aquella piscina
Sería por estas fechas cuando se ponía en orden aquella piscina que nos asombraba de niños y aún de mayores.
El agua fría o friísima, daba lo mismo.
También aquella piscina desapareció sepultada por los años, el desuso, el olvido y los albañiles.
10 comentarios
Antonio Argüeso -
La piscina también nos la ganábamos, pues siempre, pero siempre estaba helada, aunque Javier no lo miente en su poema ni el Pitu, diga nada sobre este aspecto. Claro él andaba tan pendiente de que algún torvo vigilante no le pisara los dedos que le mantenían a flote que el frío le era secundario.
Recuerdos que me quedan de la piscina: Arrúe nadando, como lo especifica Javier y al Pitu temblando, cuando aquello yo pensaba que era de frío, ahora voy viendo que andaba equivocado.
JOSÁ MANUEL GARCÍA VALDÉS -
Abrazos
Luis Heredia -
Espectacular estilo. Lo malo era dar la vuelta al llegar al extremo.
Creamos ese estilo lo mismo que el Fitsbury, o como se llame, creo el salto de altura de espalda.
Si a alguno de nosotros se nos hubiera ocurrido en alguna de nuestras Olimpiadas haber saltado de espalda, nos hubieran tachado de chalaos.
San José -
lalo -
Ahora a ver si convences a Jesús Herrero para que te haga unas viñetas y montas un pliego de cordel para ir por las ferias cantando tu composición (salmodiando, más bien) acompañado por algún voluntario a la zanfona o, en su defecto, al rabel.
Toma nota, que en la próxima reunión de las multitudinarias podría ser un éxito.
Luis Heredia -
Javier Cirauqui -
Ahi van unas coplas pitxorradicas, que se me han ocurrido al momento. Como siempre me he alargado mogollón:
¡¡La piscina, qué divina,
la piscina del Colegio,
de la Virgen del Camino.
Paramera de León.!!
Chapuzones y aguadillas,
canícula de Castilla,
vestuario, camarilla
y portando el albornoz,
sandalias o zapatillas,
bajamos las escaleras
con entusiasmo y clamor,
hasta aquel patio interior,
entre pasillos de clases,
Escuela Mayor, Menor,
un talismán escondido
refleja su resplandor:
¡¡La piscina, qué divina.
la piscina del Colegio
de la Virgen del Camino,
Paramera de León!!
Gritos de regocijo,
al zambullirnos en ella,
agarrados de la mano
o a veces en solitario,
gritan los colegiales:
"Bomba va", con gran descaro.
Subidas por la escalera
hasta el alto trmpolín,
salto desde la altura
con gracioso volatín.
Riesgo a romperte la crisma,
sobre todo si te tiras,
como algunos compañeros,
sin agua sobre el cemento,
de cabeza y con esmero,
y sin líquido elemento.
Caer de tripas o espaldas,
no era nada baladí,
pues el cuerpo se teñía,
vivo color carmesí,
puesto digan lo que digan,
estos momentos vividos,
valían un potosí.
Pero con frío o calor,
yo siempre recordaré:
¡¡La piscina, qué divina,
la piscina del Colegio
de la Virgen del Camino,
Paramera de León!!
En ella se dirimieron
grandes campeonatos,
en aquestres olimpiadas,
de crowl, braza, mariposa
y el hermoso estilo perro,
estilos libres y saltos.
Yo sólo me defendía,
y aquel Juan Ramón Arrúe
se llevaba el estrellato.
Algunos bien que flotaban,
y otros a las paredes,
con mucha fuerza agarraban,
pues hundirse era su sino,
por mucho que se empeñaran,
no encontraban su destino,
sobre el agua bien clorada.
Sobre las aguas aquellas,
se deslizaban ondinos,
y una Escuela de Sirenos,
películ de Esther Williams,
que alguna vez nos echaban.
Otra clase de animales:
delfines y tiburones,
marsopas focas, sirenas,
pingüinos y ballenatos,
tortugas y marsupiales,
estas aguas las poblaban.
¡¡La piscina, qué divina,
la piscina del Colegio,
de la Virgen del Camino,
Paramera de León.!!
Palanca del trampolín,
con dos diferentes saltos,
sobre la depuradora,
y subida la escalera,
allá arriba, en lo más alto.
Raspaduras en las piernas,
en el torso y en los brazos,
por subir de la piscina,
a pulso y sin escaleras.
Siempre con la piel arrugada,
de tanto mojarse el cuerpo,
con la carne de gallina
y con los dientes temblando.
Intentos de remojar
a ciertos frailes con hábito.
Al final de temporada
hacía un frío de pasmo,
pero algunos aguerridos
a la piscina bajábamos.
¡¡La piscina, qué divina,
la piscina del Colegio
de la Virgen del Camino,
Paramera de León!!
Como final quiero haceros
una recomendación:
No te tires, no te tires,
sino quieres bien ganarte
un jodido coscorrón,
donde estuvo, donde estuvo:
¡¡La piscina, qué divina,
la piscina del Colegio,
de la Virgen del Camino,
Paramera de León!!
Con mucho cariño. Javier.
Luis Heredia -
¿Os acordáis del poso que quedaba en el fondo de la piscina después de clorarla que no nos podíamos bañar hasta que no se disolviera completamente pues no había skimers ni aspiradora?
¿ Os acordáis de los zancudos cuando ya el agua estaba pidiendo cloro?
Luis Heredia -
Si Quique ideas tiene otra mejor que yo, podemos organizar unas excursiones a La Alhambra de La Virgen del Camino y os lo explico como si fuera el cicerón de Cicero cuando nos explicó todo lo habido y por haber sobre el Santuario, por dentro y por fuera.
Yo tampoco voy a cobrar nada por explicaros por dentro y por fuera cómo os podéis imaginar el Patio de Los Arrayanes, salvo que os imaginéis el parking de La Alhambra sobre la piscina y alrededores y entonces si os tendría que cobrar como en La Alhambra. 1/hora. Os recomiendo que os imaginéis el patio en vez del parking porque yo soy muy lento en explicar las cosas y hay que madrugar mucho, que es lo peor.
fernando muñoz box -
Sin embargo sí me bañé en aquellos entonces en las aguas de esa piscina que aparece en fotos.
Y me surge, con estas cosas, siempre el mismo comentario. La piscina de entonces sigue en el recuerdo, la piscina de hoy cayó en el olvido.
Aunque josemari quiera evocarnos cosas, y lo consiga, y quiera también que nos lamentemos de la incuria presente, le diré que los que rompen el presente no conseguirán nunca cambiar ni borrar nuestro pasado, aunque lo intenten. La piscina del Colegio está viva porque nosotros la usamos en su momento. Si hoy ha muerto, peor para los que la han dejado morir...