LOS CHICOS DEL CORO
Os dejo el vídeo del concierto de LOS CHICOS DEL CORO posterior a la presentación del libro POECANCIONES DE AMOR de Mariano Estrada.
Las imágenes están grabadas por mi santa Isabel a través del teléfono móvil.
Por lo que debéis disculpar todas las inperfecciones que con seguridad observaréis.
No obstante, me parece que es un buen recuerdo que nos quedará a todos los que tuvimos la fortuna de asistir y participar.
Quiero destacar que, entre todos nosotros, se encontraba el P. Domingo Iturgáiz, autor del magnífico mosaico que nos asombraba cuando éramos niños y nos maravilla ya un poco mayores.
Eran las nueve de la noche del día 14 de septiembre en la capilla de la Escuela Menor.
Que lo disfrutéis, como yo preparándolo.
14 comentarios
Tuñón -
Espero no perderme la próxima FOLIXIA,siempre digo que tengo que ir pero,siempre me surgue un pero.
Un saludo a todos.
Tuñón
Jose Maria Cortes Aranaz -
Rectificado el olvido.
de nuevo, disculpas.
el furriel.
Mariano Estrada -
Por otra parte, coincido contigo en las apreciaciones que haces sobre José Luis. Parece que el tiempo no hubiera pasado.
Un fuerte abrazo
jose ignacio -
Emocionante la actuación de los chicos del coro. Es como si no hubiesen pasado cincuenta años. Demasiado para el corazón.
Los invitados que llevé de casa no salen todavía de su asombro por la calidad del buen canto que escuchamos.
Impresionante José Luis Zamanillo, mi pequeño jilguerín.
Impresionante Carmen Bocanegra, mi soprano desconocida.
En el ágape posterior fui a saludar a José Luis. Le cogí por el hombro y le dije: José Luis, hace cincuenta años que no te he visto, pero aquel niño pequeñito que era un ángel y cantaba como tal, también me envenenó a mí.
Sólo me acuerdo, en esta mi madurez declinante, de las últimas cuatro líneas de tu impresionante y magnífico solo:
LAS SOMBRAS TENDIENDO SE VAN
AY, POR SIEMPRE,
AY, DE AQUEL QUE NO CREA
AL PARTIR YO EL PAN.
No lo he olvidado. No te olvidado.
Parece que te estoy viendo con el recuerdo.
Es que yo también era un niño.
Santos S. Santamarta -
y otras tantas,pardiez,emocioneme
Pedro Sánchez Menéndez -
Jose Maria Cortes Aranaz -
Juan Vicente, discúlpame, quizás el hacerlo con rapidez para que lo vieseis me lo causó.
De nuevo, disculpas.
el furriel olvidadizo.
Isidro Cicero -
Mariano Estrada -
El más alto de los bajos es, efectivamente Juan Carlos, pero no González, sino García. Es decir, Juan Carlos García Pascual.
Yo le estoy especialmente agradecido porque, perteneciendo a yeguadas mucho más jóvenes, se sumó a la celebración. Lo mismo que Juan Vicente González. Gracias a los dos. Le disteis un toque juvenil a la fiesta.
Un fuerte abrazo
CARLOS TEJO -
Queda dicho al mismo tiempo que os informo que Luis Heredia y yo llegamos bien a nustros destinos. Pusimos la frecuencia en onda larga "Radio Bañugues" y, sin parar, llegamos a buen puerto.
Un abrazo que espera pronto otros abrazos.
Carlos
Mariano Estrada -
La segunda parte de la Presentación de Poecanciones de amor fue sencillamente maravillosa. Bajo la batuta de José Luis Zamanillo, Los chicos del coro sacaron de sus almas esa hermosa voz que milagrosamente conservan y que tiene allí sus raíces. ¿Que dónde es allí? ¿Que quiénes son Los chicos del coro? ¿Que quién es José Luis Zamanillo? Vayamos por partes.
Hace algún tiempo, concretamente en los últimos años 50, en un lugar de la paramera leonesa llamado La Virgen del Camino, se levantó un colegio apostólico con la idea de albergar en él a un número indeterminado de aspirantes a la Orden de Predicadores. Lo que nadie sospechaba entonces es que, además del mencionado propósito, entre aquellas pareces iba a nacer una fabulosa escolanía que no solo llegó a cantar varias veces en Roma, sino que captó el interés y canalizó irremediablemente el instinto musical de un montón de muchachos. Por cierto, el colegio fue proyectado por el arquitecto dominico Francisco Coello de Portugal, a quien desgraciadamente hemos perdido hace solo unos días. Y la escolanía, que tuvo a lo largo de su vida varios directores, creció con la batuta y el alma del Padre Ángel Torrellas, quien falleció hace algún tiempo dirigiendo otro coro: el que fundó en su elevada y lejana vida de misionero.
Pues bien, Los chicos del coro que cantaron hace unos días en la capilla de la Escuela Menor del mencionado colegio, son algunos de los muchos que fueron integrantes de la citada escolanía hace 40 o 50 años. Y, en algunos casos, más. Parece increíble que el tiempo no haya deteriorado sus voces ni su sentido musical ni su gusto por la belleza ni su deseo de cantar ni su alma esencialmente cantora. El mismo día 14 por la mañana hicieron un ensayo general y, con ese único repaso, salieron a la palestra y, arropados por el espléndido mosaico del también dominico Domingo Iturgáiz, allí presente, cantaron como los mismísimos ángeles. ¿Qué hubiera ocurrido si hubieran ensayado durante los numerosos días de un año completo? Sencillamente, que el cielo se hubiera puesto a temblar. Y, con el cielo, Los niños cantores de Viena y los legendarios Coros del ejército ruso. Dicho sea con la más exquisita y noble intencionalidad hiperbólica.
Y hablando de rusos, ¿qué decir de José Luis Zamanillo, que hizo dirección de orquesta en Moscú y ha dirigido en más de una ocasión la Orquesta Nacional Rusa? Pues que estuvo sencillamente apoteósico. Jamás pensé que una voz blanca pudiera prolongarse más allá de los sesenta años y hacerlo de esa forma tan genial, tan sorprendentemente maravillosa. Si hay una virtud musical extraordinaria, sin duda está en esa voz de José Luis Zamanillo que el pasado 14 de septiembre, cantando el Coenantibus illis, buscaba con ahínco la perdida niñez y encontraba una prodigiosa suerte de eternidad. Tanto fue lo que nos sorprendió a todos los que fuimos sus compañeros y tuvimos la suerte de oírle cantar repetidas veces como solista de la referida escolanía, con aquella voz blanca, inmaculada y pura de la que hoy hemos oído un esplendente y milagroso reflejo.
Quiero expresar en estas breves líneas mi profundo agradecimiento a todos y cada uno de Los chicos del coro, al antes compañero y siempre amigo José Luis Zamanillo y también, como no, a Carmen Bocanegra, que fue, en ese coro de gravedad y de hombres, el dulce contrapunto femenino. Enhorabuena a todos. Nos pusisteis en los labios una vieja miel que, muerta la colmena original, conserváis incólume en los enjambres desperdigados del sueño.
Un abrazo a todos
Mariano Estrada www.mestrada.net Paisajes Literarios
joaquin lopez-malla ros -
Mención aparte se merecen los solos de Jose Luis que , milagrosamente, nos hizo volver a oir a aquél Jose Luis solista-querubin de la escolanía de nuestros años mozos, y como no a la magnífdica soprano que nos cautivó con su prodigiosa voz.
GRACIAS A TODOS POR ESE MARAVILLOSO CONCIERTO
José Luis Alcalde Revilla -
José Luis Palacios Alonso -
Gracias por el montaje!
Por cierto, José Luis Camanillo, un verdadero crack con su increíble registro vocal. Un placer!