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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

FANY, TEJO Y CHAVELA

FANY, TEJO Y CHAVELA

¡Qué pequeñín e insignificante me siento cuando os leo! Hoy, lector testigo de la crisis de identidad que nos descubre nuestro querido Carlos Tejo, me reafirmo en todo lo que para mí ha supuesto, interiormente, administrar este blog.

Gracias amigo Carlos.

 


CRISIS DE IDENTIDAD

Hace unos meses me entregaron una foto de mi padre, soltero, rodeado de dos chicas, la foto estaba hecha en Cangas de Onís, donde más tarde conoció a mi madre.

Las dos chicas de entonces viven y, al salir de misa un domingo las abordé, las junté, les enseñé la foto, que, además,  trae escrito: Fany, Tejo y Chavela 1946, y me hice una fotografía con ellas, en la misma posición que mi padre lo había hecho 67 años antes.

Quería yo identificarme con mi padre al fotografiarme junto a ellas. Al finalizar el posado me dijeron, al unísono: “Tu eres muy guapu pero tu padre lo era más”. Al margen de que sea verdad, ellas se acordaban de un Tejo que tenía entonces 23 años, frente a los 61 con los que yo cargo. Imposible así suplantar la identidad de nadie.

Hace cincuenta años yo era uno de los 100 que desembarcaron en la Virgen.  Mi capacidad de estudios era, al lado de la de Devesa, por nombrar al de “sobresalientes en todas las asignaturas”, ridícula. Miraba a mi alrededor y tenía a un Carlinos “Bañugues” al que admiraba, ya que se le daba bien todo. Eran mi envidia, más Carlinos , porque, además, tenía personalidad fuerte ante los frailes, cuando yo era mucho más sumiso, tímido, en una palabra, acojonado. Quería identificarme con ellos, pero no yo no me parecía en nada. Cuando llegaba la lectura colectiva de las notas yo sufría como pocos se pueden imaginar, porque sabía que mis notas no se identificaban con las de la mayoría de mis compañeros. Cuando me echaron del Colegio, al volver a casa, yo ya no era igual que los guajes de Ribadesella. Yo ya no me identificaba con ellos. Yo había estudiado Latín y Solfeo. Terminé estudiando en Francia. ¿Qué hago aquí, en Saint Pé de Bigorre, en este internado del siglo XVII?  me preguntaba cuando llegué. Yo que venía de convivir entre las obras de Subirachs , Fray Curro, los mosaicos y vidrieras del Padre Iturgaiz….y allí, los curas franceses parecían del mismo siglo que los muros del seminario.

En Oviedo, a principios del siglo XX, en la calle del Rosal, ejercía su oficio Manolín “El Zapateru”, y en su local tenía su sede una tertulia popular. Los sábados, terminada la jornada, los contertulios se iban de vinos, y Manolín, en cuanto bebía, perdía hasta los zapatos. En una de esas salidas, cerca del convento de los Dominicos, en el prau del Campillín, vieron tendido, secando al sereno, un hábito de fraile y a alguno de la cuadrilla se le ocurrió ponérselo a Manolin ,que ya estaba “jumau” y con la razón disipada, y llevarlo así al convento. Llamaron y ante el asombro del religioso que les abrió la puerta, se lo entregaron diciendo: “Aquí traemos a esti colega de ustedes que encontramos tirau…”

El lunes siguiente, a la mañana, ninguno de los habituales apareció por la zapatería. A la tarde se decidieron a entrar e “interesarse” por el fin de semana de Manolín, que sólo recordaba esto: “Abrí los ojos, cegau por la luz que entraba por un ventanucu, y al  verme cómo estaba vestidu dije: ¡Ay, Manolín, estás en la eternidad! Pero la más gorda fue cuando miré alrededor y vi a diez o doce vestidos igual que yo. No hacían más que preguntame: Hermano, ¿Quién eres?..., ¿de dónde vienes?...Yo sólo pude decíos: “Mirái en Oviedo en la calle del Rosal, en el 8…si está cerrau, yo era Manolín “El Zapateru”, ahora que si está abiertu no tengo ni puta idea de quien puedo ser”.

Tengo la impresión de que en estos tiempos abundan las crisis de identidad. Padres y profesores se quejan de que se les vienen rompiendo, una y otra vez, los esquemas educativos y no saben muy bien qué hacer. Conozco jueces, periodistas, curas…que se preguntan si su modelo de ser y actuar sirve o está caducado. Por ahí andan políticos que llegaron, decían, “para servir al pueblo” y ya no se reconocen ni ellos. Pero lo de estos últimos yo no lo llamaría crisis de identidad. Es una auténtica metamorfosis.

 Carlos tejo

10 comentarios

JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -

Carlitos, en el fondo "te se" ve orgulloso de ser rama de tal tronco; yo también lo estaría. Estoy seguro que llevas ese gen y que es "dominante", lo que significa que inevitablemente se manifestó o se manifestará; yo lo llevo pero es recesivo, se manifestará en siguiente generación de descendientes.Menos mal que paseas poco por el "Muro de Gijón, sino tendría que andar espantando las mosquitas. Muy guapo tu comentario.
Abrazos

Luis Heredia -

¡Genial, como siempre, Santos¡

Santos -

De haber sido posible a aquella edad temprana
valorar con medida de aproximada forma,
tantas capacidades que, deslumbrante, exhibes
cada vez que a este blog –más bien tarde- te asomas.

no habrías soportado, amigo Carlos Tejo,
la dura sensación de afrenta y de deshonra
cuando aquella voz grave, desde elevado estrado,
como un mazo caía dictando nuestras notas.

De haber sido posible en tiempo adolescente
descubrir la manera de ser que te conforma
y que ahora, por suerte, justipreciar podemos
por lo que aquí nos dejas, aunque con cuentagotas,

nadie te eclipsaría, querido compañero,
y no hubieras tenido sensación de derrota;
más bien, por el contrario, las dotes que desvelas
merecedor te hicieran de premios y de pompas

O tal vez no, quién sabe, porque nunca entendemos
qué es causa de qué y cuánto es lo que importa
que algo deba de ser de una sola manera,
o pueda ser mejor si ocurriese de otra.

Difícil se hace a veces poder marcar las lindes
con las que pretendemos aprisionar las cosas.
Sin pensar en el valle no se entiende ser cumbre
ni se entiende ser luz al margen de las sombras

En fin, amigo Carlos, con esta verborrea
escrita de esta guisa, como en rimada prosa
quería persuadirte de que no ha sido grave
que cuando eras un crío tus notas fueran flojas.

Se me viene a la mente aquel popular dicho
que a citar me apresuro a modo ya de coda
pues nos vendría al caso y dice contundente:
“todo cuanto ingerimos si no nos mata engorda”

Luis Heredia -

Carlinos Tejo, mira que te lo tenemos dicho por activa, por pasiva,por perifrástica pasiva, a la cara, por delante y por detrás, en inglés y en francés.Oui y yes. Es una puro regalo lo que siempre escribes.

Tengo la impresión de lo poco que sabe la gente hoy día de crisis de identidad. O al menos me parece a mi o acaso es que se magnifica todo debido a los medios. Nuestras crisis de identidad, quién soy yo, de dónde vengo y a dónde voy, comenzaban primero allá por la pubertad hasta finales de la explosiva juventud, fase terminal de La Paramera. Se extendían más tarde estas crisis comenzada la madurez in-vestidos de blanco hasta que todo se convertía en negro pero con una luz al final del túnel donde de nuevo el sol brillaba en todo su esplendor y las cosas se veían más blancas aún que cuando habían sido in-vestidos.

Yo creo, y me atrevo a decir sin temor a equivocarme, que el 98 % de los que primero por allí pasamos como convencionales púberes y explosivos jóvenes, más tarde los que siguieron adentrándose en el blanco mundo de la Orden Dominicana, y finalmente los que optaron por irse al mundanal ruido, del que poco conocimiento habían tenido anteriormente por no haber sido nunca miembros del mismo, como decía, todo este 99% sufrimos a lo largo de este recorrido crisis de identidad. El otro 1% no la sufrieron porque tal como entraron sabían perfectamente cuándo iban a salir sin necesidad de ayuda espiritual o material, además de por la puerta grande, como auténticos toreros convencidos de haber culminado una faena perfecta, y el otro restante 1% debido sin duda a la ayuda del Espíritu Santo del que tanto oyeron hablar desde el principio que hizo inquebrantable la idea de servir y ayudar en cuerpo y alma al prójimo.

¿Cómo es posible que el 99% no tuviéramos crisis de identidad si a la temprana edad ya de entre los 11 años y hasta los 18 ya nos estaban educando, y casi lo consiguieron, no solamente para estudiar sino para servir a Dios y al prójimo? ¿Habrá profesión o trabajo más difícil que trabajar para alguien al que nunca has visto y además para contentar a tanta gente? Es más, daba igual que fueras por Ciencias o por Letras porque al final del camino el Título era para ejercer la misma profesión.

En tu caso, Carlinos Tejo, tienes más mérito aún por haber superado dos crisis. La primera, porque en un estado de pura gracia del Prior de turno, que a ti no te hizo nunguna, ayudado por sus adláteres, te “encrisió” en los momentos más delicados de una vida en desarrollo y precisamente cuando eso de la crisis de identidad estaba en las antípodas de la certeza de tus acciones. La segunda, ya en Francia, y con un encomiable ánimo de superación ante la adversidad, inculcada sin duda desde las tempranas - por tu edad y por la hora de salida- vueltas a la finca, volviste al trigo como la burra, que diría con otro hipérbaton el P. Tascón, hasta que te diste cuenta, que no por vencido, que lo mejor estaba por venir y no por seguir tropezando más de dos veces en la misma piedra. Lo que tú hiciste fue un acto de auténtica valentía y de fuerza de voluntad en busca de un ideal. Ojalá yo tuviera la misma fuerza de voluntad para muchas cosas.

¡Bravo, Tejín, Bravo¡ como te decía el P. Cura, de grato recuerdo para ti y en las antípodas para otros.

Las crisis actuales están muy influenciadas por el dinero y el sistema, retroalimentándose el uno con el otro; y en el caso de los políticos, en general y general muy grande, somos nosotros los que les alimentamos, razón por la cual siempre tendrán el sustento asegurado sin el sudor de su frente por el único motivo de calentar sillones, en general también y muy general. Pero esto ya sería motivo de algo más que un portillo e incluso un blog.

Por cierto, eres alto y delgado como tu padre, moreno – de joven- y salado, al tronco saliste. Es claro. Cómo no i os ibes a quitar de encima 67 años a esos dos bellezones. Con ellas dos, cualquiera hubiera tenido una crisis de identidad y algo más serio.

CARLOS TEJO -

Acabo de escuchar la 9 de Ludving en la 2 de TV y con renovadas energías comienzo el sábado.
Gracies por vuestras palabras pero no estoy de acuerdo con el comienzo de nuestro Furriel, al fin y al cabo no deja de ser cabo y yo no pasé de soldado raso.
Vamos a ver José Mari, ¿pequeñín tú, de qué? Eres grande hasta en la discreción personal con que llevas este blog. Eres grande en la amistad. Eres el más grande lazo de unión de todos nosotros. Eres...la ostia de grande.
Un abrazo grande para ti y los tuyos. Grande como los que tú das.
Un abrazo a todos.

Oscar Fernández -

Carlos:
“Los reyes de hoy” y esta “crisis de identidad” son un deleite para saborear a menudo.
¡Yes muy grande!
Gracias

Javier Cirauqui -

Carlos, tu escrito me ha encantado y la anécdota de la fotografía de tu padre con los dos "bollos" de entonces y la repetición de ahora contigo y los dos "bollos de ahora".
Lo del "zapateru" genial, vaya "flash" se llevó cuando se desperto cambiado de identidad.
Esta bien eso de buscar nuestras señas de identidad, aunque en el reencuentro hayan cambiado las personas, los lugares, las cosas tanto que se haya producido una radical metamorfosis.
Un fuerte abrazo. Javier.

Javier del Vigo -

Carlos, guajín: Tu, "pa la edad que ties" (cuántas veces hemos ido oyendo este latiguillo en los últimos años, eh?), tás muchísimo más guapu y seductor que tu padre. Joder con las abuelucas esas, Fany y Chavela! Todas repintadas, de arriba abajo, con sus mejores galas y dejando vagar la nostalgia. Dígotelo yo: fuiste un mozo como pa comerte. Y quien tuvo, retuvo.

Item más: esa historia del zapatero jumela que despierta en una celda del Convento de Santo Domingo me ha hecho reír hasta desternillarme.

Que en tiempos de crisis tiene doble valor. Es el doble de saludable.

Y de remate, tu guinda: de la crisis de identidad a la metamorfosis total. Para rumiar el tema durante el resto del día. Igual que cuando teníamos un tiempo para la meditación en aquel colegio donde Carlitos Bañugues todo lo hacía bien: estudiar, balonmano, futbol, música...

Un abrazote, guapo! (Bueno, ellas no están nada mal; "para la edad que tienen", incluso, siguen estando bellísimas)

Pedro Sánchez Menéndez -

Hola, Carlos: Me parece estupenda esta "entrada" con que nos has deleitado. Pedro

San José -

Carlos, como siempre, una delicia leerte.