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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

VELADA POÉTICO-MUSICAL -HOMENAJE AL P. TORRELLAS-

VELADA POÉTICO-MUSICAL  -HOMENAJE AL P. TORRELLAS- De nuevo aquí estoy, mis queridos amigos. No había desaparecido, he pretendido estar durante un par de días sin entrar a daros la tabarra para que todos podáis asentar vuestros sentimientos, yo el primero. Como ya los tengo bien asentados, comenzamos esta nueva etapa.

Con relación a la velada homenaje al P. Angel Torrellas, me parece interesante y pretendo colocar en __DESCARGATE__ los textos leídos, por lo que, Marianito Estrada, Quique Muñiz, Andrés MTrapiello, Valdeón e Isidro Cicero(ya tengo tu texto) enviadme vuestros textos para que los podamos releer todos con más "tranquilidad".

Aprovecho estas líneas para felicitar a nuestro querido compañero Santos Vibot, de quien partió la magnífica idea de esta Velada y ha sido su auténtico artífice. Un abrazo, con amigos como tú, resultó fácil hacerlo.

11 comentarios

Santos Martínez Vibot63-68 -

Había otros organistas en aquellos años. Ezequiel (SEQUE), pálido, listo, con unas gafas de anchas patillas negras -que ahora vuelven a estar de moda- y que tocaba impecablemente DIGNO ES EL CORDERO, tan difícil, y lo que le echaran. De él conservo una copia manuscrita, con una preciosa y clarísima caligrafía musical, de la misa de "el Juaco", como llamábamos jocosamente a D. Joaquín, y que es una partitura de una belleza extraordinaria que propongo para interpretar en el próximo encuentro. Creo que Seque pasó alguna noche con Uría afinando en la penumbra y el silencio.

Otro organista que recordareis era Rueda. Menudo y fibroso, con cara de niño. El venía algunos días a la capilla de los menores a tocar aquel organito histórico que era una joya y nos alucinaba con aquellas inolvidables Fughettas de Haendel, tan jubilosas y transparentes. Alegrísimas mañanas en las que el sol cenital de la capilla resaltaba la dicha. Y aquellas flautitas que Rueda hacía bailar en nuestro oído para siempre... creo que el también
afinó con Uría.

Y tú, Oloriz, ¿no ayudaste a finar. ¡Cuéntanos como era, qué decía? He escuchado tus solos en los discos, con qué felicidad: "Nació en Belen, ciudad pequeña...

¡Qué me decís los músicos y los melómanos!

Un beso para todos

Santos Martínez Vibot 63-68 -

Hola, Andrés, gracias por tus palabras. Estas te las dedico a ti y a todos los que siguen escuchando el arrullo de ese órgano en las noches de insomnio que todos padecemos (o gozamos) desde que entramos por primera vez en este blog.

Es curioso como la memoria modifica y mezcla levemente las sensaciones. Al escuchar los discos (nos habeis regalado la máquina del tiempo, un túnel boreal, labios que vuelven en alas del amor más puro, las sonrisas, La Arcadia...) he recobrado el límpido sonido del P. Uría.

Hay unos compases en el Himno a La Virgen de D. Joaquín -los del preludio y el postludio a "Dame Madre tu mano" que yo evocaba siempre, en mi rumiar felicidades, con unos registros sólo de ocho pies de "Cor de nuit y Gamba", muy románticos, empastados, irisados y cálidos. Y es porque en Las Caldas los toqué tantas veces en aquél viejo Harmonium junto al altar, a la luz de mi flexo de aluminio que traía de la celda para libar mil veces aquellas armonías extasiantes reverberando en la dulce tiniebla de la nave, con aquel olor a piedra húmeda e incienso rancio y flores marchitándose -justo el olor de la iglesia de Lastres y de todas las iglesias asturianas. (Están por escribir y celebrar
todos aquellos encendidos veranos de Corias,
Lastres, Villamanín, Montesclaros...¡qué nombres y qué vértigo!

Esos pocos compases que digo, tienen la calidad alta de la mejor música del mundo, con su maestra amalgama de Cesar Franck y Debussy, de Poulenc y de los deliciosos y olvidados Maestros de Capilla de tantas Catedrales de los felices -y melancólicos- 20.

Y ese arrullo de Harmonium en el que tanto acaricié sus aterciopeladas disonancias, entre aromas de toxo y eucalipto, tenía hasta ahora para mí el rumor legendario del armiño, ese manto de sueños con el que adormecer tantas nostalgias, la intangibilidad de aquellas vidas asombradas que fuimos.

Pero vuelvo a escuchar a Uría y vuelve la pureza, los hielos, las distancias...y aquel rostro...exacto de rubor...

Ya no hay violas de gamba ni acordeonadas brumas modernistas. Son los turbios pero muy nítidos reflejos de aquella vidriera amniótica que nos adormecía en una sed sin agua imaginable, presos en su belleza para siempre.

El Padre Uría era Físico y se pasaba noches enteras afinando meticulosamente aquellos juegos de 16, de 8, de 4, de 2 pies, las mixturas del LLeno,
el oro refulgente de la Lengüetería para arrancar de nuestros corazones aquél unánime "Reina de la montaña y de León"

Ese puro sonido de la mezcla 8-4 y las sensuales y místicas cadencias de D. Joaquín Hernández para arropar la estrofa más emocionante de nuestra joven vida.

Y su estela de Cantos.

Yo os la ofrezco

andres cortes aranaz -

Hola a todos:
Me decido a entrar, después de leer varias veces todo lo que va entrando. Todo sentimientos, agradecimientos,recuerdos, ganas de volvernos a juntar para lo que sea pero !ya!
Especialmente, me dirijo a Vivot. Hablé poco con él, y hablamos de música, de ese órgano que tantas veces he tocado, pero que con las manos de este gran músico, (igual que Olóriz) suena en todo su esplendor. Yo no me acuerdo de Santos, pero he descubierto en él, una gran persona, una buena pluma, y un desnudarse interiormente para todos nosotros. Sigue escribiendo Santos. Nos gustan tus reflexiones, tus anécdotas, tus recuerdos.
Un abrazo Santos, de un nuevo amigo reencontrado, enamorado como tú de la música, y de ese órgano espectacular que tantos recuerdos me trae.
Aprovecho para sumarme al espíritu de agradecimiento que se respira en el blog, sobre el éxito que conseguimos todos, llevados de la mano de los organizadores GL

Un abrazo a todos

Santos Martínez Vibot -

"Queridos amigos del Colegio" Poder decir esta frase a mis 54 años me llena de tal alegría, de una calidad de alegría tan segura, serena y exultante que casi me emborracha. Es una locura pero me gustaría volver a convivir con vosotros. Donde fuera. Y, puestos a dejar volar la fantasía, por que no allí, en la esmaltada, cristalina luz de León. Dormir en aquellas felices camarillas -tantas veces desoladoras y desconsoladas como nuestras penas. Pero bulliciosas de nuestras alegres voces cuando volvíamos de las Ligas o de la Piscina. Volver a ensayar deliciosas, fragantes melodías, punzantes armonías y cadencias que suspendían el habla y el aliento adolescentes -aquel niño que fuimos sigue vivo, lo vimos estos días. Volver a hacer teatro...TEATRO... y me envuelve ahora el exótico aroma del armario de la guardarropía, aquellos maquillajes y lacas, barras de labios y reflejos con los que Iparraguirre nos transformaba en seres alegóricos, felices, invulnerables, aquellas falsas joyas, tan deslumbrantes para nuestros ojos puros, casacas y jubones que hemos usado todos fascinados -mirad las fotos. Aquel único camerino inundado de luz, aquel olor de sueños intangibles en las frías distancias de los páramos. Pero tan cerca del corazón.

Cortés, Muñiz-Alique, Heredia,
Martín, que me acabais de contestar -y acariciar- aquí. Pero también todos y cada uno de los que me habeis abrazado y conversado estos días. Ved aquí vuestro dulce apellido. Volvería al Colegio con todos vosotros.

Quimeras, diréis, pero...

Martín Ferández -

Querido Vibor, reencontrarte después de tanto tiempo ha sido INENARRABLE, pero descubrirte en un PORTENTOSO PROFESIONAL, nos ha llenado de orgullo a todos y sobre todo a este humilde “mayor del curso”, ya que si en esto se ha convertido “el menor”, lo asumo como algo de todo el curso, sigo pensando que el curso 62-68 ha sido irrepetible, por mucho que le pese al Furriel y a otros muchos.
Creo que no he disfrutado de tu compañía todo lo que me hubiera gustado, por eso sigo pensando en un nuevo reencuentro, con teatro o sin el, pero sin olvidar nunca “Los Canalones”, ¡que los hecho mucho de menos!, aunque sea en una ultima e irrepetible actuación, ya sabes que si tengo que echar una lagrima ¡que mas da una mas!
Un abrazo y hasta siempre.

Luis Heredia -

Queridísimo Vibot

No me confundí cuando dije al compañero del blog que con independencia de tus V,B o W, si se refería a mi compañero de curso, tocabas, sigues tocando y tocarás siempre como los ángeles. Emocionante para mi personalmente descubrir a estas alturas el virtuosismo de Marcelino, Bañugues, y, como dices, el Trío Torrellas. Un deleite para todos los sentidos.

Salió tal como tú y la tropa de furrilería lo pretendíais: Un acto emotivo, sencillo, íntimo y sobre todo, familiar.

Es curioso, ni caí en la cuenta que muchos de los que estaban presentes no habían conocido al P. Torrellas. Para todos vosotros, era tal cual lo describimos y fué la típica persona sobre la que faltándote palabras para expresarte lo resumes en un ¡JODER, QUÉ PENA QUE NO LE HUBIERAS CONOCIDO¡

Enrique Muñiz-Alique Iglesias -

A Santos M. Vibot:
Reencontrate y redescubrirte han resultado dos de las sensaciones más gratas del fin de semana. Pero la fugacidad a que nos ha sometido tanta idea abrazada, me ha impedido saborear, a mi ritmo, el disfrute de tu plural sensibilidad.

Mira, Santos: Yo creo que todos los que estaban esa noche en el Santuario, merecían haber conocido a Torrellas. Y los que no alcanzaron en su día ese privilegio, han podido traducir, desde nuestro sentimiento, la dimensión de ese hombre-entrega que ha significado tanto y ha subrayado con perfecta armonía, no sólo "su noche", sino todo nuestro re-encuentro.

Un fuerte abrazo con que agradecerte todo.

José Mª Cortés Aranaz -

Querido amigo Santos,

gracias por ascenderme a Coronel, pero he suspendido el curso de ascenso a Brigada, y me sigo quedando como simple Furriel.

De todas formas y ahora que lo pienso,....me gusta.

Un abrazo, amigo y maestro.

El Furriel de toda la vida.

Santos Martínez Vibot -

Gracias, mi Coronel. Yo había imaginado un acto íntimo en el coro, en torno al órgano, con la sola asistencia de los antiguos escolanos, ya que promociones enteras de los que vendrían sólo conocían a Torrellas de oídas. Y para los que no pasaron por la Escolanía o la Rondalla tal vez las clases de solfeo no fueran su mejor recuerdo.

Pero, como en todo lo demás, las previsiones se vieron desbordadas por el entusiasmo y las ganas de encontrarnos.

Ese Santuario lleno y todo lo que allí se vivió, no sólo esa noche sino al día siguiente, los llevaremos siempre en el corazón.

Además, la pasión y el arte de los otros oradores y músicos (garacias, Marcelino, por tu guitarra con duende; Carlos y tu sentido Grieg; Trío Torrellas y su sedosa música con ecos del Alándalus) fueron un festin de maravillas.

justino -

Andres: Si, seguir sigue, pero no sabes aún donde tuve que ir buscarle. Me imagino que ya te habrá dicho Mariano Estrada que estuvimos degustando el mosto que mas tarde se convertirá en el prieto picudo que tú beberás.
Un abrazo

Andrés Martínez Trapiello -

Querido José María Cortés:

Sigues ahí, cabroncete.