FALLECE EL P. ANGEL
Fallece el padre dominico Ángel Pérez en Salamanca
Estuvo al frente del Santuario de la Peña de Francia durante dos décadas
Esta madrugada fallecía el religioso dominico Fr. Ángel Pérez Casado, a los 85 años de edad y tras una larga enfermedad. Fraile muy querido en la Diócesis de Salamanca, había sido profesor, misionero en Perú y durante 20 años estuvo al cuidado del Santuario de Nuestra Señora de la Peña de Francia.
Fr. Ángel Pérez, nació en Aldehuela de la Bóveda, Salamanca en 1935, hijo de Julio y Esperanza. Sus primeros años transcurren en Salamanca donde recibe la primera enseñanza y hace el bachillerato en los salesianos.
Frecuenta en ese tiempo la iglesia de los dominicos de San Esteban, donde acudía con frecuencia a «oír misa, a asistir a las novenas, procesiones,…» como felizmente recordaba hace unos años, cómo nació su vocación. Al terminar el bachillerato, en 1952 ingresa en la Orden d los Dominicos en Palencia, realizando su profesión el 15 de noviembre de ese mismo año.
Tras estudiar filosofía en las Caldas de Besaya (Cantabria) y teología en Salamanca, recibe la ordenación sacerdotal en diciembre de 1959. Tras terminar sus estudios, su primera asignación es en la Virgen del Camino, León, donde ejerce como profesor y formador de los dominicos, trabajando también en la atención pastoral del santuario. Con treinta y cinco años, 1970, es destinado a la misión de los dominicos en Quillabamba en el Perú, donde pasará siete años ejerciendo su ministerio misionero y cooperando en el despliegue del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado.
Regresa a España en 1977 para atender la enfermedad de su padre, será destinado a Alcalá de Henares donde ejercerá como profesor de Instituto. En 1982 es destinado a la casa de formación, Convento de Sotomayor, donde a parte de atender a su madre será responsable pastoral de las comunidades de Arabayona y Pedroso, simultaneando esas tareas con el ejercicio docente en un Instituto de Salamanca y en con colegio privado de religiosas.
En 1997 es destinado al convento de San Esteban para colaborar en el trabajo del santuario de la Peña de Francia. En 1988 es nombrado Rector, tarea que desarrollará por casi veinte años, destacando por su celo pastoral y amor a la Virgen de la Peña. Su trato delicado a los peregrinos que se acercaban al santuario y su preocupación por la comarca, serán su seña de identidad como pastor.
Vivió los últimos años de su vida dando testimonio de una gran dignidad y entrega en su larga enfermedad
18 comentarios
José García Gómez -
Ambos fueron referentes para nosotros, poniendo de su parte cuanto podían para llevar las naves a puerto.
Mantendremos su recuerdo mientras sigamos haciendo camino al andar.
Un abrazo a todos.
molpeceres -
Manuel Esteban Sánchez -
Manuel Esteban Sánchez -
Esteban
Daniel Orden Santamarta. -
Hoy la Peña de Francia, sobre todo, está silenciosa, ni el viento se oye, triste, sus campanas repican a difunto por ti.
D.E.P.
Isidro Cicero -
El P. Ángel, 27 años entonces, me tranquilizó como cuento en ese capítulo 35 que acabo de releer, me dio paz y conocimiento.
Esos conceptos, tranquilidad, paz y conocimiento, pensé que los estaría viviendo él allá arriba, en la Peña de Francia cuando lo escribí. Se lo deseé.
Seguro estoy ahora de que sí, lo estaba disfrutando. Dentro de lo que cabe, claro.
Tranquilidad, paz y conocimiento vinculados a un lugar, fue el ideal de prlos monjes antiguos y medios, Bernardo entre estos últimos. Bernado, y paso a traducir para ti las frases latinas que, por coqueta modestia me solicitas. Esto lo hacía también Santa Teresa, decía la muy bribona que ella no era latina, ya, ya.
Bernardo habla de un locus quietus, un lugar tranquilo, la Peña, lo es por antonomasia.
Dice que en un lugar tranquilo, la voluntad de Dios se nos manifiesta bondadosa,placentera y perfecta. En un lugar tranquilo es inconcebible un Dios con arrebatos de cólera o descuidado. Un Dios que no causa terror sino dulzura. Un Dios que no produce ansiedad sino calma. Un Dios que lejos de torturar a los sentidos, los sosiega.
Bernardo, que como bien sabes, sustituyó a Beatriz en el último tramo del viaje por el Paraíso, ya casi dando vista a los ojos de la Virgen, se ve que era un lugar ya demasiado sublime para dejar la guía de Dante en manos de una chavala, encontró para sus monjes un lugar paradisíaco entre montes Jura y lagos,aproximado al descrito como paisaje del Dios descrito.
Quiera Dios, ese Dios, acoger en un lugar así a Ángel Pérez Casado y a todos nuestros queridos difuntos. Amén.
Luis Carrizo -
Por cierto, he vuelto a encontrarme con bellísimos poemas de Santos Suárez, que también han mejorado, cosa que hubiera podido parecer imposible.
Y un libro, admirado Santos, con una recopilación de tus versos, ¿no sería posible?
Luis Carrizo -
Yo le pediría a Isidro, en pago de esta innecesaria publicidad, que nos declarase la traducción ad pedem litterae de las dos o tres frases latinas con que lo ilustra, haciendo mención a su contexto.
Gracias anticipadas.
Santos Suárez Santamarta -
cuando joven fraile era
y sin dudar yo dijera
que así vivió hasta el final.
Transparencia de cristal
y surtidor de alegría,
el Padre Ángel tenía
el don especial también
de que te sintieras bien
estando en su compañía
Juan A. Iturriaga -
Estuve visitando Lisieux, sobre todo por la curiosidad sobre las maravillas que el P. Ángel predicaba de Santa Teresa y su entorno.
Un abrazo a sus allegados y familiares.
Pedro Sánchez Menéndez -
Marcos Berrueta -
Luis Heredia -
Prodigiosa memoria después de tantos años de separación. Y un detalle que me asombra más aún: lo jóvenes que éramos tanto los estudiantes como los frailes y la poca diferencia de años que nos separaba unos de otros.
Descansa en paz, Padre Angel, y desde donde estés, sigue acordándote de nosotros.
Un abrazo muy fuerte a toda su familia y a la dominicana.
Fernando Alonso Díez -
José Luis Suárez Sánchez -
J.M. de Pablos -
Fuimos muy bien recibidos cuando en la reunión que celebramos en Salamanca nos acercamos a la Peña de Francia.
D.E.P
Isidro Cicero -
Hablé de él largo y tendido en "la Vendedora de Globos". Remito mis recuerdos y elogios a lo allí escrito. Le agradezco el excelente trato, juvenil y amable, que me prodigó.
Javier Cirauqui -
"Una vez dentro del templo
el Padre Pérez Casado
nos recibe emocionado
y nos preside la misa
con denodado entusiasmo
y en la sentida homilía,
el Padre Ángel recuerda
al Padre Uría y Torrellas.
A la Virgen de la Peña
y a su hermana del Camino
con entusiasmo entonamos
esos himnos tan queridos.
Adios Madre de mi vida
como despido cantamos
a la Virgen que preside
este hermoso Santuario.
Fotografías del grupo,
libros y explicaciones
de Arte Historia y este Entorno
el Padre va desgranando.
Despedida muy emotiva
y a La Alberca ya nos vamos..."
Un recuerdo cariñoso para él, sus familiares y sus compañeros dominicos.