EL BOSQUE DE LOS RECUERDOS SUMERGIDOS (2ª parte)
Continuación de lo publicado en el blog el pasado 21 de septiembre, sobre el libro de nuestro querido compañero Eugenio González.
Buena lectura para estas Navidades. El libro lo encontraréis en el propio blog Enlaces con el título EL BOSQUE DE LOS RECUERDOS SUMERGIDOS.
Gracias, amigo.
nota.- si tenéis alguna dificultad para descargaros el libro, porfa, me lo pedís y os envío el fichero directamente.
Hola, Josemari. Después de hablar con el patrocinador de la impresión del libro "el bosque...", me ha dicho que sin problema lo puedo usar para enviarlo a compañeros y amigos. Así que lo estoy enviando para que todo aquel que lo quiera leer, lo haga, con la única remuneración de hacer un comentario sobre el mismo.
También te adjunto una opinión "anónima", sobre los curas, de la que yo no hice ni caso, y al final el anónimo se convirtió en admirador.
- Juan Sin Miedo - Martes, 8 de julio de 2014 a las 14:22
Miedo me da ver como mira el cura ese a esas criaturas.
Es curioso ver a los curas la buena memoria que tienen para hurtarnos el debate de la republica porque segun ellos fue muy mala hace 80 años y ni se acuerden ni se quieran acordar de los abusos de curas reprimidos a menores.
No les debieran de dejar acercarse a menos de 100 metros.
Gracias como siempre, y si tienes tiempo, mi deseo es saber tu opinión sobre lo escrito.
Con el cariño de siempre.
Eugenio Gonzalez
Adjunct Professor of Spanish
Johnson County Community College
12345 College Blvd.
CC 305
Overland Park, KS 66210
(913) 469-8500 Ext: 5308
egonzalez@jccc.edu
3 comentarios
Javier Cirauqui -
Ha pasado mucho tiempo desde que me enviaste en PDF TU LIBRO: "El Bosque de los recuerdos sumergidos. Por una u otra cosa, he ido dejándolo reposar, pero no olvidarlo. Un día antes de Nochebuena, de una sentada y con verdadero entusiasmo y gozo devoré tu libro. Me he ido sumergiendo en él y me ha atraido hasta llevarme al fondo del pantano.
En la introducción de "Boinas y Sombreros" dices:"...Un hombre sin pasado es como un árbol sin raices, inevitablemente, languidece, se marchita, se seca y muere. Quiero con las páginas de mi novela propiciar el paso de la generación de la boina y del sombrero, a una generación nueva (Manolín) enraizada en las vivencias y recuerdos transmitidos de generación en generación"..."He escrito esta novela, no para borrar o redimir el pasado -el pasado de un pueblo ni se borra ni se derrime, el pasado se corrige,- para que nunca, nunca jamás, en nombre de ningún invento, artilugio o martingala, se destruya la memoria colectiva que durante siglos forjaron con su vida, su trabajo, sus sufrimientos y sus gozos, sus amores y desvelos nuestros antepasados".
Te diré que tu libro ha conseguido atraparme y atraerme desde el primer momento y rememorar el pasado y el presente de sus personajes, primero el abuelo Fausto, con "la boina calada sobre los ojos" va desgranando sus recuerdos al rítmo manso de los bueyes y transportando las imágenes de San Roque y Santa María Magdalena.
La salida hacia el pueblo nuevo, día de luto y pesar, pensando "donde se quedaron los sueños, las tierras y los muertos, cubiertos por una gran plancha de hormigón, ahogados de soledad y de silencio, unidos ya solo a los vivos por el frágil cordón de los recuerdos".
La iglesia, la casa, el molino, la escuela y la fragua, los huertos, los prados, la mina y la compañía de Ramona, y su nieto Manolín.
En esta primera parte la descripción del pueblo, la casa, los materiales de construcción, los utensilios de la casa y los aperos de trabajo, las maderas y el puñal de nacar y el devanar de los recuerdos y las intervenciones de Ramona y la presencia de Manolín, observando y absorviéndolo todo me parecen excelentes.
Me gusta la utilización y el dominio del lenguaje y las expresiones populares y el conocimiento de las costumbres y los oficios, así como del paisaje y sus gentes.
Me he ido empapando de todos los avatares de la vida de los dos pueblos y los momentos vividos, tristes y felices, sus trabajos, la desparición de la mina y todos los acontecimientos acaecidos.
En el Capítulo "El Bosque de los recuerdos", los recuerdos se hacen colectivos y corales y en el encuentro de las gentes que acuden a la romería. Entre todos van contándonos sus vivencias, sus experiencias y todo un cúmulo de historias, que logran seducirte y envolverte hasta pintar toda una crónica de los pueblos sumergidos, que se tornan vivos y animados.
LOs diálogos y las conversaciones están muy bien encadenadas, sin forzar, y te llevan mágicamente y divertidamente a conocer la vida de los dos pueblos, Bárcena y Posadas, y de sus habitantes.
Los giros, los modismos me han cautivado.
Entre la comida y la bebida se va trenzando toda una memoria histórica, íntima del pueblo, con sus chistes y sus chascarrillos, sus canciones, la iglesia y los curas, los caciques y franquistas, los jefes y los capitalistas, los campos, la mina, la Guerra de Cuba, la guerra civil y sus consecuencias.
Me gusta todo el desarrollo de la romería, au banquete y su sobremesa.
Y el final en la despedida: ¡Hasta el año que viene!.
"Remojados, saboreados, liberados y redimidos los recuefdos de medio siglo, el alma se esponja y recupera la quietud de la paz".
El final del libro me ha emocionado. La confesión de Justo y Ramona me ha impactado, sobre el desenlace y la desaparición de su abuelo y su apego a su pueblo y a su tierras es impresionante. La bisabuela oye todas las noches voces con rumor de aguas mansas y las campanas de Posadas doblan en medio del pantano.
La confesión de los de la boina a los del sombrero por el abuelo Raposo y Ramona que se desahogan y hablan de aquellos tiempos, tiempos en que poco se atrevían a hablar, y si lo hacían era como sino.
Y al final, en palabras de Ramona:
"...Que esta romería me pareció la romería de los dulces recuerdos ya superados y olvidados los amargos de ayer..."
Y como colofón todos estos recuerdos viven en la memoria del Manolín, otro raposín como el abuelo y el bisabuelo..
Este comentario de tu libro no sé si es una crítica, una reseña o un bodrio mañanero, pero como conclusión quiero decirte, Eugenio, que me ha encantado y me ha llevado a perderme en el bosque de los recuerdos sumergidos.
El libro me ha resultado directo, con gran dominio del lenguaje, las costumbres, la vida, las gentes y el paisaje de Posadas y Bárcena.
Además me ha parecido cercano y muy hermoso, y los entrañables personajes de los pueblos sumergidos se me han quedado colgados del corazón.
Un fuerte abrazo. Javier.
ANÓNIMO-SIN MIEDO- -
Los sacerdotes son como los aviones,sólo son noticia cuando caen,¡Y hay tantos volando!
Muchos los critican,pocos rezan poe ellos.
Recemos por nuestros sacerdotes.
jose ignacio -
Gracias por enseñarnos a realizar maniobras de resucitación a los recuerdos para que no se ahoguen y mueran. Están los recuerdos sumergidos sí, pero no muertos todavía.
Si algún día perdiese esos recuerdos, cógeme de la mano y llévame despacio por aquellos campos de trigo y dime: esta flor roja es una amapola, esos pájaros que vuelan por el cielo se llaman golondrinas, esta planta que huele tan bien se llama tomillo,aquellos niños que juegan son de un colegio, pero no podemos hablarles ni tocarles porque ahora son tan delicados como el cristal. Después me llevas a casa que estaré cansadín y tendré ganas de dormir y me darás un besín al marchar.
Recuerdo sumergido de la Navidad del 2008 para todos en esta Navidad del 2014.
olvidaré mis pesares,
buena estrella de los mares,
con luceros de collares
y un cometa de cantares,
corazones y lunares
con amapolas a pares,
claveles blancos, rosales,
pastorcitos y portales.
Dime si falta algún niño
a la busca de corales
desde aquellas navidades.
Dímelo buena estrella de los mares