TRES EN ROMA
Fotografía que nos envía Baldomero. Está titulada como: "Concierto en Roma, Diciembre 1975".
Aparecen en la foto Santines Vibot, el propio Baldomero y P. Ulzurrum.
Fotografía que nos envía Baldomero. Está titulada como: "Concierto en Roma, Diciembre 1975".
Aparecen en la foto Santines Vibot, el propio Baldomero y P. Ulzurrum.
9 comentarios
Vibot -
Gabriel Navarro -
Vibot -
Un abrazo y gracias por tus aclaraciones.
Gabriel Navarro Martín -
Vibot -
un viaje inolvidable, ¿verdad?
Pablo VI tenía algo especial en la mirada. Y aquellas altas bóvedas, que yo me había perdido cuando niño, en aquel otro viaje con Torrellas, estremecían el alma de belleza e imaginados días irrecuperables. Hasta pronto, Gabriel.
Gabriel Navarro Martín -
Vibot -
Vibot -
vestíamos como podíamos. Me acuerdo bien de aquel sol de invierno en Roma. Y de aquel traje con jersey debajo, por el frío, aunque a Ulzurrum Biurrum no parecía afectarle, tan machote él.
Baldo y yo íbamos más formales, él porque era el director de la escolanía y yo porque era el que le iba a sustituir durante su año de sevicio militar 75-76. Creo que la foto y el viaje son del 74.
¿Alguno de los que vinieron a Roma entonces podría aclarármelo?
Yo llevaba en aquel viaje un abrigo largo gris de espiguilla, con grandes solapas y ese traje con unos zapatos nuevos muy bonitos... y alguno de los chicos me preguntó extrañado, y con razón, que si en el convento (yo estaba aún en San Esteban de Salamanca) nos compraban toda esa ropa tan chula. Y claro que no: La verdad es que el abrigo me lo habían comprado mis padres, que tenían entonces un zapatería, de la que eran los zapatos nuevos, y el traje -aunque entonces no me atreví a decirselo por vergüenza-
no era mío. Cacho, un compañero de curso ahora en América que muchos conocéis, tenía un hermano muy pintón y bailón en Valladolid que le había cedido ese traje bastante usado. Pero a él, que había engordado bastante aquel curso, tampoco le valía ya. Y me lo cedió a mí que estaba más delgado.
Confieso que sentía cierto vértigo mundano cada vez que me introducía en aquellos pantalones un poco Travolta que tanto habían bailoteado por las pecaminosas Boites de aquel Valladolid del últimísimo franquismo.
Y este es el único traje que tuve todo el año de mi escolanía para las misas de los domingos y los conciertos... ¡qué tiempo tan feliz!
Juan A. Iturriaga -
Casi me da vergüenza decir que me gustó muchísimo.
Se ve la Roma de siempre, pero con más color, y las mujeres de siempre, con más descaro, y los hombres que fabrica este mundo, fieles a su destino, siguiendo la llamada de la madre naturaleza.
En alguna otra ocasión, ya dije que, por circunstancias, tuve que trabajar con Italia durante muchos años. La conocí bastante bien y Roma, en un tiempo, era parte de mi circuito de ventas.
Tuve algunos clientes como los protagonistas de la película. Ricos, coquetos, con trajes impecables, exquisitos en sus gustos, con unas ganas locas de divertirse y por supuesto frustrados, no faltaría más.
No hay que olvidar que es el país donde se fabrican los Ferrari, Maserati, Lamborghini, Bugatti y algunos más. Estos coches no los compran los niños veinteañeros. Los compran sus padres, podridos de dinero y con miles de sueños perdidos. Como casi todos.
La única nota que me desorientó un poco fue la aparición de la iglesia. Monjas guapísimas que van a los restaurantes acompañadas de algún cura y que son capaces de pagar setecientos euros por un pinchazo de botox, o un cardenal sui generis que solo hablaba de recetas de cocina, o una santa con representante y todo.
En relación con la iglesia, yo he pasado ya a la tercera fase, después de ser adepto y detractor, ahora me mantengo más sereno y veo las cosas, aunque con cierta ironía, a una prudencial distancia.
Más que recordarme a la La dolce vita, creo que la película huele a Fellini.
Afortunadamente estos tres de la foto se fueron de Roma y espero que estén satisfechos con sus destinos. Me alegro por ellos.
Lo que es curioso es el look tan diferente que tienen los tres.
Hoy los jóvenes, aunque no lo crean, son más homogéneos en el aspecto. Es la impresión que tengo.
Un abrazo a todos.