NUNCA CEJES (José I.Serrano Mallada)
con emoción
en la cena
reparte pan
junto al vino.
cena y amigo,
beso y traición.
clava el clavo
clava fuerte
clava a muerte,
pronto dictan
la condena:
muerte en cruz.
dura pena,
se apaga luz.
sólo un grito:
NO TE ALEJES
clava manos,
clava pies.
una madre,
dos hermanos,
es pobre mies
sólo un grito:
NO TE QUEJES
ojos cierra,
da un suspiro,
pide tierra
aquel cuerpo
de zafiro.
clava el clavo,
clava fuerte,
clava a muerte.
sólo un grito:
NO ME DEJES
clava lanza,
entra dentro,
rompe hueso,
ya sin sangre
sale un beso.
clava el clavo,
clava fuerte,
clava a muerte
Sólo un grito
NO ME VEJES
hace años
miró un niño
a los ojos
del clavado,
del desnudo,
frente a frente
clava el clavo,
clava fuerte,
clava a muerte
sólo un grito
NO ME ENREJES
aquel niño
hoy es hombre
y esos ojos,
y ese nombre
no se marchan
de su mente..
clava el clavo,
clava fuerte,
clava a muerte
solo un grito
NUNCA CEJES
jose Ignacio serrano mallada.
3 comentarios
jose ignacio -
Mi querido Eugenio, hoy, en tiempos de sufrimiento de los débiles, hacen falta poemas de amor como el de Juan del Encina. (siglo XVI)
Tu cura de Burganes ha perfumado con su amor y entrega la tierra que le cubre.
Se fue en silencio. Está orgulloso de haberte tenido como amigo.
POEMA DE AMOR EN TIEMPOS DE DOLOR.(Juan del Encina, siglo XVI)POEMA PARA TODOS LOS TIEMPOS.
Canta el cantor:
No te tardes que me muero,
carcelero,
no te tardes que me muero.
apresura tu venida,
carcelero,( y sigue...)
hoy el enamorado diría:
mi fé en ti no está perdida,
pues soy tu esclavo, no tardes
en romperme esta cadena
de vivir a tu medida
y pensar en que sólo ardes
porque yo muera de pena.
http://www.ritmic.com/amancio-prada-151018/no-te-tardes-que-me-muero-2485518.html
Eugenio González Núñez -
¡No cejes, Josemary!
¡No cejes, por favor!
El grito llegó tarde
y José María partió.
Cuando a levantarlo fueron,
estaba solo,callado,frígido.
Se cayó de bruces
en el cemento frío
-y en noche pía-,
se nos fue triste
y sin despedida.
Fue en un Martes Santo:
roto de gritos y lamentos.
Murió como había vivido,
solo y servicial, sonriente,
cercano y afable, risueño,
sincero, fiel y compasivo.
Así se fue mi amigo,
el cura de Burganes:
apartado y comedido,
igual que había vivido.
Quien a tantos había consolado,
inexplicablemente, se fue mudo.
Cumplidor, no pudo levantarse
para darnos un adiós definitivo.
Austera, sola y silenciosa fue su muerte,
como un paso callado, trágico y doliente
de la primaveral semana santa sanabresa.
¡No cejes, José María, no cejes, por Dios!
-espanta la soledad, convoca la compañía-,
a punto estuve de gritarle en el pasado, pero
nunca partió mi aviso, para el amigo amado.
A Dios le dejo el mandado:
para que Josemary tenga,
una eternidad ¡acompañado!
Viernes Santo.
Sólo un grito:
¡Nunca cejes!
Eugenio González
Abril 18, de 2014
enrique frade -