TRAMPANTOJOS
A mi modo de ver, la cosa va tal que así: Desde que el mundo es mundo, el clero decora los recintos reservados a lo sagrado para hacérselos más bellos, más impresionantes, más inolvidables, a los peregrinos que se acercan a ellos urgidos por la necesidad de contactar con el misterio, es decir a aquello que no acierta a explicarse. De esta necesidad el clero sabe bien los perfiles desde que dejamos de ser animales de monte, sobre poco más o menos desde que empezamos a impresionarnos por el asunto de nuestra muerte amén y la muerte de aquellos a quienes tanto amamos.
Desde que el mundo es mundo estos decorados siempre se los ha encargado el clero a los mejores artistas de cada época. Soy de los que pienso que el decorado del espacio sagrado de Altamira no ha sido capaz de superarlo nadie. Todavía tengo los pelos de punta por la última vez que entré en la cueva, el a
Pero el decorado no es eterno, como tampoco es eterna la creencia. Dura el decorado lo que dura el misterio, y cuando el misterio se agota, el clero descuelga el decorado, dobla la sábana, y empieza a pensar en otro, uno más a la moda. Y deja el anterior abandonado. Así desde que el mundo es mundo.
Nosotros conocemos muchos decorados de este tipo abandonados. Y sabemos que tiene que haber existido muchísimos más. Desde que el mundo es mundo, millones más. Los realizados en soportes demasiado perecederos duraron poco tiempo después de interrumpido el culto –aunque yo he visto en Kyoto decorados budistas hechos de madera del año de la pera-. Los que se hicieron en soporte mucho más resistente han durado mucho más, como los templos del sol y de la luna de la avenida de los muertos en Tenochtitlan o las pirámides de Keops y compañía que nos explicaba en la paramera ya con diapositivas el padre Arenas y cuyos misterios profundos, a los que estos monumentos servían de escenario, apenas llegamos a intuir. Las vidrieras del poniente de la paramera acabarán descomponiéndose también, porque como dimos el año pasado, repasar apuntes, el cristal es un líquido helado de una extremada resistencia y con una velocidad mínima de flujo prácticamente infinita. Pero no infinita, no infinita, lo definió el genial Gustav Tammann.
Cuando la gente se harta del trampantojo, o cuando descubre lo que hay detrás, el trampantojo se abandona, se estropea y se desmonta. Cuando la vieja piedad se abandona, se olvida el decorado que la servía de escena. Se abandonó la capilla de Altamira -aquello sí que es una capilla-y ahí ha permanecido la cueva, decorada perfectamente, como esperando que regrese otra vez el cura a volver a celebrar el santo sacrificio del bisonte, cuando en la religión de la caza ya nadie cree. Ahora nos peleamos unos con otros porque no acabamos de ponernos de acuerdo sobre cómo podemos conservar mejor aquellos murales de la capilla de capillas, los decorados para aquella prehistórica piedad que ya no tiene fieles ni clero. Estos decorados los tenemos ahora cerrados herméticamente, como una fiambrera, no se nos vayan a destruir con un aire.
Con Delfos pasó lo mismo, ¡qué abandono los dominicos de entonces respecto al altar más significativo de la historia antigua¡ ¡Qué abandono¡ Y Delos, a una milla de navegación sobre poco más o menos desde Miconos, Delos, donde nació Apolo junto a su hermana gemela Artemisa, es ahora una ruina, no te haces idea hasta qué punto es una ruina. Una ruina como miles de ruinas repartidas por todas partes, no sólo en Soria, a las que -gimiendo y llorando- un día acudieron los hombres y las mujeres y que hoy son los restos de un montón de piedras. Las piedras que les han sobrado a los vecinos después de que estos aprovecharan los mejores sillares para construir las fachadas de sus casas y los puentes.
A las lágrimas llegué yo, a las lágrimas, en el refectorio de Santa María dei Fiori, -“nuestro” convento de Milán, como nos recalcaba el padre Guervós instándonos a considerar “nuestro” a San Gregorio de Valladolid-, a las lágrimas llegué yo contemplando la destrucción de la Última Cena que Leonardo les pintó a los dominicos de su tiempo, creo recordar que por encargo del conde Sforza. No sé el dineral que se ha invertido en preservar de la muerte eterna aquel milagro del refectorio que albergó durante meses los caballos de la caballería francesa de Napoleón y estuvo a la intemperie muchos años. Ahora le han puesto un blindaje como si detrás estuviera el tesoro del Banco de Sicilia propiedad de la mafia. Yo creo que el tesoro que hay allí es mayor que el del Banco Central. No te dejan permanecer delante de la Cena nada más que unos minutos, diez, si mal no recuerdo.
O sea, el Deterioro. Haces bien, José Mari querido, en rebelarte contra el Deterioro y hacéis bien los que siguiéndole, os habeis rebelado también contra la caída de las capillas en las que si nos descuidamos nos forman. Contad también conmigo para echaros una mano en la ardua tarea que os espera de ponerle freno al Deterioro. Me apunto. Pero también te digo una cosa. El Deterioro de las Capillas no es de las capillas en sí, ese es sólo la consecuencia. El Deterioro y el final melancólico es el fin de una época, que sin duda creyeron perdurable y tenía los pies de barro.
Una época que empezó con la bellísima fotografía que nos pusiste unos portillos más atrás. Vemos en aquella fotografía que las Capillas todavía ni siquiera estaban. Como tampoco estaba la gran torre central frente a los campos inmensos que nos sirvió por una parte, como depósito de agua, y por otra, como soporte más o menos resistente para que Iturgáiz decorara un escenario enorme con un San Pablo monumental, también un mosaico. Aquel San Pablo, desde su altura gigante, estuvo observando todas nuestras evoluciones por aquellos páramos silenciosos.
En la fotografía de 1956 los páramos se nos muestran solitarios y un poco siniestros por la luz. Si no fuera por el camino que ya aparece transitado, a todas luces muy bien transitado. El camino hacia el Tomillar, en dirección contraria a lo sagrado, que por entonces sólo servía a los paisanos de los alrededores para llevar al pasto los rebaños de ovejas, para ir a atender los sarmientos y para vendimiar cuando el tiempo lo permitiera.
(Santiago Rodríguez que para reclamar mi presencia recurres a la hipérbole de llamarme el Cervantes lebaniego. Gracias, pero no se merece el elogio, ni tampoco es verdad. Si te oyeran los de Liébana se escandalizarían, porque ellos no tienen de mi el alto concepto que tú tienes. Será porque me conocen más o porque no acaban de digerir algunas cosas que sobre ellos tengo escrito. Antonio Argüeso y yo nos veremos el día 2 por la mañana.
Isidro Cícero.
15 comentarios
mariángeles -
Antonio Argüeso -
Lo arriba escrito por Isidro y por Vibot han refrescado (¿rejuvenecido?) los enlaces de la memoria. Un lujazo.
Vale por el premio a Máximo; vale. Genial fue, sí señor.
Isidro Cicero -
Por cierto, amigos. ¿Hay algún premio, alguna medalla, alguna distinción para premiar la genialidad de un excompañero de los de allí?
Porque si la hay bien, y si no la tendría que haber para dársela a Maximo Olóriz por la genialidad del Dia europeo de la Ópera en el Iruña de Pamplona. (¿Era el Iruña, ¿no?) Pues eso, Olóriz, de mi curso, el más sobresaliente del año por esa gesta. A mi me lo parece.
ISIDRO CICERO -
Esto que Jesús Herrero llama globo post último lo he vuelto a leer dos veces más y tengo que deciros que en general me gusta. Pero luego, en detalle, veo que la cosa se está poniendo un poco jodida. La cosa de escribir. Toda la vida esperando la hora de la jubilación para tener tiempo de expeler todos los demonios que me acompañan dándoles forma de escritura y a medida que esa hora se acerca veo con melancolía cómo se me debilitan las facultades y cuánto yerrro.
Digo en un momento, lo malescribo más bien, acierta, en singular, cuando bien claramente se ve que el sujeto es un plural, cuando claramente de ve que es queso, como afeaba el gallego a los franceses que, contra toda lógica se empeñaban el llamarlo fromage.
Digo el disparate Soy de los que pienso, donde debiera haber escrito lógicamente soy de los que piensan. Empiezo la frase la última vez que entré en la cueva, el a y ahí lo dejé cuando debiera haber completado la noticia diciéndoos que fue el año 1994. Dije que llegué a las lágrimas en el refectorio de Santa María dei Fiori ante la Última Cena que Leonardo les pintó a los dominicos de su tiempo y resulta que ni el convento de Milán, ni la iglesia a la que estaba adosado se llamaba así, sino delle Grazie, la virgen de las Gracias. Y al darme cuenta del error me empezó a bullir la cabeza un buen rato, ¿entonces Dei Fiori me lo inventé yo? ¿Cómo pudo ser? Tardé un rato, como cuando buscaba la palabra cardenillo, tan lejana, en recordar que Fiori está en Florencia, no en Milán. Luego ya me salieron seguidos los recuerdos supongo que correctos vinculados a cada nombre equivocado.
Y ya, la final. Vibot, qué chaval más majo, qué pena no haberle tratado más cuando entonces, me corrige pero sin dar a entender que me corrige. Qué chaval: Me dice que el del depósito, no era San Pablo, el del depósito era Santiago, cagüen tal.
No sabría decir si viví en el error toda la vida confundiendo al titular del depósito o bien supe su nombre correcto, supongo que sí, y ahora con tantos santos como tengo vistos, se me amontan y no distingo entre ellos.
Casi prefiero que sea Santiago, porque así lo vincularé a Santiago Rodríguez y ya no se me va a traspintar más. Santiago Rodríguez, ese compañero periodista del dato preciso, de la noticia exacta, del apunte claro, al que sólo he visto abandonar su pulcritud cartesiana por dedicarme a mi un elogio a todas luces desmedido, pero que, como a nadie le amarga un dulce, se lo agradezco infinito y se lo guardo en el corazón. Por cierto, mi casi paisano Santiago lleva el nombre de una editorial de los años cincuenta, Hijos de Santiago Rodríguez, Burgos, de la que leí en mi niñez un libro que me encantó. Recuerdo el título La emoción de España y el autor, Miguel Siurot. Era un libro altamente fascista, enormemente criminal, pero muy bien escrito, cuyo veneno me tragué, inocente de mi. Cuando me revelaron la verdad de aquel panfleto, siempre prematuro, me llevé un disgusto equiparable don la decepción y la rabia.
Aún con todos los errores que yo mismo he detectado, el globo ha merecido de Santos Vibot la expresión globo de melancólica lucidez, que va a formar parte de nuestra querida colección . La lucidez que ha visto Vibot, seguramente se debe al añadido de Jesús Herrero que ha aclarado y completado el globo dándole el sentido final que yo dejé apuntado. Gracias Herrero.
Le daré recuerdos mañana a Argüeso y no nos emborracharemos, nadie se emborracha de 9.30 a 11,30 aunque sea en Bruselas a no se cuántos grados bajo cero, miedo me da.
¿y qué decir de esa expresividad que José Ignacio destila ante el mosaico? Esos recuerdos rojos que le sangran, que le ahogan que le asfixian los compartimos. Son también los nuestros. Recuerdos doloridos, allí, tantas horas sentados tantas otras de rodillas. Me recuerdo, os recuerdo, los codos apoyados en el apoyadero de adelante, cada dedo pulgar en el lacrimal del ojo correspondiente, los índices entrelazados sobre la frente, y el resto de la mano formando una teoría penitente. Tan jóvenes y ya tan pecadores, José Ignacio, no en vano te llama Mariángeles trovador. Heredia, si Dios me da salud y tiempo, no será esta la última hemorragia que te produzca.
Vibot, cómo escribes, cómo tejes, cuánto hay que aprender contigo. Cuánto nos haces recordar. Yo, te lo confieso, no tengo ni idea ni de la fuente de los peces, poligonal de ladrillo, ni del "sit nobis salus et vita", ni, y eso sí que me preocupa más, del reflejo de las las vidrieras en aquella fuente, que ahora lo imagino, harían la misma danza que la que vio Julio Llamazares en la pila de la catedral de Léon, con todas aquella luces coloridas de las vidrieras, danzando sobre el agua. Sería Seque, no lo dudo, el de Händel en el Organito positivo, me apunto este concepto nuevo, y al tiempo, me repito para aprenderlos chalumeau, cornamusa y musette,
Enrique Frade -
Comprendo todas las posturas que unos y otros teneis sobre el colegio.
Lo que no comprendo es la falta de valores,en algunos de los escritos,quzás los Dominicos nos han enseñado poco de las enseñanzas ristianas ,o quizás nos han enseñado tanto que hoy pasamos de esa enseñanza religiosa hasta el punto que nadie se recuerda que a lo que íbamos era a ser testigos de rito ante los infieles,a ser misioneros de la palabra y los hechos ,como son muchos de los que con nosotros estudiaron en aquel colegio,noto un peueño tufillo a la gnosis.Si no hubiesemos estado en aquel centro,que hubiese sido de nosotros ,de cada uno de nosotros,depende del poder azquisitivo de nuestras familias,Yo seguro que a los doce años estaria haciendo ladrillos con mi padre en alguna tejera de sturias ó Leon,no sé vosotros ,los que estuvisteis mas de 5 años como estuve Yó.Solo estudie el bachiller pero se lo agradezco a los Dominicos de La Virgen.Los que estudiasteis Filosofia ó Teologia ,deberiais agradecerselo mucho más,cuando salisteis del convento teniais unos conocimientos muy superiores para enfrentar la vida,Yo con mis 17 años fuí a hacer los ladrillos que no hice cuando tenia 12 años.
Es que os hán dado tantos conocimientos que ya sabeis que la religión es un Buff,teneis dudas sobre El?.
Cada uno es libre de creer ó no creer,pero lo que no podemos dudar es que Ellos,los Frailes Dominicos nos han dado mucho ,a unos les durará más unas enseñanzas,a Mí la que mas me dura es la Fé.
Sed felices,Yo lo soy con mi Fé,
Abrazos para todos y perdonadme si no me he espresado bien ,solo he hecho el bachiller elemental.
Quique Frade
Vibot -
La última vez que vi aquella fuente encantadora en la que tanto jugamos y reímos y nos chapuzamos y bebimos antes de entrar al estudio o nada más salir al recreo, fue en un viaje distinto al de esta carta, tal vez en el otoño anterior.
No tenía cámara para fotografiarla y es una pena porque tal vez no exista ninguna foto del mosaico, aunque podéis ver varias del exterior en los álbumes.
El aspecto que tenía no podía ser más evocador y romántico: semicubierta de las grandes hojas marchitas caídas de las catalpas circundantes. Y con una deliciosa plantita viva, palpitando su verdor enraizada en el mismo desagüe. Los ladrillos exteriores y el borde de cemento estaban un poco mellados, también entonces lo estaban, pero el mosaico se conservaba intacto. Con todas sus tesellas, alegrísimo, ingenuo, lleno de movimiento.
Tanto me gustó volver a encontrarme con esta fuente que al día siguiente os la describí con todo detalle en el blog (¡Guindilla, si lo encontraras!).
Y le pedí a Quique que, ya que vive allí, se pasara para fotografiarla en un primer plano en color. Pero me temo que no me hizo caso.
Tal vez ya sólo os queden mis palabras.
Y -por supuesto- algunos de vuestros más deliciosos recuerdos de recreo...
Seguro que alguno de los cursos más jóvenes, cuando ya había muchas fotografías en color, la habrá fotografiado, pero dónde están esos chicos que nunca hablan aquí...!
Vibot -
Pero, en ese loable empeño de salvaguarda del patrimonio artístico de nuestro colegio, he echado de menos -con una punzada de dolor- la fuentecita poligonal de ladrillo que había en el recodo de la capilla de le escuela mayor con la recreación. Tenía un delicioso mosaico -tal vez el único profano- de Iturgáiz, un conjunto multicolor de pececillos y un pulpo muy simpático, todo sobre un fondo azul muy ingenuo. La fuente ha desaparecido de su emplazamiento original, que ha sido asfaltado, talando sin piedad también las cincuentenarias catalpas que sombreaban el entorno. Tal vez ni exista foto de aquel encantador mosaico. ¿Sabes si ha sido trasladada a otro lugar? Sería una pérdida irreparable que la hubieran demolido, o que hubiera ido a parar a algún jardín particular sin permiso vuestro, aunque al menos así aún podría ser fotografiada para nuestros imborrables recuerdos comunes.
Por favor ¿podrías decirme si sabes algo de este asunto?
Esperando que todos en la comunidad estéis bien, me despido con un fuerte abrazo, agradeciendo de antemano tus atenciones.
Con afecto, Vibot
Vibot -
Para: Convento Virgen del Camino
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Vibot -
"santos maría martínez 29 de septiembre de 2009 22:45
Para: Convento Virgen del Camino
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jose ignacio -
No soy el Mallada que citas. Te agradezco tu interés y tu amabilidad por lo de " trovador", que para mí significa mucho.
Un abrazo,
Vibot -
Bajo la sombra del gran mosaico de Santiago que decoraba el enorme depósito del agua que dividía las dos escuelas, arrancaban los vestíbulos de las dos capillas gemelas. Estos vestíbulos han sido despojados de las vidrieras, también de Iturgáiz, que les otorgaban su carácter de pasaje a otra dimensión. Eran azuladas y de tema mariano en la escuela menor, y rojizas y de tema cristológico en la mayor. También han sido despojados los vestíbulos de la pilas de agua bendita de granito -que tantas veces acariciaron nuestros dedos al pasar en dos filas y santiguarnos- de sección cónica y con una leyenda en caracteres de hierro que decía. "SIT NOBIS SALUS ET VITA". En su agua remansada en aquellas penumbras coloreadas se reflejaban mágicamente las vidrieras... Estas pilas las he visto a la entrada de la casa de ejercicios -melladas y con las leyendas incompletas- sirviendo de maceteros(!). Por suerte, las vidrieras han sido recuperadas y colocadas en la sacristía de la capilla de la misma casa de ejercicios.
Pero aquellos vestíbulos lustrales, que atravesábamos varias veces cada día, coloreados místicamente por aquellas vidrieras inolvidables, han perdido todo su carácter.
¡Qué vamos a decir de las capillas convertidas en trasteros! Aquellos techos en quilla desbordados de luz cenital derramada a raudales sobre los retablos de mosaico y los bajorrelieves del rosario y el viacrucis. Aquel espejeante pavimento negro, pavonado y bruñido, que reflejaba nuestros tiernos pasos infantiles y adolescentes... ahora cubierto de polvo, golpeado y rallado, puede que hasta quebrado...
Paradójicamente, todo ésto me recuerda aquella descripción insidiosa, viperina, de Monseñor Tihamer Toth de aquel lago amanerado y fresquísimo de estampa alpina de calendario simbolizando la Pureza, y la charca inmunda en que lo convertían los pecados nefandos...
Precisamente sentados en aquellos bancos de la capilla leíamos aquellas perlas cultivadas. Y soportábamos como podíamos las tabarras impresentables, improcedentes y catetas del Padre Cura, y más de una paliza indescriptible, precisamente allí!
Pero también las Fughetas de Händel en el Organito positivo de la escuela menor interpretadas por Rueda, por Bregón, tal vez también por Seque(?) en aquellos domingos soleados y que tenían aquel aire campestre de caramillo y chalumeau, cornamusa y musette, toda la magia exultante de la mejor música. Entonces, claro no lo sabía decir así. Pero allí abrí mi alma a esa belleza.
mariángeles -
Luis Heredia -
¡MALLADA¡ qué corto lo haces pero qué largo de sentimientos pones siempre.
jose ignacio -
mosaico,
al verte,divina piedra,
me sangras recuerdos rojos
de zafiro y esmeralda,
mosaico,
me ahogas como la hiedra
que seca mis viejos ojos
y llevo sobre la espalda.
Jesús Herrero -