas a cambio de lejanas ventajas. Un pobre no honrado es como Xuan: tan burru que nun trabaya, nun piensa de trabayar y además gasta lo que gana en vino y muyeres. Así que, amigo Trapiello, amigo de Casorvida, amigo Herrero, otra cosa no, pero estos dos cántabros, honrados a carta cabal.
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*pan y periódicos, ya veis que no todo pp es prieto picudo.
Julio Correas -
Pero...
¿los has pintado en Barajas? lo digo por la cantidad de gente que hay detrás haciendo cola!
El Furri te ha salido gordo y el Trapi... te ha salido "gordo".Con dos líneas colgando del culo, te salen bien las piernas si afilas el lápiz.
¿De dónde sacas tú que el Trapi tiene menos pelo que el Furri? Ni hablar...Me ha dicho Centeno que se echa gomina por las mañanas para domeñar la melena.
Y lo peor de todo: Andresín nunca lleva las manos a la espalda ni en el bolsillo. Siempre lleva el "pito" en la mano.(Porque fuma mucho, se entiende).
Te informo de que la cámara de fotos que leva Josemari colgando (del cuello), la deberías quitar. El que saca las fotos buenas es Alberto.
Por lo demás, el Belén me parece muy guapo.Eres un artista!
Un abrazo...
P.D. la mujer de rojo de la segunda fila a la derecha... vaya pibón!
Anselma -
Jesús Herrero -
Antonio Argüeso -
Y ¿a qué viene aquí esto? Pues que pensábamos que la maldición que nos sigue en estos no encuentros era producto o del Trapi, por aquello de celos de/por/hacia la camarera o del silencioso (¿¡qué nos andará tramando!?) Pitu, por aquello del contubernio de uno del 59 con otra añada. Habíamos empezado las consultas para retorcer el cuello al embrujo/maldición. Lo de Trapi parece ser que se declina en Prietos Picudos. Lo de El Pitu andaba peor, pues había que retorcer el cuello al gallo (de Casorvida se entiende). Y ocurre que, contrariamente a lo que aquí se dice que no puede haber dos gallos en el mismo montón de abono, dicen que en Casorvida todo son gallos. Y andamos un poco despistados.
Pero veo que no, que al final va a ser el jesusito no de mi vida, sino el herrero el cual, por llegar tarde (nótese el valor culpativo de ese por), ahora quiere arramblar con todo como justificación de su original ausencia. Jesús y en tu caso ¿cómo se deshace la maldición? ¿acaso una bella peluca que reemplace la voladora gorra?
A pesar de todo, hay que reconocer que el dibujo tiene empaque, sí señor.
justino -
Un abrazo