Para redondear el artículo de Millás que reproduce Julio S., adjunto aquí, por si alguien no ha recibido el envío de Daniel Orden, el firmado por un tal Luis García Trapiello, nombre que, no sé por qué, me suena. La suma de los dos da un excelente capítulo de economía política actual. Para cargarse de razones antes del próximo Consejo de Ministros.
Y en esta impecable realidad descrita por Julio,y siguiendo la normativa del PP, me pregunto: ¿No será que el PP sea de extrema izquierda en lugar de extrema derecha? Es que son como niños, pero... mentirosos y malos.
JOSE MANUEL GARCÍA VALDES -
Me uno al calificativo del comentario y lo suscribo. Podría denominarse, al estilo Javivi, como un Oxímoron lógico-lingüístico-económico-social: Te quito para que tengas, te someto para que seas libre, te niego la escuela para que aprendas, te rebajo los derechos para que aumenten tus obligaciones. Libertad para el sometimiento. Julio, siempre te quedarán los enjuagues con el Chochi. Conb la crisis tendréis que ir suprimiendo encuentros. Un abrazo
Julio S -
En este mundo de contradicciones, una opinión que me ha encantado.
Un abrazo
"Un sindiós"
Todo este programa de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir.
Juan José Millas. EL PAÍS 27 abril 2012
Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.
4 comentarios
lalo -
La suma de los dos da un excelente capítulo de economía política actual.
Para cargarse de razones antes del próximo Consejo de Ministros.
Artículo de Luis García Trapiello
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2012/04/19/valencia/1334854156_950679.html
Salud
federico esteban monasterio -
JOSE MANUEL GARCÍA VALDES -
Libertad para el sometimiento.
Julio, siempre te quedarán los enjuagues con el Chochi. Conb la crisis tendréis que ir suprimiendo encuentros.
Un abrazo
Julio S -
Un abrazo
"Un sindiós"
Todo este programa de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir.
Juan José Millas. EL PAÍS 27 abril 2012
Desde que los ministros de Rajoy, en especial Montoro y Ana Mato, decidieron explicar didácticamente los porqués de la demolición del Estado, entendemos las cosas mucho mejor. He aquí un resumen, claro como el agua, de sus argumentos: Se pone precio a la sanidad para que continúe siendo gratuita y se expulsa de ella a determinados colectivos para que siga siendo universal. Se liquidan las leyes laborales para salvaguardar los derechos de los trabajadores y se penaliza al jubilado y al enfermo para proteger a los colectivos más vulnerables. En cuanto a la educación, ponemos las tasas universitarias por las nubes para defender la igualdad de oportunidades y estimulamos su privatización para que continúe siendo pública. No es todo, ya que al objeto de mantener el orden público amnistiamos a los delincuentes grandes, ofrecemos salidas fiscales a los defraudadores ambiciosos y metemos cuatro años en la cárcel al que rompa una farola. Todo este programa reformador de gran calado no puede ponerse en marcha sin mentir, de modo que mentimos, sí, pero al modo de los novelistas: para que la verdad resplandezca. Dentro de esta lógica implacable, huimos de los periodistas para dar la cara y convocamos ruedas de prensa sin turno de preguntas para responder a todo. Nadie que tenga un poco de buena voluntad pondrá en duda por tanto que hemos autorizado la subida del gas y de la luz a fin de que resulten más baratos y que obedecemos sin rechistar a Merkel para no perder soberanía. A no tardar mucho, quizá dispongamos que los aviones salgan con más retraso para que lleguen puntuales. Convencidos de que el derecho a la información es sagrado en toda democracia que se precie, vamos a tomar RTVE al asalto para mantener la pluralidad informativa. A nadie extrañe que para garantizar la libertad, tengamos que suprimir las libertades.