Blogia
Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

Manolo Centeno - IN MEMORIAM

Son recuerdos del amigo hermano a quien tanto quise.

El amigo que nunca quería aparecer delante incluso cuando todo el mérito del asunto fuera suyo (Chema Sarmiento).

El amigo que anteponía los sentimientos de los demás a los suyos propios (Juan Antonio).

Nunca te olvidaré.

15 comentarios

Daniel Orden -

Me entero hoy de la partida de Manolo, una gran tristeza me embarga. Quisiera compartir su despedida. Abrazar a Feli, Ana, sus hijos. Para ellos desde aquí con nuestro cariño.
Daniel-María

joaquin lopez-malla ros -

ana, cuando me enteré sólo me salió un taco que no se si fué políticamente correcto per fue lo que me salió del corazón.
Ahora después de ñeerte sólo me sañe OS QUIERO y no se te ocurra nunca pasar de tus tios-hermanos-amigos y , con el permiso de tu marido y en el mejor de los sentidos amantes porque me enfadaré mucho e ire a buscarte con el basquito. BESOTE ENORMES

José Mª Sierra Tascón -

Ana: Me dejas sin palabras. Solo decir que "conocí" a tu padre en circunstancias difíciles para él. Para mi también eran complicadas por la operación que iba a sufrir.
El día que iba a hacerme unos análisis para el preoperatorio, a las 8 de la mañana, estaba esperándome para hacerme compañía. Él, que estaba con la quimioterapia; él, acompañando a quien teóricamente estaba mejor... Y no se separó de mi en todo el proceso.
Y me presentó a Fely, su esposa, tu madre, de la que no recibí más que atenciones y cariño.
Y después, nos vimos más veces, nos llamamos por teléfono, tomamos algún café, comimos juntos...
Eso no es amistad, Ana. Eso es AMOR con mayúsculas.
Y eso es lo que siento, sentí y sentiré por Manolo, por el Sr. Centeno.
Y es lo que siento por vosotros, su maravillosa familia: Un cariño muy especial.
Un beso para ti, para tu madre y para tu hermano, al que no tuve el placer de poder saludar.
Os quiero.

andres cortés aranaz -

Buenos días Ana:
Cuando los mejores se nos van es cuando nos damos cuenta de lo que dejan. En tu comentario te abres en canal delante de los que queremos a tu padre y descubrimos que lo que el bueno de Manolo sembró, lo tenemos entre nosotros. No nos dejes nunca y recurre a tus amigos siempre que quieras. Siempre será un honor.
Abraza a tu madre. Os queremos.
Tere y Andrés.

jose ignacio -

Ana, un besín. Cuida de tu madre.

cuando cierro la puerta
preparo dolor con pena,
cosecha que da su huerta
para comerla a la cena.

Javier Cirauqui -

Gracias por tu sentido y auténtico escrito.
Un saludo con todo mi cariño.
Javier.

José Luis Alcalde Revilla -

Ana, maravillosa comunicación y tan natural que me sienta muy bien...no tengo más palabras, pues no quiero distraer a cuantas/os te leen y te sienten, porque nos llegas a fondo...¡Gracias, cielo de hija en la tierra! un besito...

Julio Correas -

Un beso, Ana.

Pedro Sánchez Menéndez -

Ana, me dejas sin palabras. En las tuyas nos transmites toda una vida profundamente humana que sigue presente entre nosotros. Besos para tu madre, para tu hermano y para ti. Pedro

Ana Centeno -

Serían las brujas, el azar, o tal vez el penúltimo guiño de papá... Ayer, en un intento por ir sobreponiéndonos a la inmensa pena que nos emborracha el corazón y los recuerdos, abrimos un cajón donde el Sr. Centeno guardaba sus bienes más preciados: cuatro relojes de pulsera. Y serían las brujas o la casualidad, pero se me llenaron los ojos de lágrimas cuando vimos incrédulas que los cuatro relojes tenían las agujas paradas exactamente a la misma hora, las 9:16.

Se ha ido el Sr. Centeno, el de la sonrisa bonachona, el que al entrar en casa silbaba, el que cultivaba las mejores y más grandes patatas de la Cepeda, el que hacía los mejores botillos. El que me leía cuentos cuando niña, el que me aconsejaba de adulta, el que hacía todos los sudokus de los periódicos, el que nunca tuvo nada porque siempre nos lo dio todo.

Recitaba de memoria y sin atisbo de duda las preposiciones en latín y los nombres de los hijos de Jacob, ¡cuántos paseos dimos juntos!

Encontró en vosotros a sus amigos-hermanos y revivió su niñez, y se asombraba pensando qué extraño vínculo os uniría para, después de tantos años, volver a abrazaros como si no hubiese pasado el tiempo. Os lo dijo no hace mucho: Os quiero. Y podéis sentiros orgullosos, porque no era papá muy dado a expresar ese tipo de sentimientos.

Se fue el martes y se fue como vivió: tranquilo. Se fue arropado por el calor de su mujer y de sus hijos, cogido de mi mano y en silencio.

Se fue y dejó a mamá, su compañera desde hace casi 40 años, y a nosotros sus hijos, con una pena muy grande. Se fue pero no se irá nunca, porque guardamos muchos buenos recuerdos que harán que siempre esté con nosotros. Se fué pero siempre estará aquí, en cada rincón de nuestros corazones.
El dolor es muy grande, inmenso. Es una falta que nunca se suplirá, porque ya te echo mucho de menos papá... Porque ahora me encuentro como un gato cuando le cortan los bigotes, que no sé dónde estoy ni hacia donde voy, porque te has ido y ya nunca más me mirarás con orgullo de padre, y nunca más podremos ir a tomar café, ni volverás a mandarme una caja con hojaldres como cuando estuve en Soria.
Sé que llegó tu hora, y sé que era el momento, y que ahora estarás jugando la liga de las estrellas, y me consuela saber que donde estés me sigues cuidando, pero no puedo evitar enfadarme con el mundo porque es demasiado pronto. Perdóname papá por todos los malos ratos que te dí, por tantas preocupaciones... creo que te fuiste sabiendo que te quiero y ten por seguro que nunca dejaré de quererte.
Me dejas miles de recuerdos imposibles de enumerar aquí, cada momento que pasa recordamos una frase tuya, una broma, un chiste... Permíteme que me quede con tu cara de satisfacción y felicidad cuando vestida de novia caminamos del brazo por el pasillo que me acercaba al que se iba a convertir en mi marido.

Espero que allá arriba puedas seguir sientiéndote orgulloso de mi.

Te quiero papá.

Javier Cirauqui -

A MANOLO:

Te vas...
y los familiares y vecinos de la Cepeda y de Vega de Magaz, con llanto contenido y el corazón en un puño.
Te dicen adios...

Te vas...
y tus hermanos-amigos, los presentes y los ausentes, que te regalan flores blancas y te dedican versos.
Te dicen adios...

Te vas...
Y las nubes sobre los cerros, amenazando lluvia, se contienen, y un sol brillante las atraviesa, camino de la sierra,
Te dicen adios...

Te vas...
Y los árboles, junto al cementerio., susurran y hacen sones de despedida con sus hojas.
Te dicen adios...

Te vas...
Y Feli, Ana y Arturo, te conservan dentro, en el relicario de su corazón, en el recuerdo íntimo y cómplice de sus amores y sus vivencias...
Te dicen un hasta siempre-adios...

Te vas...
y todos despiden al hombre, tierno, sencillo, que fuiste, aquel que desplegó su bonhomía por todos los lugares donde pasastes, y con una sonrisa, tímida, confundida y apenas esbozada.
Te dicen adios...

Te vas...
Pero te quedas en el corazón de todos nosotros, tu mujer e hijos, tus compañeros hermanos, tus vecinos...
Te quedas...

Te vas...
Pero te quedas, entre los botillos, las mayúsculas patatas de tu huerto, el bonsai de los ocho años y entre emotivos cantos de: "Cerca de tí Señor" y "Adios madre de mi vida triste llega la partida..." y aquella declaración de amor de dos sílabas: "Os quiero"
Te quedas...

Te vas...
pero te quedas.
¿Volverás?
Volverás porque no te has ido...

Un fuerte abrazo, MANOLO.

Javier.



martin -

Jose Mari, genial como siempre. Quique, nadie ha dicho tanto en palabras tan justas. Siento que nuestro Manolo le habrá gustado y la espera hasta que nos volvamos a encontrar se le hará más corta.

Isidro Cicero -

Una vez más, me impresionan los güevos que tenéis los de León.

¡Sabiendo lo que sabíais..!

Sois demasiado.

Andrés Martínez Trapiello -

Dice mi madre "hablas mal, que te educaste en un colegio de pago", pero estos últimos años, a las ocho de la mañana, cuando tomábamos el primer café del día, mi saludo a Manolín era "qué hay cabronazo" y él me devolvía una sonrisa.
He visto tu vídeo, Josemari, y me he empachado; y te quiero decir como a Manolín: Gracias, cabronazo.

José Luis Alcalde Revilla -

...Manolo Deceno..Centeno...Mileno...Infiniteno...nos llenas...donde estabas y donde ahora estás...siempreeee!!! No puedo decir más, tras lo visto, disfrutado...las lágrimas tapan mis ojos y apenas puedo escribir..si pensar...sentir...amar y así me quedo contigo y con todos vosotros/as...