Muy querido Esteban, me acuerdo perfectamente de tu madre en su casita encantadora del campo, y de su precioso jardín que con tanta ilusión cuidaba. Siénteme a tu lado en estos días dolorosos y recibe todo mi cariño y compañía en el pensamiento y en el alma. Un abrazo muy fuerte para ti y para tu hermano.
Pedro Sánchez Menéndez -
Querido Esteban: Yo también me sumo a tu dolor por el fallecimiento de tu madre. Aunque sabemos que es ley de vida, pero duele mucho cada separación, sobre todo si se trata de la madre. Sabes que estamos unidos a ti. Un abrazo. Pedro
CARLOS TEJO -
Siento amigo Esteban lo de tu madre como ya lo sentimos muchos a lo largo de esta vida, porque, si nosotros ya tenemos el caldero casi lleno, es de dolorosa ley el fallecimiento de tu querida madre. Un abrazo
Esteban Sánchez -
Tengo muchos recuerdos de Fray Francisco. Le estoy muy agradecido por los muchos cataros y bronquitis que me curó y por lo rápido que gestionó mi operación de apendicitis en noviembre de 1965. Mi madre, que acaba de fallecer, le tenía en gran aprecio. Hasta siempre. Gracias, gracias por tu atención y por el yodo en la garganta. M. Esteban Sánchez
Ramón Hernández Martín -
¡Cuidado que se han escrito cosas sobre el más allá, el cielo y el paraíso, y la cantidad de símbolos y metáforas con las que nos referimos al mismo Dios! La de "padre" por ejemplo es una de ellas. La viñeta no deja de ser incluso un delicioso chispazo de humor en el que se vierte una hermosa profesión, hermosamente ejercida. Pero si hoy salgo de nuevo a la superficie -y me parece que lo estoy haciendo abusivamente- es para deciros que lo más sensato que yo he leído sobre el más allá lo ha escrito fray Eladio Chávarri: la única conexión epistémica que podemos tener con él es la de una "esperanza radical", entendiendo por "radical" la rotundidad de un sustantivo reducido rigurosamente a su propio ámbito, es decir, al de una paciente "espera". En cuanto a saber cómo es el más allá, "rien de rien", por lo que solo nos cabe esperar que sea una "forma de vida" plácida y feliz. De ahí a reírse jocosamente de la profusión de descripciones que del cielo han hecho muchos y muy atrevidos teólogos, dando rienda suelta a sus poderosas y muy atrevidas imaginaciones piadosas, y de las coloridas escenas con que lo presentan al culto tantos pintores, incluido el gran Miguel Ángel, solo hay un paso que nuestro gran fray Eladio da complacido. Mundo preciso y bien definido el suyo, el de esos teólogos y pintores, cuando fray Eladio huye de la definición como un achicamiento de la envergadura del ser y, por ende, de la rica humanidad a que aspiran cuantos se devanan los sesos y emplean sus mejores fuerzas en pro de un nuevo hombre en el que los valores le ganen ampliamente la partida a los contravalores. Tal vez lo único que podemos saber es que lo existente no puede dejar de existir, aunque la existencia cambie, como la materia y la energía que están en constante mutación. Seguramente por esa razón nuestro entrañable Ovejo puede que haya pasado de curar gripes y catarros a soldar las alas de los ángeles que siguen enzarzados en la alucinante (mejor, alucinógena) batalla que tienen emprendida con los demonios (ángeles bestias) desde siempre y para siempre. Y ya, puesto a desbarrar y sin ánimo de prejuzgar ni ofender a nadie, permitidme deciros que tengo la impresión de que, llueva, truene o relampaguee, los separatistas catalanes quieren separar a Cataluña a toda costa del "Reino de los Cielos" (¡jajajá!).
5 comentarios
Vibot -
Siénteme a tu lado en estos días dolorosos y recibe todo mi cariño y compañía en el pensamiento y en el alma.
Un abrazo muy fuerte para ti y para tu hermano.
Pedro Sánchez Menéndez -
CARLOS TEJO -
Esteban Sánchez -
Hasta siempre. Gracias, gracias por tu atención y por el yodo en la garganta.
M. Esteban Sánchez
Ramón Hernández Martín -
Pero si hoy salgo de nuevo a la superficie -y me parece que lo estoy haciendo abusivamente- es para deciros que lo más sensato que yo he leído sobre el más allá lo ha escrito fray Eladio Chávarri: la única conexión epistémica que podemos tener con él es la de una "esperanza radical", entendiendo por "radical" la rotundidad de un sustantivo reducido rigurosamente a su propio ámbito, es decir, al de una paciente "espera". En cuanto a saber cómo es el más allá, "rien de rien", por lo que solo nos cabe esperar que sea una "forma de vida" plácida y feliz. De ahí a reírse jocosamente de la profusión de descripciones que del cielo han hecho muchos y muy atrevidos teólogos, dando rienda suelta a sus poderosas y muy atrevidas imaginaciones piadosas, y de las coloridas escenas con que lo presentan al culto tantos pintores, incluido el gran Miguel Ángel, solo hay un paso que nuestro gran fray Eladio da complacido. Mundo preciso y bien definido el suyo, el de esos teólogos y pintores, cuando fray Eladio huye de la definición como un achicamiento de la envergadura del ser y, por ende, de la rica humanidad a que aspiran cuantos se devanan los sesos y emplean sus mejores fuerzas en pro de un nuevo hombre en el que los valores le ganen ampliamente la partida a los contravalores.
Tal vez lo único que podemos saber es que lo existente no puede dejar de existir, aunque la existencia cambie, como la materia y la energía que están en constante mutación. Seguramente por esa razón nuestro entrañable Ovejo puede que haya pasado de curar gripes y catarros a soldar las alas de los ángeles que siguen enzarzados en la alucinante (mejor, alucinógena) batalla que tienen emprendida con los demonios (ángeles bestias) desde siempre y para siempre.
Y ya, puesto a desbarrar y sin ánimo de prejuzgar ni ofender a nadie, permitidme deciros que tengo la impresión de que, llueva, truene o relampaguee, los separatistas catalanes quieren separar a Cataluña a toda costa del "Reino de los Cielos" (¡jajajá!).