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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

“Unos leoneses lloraban, otros rezaban y la Catedral ardía

“Unos leoneses lloraban, otros rezaban y la Catedral ardía

En la tarde-noche del 29 de mayo de 1966 ardió el templo. Recuerdo que veíamos las llamas subidos a lo alto del depósito de agua del Colegio y que los frailes nos llevaron al Santuario a rezar.

F. Fernández recuerda en este artículo aquel sucedido.

El aspecto que presentaba el tejado de la Catedral al día siguiente era muy preocupante pero los daños, por suerte, no resultaron irreparables para la estructura del templo. 


Hace más de 40 años, en 1966 por ejemplo, escuchar las sirenas de los bomberos en plena noche sacaba a los leoneses a las ventanas. Si los coches se dirigen hacia la Catedral y de allí viene una intensa humareda ni que decir tiene que la preocupación crece. 
Si después también suenan las sirenas de la policía pues ocurre lo que ocurrió, que miles de leoneses se congregaron en los alrededores de la Catedral, preocupados, al ver cómo el humo y las llamas salían del tejado de la Catedral, aunque nadie sabía exactamente los daños que estaba provocando, cada uno decía una cosa.


Matías Díez Gómez, que bajó desde el barrio de San Mamés y pasó allí la noche, recordaba que corrieron todo tipo de bulos. “Que no era nada, sólo humo”, decían los optimistas, “que iban a empezar a reventar las vidrieras pues ya habíabajado el fuego hacia el interior...”.
Era la noche del 29 de mayo de 1966, “tal noche como hoy”. Fueronunas horas en las que los leoneses vivieron pendientes de su primer templo, la mejor joya de su patrimonio.


El Bilbao jugaba la final de Copa. Eran fechas parecidas. Aquel día, como también ocurrió hace unas fechas, los aficionados al fútbol estaban pendientes de las teles en blanco y negro porque el Bilbao jugaba la final de la Copa del Generalísimo. Su rival en aquella ocasión era el Real Zaragoza. 


Eran las ocho y cuarto de la tarde de un domingo. Muchos leoneses seguían el fútbol y otros estaban en la última misa del día en la Catedral. Fidel Alonso decía la misa cuando por los bancos comenzó a correr el murmullo del incendio. Él siguió oficiando pero otro cura, Julio Gutiérrez Frade, indicó a los asistentes que fueran saliendo y él mismo decía en la prensa que les pidió que salieran con “mucha prudencia”. Los feligreses, como parece lógico, se quedaron en la plaza donde ya comenzaba a agolparse la gente.


Pese a ser una tarde lluviosa la madera del tejado, que llevaba 60 años sin tocar desde la restauración de 1903, era un caldo de cultivo excelente para que se propagara el incendio y creciera la alarma entre los leoneses.


¿Cómo se inició el incendio en una tarde de lluvia? Nadie lo ha llegado a afirmar con rotundidad pero todo apunta a que lo causó la propia tormenta, un rayo de la misma. Uno de los curas más conocidos y recordados de León, Antonio González de Lama,también periodista y director del Diario de León, contaba en este periódico como se tuvo que refugiar de la lluvia en el bar Exprés. “Escuchamos perfectamente un estruendoso ruido de truenos seguido de algunos rayos”. Una chispa de estos se apunta como la causa principal del incendio.


Los bomberos trabajaron muy duro. A ellos se sumaron los equipos apagafuegos de la Base Aérea de la Virgen del Camino, los soldados de Almansa y hasta se habla de la oferta de helicópteros de la Región Aérea Central.

Las emisoras locales interrumpen la programación y hacen un llamamiento de ayuda al que responden los bomberos deOviedo, Santander y Valladolid y hasta el alcalde Oviedo vino al frente desu equipo de bomberos. Por suerte, sólo fue un gran susto.

 

F. Fernández (La Crónica de León 29-5-2012)

10 comentarios

Julio Correas -

Seque... un fuerte abrazo.

Esa ablación es una minucia para tu fuerza de espíritu.

Te tomo la palabra... después de Madrid 2012, Costa del Sol 2013!

Me gusta!

Me apunto!.

Un fuerte abrazo... y échale corazón al asunto!

Luis Heredia Alvarez -

Seque, que bueno que viniste. TE noto como un cañón.

Yo ya propuse hacer un encuentro en la Costa del Sol hace tres años y el inconveniente era que unos proponían la Primavera, otros Verano,otros Otoño y otros Invierno. No lo intentes porque nunca se pondrán de acuerdo.

lalo -

Tras una profunda investigación en Internet (es decir, escribiendo: León – incendio – catedral – 1966), en 0,31 segundos acabo de confirmar, gracias a fonsado.com, lo siguiente al repecto de la historia del arquitecto, que se llamaba Andrés Seoane Otero, y el incendio del techo de la catedral de León:

“… Santiago, su hijo, que por aquel entonces aprendía y colaboraba con él, me detalló la fundamental e inapreciable actuación de su padre en aquella trágica tarde-noche del 27 de mayo del año 1966 en nuestra ciudad.
Aquella tarde de primavera, se produjo una fuerte tormenta en la ciudad con abundante aparato eléctrico. Casualmente, uno de aquellos rayos, con una potencia extraordinaria, cayó sobre uno de los pararrayos de la Catedral. En una situación normal, este tipo de descargas eléctricas eran conducidas de los pararrayos mediante tirantes de metal a unos fosos en la Carretera de los Cubos; pero una de las descargas fue tan enorme y de tanta intensidad que no pudo ser absorbida, produciéndose un retroceso de la carga eléctrica que puso incandescente el hierro conductor por el que circulaba, rebotando y llegando hasta la cubierta de la fábrica realizada en madera de pinotea en el s. XIX. Esta madera, en contacto con el hierro incandescente, comenzó a arder muy rápidamente y con gran intensidad.
La actuación de los bomberos de León fue inmediata pero, ante la espectacularidad y magnitud del incendio, se decidió también avisar a los cuerpos de bomberos de Oviedo, Gijón y Zamora. Como encargado del Patrimonio y ante la petición expresa del Gobernador Civil de la ciudad, Andrés Seone se hizo cargo del siniestro y desde un primer momento coordinó los trabajos de extinción.

La primera orden que imparte es la retirada de los bomberos, dejando que el incendio, aunque controlado, se extinguiera de forma natural. Esta decisión, asombrosa en un principio, hizo que se salvara la Catedral de un derrumbe inminente.
Aquella sorprendente y valiente disposición tenía una explicación muy sencilla y Andrés Seoane, como buen profesional y experto en la fábrica del templo, la conocía. Debajo de la enorme techumbre de la Catedral construida con teja y madera, se encontraban las bóvedas de la fábrica (ver fotografías), realizadas y conformadas en piedra tova, material de origen volcánico, muy ligera y porosa, que se utiliza precisamente por su ligereza. Esta piedra, al recibir cantidades ingentes de agua, aumenta espectacularmente de peso, lo que hubiese originado toneladas y toneladas de sobrepeso en las bóvedas y su desplome inevitable.
La polémica decisión de Andrés Seoane Otero de retirar los bomberos en pleno incendio, salvó la Catedral de Santa María de un indudable derrumbe y, gracias a ello, todavía podemos seguir disfrutándola. Por este hecho, y aunque pocos leoneses lo conocen, Andrés Seoane fue reconocido a nivel nacional con la Encomienda de Alfonso X el Sabio.”

Pues eso.

Ezequiel (Seque) -

Sí, un dia fui afortunado y en una tarde soleada, con la catedral cerrada al público a las cinco de la tarde, cogí una borrachera de sensaciones, cuando D. Joaquín Hernández (compañero de seminario de mi padre) me regaló la posibilidad de disfrutar aquella hora inolvidable tocando el órgano. Esa catedral tiene connotaciones especiales para mi.
Mañana el cardiólogo me dará la fecha de mi tercera ablación de corazón ( no de clítoris). He tenido dos ablaciones "interruptas" y espero que a la tercera sea la vencida. Hay que estar en condiciones para poder organizar algun día un encuentro frívolo en la Costa del Sol, que aquí no tenemos monumentos de piedra. Pero haberlos haylos.

Ezequiel (Seque) -

Cuando ingresé en el colegio de la famosa paramera, provenía de Salamanca, pero yo y otros doce hermanos más nacimos en León y viví allí mis primeros 8 años. Mi padre, militar del ejército del aire, trabajaba en el aerodromo de la Virgen del Camino y cada vez que ascendía, había traslado y mudanza.
La catedral de León forma parte importante en la arquitectura del inconsciente de los escenarios remotos de la infancia, que configuran parte de los cimientos de mi biografía. Recuerdo esa noche, el lejano y débil fulgor del fuego que destacaba entre las luces de la ciudad y la escasa oscuridad de una noche de luna llena o creciente. La huella y engramas de la memoria se grabaron con la profundidad del sentimiento de tristeza e incredulidad de que pudiera reducirse a escombros aquella impresionante maravilla. Unos años antes había contemplado el incendio del seminario al lado de San Esteban de Salamanca donde yo vivía y donde hicimos una inmensa cadena humana para sacar y salvar del fuego numerosos objetos de incalculable valor histórico y artístico.
No, nuca he podido olvidar aquella noche en la que no pude dormir y que amaneció con la tranquilante noticia de que tan solo había afectado a la vieja techumbre de madera y los daños reparables de alguna vidriera.
Tengo grabados sonidos que brotaban de los tubos del órgano y transcurrían por la
increible acústica ogival formando una sinfonía multicolor de luces los dias en que el sol se filtraba por las vidrieras. Sí, un dia fui afortunado

Luis Heredia Alvarez -

En el fragor de la batalla episcopal, se me olvidó felicitar a Francisco por su futura abuelez.
Lo hago ahora ya que,lo mismo que la Catedral, resurgió como el Ave Fénix sus cenizas para desmostrar su fortaleza y como los viejos parameros, nunca mueren.

Francisco, cuando tengas a la nieta entre tus brazos, ya sabes, a colgarla..de la orla como hicimos los demás. Los nietos de Antonio Argüeso figuran en orla aparte por lo altos y grandones que son, como el abuelo, y porque ya ocuparon todo el espacio. Tienes que ir a colgarla a la de la yeguada 2007 en adelante. Hazlo nada más parir porque al paso que vamos tampoco vas a tener sitio para la chiquilla.

Luis Heredia Alvarez -

¡Madre mía¡, yo ya llevaba dos años en el Colegio y, de verdad, no me acuerdo de la fatídica noche.

Estas cosas son las que me descuadran. ¿Cómo es posible que no me acuerde de esa noche tan trascendental en aquellos años y sí, por ejemplo, de la de Rafael en Eurovisón? Por poner un mal ejemplo.

¿O habré bajado al Santuario durmiendo? ¿Seguro fué en el 66?

Daciano Cuesta -

Era mi tercer año en el colegio (por desgracia primer año en que 3º A no pasó a la escuela mayor, con gran disgusto por mi parte, no cuadré nunca con el P.Cura) pero recuerdo aquel día, mas bien la noche, como algo que podía haber sido un desastre, pero que no llegó a tanto.
Recuerdo así mismo que al día siguiente, no sé quién, nos explico que el mayor miedo que tenían no era tanto que se quemara el tejado, sino que el calor fundiera el plomo que se utilizaba para asentar las piedras, de ahí según nos dijo, viene el desplomarse un edificio.
También recuerdo que aquel año ganó el concurso de escaparates de Navidad una joyería que expuso, no sé si era su escaparate u en otro local, pero estaba en Ordono II cerca de la plaza de Santo Domingo y consistía en una cinta sin fin en la cual iban los seminaristas llevando diferentes joyas de la catedral al seminario mayor para evitar que se quemaran. Ahora con el tiempo no recuerdo que llevaran libros, cuadros o imágenes, sería por la cosa del volumen para el escaparate.
Respecto a lo del arquitecto no recuerdo haber leído nada, pero tendría su lógica, aunque sería difícil convencer a las fuerzas vivas, de todas formas gracias a aquellos bomberos hoy podemos disfrutar de una catedral única sobre todo en sus vidrieras y en su uniformidad de estilo, que podemos ver con deleite aunque, como en casi todas, con algún euro menos en el bolsillo.
Que disfrutéis mucho.

Juan A. Iturriaga -

La historia del arquitecto y de los bomberos no sé si es cierta, pero tengo en la familia una experiencia que es la siguiente:

Hacia el año 1976, en una casa, declarada monumento histórico, con pinturas, paredes tapizadas, espejos valiosos, biblioteca, etc, se declaró un incendio en una escalera.
Vinieron los bomberos, y atacaron el incendio con un auténtico diluvio indiscriminado que en la práctica, arruinó la casa. Ya no se pudo habitar. Fue un desastre.
Hoy en día, en teoría, esas cosas no pasan ya que, en los cuerpos de bomberos un poco serios, tienen sus propios arquitectos y trabajan con otras técnicas, aunque siempre queda algún memento de las famosas “ideas de Bombero”.

Yo me acuerdo perfectamente de ese día y de los rezos en el Santuario. Parece que se hacía más fuerza desde allí que en las capillas.

lalo -

En algún sitio leí o alguien me contó que el verdadero salvador de la catedral aquella noche fue un arquitecto que convenció a las fuerzas vivas y a los bomberos que lo mejor era no echar agua y dejar que se consumiese el entramado de madera del techo. Así, una vez hecho cenizas, la piedra no iba a arder y se evitaban los daños del agua.
No sé si es cierta la historia, pero de serlo, lo que más me asombraría es que en aquella situación dramática, dantesca en el exacto significado del término, gobernador civil (y jefe provincial del Movimiento), obispo plenipotenciario, alcalde y jefe de bomberos aceptasen la proposición del técnico arriesgándose a que la catedral se viniera abajo.
Pero no sé, repito, si esta historia es cierta. Aunque seguro que alguien del GL, el documentadísimo Furriel, sin ir más lejos, nos sacará de dudas.
Por cierto, a mí no me queda ningún recuerdo de aquella tarde-noche de fuego y humo.
Salud