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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

La Basílica Menor más meada de la cristiandad.

La Basílica Menor más meada de la cristiandad.

Así se manifestaba Luis Carrizo hace ya unos días en el blog.



Me fastidia tener que decir esto, pero es que, como dicen los futboleros --que están que no se les cuece el pan desde que se enteraron de que ya vuelve el fútbol--, me la han dejado botando. Señala el texto que los transeúntes llenaban los soportales de suciedad, y yo quiero decir, con las mismas letras lo que ya escribí en este blog hace unos años, que esta Basílica Menor es la Basílica Menor más meada de la cristiandad. No sirvió de nada entonces mi descarnada observación y no servirá, seguramente, de nada ahora, pero vuelvo a repetir que es una verdadera pena observar la suciedad que presenta el muro sur, el paralelo a la carretera, mezcla de alivios perrunos de todo pelaje y polvos de todos los que salieron del Santuario sacudiéndose los pies (que según se deduce del anónimo comentarista debieron de ser legión)y que encuentran fácil asiento entre las rugosidades que presentan los bloques de piedra-vista, que hubiera acabado por decir Cicero si llega a escribir 37 globos.
¡Cagon tal!,¡que no me parece nada bien! Que al lado de la Pulchra se nota "entodavía" más la suciedad.

Fecha: 07/05/2020.

 

20 comentarios

Javier Cirauqui -

Desde luego, Santos, como diría alguno, cada vez más mejor. Aunque sea tarde ahí va otra pichorradica.

Mea el pobre, mea el rico,
mea el papa y el obispo,
mea el asno y el borrico.
Todos se quedan contentos
cuando riegan las paredes
de palacios y conventos.

Los jóvenes a lo largo,
los viejos al desparrame.
Todos nos hacemos cargo
de que meamos distinto.
En efluvios, en cascada,
según nos dicta el instinto.
Unos en los pantalones,
otros sobre los zapatos,
y en algunas ocasiones,
adentro del inodoro
con pudor y con recato.

Isidro Cicero -

Un otro, Pitu. (De Izara, Campoo)
"Las mujeres, alante. Con el santu.
Los hombres atrás.
Esos cirios. ¡Tiesos!
Y venga, pa bajo todos.
Pa bajo, diendo".

Jose Manuel García Valdés -

Sr. Santos, genial. No sé si sería ese mismo cura el que organizando la procesión del santo les dijo a los feligreses: las mujeres me andan por la derecha, los hombres me andan por la izquierda y yo me-ando por el centro.
Pretendía competir contigo pero imposible, me falta li que habría de sobrarme, facultades.
Un abrazo

Santos Suárez Santamarta -

MENOS DE PALMO Y MEDIO

Leyendo cuantas entradas
han venido apareciendo
en este común espacio
últimamente, me atrevo
a hablar sobre el mismo asunto,
si bien con cierto recelo
por si parecer pudiese
ser tema un tanto grosero.

Pero en tiempos de pandemia
puede que resulte bueno
hablar de cosas pedestres
o recurrir a algún medio
que nos hiciera más leve
tan largo confinamiento.
Y así de forma rimada
en octosílabos versos
la historia que me contaron
hace ya bastante tiempo
sin más consideraciones
es la que contaros quiero.

Se refiere a un señor cura
con afición de sabueso
que investigar se propuso
un irrisorio suceso
que por tocarle en su orgullo
se lo tomó muy a pecho.

Al abrigo de la torre
de la parroquia del pueblo,
que con celo regentaba
este sagaz reverendo,
halló en alguna ocasión
mefíticos excrementos
humanos que quebrantaban
el honor propio del templo.

Y habiéndose dado el caso
de que su talar atuendo
alguna vez los rozara
al acudir a los rezos
-llevándose perfumada
la orla de su manteo-
sintiose de tal manera
tan disgustado y molesto
que rugió con santa ira
y monumental cabreo.

Por eso sin más demora
y no escatimando esfuerzos
decidió poner a prueba
su particular ingenio
y cual otro Sherlock Holmes
concentró todo su empeño
en encontrar al culpable
eyector de aquel estiércol

Hizo observación de campo
con labores de rastreo,
llevó a cabo con paciencia
exámenes y cotejos,
cálculos y mediciones
exactas sobre el terreno;
y tras estas y otras pruebas
realizadas -al efecto
de dar caza al detestable
malsano y cagón sujeto-
al fin dio con un detalle
suficientemente cierto
para acotar las sospechas
y darse por satisfecho

Y en el púlpito, el domingo,
cuando estaba el templo lleno,
sacó a colación el tema
y con exaltado celo
comenzó su perorata
enfatizando el suceso;
y con voz amenazante
vino a decir más o menos.

¡Ay, de la desvergonzada
que sin ningún miramiento
hizo sus evacuaciones
y se aligeró del peso
del abdominal escombro
junto a los muros del templo
amparándose en la noche,
la soledad y el silencio!

Y digo desvergonzada
porque es claro y doy por hecho
que fue una mujer, no un hombre,
la que dio alivio a su cuerpo
para satisfacción suya
y para sonrojo nuestro.

Fue una mujer, repetía,
de las que aquí me está oyendo
-mientras veía cuál de ellas
con rubor miraba al suelo-.
o delataba su rostro
ser culpable por su aspecto

Fue una mujer desahogada
y estoy seguro de ello
por una prueba sencilla
que no admite desacuerdo.
He medido la distancia
entre orines y excrementos
y el resultado obtenido
es menor de un palmo y medio
Los hombres por el contrario
si en tal situación nos vemos
de hacer doblete en cuclillas
siempre meamos más lejos.

JOSE MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Tema 1. NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE
Apartado primero del tema uno: Refutación de la tesis baldoniana que, de forma descarada, afirma: “los de Casorvida no se lavan”, de lo que se deduce que son unos chavascos. Para la refutación beberemos del río en el que HERÁCLITO de Éfeso no se bañaba dos veces. Pero antes de llegar al argumento refutatorio que dejen constancia de que el que escribe parece saber algo y pedirle Baldo alguna puntiualización.
Los libros de historia se refieren a Heráclito de varias maneras:
• Como el OSCURO, por sus expresiones lapidarias y enigmáticas.
• Como el LLORÓN, porque creían que estaba poseído, decían, por humores melancólicos que le provocaban tristeza y llanto.
• Como el FILÓSOFO, por ser uno de aquellos a los que les dio por preguntarse de qué estaba hecho el mundo que les rodeaba.
Amigo Baldo, a la vista de estas denominaciones me gustarías que precisaras en cuál de ellas encajo mejor. Te voy a dar pistas. Oscuro soy bastante pero no por lapidario y enigmático, sino por hombre serio con rictus de pedernal. De filósofo tengo el título, cosa no menor por sus tres utilidades: 1. Es decorativo, bien enmarcado queda guapo. 2. Es útil para tapar agujeros, “furacos”, en la pared y, 3. Permite aparentar, dar el pego, ante los que gorroneando van a cenar a casa, después de ver el título hablan bien de ti y creen que saber filosofía que sería lo propio. Compro lo de llorón porque soy de los que ante cualquier escena tierna pinga, con disimulo, claro, no sea que duden de la hombría de uno de Casorvida. Con estas pistas tú dirás dónde me encajas.
Y ahora vamos con la refutación. Lo de afirmar que los de Casorvida no se lavan lo haces en la intimidad de tu despacho, oculto detrás del ordeñador, no lo dirías en público y menos si hubiere algún lugareño . Has cometido una grave imprudencia, si hiciera correr la voz puedo afirmar que tu vida corre grave peligro. Cuando dices que no nos lavamos dices una verdad a medias con ánimo de confundir, porque la verdad debe identificarse con el ser que ya ha aparecido bajo una variedad casi infinita de formas concretas.
Las presencias de ser que se revelan como por ej. Casorvida son, por el hecho de ser presencias de ser, verdaderas y están cargadas de derechos. ¿Qué derechos? Pues el derecho a ser reconocida como presencia verdadera con todas sus virtualidades entre las que se encuentra la belleza y limpieza. Es verdad que los de Casorvida no se lavan, pero es verdad si se añade que no se lavan dos veces en el mismo río, en las mismas aguas. Y aquí es donde adquiere valor la tesis de Heráclito el casorvidense según la cual “ PANTA REI, que no significa “espanta al rey”, no, lo que significa es que todo fluye de forma incesante, todo es y al momento deja de ser como era. De esto claramente se deduce que los de Casorvida no se lavan en las aguas de ayer, sería el contravalor de suciedad, sino que se lavan cada momento en aguas distintas, prístinas; además, es imposible que se bañen dos veces en el mismo río, porque no tienen río. CONCLUSIÓN EVIDENTE POR SÍ MISMA que, como todo el mundo sabe, una proposición es evidente en sí misma cuando en la esencia del objeto al que se refiere se encuentra la propiedad mentada en el predicado, o de otro modo: en el concepto sujeto se incluye el concepto predicado; así en la proposición “los de Casorvida son limpios”, es evidente en sí misma pues en la esencia de los de Casorvida se encuentra la nota o propiedad de ser limpios. Para que no quede duda quizás habría que decir que la proposición aludida es una proposición evidente en sí mismas pero no evidente para todos; este tipo de proposiciones son aquellas en las cuales el predicado se incluye en el sujeto pero en las que no todos ven con evidencia dicha relación, es decir, puede ocurrir que la misma proposición sea evidente en sí misma, pues describe una propiedad esencial, y para una mayoría, entre ellos los de Casorvida, sea evidente y para otros, entre los que parece que te encuentras tú, no se evidente, pero no porque no sea evidente sino por la cortedad de miras y la incapacidad para penetrar la esencia del ser.
Como ves, amigo Baldo, entre Heráclito y Sto. Tomás, dejan tu tesis reducida al absurdo; queda demostrado que tu tesis es un contravalor.
Como sabes la REDUCTIO AD ABSURDUM es uno de los métodos lógicos de demostración más usado en matemáticas para demostrar la validez (o invalidez) de proposiciones categóricas, evidentes pos sí mismas.
Hasta aquí materia de la lección uno, quedarían varias lecciones más en las que habría que tratar cuestiones como:
a. ¿Qué mensaje político se esconde tras tu disertación sobre los tipos de verdad? He podido ver mensajes subliminales bastante claros.
b. Esta cuestión viene de atrás y se concreta en el siguiente interrogante ¿Qué tienen que decir, o qué deberían decir, los creyentes sobre tus afirmaciones heréticas negando dogmas básicos de la fe? Es muy grave el asunto. Espero que alguien retome el tema y haga una defensa férrea de tales dogmas.

Acabó el circo. Me voy a hacer algo serio, cenar.
El lunes volvemos al cole; yo con la maleta a la puerta.
Abrazos limpios de las aguas fluyentes.

Isidro Cicero -

Capo lavoro, Baldo, elogio inmenso que te agradezco la tira. Me acordé con risa de mis últimos años laborales, cuando inmerecidamente me nombró mi presidente su jefe de Gabinete. En los viajes a Italia me ponían en las cartelas "Il capo di cabinetto'. Nos sonaba a lo que suena.
Gracias por todo y en especial por lo del Venator definitionis. Me resulta muy sugestivo.

BALDO -

Tres significados de VÉRITAS

“Este hombre (Domingo de Guzmán) de nuestros retablos perseguía siempre la verdad, la Veritas. Luis Carrizo y los demás que pasaron por Salamanca, donde yo solo estuve de visita, me dirán si es verdad o no que Santo Tomás hablaba del filósofo como un “Venator Veritatis”, un cazador de la Verdad. De un tiempo a esta parte, veo la imaginería de Santo Domingo desde la óptica del desdoblamiento del cazador en su perro antropomorfo: la representación del Venator Veritatis y su ayudante de mejor olfato sensorial. Lo veo así, será porque la del inquisidor me resulta menos simpático”.

A propósito de la referencia del “capo lavoro” de Isidro (y también de Luisín y de Heráclito de Casorvía) a la función de Domingo de Guzmán como cazador de la Véritas, me animo a decir algo chavarriano sobre tres significados de la verdad y de la falsedad, para que el querido Heráclito de Casorvía vea que el virus todavía no me ha pillado y ha hecho estragos irreparables en mi mente. La razón es que, según tu axioma de “panta rei”, yo no me baño dos veces en la misma agua, como tampoco lo hacéis los de Casorvía, simplemente porque os bañáis solo una vez y cuando estáis ya muy “empuercaos”.

¿Qué añaden lo verdadero, por ejemplo, al valor amistad y lo falso, a su contravalor, la enemistad? Lo verdadero/falso no tiene en español un solo significado, sino, al menos, tres, íntimamente relacionados entre sí.

1. En el primer significado, la verdad se identifica con el ser que ya ha aparecido bajo una variedad casi infinita de formas concretas.

Por ejemplo, presencias de ser que se revelan como agua, flor, abeja, nube, espacio, gato o ciudad son, por el hecho de ser presencias de ser, verdaderas. Las presencias de ser que más nos suelen atraer son las referentes a la especie humana, por ejemplo, las de ser madre, niña, anciano, trabajador, ama de casa, ingeniero, profesora, sano, enferma, rica, tacaño, varón, mujer, monja, obispo, dictador, terrorista, demócrata, cargado de derechos y abrumada de deberes.

Es importante señalar que todas las citadas presencias de ser, esas verdades, no se relacionan únicamente con las vitalidades cognitivas de la persona (el conocimiento verdadero que proporciona la presencia de un ser), sino con todas las vitales del ser humano (biopsíquicas, cognitivas, económicas, estéticas, éticas, lúdicas, religiosas y sociopolíticas). Una verdadera madre, un verdadero hígado, un falso amor no son precisamente solo ni principalmente verdades cognitivas. La verdadera madre es una presencia específica que afecta a todas las vitalidades del hijo.

¿Cuáles son las falsedades que corresponden a esta dimensión de la verdad? Simplemente, la no existencia o la no presencia de ser. El Gran Estadista Bajito (GEB) es, en sus dos terceras partes, una falsedad, porque ni el ser estratega ni la modalización de grande están presentes en ningún españolito bajito –y feo, se podía añadir emulando la canción de Gila–. Es verdadero el sol que nos alumbra y es falso el hombre de siete metros como habitante de nuestro planeta, porque no existe. Es falsa la bandera roja y gualda como símbolo de los compatriotas españoles, porque ha sido apropiada en exclusividad por unos grupos, que además de com–patriotas no tienen nada.

En el ámbito de este primer significado de la verdad, hay una treta usada muy frecuentemente, que consiste en modificar y manipular una presencia de ser para conseguir objetivos totalmente espurios. Por ejemplo, se fabrica un “enemigo” con cuatro rasgos caricaturescos y entonces ya está justificado su linchamiento. Por ejemplo, caricaturizar la presencia del ser comunista como alguien que come crudos a los niños.

2. El segundo significado de la verdad consiste en desvelar presencias de ser ocultas.

Es verdadero lo que se desvela; falso, lo que permanece oculto. Esta es una de las experiencias más apasionantes del ser humano. El reino del ser oculto se extiende a todas las vitalidades humanas y a todos los valores y contravalores, no solo a los del conocimiento. Así, por ejemplo, habrá verdad cuando se desvela algo oculto de mi hígado, de las mercancías, del átomo, de los juegos, de las divinidades, de las reglas éticas, de las cosas bellas, de las democracias, de las familias, etc.

Todas las falsedades específicas contrarias a este tipo de verdades provienen de reducir el ámbito del ser al ser que ya se ha revelado, sea el ser de la gimnasia artística, del arte pictórico, de las construcciones, de las ideas, del trato a la mujer, de las organizaciones económicas, sociales o políticas. Muchos grupos poderosos y sus voceros de sopicaldo desean y urgen volver, en pleno fragor de la pandemia del coronavirus, a la organización económica, social y política del pasado reciente, y agresivamente se niegan a prestar atención a nuevos modos que no den lugar a que la catástrofe se repita a la vuelta de la esquina. Es una gran falsedad; como también lo es el trato que está dando la sociedad –y mucho más la iglesia católica– a la mujer, propios de un pasado y de un presente que deben ser superados por el desvelamiento de un futuro más digno. En este segundo significado de verdad, la Florero de la Comunidad de Madrid (FCM) es una falsedad, porque su mente no tiene capacidad para que se den en ella nuevos desvelamientos de ser.

3. La tercera dimensión de la verdad y de la falsedad se refiere a la autenticidad y a la apariencia.

La verdad como autenticidad la tiene el ser que aparece y que efectivamente es; la falsedad, en cambio, la padece el ser que aparece, pero que efectivamente no es. Si las presencias de ser obrero o solidario no solo parecen ser tales, sino que efectivamente lo son, estamos ante la autenticidad. Pocas cosas resultan más molestas a la sociedad Tramp–osa que la autenticidad. Estos tales dicen, y sus voceros políticos de sopicaldo lo repiten como loros dóciles, por cuyo trabajo reciben algunas perrillas de calderilla: “Con la mentira se vive mejor”. Quien no soporta lo inauténtico, y lo denuncia, se muestra siempre ante esos Tramp–osos como el “anarquista” al que hay que quitar de delante. Con falso, en cambio, significamos lo no auténtico, la apariencia: parecen ser obispos católicos, universitarios (como el PPP), servidores de los más desvalidos social y políticamente, pero en realidad no son ni lo uno ni lo otro. La verdad, según este tercer sentido, nos impulsa a caminar por las rutas de lo que efectivamente es; la falsedad nos empuja hacia las apariencias de ser, al “postureo”, que se dice en los tabloides. Una marquesa de pacotilla aparenta ser una marquesa, pero en realidad es una barriobajera que tiene un aliento fétido de las porquerías que echa por su boca.

¿Trabajan los dominicos por que se implanten cada día más estas tres dimensiones de la verdad? ¿Luchan a brazo partido por denunciar los tres tipos de falsedades? La “venatio veritatis” (Aristóteles hablaba de la “venatio definitionis”, porque conseguirla exigía estar trabajosa y constantemente en actitud de caza) lo exige.

PD. Si a alguien no le molesta, podré decir algunas cosas sobre lo que es la libertad, ahora que todos están rebuznando por que nos han quitado la libertad. Espero a ver qué efecto tienen los pequeños dardos que he lanzado hoy.

José Luis Suárez Sánchez -

Allá por los años 50 y en Corias. P. Luis Martinez: "La clase A, ¡a menores!". Pasan unos minutos y sueña la cadena de la cisterna. P. Luis: ¿"quién ha tirado de la cadena? (Suponía que había ido "mayores") Nadie sale a recreo mientras no aparezca el culpable..." Y no hubo recreo. Más tarde, aperece un letrero en la puerta del Water, de nuestro poeta Emilio Rodríguez;
"Requiérese gran cautela
y pericia en el obrar.
Cuando acaben la faena
no tiren de la cadena
por lo que pueda pasar."

Anécdotas para el recuerdo.

Jose Manuel García Valdés -

Para que los tímidos se decidan copio y pego un fragmento de Hesíodo referido a algo tan natural como es el MEAR. Ya sabemos que hay protocolos que ponen pegas al uso de determinados "palabros" tal que "MEAR Y CAGAR", utilizamos sofisticaciones como "MAYORES Y MENORES". Pues bien, ahí tenéis al poeta griego utilizando el lenguaje al natural. Eso te autoriza para que tú, sí, tú, querido lector, nos cuentes cómo eras espiado cuando ibas a "MENORES" y de paso meabas.

En "Los trabajos y los días”,el poeta griego Hesíodo decía:
"No mees parado, enfrentado al sol; y, desde el momento en que desaparece hasta que se levanta, acuérdate de no mear ni sobre el camino, ni avanzando fuera del camino, ni desnudo".
También se puede hablar de lo otro, pero edo son cosas MAYORES.
Amigo Sta. Marta, pocos se han atrevido a corregirme, por ser tú admito que había dos "furaquinos" y no uno. Yo tengo la imagen de uno. Podemos quedar para comprobarlo o, mejor, que sea Luís el que lo compruebe cuando retorne.
Abrazos
Abrazos

Santos Suárez Santamarta -

Siendo el tema de tanta trascendencia para abrir otra vía de comentario en el blog –tan necesario para sobrellevar estos tiempos de confinamiento- intervengo más bien para precisar datos que espero que alguien me los confirme.
Según mi nebuloso recuerdo, no había un “furaquín” o mirilla en el centro del encerado. Eran dos, convenientemente desviados hacia los extremos del mismo, que se correspondían con los dos pasillos de acceso a las cabinas mingitorias individualizadas, que por razones de decencia e intimidad en acto tan personal, máxime en un internado, era obligado tener.
Con estas mirillas se cubría todo el campo de observación de las zonas comunes y se podía controlar a quienes dilataban en demasía el tiempo autorizado para sus alivios. Al mismo tiempo se podía observar si la “multitud” que hubiera se quedaba entretenida en algún gaudeamus momentáneo sin volver presto a la sala de estudio, o no guardaba en tal lugar la compostura debida ni las normas de distanciamiento social vigentes.

Isidro Cicero -

Por otra parte - repaso textos - veo que nos ha pasado inadvertido el asunto del agujero en mitad del encerado, ubicado a la altura de los ojos de una persona adulta y con acceso al monitorio. O yo no supe nunca la existencia de ese observatorio o, si llegué a saberlo, lo he mandado al olvido.
Esta información de Valdés merece algún comentario. ¿ O no?

Carmelo Flórez Cosío -

No es por falta de claridad expresiva, que da gusto oíros, pero sigo sin ver claro lo del "muro de las micciones". Y me habéis picado; así que, cuando se pueda viajar entre provincias, buscaré el momento de conocer en directo la ultrajada pared, para poder opinar...
Seguid con salud, amigos.




Isidro Cicero -

Mear en el portal de la iglesia. Esta actividad, contra lo que pudiera concluirse de intervenciones anteriores, no solo se práctica en basílicas menores, sino también en mayores, en parroquias, ermitas y catedrales.
Entre estas últimas, es conocido el caso de la catedral de Ulm, a orillas del Danubio, en el estado de Baden-Wurtemberg, próximo a Stuttgart. Yo fui allí cuando estaba en activo. La catedral de Ulm, con la torre gótica más alta del mundo, tiene preocupado al cabildo, que por cierto es luterano, porque los ácidos de las micciones y las vomitonas de los transeuntes trasnochadores que salen de las cervecerías son tan abundantes y corrosivos que que están erosionando la integridad de la pared medieval y, con ello, poniendo en riesgo la estabilidad del imponente templo alemán.

El 'Wildpinkler' germano, que es como se denomina allí la evacuación libre de la orina en los espacios públicos,se multa en la federación gobernada por Ankela Merkel con 100 euros si el meón incontinente es sorprendido en el acto.
Sorprender en el acto este tipo de actos en los recintos destinados al culto ha sido con frecuencia un motivo de desvelos para los párrocos en muchos lugares de la cristiandad, al ser ellos los responsables no solo del mantenimiento de estos edificios, sino incluso del decoro de la feligresía.

Así, Marcial Martínez, oriundo de Portilla de la Reina y párroco durante la mayor parte de su vida de los pueblos de La Vega, Barrio y Ledantes entre otros, mantuvo siempre una línea pastoral muy rígida sobre las meadas en los portales de sus correspondiente iglesias. De hecho, muchas de sus predicaciones documentadas
tuvieron como objetivo reprender este tipo de comportamientos que al parecer continúan vigentes en la Basílica Menor, si bien ahora cargo en exclusiva de la especie canina.
No era así en tiempos de Marcial Martínez, que en sus sermones dominicales atribuía tales conductas solo a sus feligreses y feligreses.

De hecho, llegó a dominar este asunto con tal virtuosismo que acabó distinguiendo perfectamente si el autor del reprensible acto cometido en el anonimato nocturno había sido un hombre o una mujer. "Esta vez ha sido una mujer", acusaba. "Que por qué se conoce? Porque la meada está muy cerca de na cagada".

José Manuel García Valdés -

Amigo Sr.D. Luís, no quiero retroalimentar polémicas pero sus explicaciones son totalmente insuficientes y evasivas. Vd. verá lo que hace, las redes sociales echan humo haciendo cábalas e interpretaciones de todo tipo. El buen nombre de su pueblo puede verse gravemente afectado. Su respuesta es como la del político al que le preguntan si es de día o de noche y responde dando una charla sobre el cambio climático. Tú que si venator veritatis, que si redutio ad absurdum, que si puertas y ventanas, que si Isidro es guapo, que si tal, que si cual.Aténgase, no absténgase, a los estrictos términos y conteste: ¿Son hombres o son perros los culpables?
Baldo, sal y reparte.
El encierro le deja a uno la cabeza un poco pa'lla. El culpable, el 8 M y todos los narco-comunistas-judeo-masónicos.
Abrazos

Javier Cirauqui -

Me han encantado todas las entradas del portillo, las disquisiciones sobre mayores y menores, las cervezas, la matanza del cuto y el furacu del estudio. la sidrina. Así que aquí van unas pichorradicas sobre perros, que no dominicanes.

La micción en las paredes
no es humana que es de can.
Mean y mean los perros,
mean todos sin parar.

La una, las dos y las tres,
a ver quien mea mas alto
sobre la blanca pared.

La una las dos y las tres,
el azufre "pa" los dueños,
que les escueza el verdel.

A la jota, jota
que bailan los perros,
levantan la pata
y enseñan los huevos.

Luis Carrizo -

Solamente un buen bebedor de sidra, como tú, querido Valdés, y mejor venator veritatis por añadidura, podría entender los problemas que aquí se vienen tratando últimamente y tratarlos con esa profundidad que te caracteriza.
De todas formas, no voy a responder a todas las preguntas que te haces y me haces porque tengo miedo de que me reduzcas al absurdo, como es propio de los de vuestra ralea. No de la ralea de los bebedores de sidra, sino de la otra, la de los filósofos sofistas. Solo voy a responderte a la que se refiere a los polvos, ya que mi descripción, en efecto, no es clara y distinta, y el vocablo tiene el peligro de que es algo poliseménico, o como se diga. A lo mejor a estas horas ya te ha mandado un guasat el amigo Baldo, que las coge al vuelo, porque Baldo, como le dije yo todavía no hace muchos días, sabe latín, griego, hebreo y derecho canónico por añadidura, que eso sí es la madre del cordero. En conclusión, que yo pretendía hacer una sutil e intencionada referencia al consejo evangélico de sacudirse el polvo de los zapatos y marcharse si no eres bien recibido o no te gusta la pared sur del santuario porque no te guste Mondrian o por lo que sea. Y el mal estuvo en que al juntar ese polvo con los líquidos perrunos hice un mejunje indescifrable. Esa esa ha sido la cosa, y hago la venia por ello y me comprometo a pagarte unas botellas de sidra en mi próximo viaje a esos nortes, siempre que tú te dignes recibirme. Para mí sería un señalado placer.
También, cuando vuelva por esos nortes, pienso seguir los consejos de Cicero y fijarme bien en esas puertas con todo lo que dice que tienen. Al final va a ser que no miro para donde hay que mirar.

JOSE MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Amigo Luís, como bien sabes a mi siempre me gustó tratar temas de cierto calado, de profundidad, temas serios, tal que la importancia del ser y la nada en la resolución de las pandemias. Pero en este caso me veo obligado, por mor de tus escritos, a bajarme de las alturas y tratar temas de tan poca trascendencia como son los valores psicofisiológicos de los alivios urinario.
Siento tener que remover estos polvos, pero creo que tu escrito necesita algunas precisiones. Veo bastante ambigüedad en lo que dices,lo que puede inducir a tus lectores a malos entendidos. Por un lado pretendes limpiar la imagen de tus paisanos diciendo que no son ellos los que se alivian y,digo yo, si no realizan sus necesidades fisiológicas de orden menor ¿Còmo se arreglan, se lo guardan?Por otro afirmas que son los perros vagabundos los que se alivian de cara a la pared, ¿En qué quedamos, son perros o son galgos? ¿Son los perros o son esos que, cargados de birra diurética, salen del santurario urgidos por la necesidad y la cumplen en la primera pared que encuentran?
También deberías aclararnos la siguiente expresión,copiada de tu escrito y que, a mi entender,está cargada de dobles sentidos, dice: ... "pero vuelvo a repetir que es una verdadera pena observar la suciedad que presenta el muro sur, el paralelo a la carretera, mezcla de alivios perrunos de todo pelaje y polvos de todos los que salieron del Santuario sacudiéndose ...".
¿Los polvos son de los perros de todo pelaje o son de los que salen del santurario sacudiéndose?
Estaré en vilo hasta que nos aclares todo esto.De ello dependerá el concepto que saquemos de tus paisanos y de los perros de tus paisanos.
Por otro lado, podemos comprobar como el amigo Isidro se ha contagiado del amigo Baldo. Nos ha soltado un ladrillazo de muy señor mío. Lo que me llama la atención de su escrito es la facilidad con la que mezcla hambre con ganas de comer. Habla de las maravillas del santuario a la vez que rememora sus años años de estudio en los que, como casi todos, pedía permiso para ir a mayores con menores, van de la mano, o sólo a menores. A mi me recuerda, esto no lo dice él, que en la sala de estudio había un encerado y dicho encerado tenía, en la parte central a la altura de los ojos de persona adulta, un "furacu", agujero, a través del cual se podían divisar los servicios, de tal modo que el vigilante de turno, con solo aproximar el ojo al "furacu" controlaba lo que sucedía en los mingitorios, El desconocimiento de la finalidad de aquel ojo fue motivo de reprimendas y castigos porque, no hace falta ser un lince, el ir a menores o mayores era un ardid para distraerse un rato. Lo que llamaba la atención es que cuando regresabas el vigilante te acusaba de cosas que creías que nadie podía saber porque en los servicios estaban los que estaban; parecía que aquel señor traspasaba la pared con la vista. Y, coño, claro que las traspasaba, ¿cómo? Usando el "furacu". El que descubrió aquel artilugio y su finalidad debería tener un monumento a la salida de la recreación. Propongo que en el próximo encuentro, el del 100 aniversario, se haga una cuestación para levantar dicho monumento; desde este momento yo pongo la paga del ERTE de este mes.
Nadie sabe nada del amigo Baldo. Sòlo suelta ladrillos para ponerme a mi en evidencia; ahora, como se trata de su amigo Luís con el que celebra enjuagues, no dirá ni mu.Lo tendremos en cuenta,
Sólo me quedan dos fases y media para retornar a la Aldea Global, ese día sí celebraré un buen enjuague pero no con Baldo, sólo con los que me tratan bien.
Abrazos.

Luis Carrizo -

¡Qué concertadas palabras y qué ilustradas consideraciones! Para leer escritos de este fuste hay que insertar “coin” en los periódicos digitales, y aquí nos lo dan gratis. Quizá por esto y por no venir orlado con el epígrafe “Premium” (cuento hasta cien y sigo escribiendo)… no reciben el eco que merecen.
Yo entiendo que mis rudos comentarios no merezcan excesiva atención, porque sé perfectamente que en un blog dominicano los temas escatológicos solo despiertan interés cuando se refieren a lo que se venían llamando las Postrimerías. Lógico y normal. Lo que ya no acabo de entender es por qué no ha aparecido ya una interminable ristra de “me gusta” bajo esta delicatesen de Isidro Cicero. ¿Será que el coronavirus anula también la sensibilidad de las papilas de las entendederas? Porque Cicero, aunque sea en alas de la ancilla theologiae, vuela como un puto crack sobre las inmundicias de este bajo mundo.
Un abrazo a todos, y ánimo. En breves días podremos volver a morir también de accidente de tráfico.

Isidro Cicero -

“Esta Basílica Menor es la Basílica Menor más meada de la cristiandad”. Esta hiperbólica afirmación de Luis Carrizo es la hipérbole más memorable de la cristiandad noroccidental que nos cobijamos bajo el manto protector de la titular de la citada basílica menor. La cristiandad que se expresa, que nos expresamos, a través de este blog de 13 años meritorios. La frase la leí y la celebré con admirada hilaridad ya hace unos años. Admiro y envidio el humor de Carrizo, lo he hecho siempre. Recuerdo que entonces le confesé al autor de la frase esa envidia,
La verdad es que yo no me había dado cuenta de la suciedad de la que habla Carrizo. Como de la Virgen no soy, Carrizo sí, supongo que no habré pasado todavía bastante tiempo por esos soportales. Como el poco tiempo que he pasado en esa marquesina lo he dedicado a ver la pared, quizá no he mirado el suelo y es en el suelo donde suelen estar las meadas y lo de mayores. En aquel colegio que se acabó llevando la trampa, a las meadas nuestras, las llamábamos “menores” y a lo otro, “mayores”. Tú estabas en el estudio y cuando sentías de repente alguna de las dos necesidades básicas de los seres vivos, al menos de los mamíferos, tenías que obtener la autorización correspondiente para salir a evacuarlas. El protocolo exigía que te dirigieras al guardián del silencio que estuviera de turno, manifestándole tu solicitud para ir al servicio. A mayores, o a menores, debías especificar.
Bueno, pues Carrizo me ha descubierto que aquello estaba lleno de “menores” de perro, no de seres humanos, no de leoneses bautizados, no de peregrinos, que eso habría tenido connotaciones indeseables relacionadas con el civismo cuando no con la religión. Es cosa de perros y ya sabemos que el perro mea y lo otro e incluso copula cerca de donde viven los creyentes. Lo hace con tanta desvergüenza el perro, con tal desinhibición, con tal falta de educación y civismo, con tal desprecio a las normas, que hasta inspiró una corriente de pensamiento desinhibida, desvergonzada y fuera de los contornos morales normalizados de la ciudad. “Los del perro”, los llamaban. Los cínicos.
El cinismo es una cosa que ha llegado muy lejos. En los retablos de las iglesias de nuestra santa religión, tenemos con frecuencia un Perro. En los altares. Es raro, porque perro suele ser un insulto grave desde los griegos. Pero en nuestros retablos, el perro está ubicado a los pies de nuestro padre Santo Domingo, mqa, Como sabemos todos, este atributo representa un sueño que al parecer tuvo la beata Juana de Aza, madre del fundador, estando ella embarazada, eso dice una leyenda antigua, aunque la iconografía, por lo que yo he averiguado, no es tan vieja.
Para mí, el perro de Santo Domingo ofrece otra lectura diferente a la que se nos explicó de niños, el perro soñado que prende fuego al mundo con una tea. Más que hacer eso, más que un sabueso que husmea heterodoxias para castigarlas, el perro de Santo Domingo yo creo que es un desdoblamiento del propio Santo Domingo, como el perro del cazador es un desdoblamiento del propio cazador. El perro del cazador olfatea las huellas de las presas con una agudeza sensorial trescientas veces más precisa que el olfato del hombre. Pero el hombre tiene mejor vista. La vista del hombre es otras tantas veces más potente para percibir a lo lejos que la de su compañero. El hombre y el perro se complementan a la perfección, ver en el Prado el cuadro de Goya.
Este hombre de nuestros retablos perseguía siempre la verdad, la Veritas. Luis Carrizo y los demás que pasaron por Salamanca, donde yo solo estuve de visita, me dirán si es verdad o no que Santo Tomás hablaba del filósofo como un “Venator Veritatis”, un cazador de la Verdad. De un tiempo a esta parte, veo la imaginería de Santo Domingo desde la óptica del desdoblamiento del cazador en su perro antropomorfo: la representación del Venator Veritatis y su ayudante de mejor olfato sensorial. Lo veo así, será porque la del inquisidor me resulta menos simpático.
Esto es al margen de las meadas que hacen los perros en la Basílica Menor más meada de la cristiandad. Deberían corregirlo para que no se ensucie el suelo junto del lateral de nuestro querido santuario, paralelo a la carretera.
Coello trasladó a la arquitectura de este espacio (y no ha sido el único) el lenguaje de las “construcciones” vanguardistas de Piet Mondrian. Ved el desarrollo a lo largo de todo el muro bajo, del friso de colores suaves, rectángulos delimitados por líneas negras como los cuadros del pintor holandés en los años 20. No digo que no haya pisado yo alguna cagada de perro allí, por no mirar por donde pisas, seguramente habré acabado con las suelas pringadas de meaos, sin darme cuenta. No miraba para el suelo. Miraba la puerta de Froilán, con su prodigioso paisaje de nubes leonesas de bronce en torno al cielo de la catedral, veía el bello pastizal de jaras y brezos de la puerta de Alvar Simón. En la combinación de las piedras rojizas, amarillentas, azuladas del muro interrumpido dos veces por las dos puertas laterales de bronce, me parece un suave desarrollo en tonos pastel, solo sugeridos, del cuadro “Composite in rood, geel, en blauw”, de Mondrian, por señalar uno entre muchos de su producción vanguardista. Nuestro querido santuario cada vez me parece más una enciclopedia de arte.

Luis Carrizo -

Ya que Cortés ha decidido dar titulares de portada a mi comentario de hace unos días, y con ello más visibilidad, creo conveniente volver a insistir en que las citadas micciones no son de origen humano, sino perruno, a juzgar por todos los indicios. No quisiera que los lectores de este blog residentes en Kapurtala o en las islas Feroes puedan llegar a sacar conclusiones erróneas acerca de la limpieza e higiene de los naturales de la Virgen del Camino.
Esto no quiere decir que algún borrachuzo, impelido por la presión de la cerveza, se haya visto obligado a cambiarle el agua al canario donde le pilló la urgencia, prescindiendo de respetos artísticos, humanos y divinos. La cerveza es muy diurética, según dice mi dietista particular, y la afición a esta bebida, para desgracia de vinateros, ha tomado proporciones desorbitadas. No hace mucho, visitando la Feria del Lúpulo de Carrizo de la Ribera (pueblo donde se desarrollan los hechos narrados en el famoso libro Entre todos lo mataron), leí esta frase grabadas en la camiseta de uno de los que pululaban entre los puestos que ofrecían el rubio néctar: “Dadme un punto de apoyo… y beberé otra cerveza”. Y que mejor apoyo, puede pensarse, que un muro tan fuerte y bien protegido como el que aparece en la fotografía.
Por cierto, qué bien le hubiera ido al menos una coma después de la palabra “pelaje” (hablo ahora del comentario que abre este portillo).