MENSAJE del PITU
Para eso estoy yo aquí, para cumplir las órdenes del Señor de Casorvida, aunque llore. Con estas letras quiere hacernos llegar su agradecimiento por las llamadas, escritos y buenos deseos en estos momentos duros y difíciles por los que ha pasado.
Un abrazo, buen amigo. Todos te queremos.
Después de los atragantados días que he pasado, recuperado un poco el sosiego, me siento para retomar mi vida ordinaria.
La primera obligación no es otra que daros LAS GRACIAS por vuestro cariño y recuerdo.
Sólo cuando a uno le aprieta el zapato se da cuenta de lo mucho que levanta el ánimo que los amigos se acuerden de él. Sería de ley que os citara uno por uno pero sois muchos y el espacio y el tiempo limitado. Me habéis emocionado; no cambiéis, seguid siendo tan guapos, tan listos, tan ricos, tan buenos como lo sois y organizando y acudiendo a encuentros como el de Ubi Edo; para ser perfectos sólo os falta ser de Casorvida pero el destino es caprichoso.
Estando en el hospital en el “post alargamiento y ensanchamiento” se me presentó Pedrín, mi buen amigo, colgado de un buen puñado de Globos de Colores, los globos de Cicero, que yo, en su día, le había encargado (lo que no sé es si los pagó). Mientras meditaba en cómo afrontar mi nueva situación esos globos fueron para mí una especie de bálsamo bebé. Uno de Casorvida no debería confesarlo pero me cayeron algunas lágrimas, no porque los de Casorvida lloren sino porque me sobraban, eso sí, grandes como puños.
Como sabéis, en uno de esos globos se fue mi madre. Espero verla volar y brillar como una “estrella colorá” sobre los cielos de Casorvida para que así se haga realidad aquello de que Casorvida emite un especial resplandor. Espero que las vuestras no hayan volado todavía y, si ya lo han hecho, se unan a mi particular “estrella colorá” y resplandezcan por y para siempre.
Mirando estos días hacia ese cielo donde ella/s tiene/n que estar he visto que mandaba/n señales diciéndome: “sé educado y da las gracias a esos buenos amigos que tienes”, y eso es lo que estoy intentando hacer, daros por enterados.
Dado mi estado no pude atenderos como merecíais, os prometo que para la próxima vez estaré más tiempo con vosotros, seré más receptivo y comeré más bogavante; de vosotros no puedo pedir más.
Muchas gracias, besos y abrazos.
Pitu
10 comentarios
Javier Cirauqui -
Gracias por agradecernos estas muestras del cariño y el amor que te tenemos. Gracias por decirnos que te han ayudado en estos momentos duros.
Está claro que el que siembra recoge y tú has preparado la mejor sementera posible, a través de este maravilloso blog.
Además te lo mereces porque eres cojonudo y para colmo del 59 como yo. Un saludo. Javier.
Javier del Vigo -
Hace medio siglo fui mucho más joven de lo que soy ahora. Incluso también tuve madre y pese al tiempo transcurrido desde que se fue, sigue estando ahí, cierto.
¡Vaya, Perogrullo redivivo diréis, compañeros y amigas; pero lo obvio, a veces, hay que ponerlo de telón introductorio, para no olvidar los referentes, sus orígenes o, incluso, que la vida es un camino-¡la virgen, qué camino, si está muchas veces lleno de "pedregales"!- breve que se inició cuando nací, y que espero nos dure aún muchos recodos viéndonos.
A lo que iba. Ni reniego de "sentirme joven por dentro" aunque sea de estas fachas no, fechas no, fachas o maneras- en las que me hallo: sobre 90 de peso (cuando media vida mía anduve entre 65 y 70), con las rodillas doloridas (quizá por el sobrepeso adquirido comiendo día a día más Julios-Césares de lo saludable) y la barriga orgullosa de lo que invertí en su manutención (que ha sido la mitad o más de mis pagas sucesivas, mientras fui personal activo).
Hace casi medio siglo -¡Jesús, cómo se pasa la vida!-, poco después de abandonar aquella Paramera donde a poco nos forman, creía yo ¡oh, iluso! - que Europa y sus regiones eran referentes fundamentales para asegurarme las libertades, las democracias, las fraternidades ¡Vaya, una utopía más!
¿Recordáis: libertad, igualdad, fraternidad ¡Dios!, el espíritu laico de los Ilustrados!
Así que, al día de hoy, me dejo arrullar por la Europa en la que habita Antonio Argüeso, de los Argüesos cántabros de toda la vida. Arrullar por Bruselas, su corazón, que es el nuestro en la historia y en la actualidad; no sé si Europa tiene alma o es que yo me hice descreído, porque ya tenía mercaderes y banqueros cuando los Austrias de Carlos I atracaron en Villaviciosa (¡cielos, qué verbo más polisémico!); desde luego, esta Europa desalmada tiene contables que no sé si economistas; y ahora, en la Grand Place, una lápida conmemora la leyenda negra de los tiempos de Felipe II, que algunos malintencionados llaman "Leyenda Negra de España".
En cualquier caso, mi seducción es por Antonio, desde Bruselas; Antonio, que has mirado las fotos de mi álbum de Oviedo en Picasa. Aunque me califiques, compañero, de ahora tranquilo. Pregunta, Antonio: ¿es que me has visto antaño como intranquilo, más turbado? (¡leches, las palabras las carga el diablo! Pero aquí, entiéndeme bien; turbado es antónimo de tranquilo, simplemente) ¿Dónde sitúas el límite entre mi ahora y mi ayer, entre esta España a la que le llueven los pepinos de una crisis profunda y aquel tiempo de los Habsburgo en cuyos dominios nunca se ponía el sol, porque sus soldados cobraban las soldadas a lombardazo limpio, cayese quien cayese?
En fin, Antonio I de Bélgica, emperador; soberano de los campos de Llano de Valdearroyo; benefactor de la ermita de la Virgen del Avellanal, te cuento:
Aquella tarde, la del Hotel La Gruta, en Oviedo, tras la espicha y antes de que ganase el Barcelona C.F. a no sé qué otro equipo inglés, casi todas las chicas ya sabes, las llaman las santas- se habían ido de compras a la zona del Palacio Calatrava, o de la Princesa Letizia o como quiera que llamen los ovetenses a ese conjunto de edificios levantados sobre el antiguo campo de fútbol Tartiere. Así que estábamos los chicos ya sabes, detrás de todo gran hombre hubo y hay siempre una mujer inteligente (esto es para la galería)- desangelaos, dándole a los últimos restos de la barra libre, del cuba libre, del peruco denso, del orujito con hierbas
Fue entonces cuando llegaron Carmen y José Manuel. Fue que llegó el ángel de nuevo. Y la cosa se animó. Es cuando has visto muchas fotos de abrazos y sonrisas, no contenidos ni los unos ni las otras. Fue, en fin, cuando José Manuel acabó de calentar el ambiente con sus bromas y sus susedidos, que suelen ser limpios aunque tengan segundas intenciones. Alguna referencia hizo a los tamaños del instrumental varonil cuando te hurgan en él, sin que tú lo aceptes a no ser por prescripción facultativa. Fue el momento en el que un servidor de usted, que es mucho menos limpio que José Manuel tanto que José Ignacio me bautizó como Vitriolico I, descendiente por línea directa de Felipe II, el que pasó a cuchillo a la nobleza belga de antaño- le preguntó a José Manuel, cámara en ristre:
-A ver, a ver, ¿cómo has dicho que es?
A lo que José Manuel, que no tiene pelos en la lengua, como bien sabes, respondió expresiva y escuetamente, como has descubierto en la foto 139 del álbum de Oviedo.
¡Lo juro, Antonio! Ni quito ni pongo rey. La verdad hay que contarla aunque duela y José Manuel lo dejó clarito, clarito.
P.D.: Esta mañana volví a matar el tiempo, colgando más fotos, esta vez de Ribadesella. Aún quedan algunas otras, pero ya que no le llego al Pitu ni a los "tubillos" en cuanto al instrumental, dejadme que farde, al menos, por la cantidad de fotos subidas a Picasa, que no por su calidad; pero son testimonios muy humanos. Y creedme, nunca después vamos a ser más jóvenes ni estar más guapas que estuvimos en mayo y en Asturias.
¡Salud, chavalería!
Máximo Olóriz -
Recuerdo que cuando estuviste en el encuentro de Villava me comentaste que guardabas un buen recuerdo de mi madre, a quien habías conocido unos cuarenta años atrás, y que murió un par de años después, hace unos 38. Lo he recordado al ver que alguien te instaba a no olvidarte de la tuya. No es necesario que te ocupes demasiado de ello. No la olvidarás.
Un fuerte abrazo.
Julio Correas -
Ahora no te disparan, pero con una factura de la Zamorana te "matan" directamente, si no te has muerto de gusto al comerte la mariscada.
Un abrazo p´al Pitu y otro pa tí!
Antonio Argüeso -
Pero a lo que iba, que demostrado queda: ¡mirad, incrédulos, la foto n° 139 del al parecer ahora tranquilo Javivi! Si alguien la tiene más larga, más ancha e incluso más profunda, que se manifieste. ¡Que no te vea así la camareta, Trapi, que os echáis a perder!
Andres Martinez Trapiello -
Besinos.
Isidro Cicero -
Manuel Castañón Morán - (Morea) -
En too casu si tas en un aprietu yo como amigu tuyu que soy, pueo echate una mano, hay un Cristo el de Conforcos, cerca de Llananzanes, de EL se dice que ye muy milagreru, que ya resucitó algún muertu. Yo como buen alleran y devotu tengo cierta entrada con EL. Si tas interesau podemos probar, Hablamoslo si quieres en la Zamorana, ahora que paez que estas dispuestu a liquidar toes les comides que debes.
En to casu, creo que sé cual ye la causa del problema tuyu, ....ye el bromuro que te dieron cuando yeras guaje que ta faciento efecto ahora.
Pitu, amigu ..non fay falta que presumas y exageres con nosotros de tenela larga y ancha..sabes que te queremos igual
Morea
Jesús Herrero -
Luego, como te vimos ya de pie y andando por tu propia fuerza motriz pensamos que te teníamos recuperado y preparado para batallas venideras, lo cual nos alegró sobremanera.
Me acordé de ti, como tú de mí, en la Feria del Libro de los Madriles, lo mismo que todos los compis y señoras que se pasaron por allí que fueron alrededor de seismilquinientoscuarentaytres aproximadamente y me agotaron la edición hasta el punto que la cola llegaba hasta la cola del premio nobel, un tal Vargas Llosa, que también estaba firmando sus libros, el cual, cuando se dio cuenta de que el barullo tremendo no era de su cola, sino de la nuestra, la del blog, se quiso hacer de la Paramera, pero le dijimos que eso no podía ser sin tu permiso y como en ese momento no estabas, pues que lo sentíamos mucho pero nada de nada. Y además tampoco había recibido clases de Box, ni de Jesús Martín, ni de Arenas, ni de Torrellas, ni de Huarte, ni de Chávarri, ni de Alcalde, ni de Pedro ni de nadie. Con ese escaso bagaje yo creo que no hay modo. Así que con el nobel ya tiene suficiente ¿no?
Al final, el que me edita los libros tan amablemente, como estaba contento, me regaló un llavero y un bolibic, porque te tengo que confesar que perdí el mío. (Un desastre porque escribía perfectamente y tenía muy buena relación calidad/precio. Yo creo incluso que estaba fabricado en el polígono industrial norte de Casorvida).
Pollo, cuídate para que todo vuelva a su ser
Joaquín Urbano -