LOS IDIOMAS en la paramera
Antinio Argüeso, un abrazo compañero, me escribe este cariñoso correo y aprovecha para disertar-comentar-recordar sobre el estudio de idiomas en las clases de la Paramera a través de cuyos ventanales se ponía el sol todas las tardes.
Hola, de nuevo, querido José María
Está visto que con el blog habrá que cambiar de hábitos (colgarlos no, que eso se hizo tiempo ha) y dejar aquello de abandonar Internet de vez en cuándo para tranquilizar la mente
Fíjate lo que me he perdido estos días de ausencia (y cito sólo lo esencial):
- la excelente descripción que Andrés Cortés nos hace de los ruidos del colegio
- la acertada confesión del no hurto de El Trapi y los comentarios subsiguientes
- el tan dulcemente nostálgico trailer del n° 2 de La Memoria, además del excelente y acertado artículo de M. Trapero sobre el n°1
- el “un día de visita” para los afortunados y “el día de visita” para los de a pié, dado que como comentan Federico y Luis, la única visita que recibíamos (cuando la recibíamos) durante los largos y tristes 11 meses de “internos” era la del 8 de diciembre, a la sazón Día de la Madre. Hay que precisar que (y supongo que algunos de los formadores tendrán que ver en ello) tampoco sentí ni diferencias, ni envidias
- el cumple de 61 años de PaPedro y su extraordinaria entrada e ilusionado comentario. ¡Qué lujazo el nuestro el haberle tenido durante aquellos años!
- la entrada de Cirauqui, el mejor gau txori que pasó por la paramera
- la visita que nos hicieron desde el “Vatican City State”, inquietos, seguro, por los acerados a la par que acertados comentarios de eSe que anda (perdido, seguro que anda perdido) entre Madrid, Grajal y Ciestierna
- la fecha de ‘el encuentro anual’, al que ¡otra vez, caro Pitu! no podré asistir
Aprovechando pues el reenganche, te adjunto unos recuerdos/comentarios de aquellas clases de idiomas de la paramera. Es lo que recuerdo, espero que los más memoriones completen y corrijan.
Un fuerte abrazo, capitán furriel (¿o era general?)
Antonio
De los recuerdos que me quedan de la paramera, curiosamente las clases no ocupan un lugar preponderante. Me quedan, bastante diluidos, los de alguna de latín en la que leíamos los impresionantes alegatos de Cicerón en “Pro Arquia Poeta”. El tema era ya actual, pues si mal no recuerdo a Archia, antiguo profesor de Cicerón, se le acusaba de no ser ciudadano romano. También recuerdo alguna de griego, con el para mí excelente profesor Padre Tascón y sobre el que volveré más adelante. Bueno y de alguna de matemáticas, en quinto o en sexto, pero en este caso las recuerdo porque los alumnos habíamos sobrepasado los conocimientos del profe, que me cuidaré de citar.
Y estaban las clases de idiomas. Tengo oído que en años anteriores a los nuestros hubo alguna clase de alemán. Este dato deberán confirmarlo o negarlo los más mayores. Los estudios de idiomas marcaron a más de uno. Sin ir más lejos, hace unos días Daniel nos organizó un ágape en el excelente restaurante “la Sixtina” de Santander donde además de degustar las deliciosas viandas y de hablar de lo divino y de lo humano Daniel y María, Valentín y Claudia, Cícero y yo, tuvimos la ocasión de comprobar cómo el chef que no era otro que Miguel Ángel, del 60 creo, nos recordaba las lecciones del Assimil francés aprendidas en la paramera. Y hasta nos cantó con buen acento y tono aquello de:
Chevaliers de la table ronde,
Goûtons voir si le vin est bon; (…)
J’en boirai cinq à six bouteilles,
Avec une femme sur mes genoux ; (…)
Mais voici qu’on frappe à la porte
Je crois bien que c’est le mari ; (…)
En lo que a nuestra época se refiere, además de clases de latín y griego, tuvimos francés varios años y al final alguna de inglés. Las que recuerdo de francés eran con el entrañable P. Morán. Utilizábamos el método Perrier, con un libro de tapas acartonadas, rojas. En el centro, en hojas de un color creo recordar que azulado, estaban los verbos irregulares. Su metodología era prediluviana; tan prediluviana que cualquiera, aunque ignorase todo sobre esta lengua, podía impartirla. Como aquel catedrático de alemán de la entonces Universidad de Madrid que, al ser recibido por la esposa del rey, alemana ella, le saludó en esta lengua, a lo que el catedrático respondió “Majestad, el alemán yo lo enseño, no lo hablo”.
Ignoro si era lo que le pasaba al P. Morán, pero la forma de impartirla iba por ese camino. Uno de los claros recuerdos que me queda de su clase era que en todas utilizaba el mismo recurso: abría el libro en las hojas de verbos irregulares, escogía uno de los que nos había mandado estudiar y, siguiendo siempre el mismo orden, iba pidiendo a los alumnos que recitaran un tiempo empezando por el presente, siguiendo por el imperfecto, el pasado compuesto…. primero del indicativo, después del subjuntivo…. Y resulta que a mí me tocaba el imperfecto de subjuntivo, con lo que acabé conociendo este tiempo de prácticamente todos los verbos irregulares franceses. ¡Cuál no sería mi decepción cuando, algunos años más tarde, descubrí que era un tiempo prácticamente desaparecido en el uso de esta lengua!
Y estaban las clases de inglés. Me parece que al principio tuvimos un año clases con algún profesor que utilizaba una técnica similar a la anteriormente descrita; pero no estoy seguro. Lo que sí recuerdo nítidamente fueron las primeras clases con el P. Tascón. Del P. Tascón no diría que era entrañable, claro. El Padre Tascón era austero, exigente, duro y al mismo tiempo comedido, justo y deseoso de realmente ayudarnos. Venía directo de los USA, algo que a nuestras ingenuas mentes le daba un extraordinario valor añadido. En la clase de inglés impuso un librito en el que ¡todo! estaba escrito en inglés, y esto no era lo malo, lo malo era que él ¡sólo! hablaba en inglés. De Essential English ya hemos hablado aquí y El Pitu dice que los conserva totalmente nuevos, por no haberlos abierto nunca, me imagino.
Todavía veo al P. Tascón intentando convencernos, dando ritmados golpes en el suelo con el pie, de que el acento tónico en inglés no lo lleva la palabra, sino la frase…., de que lo importante no era comprender palabra por palabra, como habíamos hecho para el latín, para el griego y ¡hasta para el francés!, sino la frase en su globalidad, el sentido, aunque no entendiéramos alguno de sus componentes…. Y, claro, eso en la paramera era demasiado novedoso, demasiado revolucionario. Pero él, convencido de que era la mejor forma de adentrarse en los arcanos de esta lengua, luchó hasta el final, con el resultado que aquí ya hemos narrado. Debemos, creo, rendirle justicia también por la utilización de una metodología revolucionaria en la enseñanza reglada de aquellos años –y en más de un caso, todavía de estos–.
Antonio Argüeso
7 comentarios
Enrique Frade -
Quique Frade
Julio S. -
Un abrazo
Julio S. -
Julio C., tengo todavía los libros de inglés (Essential...) en casa. Eran tres y, no sé cómo (carencia total de medios), logramos avanzar bastante.
Antonio, otra cosa fue el francés. Creo que sólo nos dio "clase" el P. Lanz y no hicimos otra cosa que declinar verbos. Yo era experto en l´imperfect du verb ..., amén de "oh mondié, mondié, qué de catastroph" (así lo pronunciaba).
Luis, desde que está el actual presidente y, más, el entrenador, celebro las desgracias del Madrid.
Un abrazo.
Luis Heredia -
Lo entendería por los Julios que deben estar aún durmiendo la mona despuyés de la cogorza de ayer en el Bernabeu. Pero, ¿los demás?
JOSE MANUEL GARCÍA VALDES -
Recuerdo el Essential English porque, como bien dices, lo tengo en la estantería de mi biblioteca (todos los tomos con diccionario incluido), podría añadir que me los he currado, todo para acabar aprendiendo a decir "yes", por ejemplo: ¿Yes bobu?
2.Le echas muchas flores al P. Tascón pero yo te vi hacerle la huelga, y te oí decir que más que hablar parecía que ladraba ¿cierto o no?
3. No quieres citar al P. Enrique pero aprobaste griego porque le hiciste la pelota diciendo que jugaba muy bien a los bolos, yo te oí.
3. En francés andabamos a puestos, si no sabías ibas hacia atrás en la fila; tengo la impresión de que acabaste el penúltimo siendo el último un tal Abundio, Julián Ruano no andaba lejos de tí; recordarás que yo siempre estuve el top ten; cómo sería que estuvieron a punto de mandarme a un intercambio para que no volviera; ¿cierto o no?
4. Te fuiste a Bruselas para aprender el frnacés que no fuiste capaz de aprender en las clases tan prácticas que teníamos. Algunos aprendimos a parlare el franchute y decíamos de carrerilla: "Orrevoire dijo voltaire tirando el chapeau al aire". uando estuve el París, que uno está muy viajado, me sirvió para alojarme en el Hôtel de Ville de Paris, muy confortable y me recibió el alcalde que no sé yo que pintaba allí en aquel hotel. Mi nivel de francés también me sirvió más tarde para entender lo que hacían, porque supongo que lo harían en francés ¿o hacían el francés? en la película "el último tango en París". Como ves algunos sí aprovechamos convenientemente las clases de francés que tú criticas. Podrías haber (¿o será a ver?) sido un hombre de provecho.
Fíjate ej Julio el "organizador", que con lo que aprendió en el colegio y cuatro clases particulares se tituló en Filología incluso lo explotó durante 36 años, eso sí es un ejemplo de alumno aventajado.
5. Amigo Antonio, cuéntanos qué metodología moderna utilizas en tus clases, mejor dicho, dinos de qué das clases y porcentaje de alumnos que alcanzan los objetivos propuestos; ¿haces programación por objetivos o por criterios? ¿Usas las nuevas tecnologias, por ej.la pizarra genital?
Good bye
Chao bambini
Arrivederci
Au revoir
auf Wiedersehen ¿o era Subanestrujenbajen?
Afscheid
adjö
Ta luego
Julio Correas -
AVISO A LOS NAVEGANTES...
Cuando pregunta la capital de Rusia, hay que poner Moscu, pero sin tilde en la "u" final, o te dice que no sabes geografía y está mal puesto.
He tardado media hora en adivinar que la capital de Rusia es Moscu... sin tilde!
Deberías haber puesto la capital de Asturias, que después de la disertación del Pitu, se lo sabe todo el mundo y no hace falta poner tilde!
Un abrazote
Julio Correas -
El Esential English for foreign students, a los del 61 no nos tocó en suertes.Yo incluso llegué a usarlo siendo ya profesor en el año 74-75.
El P. Tascón nos daba latín y griego y a los que pasamos a la escuela mayor, con el método Assimil, que la primera lección empezaba : My tailor is rich!
-yo siempre me he preguntado, incluso de profesor, la importancia de aprender en primer lugar: "sastre" y "rico"-
nos lo daba el Father Paniagua (Father bread-and-water).
Yo que ya venía de Madrid con unas ligeras nociones de inglés (sabía decir bycicle y typewriter)me pasé a las clases de inglés. Quién sabe si esa fue la razón por la que acabé estudiando la carrera de Filología Inglesa y por ende ejerciendo la profesión de profesor de la lengua de Shakespeare los siguientes 36 años.
Lo que sí es cierto es que de la paramera salí sabiendo comjugar y declinar TODOS los verbos posibles en latín... y es el día de hoy que aún hago apuestas con mis alumnos a ver si fallo alguno, amén de las formas de TODOS los verbos irregulares en Inglés.
Importante aquella enseñanza. No sé cómo lo hacían pero aquello que allí aprendí se me quedó grabado en tinta indeleble hasta el día de hoy, y quiera Dios que el Dr. Alzheimer tarde mucho en visitarnos.
Un abrazo.
P.D. Siento que no puedas venir a la reunión de Ubi Edo. Si vienes en Julio, andaré por Canadá y será difícil verte, pero si es en Agosto, en Oviedo y en Ribadesella tienes tu casa y seguro que alguna botella de sidra en algún chigre!