Querido Santos: que entre Josemari y Luisin Heredia me enredaron; y no contentos, me señalan y llevo esta penitencia a Villacil donde se pitorrean El Mudo, la Anselma y el Juanillo. Es una penitencia dura, mayor que las Sama allá en La Paramera..
Santos Suárez Santamarta -
Que no, que no. Que yo enredar no quiero pero resulta un tanto sospechoso ese querer saldar, jacarandoso, una deuda con trucos de trilero.
En vez de apoquinar ese el dinero se recurre con treta de moroso a ponerle en la espalda al candoroso prójimo el diecinueve puñetero.
Tal parece, pardiez, que es una afrenta. Lucir ese guarismo atrás escalda pues no se ve la deuda que se salda
sino el precio de un figurín en venta. ¿No habrá un benefactor que se dé cuenta y quite esa etiqueta de su espalda?
3 comentarios
Andres Martínez Trapiello -
Es una penitencia dura, mayor que las Sama allá en La Paramera..
Santos Suárez Santamarta -
pero resulta un tanto sospechoso
ese querer saldar, jacarandoso,
una deuda con trucos de trilero.
En vez de apoquinar ese el dinero
se recurre con treta de moroso
a ponerle en la espalda al candoroso
prójimo el diecinueve puñetero.
Tal parece, pardiez, que es una afrenta.
Lucir ese guarismo atrás escalda
pues no se ve la deuda que se salda
sino el precio de un figurín en venta.
¿No habrá un benefactor que se dé cuenta
y quite esa etiqueta de su espalda?
Anselma -