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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

EL VIEJO PUPITRE VIEJO (un pedazo de madera y más)

EL VIEJO PUPITRE VIEJO (un pedazo de madera y más)

Emotivos recuerdos que la fotografia de uno de nuestros viejo pupitres (un pedazo de madera y más) despierta en esta tarde de otoño en la buena mente, limpia memoria y mejor pluma de nuestro compi Xabier Olano, el del flequillo en punta del 60. Un abrazo y agur, amigo.


Hola Jose Mari.

El pupitre me trae recuerdos de salón: Un estudio general con muchos pupitres, muchos alumnos en silencio y a distancia simetrica unos de otros. Todos juntos, cercanos pero a cierta distancia salvadora, con miradas a los vecinos de al lado o de la parte delantera -no al de atrás- porque no era correcto y traía consecuencias negativas.

Silencio riguroso sobre el mismo.

Quehaceres en solitario, sin consultas: estudio, traducción, ejercicios, escritos de cartas a la familias, lecturas controladas.

Todo ello encima de ese pedazo de madera con patas metálicas "rocoso y tosco" aunque de madera,  no polivalente y sin puerta, en el que metías la mano a ciegas, mirando a otro lado como en un agujero recóndito pero con confianza mayormente sin poder ver lo que hacías, bueno para estimular el tacto. 

Estancias largas y tediosas apoyados en los brazos sobre el mismo, vespertinas generalmente, con la esperanza de una escapadita a algún otro sitio (enfermeria, capilla, lavabo,..). como desahogo y respiro. Te podías sentir pegado al mismo, atado a él sin cadena visible, pero sin posibilidad de huir de él, sin poder moldearlo, acuñarlo, alegrarlo, contarle tus hazañas. 

Pupitre limpio, pulcro, no asaetado por marcas o frases a bolígrafos y cuchillas - tan habituales en los centros actuales. Mesa balanceable, pesada, pero con cuidado de no pasarse en la actividad so pena de encontrarla en el suelo y atenerse a las consecuencias. Mesa horizontal, poco agraciada, seca, callada, cuadrada. Un pedazo de madera y más.

 Esto es lo que me ha venido en esta tarde de otoño, desde otra mesa, en la que te escribo.

Siempre entre mesas, por cierto.

Un saludo. Agur. Xabier Olano.

6 comentarios

Andrés Martínez Trapiello -

Ok, Olano.
Me gusta cuando alguien hace vivir los objetos.

Olano -

Respondo a las intervenciones aparecidos empezando por el último invitado participante, Santiago: efectivamente en Villava era del curso de Juan Ramón Arrue que era de Oñate. No lo he visto ni sé de él desde entonces. En León me incorporé al curso del 60, pero en origen (Villava con el nº C-13) era del 59.
De tí, Joaquín (Urbano para todos) me acuerdo mucho: alto, frente más bien despejada ,comparando con la mía de aquellos tiempos-, hablador-dialogador, suelto diríamos, buena persona, asturiano de origen... Tengo alguna foto en la que estamos los dos y otros compañeros y que espero colgar cualquier día de estos. Por otra parte, ahora ya no vivo en Andoáin, sino en Segura (sur de Gipuzkoa), en pleno Goierri, junto a Idiazábal, en la N-1. Aquel flequillo, estilo Beatles, ha desaparecido por completo como podrás ver en los magazines pertinentes y recientes, pero lo demás sigue igual o parecido. Un abrazo y hasta cuando quieras.
Verdad es, querido Luis, que nunca faltó nada de los pupitres, -que yo sepa- , y a pesar de estar abiertos. Los chorizos parece que no rondaban por allí aunque las verdad sea dicha algunos guardaban pertenencias diversas, comestibles o no. El tema que apuntas de los paquetes (de correo y de recogida)que antes de pasar a manos propias, creo que era muy personales o familiares. No habría escáneres detectores como los de ahora, pero a saber el contenido de los mismos! Seguro que habría más de una sorpresa...
Jose Mari (Tascón), no te acuerdas del pupitre. El pupitre minimalista. Bueno yo creo que toda la decoración del cole tendía a eso. No me extraña que no te acuerdes, porque no tenía nada. Y claro era moderno,para qué el tintero, ya era la época de los Bic… Las mirillas me suenan y creo que las estoy viendo, pero ¿los tigres? El silencio efectivamente era a veces un regalo, un don. Pero otras veces las más imposición exagerada.
Un abrazo a todos. Xabier

José María Sierra Tasscón -

Xabier, amigo. No recuerdo exactamente el pupitre. Recuerdo otros muy parecidos: con el agujero en el centro para el tintero. Y lo recuerdo bien porque, a mis 5 años, el primer día que asistí a la escuela, en Campohermoso por cierto, tuve la desgracia de derramar el dichoso tintero con la consiguiente "paliza" por parte de la maestra (en aquel entonces, contra todo pronóstico, la escuela era mixta).
Pero recuerdo muy bien los estudios de la Virgen. En realidad a mi me gustaban. Era un silencio obligado pero reconfortante. Me gustaba tener esa paz para el estudio. Lo que me gustaba menos era la obligación de estudiar lo que estaba "reglado". Había otras cosas por las que también me interesaba y estaban peor vistas, sino prohibidas.
Bueno. Me está saliendo mi vena contestataria.
¿Recuerda alguien las mirillas de los estudios que daban a los "tigres"? Yo, que soy de pueblo, donde aún se dejan las puertas abiertas aunque no estés en casa, aquello me resultaba un tanto "anacrónico futuro".
Muchas gracias por mantener vivos tantos recuerdos.
Un abrazo, Xabier.

santiago rodriguez -

Olano ¿No fuiste compañero de curso de Arrue (creo que era de Oñate) en Villava?

Joaquín Urbano -

Al acabar de leer tu comentario, que me ha suscitado tantos recuerdos, ha prevalecido, sobre todos éllos, el recuerdo personal que tengo de tí, de aquellas vivencias que mantuvimos, de haberme enseñado las primeras palabras en euskera, de cuánto caminamos juntos, de cuando decidiste hacer una relación de las notas obtenidas por cada uno en la clase y tantas cosas mas.....
El otro dia que fuí a Pasajes, al pasar por Andoain me recordé de tí. Bueno, desde hace muchos años que voy a Guipuzcoa e Iparralde, cuando pasaba por Andoain siempre me preguntaba ¿ Qué será de Javier Olano Mendía?. Ahora ya sé un poco de tí, que estás bien, que te va bién, que tienes menos pelo y no puedes imaginarte cuanto, cuanto, me satisface, excluyo, si bién es una tontería, el pelo, que todo ello sea así mi viejo y recordado amigo. Un fuerte abrazo, Urbano.

Luis Heredia -

Javier, mejor descripción, im-posible.

Un añadido: ¿No dejábamos las cosas dentro del pupitre y nunca faltó nada?

Yo recuerdo que lo único que "faltaba" alguna vez eran paquetes que se perdían por el largo trayecto entre la portería defendida por el cancerbero Pepe Colinas, el largo pasillo -antes, porque ahora no me parece tan largo-y la "Dirección", último destino de los envíos. Hubo otras cosas también muy llamativas, que desaparecieron atraidas sus presas por el color chillón que desprendían pero que afortunadamente fueron rescatadas después de muchos años de olvido y limbo.

Otras, como los chorizos, nunca podrán ser rescatadas. Me refiero a los chorizos de comer.

Javier, qué cantidad de cosas se pueden decir, y con qué facilidad lo dices, de un cajón tan sencillo.