LOS CONFESIONARIOS DEL SANTUARIO
Aparece en la revista Virgen del Camino de 1961. Realmente primaba la seguridad.
Son muy curiosos los confesionarios. Se encuentran en ambas paredes laterales y, cuando están cerrados, no se distingue nada del zócalo que cubre el muro. Solo abiertos pueden apreciarse todas sus ventajas.
Realizados en forma de cabina cerrada, están forrados de corcho, lo que permite al penitente confesarse con toda independencia, aunque la iglesia está llena de gente, en la seguridad de que nadie de fuera le oirá nada.
La rejilla es una doble placa de plástico traslúcido.
Una luz se enciende automáticamente en el confesionario en cuanto alguien entra en él.
8 comentarios
enrique frade -
Yo durante los 5 años que estuve en el camino ,casi siempre me confesé con el mismo padre,Ricardo ,mi profesor de religion ,alguna vez a falta de este ,con el p.Felipe(cabalo de piedra) y cuando fuí al noviciado comencé con el p.Arias ,a la sazón Prior en Caleruega,posteriormente vino un confesor para ños novicios,el p. Bueno,Yo me negué a cambiar de confesor,lo cual tubo como resultado una verdadera inquinq hacia Mi del p.maestro de novicios que terminó con migo en casa de mi abuelo en Laores,el 9 de Octubre de 1963,poco menos de un mes desde la toma de habito,casi llego antes que mi abuela que habia venido a verme tomarlo.
Pero sin criticas a ninguno de mis confesores,bueno alguna pregunta estemporanea quzas sí ,poro las consideré siempre normales de una confesion.Yo seguí confesandome y aún sigo haciendolo cuando lo necesito,solo una vez en el Corazón de Maria en Oviedo,con un fraile gallego me levanté y me marché del confesonario,era un guarro y así se lo dije al marcharme.quique frade os dice hasta la proxima.
Julio Correas -
Por más que releo las entradas no veo que ni Luisito Heredia ni yo, ni nadie, emita ningún tipo de "desprecio" merecido o no, ni que hayamos demostrado una hipersensibilidad ñoña y mogigata. Más bien es una caricatura en clave de humor, aunque maldita la gracia que tiene el asunto, recordando aquellas confesiones.
¿Será por eso que no he vuelto a pisar un confesionario, ni siquiera con rejilla de doble placa de plástico translúcido ?
José Mª Sierra Tascón -
No soy, quizá, el más indicado para juzgar. Pero hubo. Y vaya si hubo, Inocencio. Otra cosa es que, la época, el hábito (que no la costumbre, aunque también), el hecho de estar en una institución religiosa a la que, por ser religiosa, se le concedía el beneficio de la duda, nos menguara la crítica, el juicio justo... Y aún es así. La Iglesia, o mejor, sus ministros, están desfasados, anacrónicos. TIENEN QUE PONERSE AL DÍA. En general, hablo.
Inocencio Fernández Menéndez -
santiago rodriguez -
Luis Heredia -
Aunque yo ya venía entrenado, bueno, manoseado, por el cura de mi Parroquia de San Lorenzo cuando yo era monaguillo y lo que me cogía de sorpresa en La Paramera era precisamente que no me tocaran, salvo cuando hacíamos deporte que allí valía de todo menos morder.
Que tengáis buen Sábado y que os toque alguien aunque sea La Primitiva. A mi ya no me toca ni esa, salvo que vaya yo muy, muy puesto.
Julio Correas -
Antonio Argüeso -