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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

TIEMPOS DE MELANCOLÍA EN VALLADOLID (Por Javier del Vigo)

TIEMPOS DE MELANCOLÍA EN VALLADOLID (Por Javier del Vigo)

Iglesia gótico-plateresca de San Pablo, de imponente altura que hace pigmeo a quien mira hacia las bóvedas. Desde el ambón, la voz de Cándido Aniz (Ochovi, Navarra, 1926), hábito blanco bien planchado sobre cuerpo elegante y flaco. Cándido realzó el tono de su voz casi nonagenaria, que resonó fresca en la mañana del sábado último, 3 de octubre:

-“¡Jóvenes eméritos, hay que mirar al futuro, para transformarlo!”

La palabra “eméritos” no salió de su boca; me he permitido la licencia de intercalarla en su mensaje, tan directo; tan combativo. Tan “políticamente incorrecto”, viniendo de un  casi nonagenario y dirigido a un grupo de jubilados mayoritariamente, reunidos en Valladolid, capital de Castilla cuando los Reyes Católicos y Carlos I, el rey emperador de la serie televisiva donde Helio Pedregal se luce,  conformaron uno de los momentos más trascendentales de la moderna historia española.

La misa, concelebrada por  Pedro, Cándido, Javier Carvallo, José Ramón López de la Osa,  Moisés Pérez, Juan Manuel Almarza , Manuel González de la Fuente  y Eladio Chávarri fue antesala del homenaje que sus antiguos alumnos quisieron dar, fundamentalmente, a aquellos profesores de filosofía, cuando los estudiantes dominicos aprendían tomismo allá, entre montes, en Caldas del Besaya. Que, pronto, los nuevos tiempos y otras generaciones decidieron como más idóneo que los dominicos se hiciesen filósofos entre sus semejantes. Y Valladolid fue la ciudad elegida.

 

Así que, en la misa,  estuvimos revueltos en “amoristad” (el copyright del palabro es de Quique Muñiz Iglesias, que no pudo venir; os lo recuerdo) aquellos profesores –frailes o secularizados- sus antiguos alumnos en León o en Caldas –creyentes, no creyentes o medio pensionistas; nadie preguntaba por ello-, y nuestras mujeres –santas o diablas, eso, allá-.

Después, un acto sencillo pero de intensa ternura; de melancolía profunda: los alumnos –“jóvenes eméritos”- entregamos a los profes presentes -y a los ausentes con falta justificada- unas sencillas placas conmemorativas, entre abrazos y palabras de agradecimiento. Nuestro Manolo –el señor don Xuan-  llevó los libros y los apuntes en din-A4 con los que estudiaron a fines de los sesenta del siglo pasado.  ¡Medio  siglo largo ha hecho amarillear de viejo al papel, que, quizá, no al pensamiento que lo tintó!

Dando pábulo al encuentro, y contra el mandato de Fr Cándido que nos impulsaba a mirar al futuro,  una exposición itinerante sobre el Siglo de Oro, frente a San Gregorio, titulada “Tiempos de Melancolía”, montada por María Bolaños, directora del Museo Nacional de Escultura de Valladolid (Santos Barrigón dixit mihi), que visitamos el domingo a la mañana, dio pie a una divertida controversia entre Fernando Box y Clemente Sánchez, de la que aprendí poco pese a mi esfuerzo:  había olvidado yo las teorías de Hipócrates el griego y de Galeno el romano sobre los cuatro humores que conforman el cuerpo humano; por lo que la palabra “melancolía”  -bilis negra- dejó de tener ese carácter  de enfermedad que producía –según los clásicos y Teresa de Jesús- “locura, hipocondría, sentido de superioridad espiritual, dejadez corporal, misantropía, narcisismo, gusto por la soledad, obsesión por la muerte” para convertirse en mi particular léxico literario en una “vaga nostalgia del tiempo ido”.

El debate y la exposición me llevaron al pasado, a aquella sociedad que consideraba la melancolía una enfermedad grave, contra la que ponía en guardia Teresa de Ávila a sus preladas en el capítulo 7 del Libro de las Fundaciones: “4. Torno a decir, como quien ha visto y tratado muchas personas de este mal (melancolía), que no hay otro remedio para él, si no es sujetarlas por todas las vías y maneras que pudieren. Si no bastaren palabras, sean castigos; si no bastaren pequeños, sean grandes; si no bastare un mes de tenerlas encarceladas, sean cuatro: que no pueden hacer mayor bien a sus almas. Porque, como queda dicho y lo torno a decir (porque importa para las mismas entenderlo, aunque alguna vez, o veces, no puedan más consigo), como no es locura confirmada de suerte que disculpe para la culpa, aunque algunas veces lo sea, no es siempre, y queda el alma en mucho peligro“.  Felizmente, hoy define la Academia de la Lengua el término “melancolía”, como  “tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, que hace que no encuentre quien la padece gusto ni diversión en nada”. Al menos, enfermedad no pone. Y, por tanto, ni castigo ni cárcel merecemos quienes tenemos la bilis negra un poco subida de tono

Devaneos mentales aparte, veré si he excitado a otros lectores para que hagan incursiones sobre la melancolía, la filosofía y la medicina o el cuatro como número mágico, Fernando y Clemente incluidos. Andaré atento.

Por lo demás, las bodegas donde comimos, muy bien escogidas por los organizadores, Clemente, Daniel y Carlos, a quienes doy un aplauso. Ya sabéis quienes no pudisteis ir que   melancólicos no sé si somos mucho, pero sibaritas… ¡recrista puta, un montón!

Cada vez me da más gusto convivir por unas horas con aquellos niños que se me esfumaron a lo largo de la vida, con los que de nuevo puedo rememorar aquel tiempo y –siguiendo la prédica directa y clara de Cándido- echarle una mirada al futuro.  ¿Será esto melancolía o puro hedonismo?

17 comentarios

Javier del Vigo -

Te leo, Valentín, aunque este portillo se va convirtiendo ya en pasado; que la vida sigue girando y Josemari pone y pone noticias, aniversarios, anzuelos para que digamos que existimos y tenemos cosas que contar.

Hago mías tus palabras, tempus fugit. ¿No se podría crear una Guardia de Tráfico que se dedicase a multar al tiempo cuando sobrepase los 60 kmts por año?

Bah! Que nos quiten lo bailao. Que no hay moviola y Cándido cree que el futuro es nuestro. Y creo, como tú, que las amistades de entonces son ahora más poderosas que aquel entonces ido.

Un abrazo para tí y para todo aquel que eche un ojo a este portillo, nuestro pasado próximo, mientras contempla las nuevas que nos pone Josemari, como hitos de futuro.

Ah! Que van ya ocho años desde que este blog existe, desde que aquellos globos blancos se elevaron al cielo azul intenso del otoño leonés, en la Virgen del Camino, desde que empezamos a mirar nuestro pasado compartido hasta llegar a estas dos millones y medio largas de entradas al blog... ¡Felicidades a quienes lo manteneis y lo mirais!

Valentín Tascón -

Por alusiones.
1º.- Las “cuestiones verdes” nunca fueron tales. Las llamaron así unos estudiantes que ni siquiera conocían “El Carrefour”, pero que soñaban con él a pesar de todo.
2º.- No se podían hacer prácticas de teorías “verdes”, porque entonces el confesonario del P. Manolo no habría dado abasto: ya bastante tenía sin necesidad de especiales enseñanzas. Además, el profesor “especializado” en la materia, no era tal, sino solo un suplente del ínclito P. Desiderio; además, en aquellos años yo conocía bien el Evangelio: “si un ciego guía a otro ciego”…; además los estudiantes veníais de Caleruega muy, pero que muy “espiritualizados”: cualquiera se atrevía a cuestionar vuestras sobrenaturales visiones…
3º.- Yo no puedo mejorar, ni siquiera discutir, el breve tratado de Javivi sobre la nostalgia. Sus palabras son hermosas. Y ciertas. Puedo añadir, eso sí, que el pasado vuelve y vuelve con insistencia recordándome que hubo otro tiempo y otras vivencias (por cierto, ni uno ni otras elegidos) que ya nunca serán, pero que provocan infinidad de reflexiones y sentimientos, sobre todo cuando los años se empeñan en demostrarte el “tempus fugit”. Menos mal que siguen existiendo los ”encuentros” como este de Valladolid que sitúan a los amigos de entonces en un ahora más poderoso que el entonces ido.
4º.- Fui feliz con vosotros unas cuantas horas en Valladolid, como lo fui entonces (Las Caldas-Valladolid)cuando erais jóvenes inquietos como “personajes en busca de autor”. Ahora paso muchos ratos entre fotos (¡gracias!) y recuerdos. Espero que después de las jornadas vallisoletanas haya otras igual de atractivas, con bodegas o sin ellas, y con “puertos y almirantazgos”, aunque sea en el centro de Castilla.
Y 5º.- Gracias por vuestra amistad y vuestras manifestaciones, unas lanzadas a grito pelado y otras, susurradas al oído, de modo que solo yo pude oírlas.
Valentín Tascón

emiliano luengo -

Hola Javivi
Que suerte que tenias abuela , que pagaba claro.
Enhorabuena a la profesional de la fotografia ,por lo que se ve tenia carrete la máquina.
Ser felicessssssssssss

Javier del Vigo -

Es de bien nacidos y de quienes obtuvimos enseñanza y buenas maneras con los domis –como dice “nuestro” Alcalde, José Luis- ser agradecidos. Doy gracias, por tanto, a tanto benevolente como por aquí habéis aparecido alabando mi particular crónica y el reportaje gráfico.

Introito lo llamaste, Joaquín, y aún admite, como pedía también Fernando, otras aportaciones. No desesperemos. Espero, además, la crónica rimada de mi tocayo Javi Cirauqui, que ¡seguro! anda domando palabras para que los versos sean rotundos y sonoros.

¡Gracias, Luis, gracias, Manolo por los piropos! Yo también os quiero.

Una pequeña matización de este Pepito Grillo que estuvo en Valladolid el pasado fin de semana y que se lo pasó cañón con todos, profesores y alumnos. Me gustaría sirviera para atemperar la melancolía, protagonista en este portillo, que, aunque ya no nos matan de ella como enfermos peligrosos, puede llevarnos a desenfocar aquella realidad, la de nuestros años jóvenes, y hacernos morir de éxito.

Leo de aquellos “filósofos” sólo alabanzas a la estructura en la que nos culturizamos, sin atisbo de crítica. Y ya sabéis que cada cual cuenta la película según nos va en ella. Eso sí, coincido en que tendemos, según avanzamos en edad, a realzar lo positivo de aquella realidad, que no fue siempre fantástica. No me imagino yo a nadie siendo Doña Perfecta Ni siquiera a José Manuel, el socarrón: eres como Pentecostés: latín, bable, en parábolas… ¡Para bolas, las tuyas, mi alma! Y doy fe: oí a José Luis Suarez preocupado porque trinchábamos las carnes hasta dejar los huesos mondos y lirondos. Que así él no podía llevarte la tartera prometida.

Vuelvo al hilo de Ariadna: De los casi cuarenta “jóvenes eméritos” que nos reunimos el pasado fin de semana –no cuento las chicas, que entonces fuimos más- sólo tres (a lo sumo, cuatro) NO pasamos por Caleruega NI hicimos filosofía en Caldas. Ni pasamos por Salamanca, claves del pasado próximo en el devenir dominicano. ¿Veis algún sentido al dato? Yo sí. Item más: mirad los habituales del blog y de las citas. Recordad cuándo abandonaron/mos el “cursum”. Buscad si hay “causalidad” o es mera “casualidad”, que sois buenos cuando os ponéis a pensar.

Es como la vida misma y entiendo la lógica: inversamente proporcional la ayuda recibida cuando las personas abandonaban el proceso, según fuera León, Caleruega, Caldas o Salamanca. Me consta que hay gentes que, de vez en cuando, leen el blog, pero aún hoy son incapaces de vencer el recuerdo dolorido de las circunstancias de su marcha. Narré alguna vez mi caso, que me hizo por años mirar con rencor a los dominicos: pedí mis notas de bachiller para convalidar y una carta que aún conservo, decía en síntesis: “si no pagas deuda –que la había- no tienes notas”. Fue mi abuela -ya aparecida en blog y en libros- la que aquel día echó un “recrista puta” y me dio el dinero que saldó la deuda. ¡A saber qué derrotero hubiera tenido que tomar si no hubiese podido rescatar mis cursos!

¡Qué tiempos, Señor! No es bueno olvidar el pasado, pero es bueno contextualizarlo. A mí me ha servido y vuelvo a sentirme “algo” dominico, por familia, por biografía y amistad. Y si revuelvo las aguas menos claras de aquel pasado, no es por violentarlo, por sentirme atrabiliariado en el sentido más histórico, más etimológico del palabro. Es que aspiro a que algunos de aquellos que siguen peleándose con aquellos tiempos –negros y en un mutismo libremente asumido-, abandonen las armas y salgan del mutismo. O asistan a un encuentro de estos. Como terapia es fantástica.

Ah! Y no te admitiré, Jesús Herrero, ni cumplidos vanos ni excusas: tus fotos son infinitamente mejores que las mías. Lourdes y tú como cronistas del próximo sarao iríais directamente a los Pulitzer. No sólo la tienes larga; es que, además, la sabes usar.

clemente sanchez -

Querido y recordado Jesús Herrero....¡Dios mío! ¿Aún recuerdas la marca de cigarrillos -Kent- que en un principio fumaba por trasgredir las normas y después con la libertad de hacerlo tranquilamente? TODOS tenéis una memoria prodigiosa llena de simpáticos y, porqué no, maravillosos recuerdos que, como alguno de nosotros ha comentado en el blog, olvidamos los malos que, ciertamente en mi caso y mientras convivimos juntos, Jesús, fueron más los buenos que los "a medias".
Claro que te preparo un día bonito si vienes a visitarme. Dime cuando y estoy a tu disposición.
Muchas gracias por tus amables palabras y déjame decirte que te esperaba con ilusión. No pudo ser. No esperes más para vernos. ¡VEN!
CLIM

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

El amigo Javibis tiene le virtud de, con sus insinuaciones y poses, excitar al personal, a mí me pone y mucho. A raíz de una exposición y un encuentro “pa fartucase” nos sale con la “melancolía”; la verdad es que a mí me puso mucho y melancólico también. Queriendo aportar algo al tema, por aquello de haber sido discípulo de los Cándidos, de los Chavarri, de los marina, de los Juanjo , etc., etc., me puse a investigar y encontré la clave en Pedrín. Le pregunté que sabía sobre el tema y en un momento me dio cuatro brochazos bien dados, menos mal que era una brocha frágil que sino no lo cuento. Me dijo que recurriera a la etimología, que ahí estaba el meollo. Me dijo: Melancolía viene del griego, el de Xipras, mela-y ( en griego, n)-colia que, como se pude apreciar significa miel y coles, es decir, es el mejunje que daban a los que estaban tristes para contentarles. Ahora entiendo yo porqué Antoñín, el Argüeso, nunca está melancólico, claro está rodeado de coles que se lo levantan, el ánimo. Lo de Pedrín es incredíbile.
Por otro lado, ¿Quién no ha leído a Robert ( no Richard) Burton y su tratado “Anatomía de la Melancolía”? Mi nieto, de 6 años, ya va por el capítulo siguiente. El tal Robert , nacido en 1577 y muerto al final de sus días en el 1640, era clérigo, profesor en Oxford y, a la sazón, melancólico. Es curioso que el melancólico escriba “Yo escribo sobre la melancolía para permanecer ocupado y así evitar la melancolía”. Esto me lleva a preguntarme a mí mismo ¿ no habrá hecho Javibis lo mismo cuando escribió , lo que bien escribió, sobre lo que escribió? De las tres parte de las que consta la obra la que me más llama la atención es la tercera que versa sobre la melancolía de origen amoroso, una investigación sobre las relaciones de pareja y sobre el matrimonio. ¿La cita de la Melancolía será en el caso del susodicho profesor, Javibis, una referencia autobiográfica? Dios me libre. El otro profesor, el Robert, muy lejos en méritos del nuestro del Javi, dice que el escribe sobre la melancolía porque “Nos rascamos donde pica”. Parece que él, el de allá, padecía de la dicha, la melancolía.
Espero que entre Pedrín y Richard hayan aclarado todo lo referido a la Melancolía. Otro día podemos hablar de Aristóteles, de Sta. Teresa, Kierkegaard y Fernando Alonso (filósofo ).
No “se me” pongan melancólicos, para ello les abrazo.

Jesús Herrero Marcos -

Se os ve estupendamente en las fotos. Se ve que no pasan los años por vosotros. Eso sí, se ve gracias a las fotos de Javivi y supongo que de Lourdes, porque si no no se puede explicar porqué sale en tantas. Se ve que lo pasasteis bien, aunque algunos no se nos vea porque no pudimos estar, para desgracia nuestra. Tendré que pedir a Clim que me organice algo para mí solito en cuanto pueda y me invite a uno de aquellos “Kent” que se fumaba en las Caldas. Clim, no se te ve fumar ¿Te has quitado el vicio? También se ve que lo has organizado todo de perlas por las caras de satisfacción del personal, sobre todo a la hora de las comidas.
Os echo de menos y también siento la “vaga nostalgia del tiempo ido” que Javivi nos pone para incitarnos a filosofar. Por mi parte “vaga” es una palabra que siempre he llevado asociada a mi persona física, pero más bien como sinónimo de “vaguear”; con respecto a la “nostalgia”, el tiempo me la ido convirtiendo en “neuralgia”, que es cosa de la edad; y no quiero ni pensar en el “tiempo ido”, que es cosa que también el Pitu echa de menos y, por lo que se ve, no es el único. Menos mal que aún quedan los vicios de la carne (de cordero, se entiende), porque la otra ya la tengo englobada en el concepto de “tiempo ido”, o dicho más fino “tempus fugit”, como en los relojes que tanto le gustan a Fernando. Por lo tanto, y parafraseando a mi admirado Javivi, cuando no puedo ir a un sarao como este, lleno de recuerdos rememorados, siento melancolía creciente y echo una miradita al futuro, pero Javivi, te lo juro, llena de hedonismo a más no poder, o por lo menos esa es la intención. Espero veros en la próxima, pedazo de sibaritas, ¡recrista puta!

Luis Carrizo -

Tengo la mala suerte de encontrarme lejos cada vez que se organiza un encuentro como el que tan bien ha organizado Daniel Orden y que tan cordial y acertadamente describe Javier del Vigo (Me ha gustado mucho, Javier, el libro que hiciste sobre Basurto y que me regalaste este verano cuando pasé por Santander)
Lamento sinceramente no haber podido estar en Valladolid, porque sin tener una memoria tan bien poblada como la de Pitu, guardo muy buenos recuerdos de la época en que estudiamos filosofía, de los profesores y de los compañeros. Me hubiera gustado dar un abrazo al P. Cándido, al P. Eladio Chávarri y a todos los que, según los comentarios aquí insertos, estuvisteis por allí. Hoy siento una mezcla de pereza y melancolía que me impide escribir de forma más concreta acerca de algún recuerdo de mi propia cosecha, pero no quiero dejar de aprovechar esta ocasión para sumarme a los que manifiestan su inmenso agradecimiento por todo lo que en Las Caldas recibimos. Fue mucho más lo bueno que lo desacertado. Esa es mi impresión y así lo he sentido toda mi vida. MUCHAS GRACIAS.
López de la Osa, Fernando Box, Pitu, Manolón, Clemente..., un muy cariñoso abrazo.

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Juan, no entiendo porqué para citar el viejo dicho castizo lo haces en pasado, ¿Acaso en San Feliz no sigue habiendo polvo por las caleyas y tras las varas? En mi caso, no.
Juanín, no nos prives de tu buen jumor y socarronería. Mueve la alfonfra a ver si se levanta polvo.
Un abrazo.

Manolo Díaz -

¡Ay, Valdés, qué sería de mí si no te tuviese a ti para hacer terapia!
José Luis, tú y yo estamos impregnados por un viento conceyón cargado de sacarronería.
Por eso voy a decir algo que silencié en mi entrada anterior. La culpa de mis reprensiones sexuales que desembocan en estos fregaos la tiene uno de nuestros profesores más queridos: ¡Valentín Tasón!
Nos impartió unas clases maravillosas sobre "cuestiones ve redes". Pero tuvo un fallo imperdonable: No dedicó ni un minuto a organizar unas buenas prácticas. De aquellos polvos...
Manolo Díaz

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Amigo Juan, sabes que aunque digas misa pa mi ta bien. Que más quisiera yo que me echaran del Carrefour por igual pecao pero ya nun soy capaz de pecar. Si confesara el cura nun lo creería. Tienes gracia pa dar y dexar. Estoy seguru que lo de chancletu fue empleao por José Luís con el mayor de los cariños. Cuantas veces me dixeron eso de " a la ruin res la chana crez", pero la grandeza va " per dientro" y tú tienesla que te vi yo les tripes. Lo que pasa ye que te metes en fregaos de los que nun ye fácil salir. Sigue con tu humor, chanclitu. Cuantas veces me lo dixo mio padre: chanclitu, más que chanclitu.
Clim, ya me gustaría comer eses fabes contigo y con Juan y, por supuesto, con el botellón que tienes reservado. Hubiese sido guapo convivir en Valladolid. Erais varios del 59, y todos queridos, habrá otros momentos.
Juan, ¿ Tú ya yes cazurru? Jose Luís, el de Piñera, también lo ye.
Abrazos, chamcletos.

Manolo Díaz -




Hago mías las palabras de Fernando M. Box, paradigma de MAESTRO y de PERSONA (¡GRANDE, GRANDE, GRANDE, GRANDE!) y me sumo a su sentimiento de gratitud hacia los Dominicos. Es un deber de obligada lealtad. Singularizo en mi corazón a todos y cada uno de los muchos frailes y exfrailes que nos dedicaron lo mejor de su vida.
¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!
Qué deliciosa crónica nos regalas, Javivi amigo. Añadir a tu nombre la palabra “amigo” es un pleonasmo de aquellos que tú endosaste muchos años a centenares de alumnos que, estoy seguro, hablan ahora de ti con admiración y afecto.
Reconozco que haces vibrar mis cuerdas sentimentales cuando antepones a mi nombre el posesivo “nuestro”, con todas las connotaciones que conlleva. Con gente como vosotros es fácil tener amistades perdurables.
Y por alusiones, tengo que replicar a mi paisano lenense, de Piñera por más señas. Me has dejado sin sustantivo propio y me aludes como “el chancletu” que según el Diccionariu de la Llingua Asturiana significa “pequeñu y ruin”. ¿Qué quiés que te diga? Taba proyectau pa paisanón (Manolón) y ye verdá que me quedé en proyectu, más bien piquinu y feu. Rebátote lo de “ruin” a nun ser que lo dexemos solu en el físicu, en onde sería aplicable “que el ruin res en chana crez”.
Valdés, tú que yes dau a pensar sabes que pa facer xuicios hay que anteponer razones. Ye verdá que falé n,a camioneta. Fícelo por dos razones:
a) A los prubinos que díbamos allí montamos metionos un sustu de muerte el probe conductor justo cuando salíamos de la bodega y sentime en la obligación de sacayos el mieo del cuerpo.
b) Ya que nun valgo pa otra cosa, prestome ser teloneru de Fernando M. Box, El Magno.
Y ahora voy ponete un exemplu de lo que dixe, a ver si tú lo ves como un guarrá.
Encuentranse dos amigos que llevaban tiempo sin vese.
-¡Hombre, qué tal te va!
-Mal, llevo un tiempo muy fastidiau.
-¿Pero tú nun tenías inquietudes religioses?
-Si, home sí. Incluso entré en el Opus. Y pa faceme numerariu pusieronme unes cuantes pruebes. Les otres lléveles bastante bien, pero lo de la castidad… ¡puf! Tú ya me conoces y sabes lo caliente que soy. Mangáronme un mes enteru sin probalo. A los diez días taba ardiendo. Agachose la muyer pa coger un paquete de arroz y nun fui capaz de aguántame. Allí mismo… ¡zas!
-Coño, ya lo entiendo. Echaríante del Opus.
-¿Del Opus? ¡Y de Carrefour!
Si tú me dices que son guarraes, prometo cumplir la penitencia que me imponga Solórzano.
Manolo Díaz

fernando muñoz box -

Aparte de mi agradecimiento a los organizadores y a todos los jóvenes que vinisteis a homenajearnos a unos cuantos veteranos, quiero insistir en algo que salió a relucir en el acto mismo y que quisiera que por medio del blog llegue a más personas.
Creo que fue Máximo Peña el que dijo entonces que cuando tuvo que "salir al mundo" encontró por parte de los dominicos una ayuda y una comprensión totales.
Algunos de los que estábamos allí, antiguos profesores en Las Caldas, y quizá profesores en San Gregorio de Valladolid, ya no pertenecemos a la Orden. En su nombre dije que también nosotros habíamos encontrado ayuda y comprensión en momentos difíciles.
Pero ello vino acentuado porque en un acto como el que estábamos, fuimos admitidos con toda normalidad, sin distinciones y sin reticencias por parte de nadie.Eramos "de casa".
En los más de 40 años que llevo fuera de la Orden, se me ha admitido siempre como uno más. Colaboré durante 17 años en "Las Cuestiones Físicas" de los cursos de Filosofía, como otro profesor de la casa. Sigo teniendo amigos allí, y cuando he necesitado y pedido algo no he tenido el mínimo problema.
¡¡¡GRACIAS!!!

Aparte de ello, la Controversia de Valladolid entre Clemente y yo, fue una ligera tomadura de pelo por mi parte.
Quizá fui yo el atrabiliario, aunque sin mala intención.
Como no soy buen cronista, quedo esperando que los de siempre aporten a la crónica de Javier del Vigo algunas cosas más.
Abrazos a todos


JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Por alusiones y, también, por ilusiones. Algo hubiera dado por compartir esa experiencia entre docentes y discentes. Si cierro los ojos veo las Caldas, veo el convento, veo sus claustros, pasillos para los de la Logse, veo el salón de actos, veo la iglesia y los rezos un pelín largos y anchos, veo las aulas en las que buena parte de los presentes en el encuentro se esforzaban por explicar el hilemorfismo, el " non est quid nec cuantum nec..., por explicar el Imperativo imperante, por explicar que si "ni p ni q entonces r, por explicar que se si algo te pica no debes rascarlo, es el inconsciente, por explicar que Samuelson es una figura de la economía, por ecxplicar que las cinco vías tomistas son tres y ninguna la del AVE a Casorvida y, mucho menos a Piñera, en fin se esforzaban por hacernos unos sabios y, por desgracia, sólo unos pocos, los elegidos, hemos logrado; en mi caso sé tanto que no sé si sé per se. ¿De qué hablaba? De eso, que pasé pena por no estar, pero me consuela aquello de que " lo importante no es estar sino ser".
Sr. José Luís, nada tengo que agradecerte si nun me trixiste nin los guesos. Seguro que comiste como un chavescu y nun te acordeste de naide. Al pletu vendrás arbiyu. Para los profanos del Bable, J. Luís y yo estamos pravticándolo porque lo van a reconocer como "chingua" oficial y examirán de asturianía, a quien no lo hable le dejarán en Busdongo ( León).
Por esta vez, y sin que sirva de precedente, te perdono, iré a cobrarlo a esi pueblucu tuyu.
Javivivi, no esperabamos menos de tí. Con tantos años de estudio y enseñanza parece normal que te expreses tan bien como lo haces. Enhorabuena. Pero, como ves, además de saber escribir, hay que tener ganas y coj.para hacerlo. Hay mucho desguevao ( con perdón).
Un abrazo.

José Luis Alcalde Revilla -

...¡qué envidia siento por no haber podido estar con vuestra Vida...revelada en vuestros comentarios y en los de Ppedro aquí en casa! ¡Javier del Vigo, eres no solo un literato, sino un ser humano grandioso! No repito nada de lo que me ha impresionado...pues es TODO...Cándido...Pedro..en fin, TODOS/AS!!! Y los comentarios de Joaquín Urbano y sobre todo de José Luis Suárez, me/nos dan Vida...NO ME ALARGO MÁS, PUES Y QUEDA CLARO LO QUE SENTÍ NO PODER PARTICIPAR (aunque de esta manera participo a fondo y a distancia, pues estoy en vuestra alma vida y corazón) ...una vez más os quiere joseito chiquitito, el besucóncete

José Luis Suárez -

Gracias, "jóvenes eméritos", por vuestra generosidad,por habernos hecho disfrutar de una convivencia fantástica. Nadie educa, nos educamos. Todos aprendemos de todos. Para mí, mis alumnos siempre han sido mi libro y fuente de ideas nuevas. En mis años de "profesor exclaustrado" he disfrutado muchísimo aprendiendo con los alumnos y siempre terminaba el curso con las palabras que ahora os brindo a vosotros, como compañeros: "Dejadme seguir amarrado a vuestra juventud, porque, como decía Ortega, es característico de todo lo vital la contaminación. Se contagia la enfermedad, y el vicio, y la virtud, y se contagia también la vida. Cuando algo característico de vosotros me quede externo e indescifrable, es que algo de mí quiere envejecer. Que sigamos contagiándonos vida. ¡GRACIAS!
P.D. para la broma.
El PITU me había encomendado llevar la "Fiambrera". Perdón, Pitu, los tos amigos despiricaron los huesos hasta dexalos blancos como el mármol. El chancletu esi amigu tuyu, del que fardas tanto, en vez de preocupase en mendigar para chenate la fiambrera, dedicóse a decir guarraes en la camioneta pa facer gracia. Paez mentira pa él. A los de Casorvía y Piñera, como nacimos más empenaos, nos chimpió la chingua el viento desde pequenos. Quedaron unos poquinos de torreznos, pero pensé: pa torreznos... los de los gochos de Casorvía, que tienen sabor a castañas... Así que, pa la próxima, vas tú, si quieres comer, y dexa la fiambrera en casa.

Joaquín Urbano -

Javier Del Vigo: ¡recrista puta, me ha gustado un montón este introito!. Magnífico.
Un abrazo.