UN SALTO DE TRAMPOLÍN ESPECIALMENTE MALO
Juan Antonio, unido siempre su nombre a los apellidos Iturriaga Madariaga, me comenta esta fotografía en la que yo creo descubrirlo en el centro con sus brazos cruzados. No quería que acabase este verano sin su comentario.
La fotografía me la envió Maxi Olóriz. Lleva fecha de 1964. Cree, por las estaturas, que seann los enanos de la escuela menor.
Gracias compañero de "pelo blanco".
Me envía el furriel una foto, dando por sentado que yo me encuentro en ella. Dice que soy el de los brazos cruzados. Me parece que no tenía yo una pinta tan buena en aquella época. Ahora la tengo peor, pero esa es otra historia.
No me reconozco en ninguno de los apostólicos que allí aparecen, aunque eso no es extraño porque cada vez que me enseñan fotos de mis años jóvenes, no me puedo creer que el que aparece en ellas sea yo.
Lo que si veo es a un grupo de medio pasmados, y medio risueños, ante un salto de trampolín especialmente malo. También veo mucho brazo cruzado que imagino sería para paliar un poco el frío del ambiente, quiero decir, de la temperatura ambiente.
Es curiosa la diferente forma de reaccionar de aquellos apostólicos, absortos por un extraño salto sin una belleza u otra virtud que aparentemente le haga destacar.
He de confesar que no he cultivado, ni se me ha pegado especialmente, la sensibilidad poética a pesar de haber comido en la misma mesa y haber dormido pared con pared con Vibot y por ello, no le sé extraer el lirismo oportuno a la cara de preocupación o remordimiento por algún mal pensamiento, por supuesto erótico, del amigo que cruza los brazos.
Cuando amplío la cara y le veo de cerca, me dan ganas de decirle directamente que viva la vida con alegría y que se olvide de una puñetera vez de la media docena de frailes que, como a él, también a los demás nos amargaron la vida y que, cuando le pregunten en medio de una confesión aquello de si “pensabas en mujer”, conteste que sí y que además era guapísima, faltaría más. “Que era una morena con manos de ninfa, bailando al son de Compay Segundo en Bahía de Cochinos y amiga de la rubia que Mariano Estrada le había presentado a Julio Correas”.
A pesar de todo, creo que el colegio resultó bien en su conjunto, sobre todo porque lo hicieron bueno los compañeros. Yo no tengo mal recuerdo de ninguno y lo tengo especialmente bueno, de casi todos.
También aprovecho para agradecer al Blog, el que me haya liberado de esa preocupación o mejor dicho de esa amargura, parecida a la que refleja en su cara el de la foto, y que llevaba desde crío pegada en el fondo del alma.
El tiempo ya me lo ha cicatrizado todo. Ya solté todo lo que tenía dentro y he quedado tranquilo, aunque bien es cierto que alguno de vosotros ha tenido que aguantarme la llorada correspondiente.
Ahora prefiero contar otras experiencias, como la pasada en algún teatro de Times Square, en aquel cruce alucinante entre las avenidas Broadway <http://es.wikipedia.org/wiki/Broadway> y Séptima de Nueva York.
Un abrazo a todos
Juan Antonio
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Angel -
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