Siento mucho conocer esta fatal noticia....odiamos la muerte porque estamos hechos para vivir, no para morir....tu padre vivirá siempre en tu recuerdo y un poco en el nuestro porque todos te queremos
José Luis Suárez Sánchez -
Gracias, Baldo, por tu bálsamo espiritual. Como "sabio profesor" licenciado en "burrología", te aclaro: Para mí, las basílicas "mayores" no son cuatro, ni precisamente están en el entorno del Vaticano. La "basílica mayor" es cada persona que día a día araña caminos buscando pozos de encuentro. Esos son los verdaderos monumentos. Manolón, grande como el nombre indica, te completo la ruta. Cuando pases por Herías compras unos kg de morciechas (mi Academia es la de la "Chingua") y chorizos (no de los de patas) a mi amigo Marcos. No, no los pagues, "espétamelos" a mi cuenta. Sigues hacia Bendueños y, después de visitar el Santuario, baxas per un camín que se desliza hasta Sotiecho. Ya situado en el bache del Huerna, sigues pa riba y chegas a Espineo; 500 metros más arriba arranca el desvío pa Piñera Baxo. Una vez en el chugar, verás una chabolina muy curiosa a la vera de una maravillosa fuente.Achí, a la sombra dun mancenu y dun carrescu toparás, toparéis todos los que queráis seguir las huellas de Manolón, un buen choricín, una tortillina con güevos de las auténticas gachinas de corral, sidrina enfriada en la fuente y todo arropado con cariño. Después, ya fartuquinos, podéis hacer una escapada hasta Tuíza y chegar hasta la falda de Peña Ubiña y apreciar las maravillas del Parque Natural de las Ubiñas. ¿A que merece la pena? ¿Es eso lo que queríais? Pues adelante.
Baldo -
Manolón hermanín del alma. Yo creo que la PD de tu post es la acertada. La de Casorvida no es iglesia-catedral, sino basílica-catedral. Tiene la calificación de "basílica menor" porque -que el sabio profesor José Luis Suárez me corrija si me equivoco- "mayores" son sólo las cuatro de Roma. Si lo hacen por el tamaño, la de Casorvía las supera a todas. Un brazo del crucero llega hasta San Feliz; el otro, hasta PiñeraBaxo; y el ábside, hasta Congostinas, de donde es un primo del Pitu: el pValdésOP. Respecto de lo la lista de itinerantes, ponme detrás de ti. Seguro que tan gozosas como las sensaciones del paisaje serán las explicaciones del profesor José Luis. No digamos nada del "llantar" final.
Baldo -
Muchas gracias, Ramón, José Luis y Manolón, por vuestras excedidas alabanzas. Quiero añadir un ladrillín para justificar lo que dije más arriba. Además, la ocasión de la muerte de Manuel, el "pa de Lolín el Pitu" se lo merece con creces. Está destinado a los creyentes cristianos, pero también a los que han dejado de serlo, para que vean que las cosas han cambiado sustancialmente en este y en otros aspectos de la fe cristiana.
1. Con ser lo primero que pongo, no es el argumento más importante, ni mucho menos. El concilio Vaticano II dice: "el rito de las exequias debe expresar más claramente el sentido pascual de la muerte cristiana". Pero como si nada. Las rutinas teológicas, litúrgicas y las costumbres y, desde luego, no hay que minimizar los intereses pecuniarios (responsos, novenarios y trentenarios de misas, y no hay que olvidar al negocio de las empresas funerarias) hacen que las cosas sigan igual que siempre, porque consideran la muerte y todo lo que la rodea al margen de la resurrección de Jesús y de lo que hoy sabemos de ella.
2. Cristo es el "Primogénito de los muertos". Con la muerte terminó su historia, como la de Manuel. Jesús fue un difunto. Pero también es el "Primogénito de los resucitados". Estuve muerto, pero ahora estoy vivo (Ap 1,18). Por eso, Manuel ha resucitado. De Jesús decimos en la misa: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección". Lo mismo se puede decir de Manuel y de todos los que han muerto: son muertos y resucitados; murieron a una dimensión de su vida, pero entraron en otra dimensión también de su vida: la vida definitiva, identificada con Dios.
3. La resurrección no es un hecho histórico, por lo que ningún método histórico puede probarla. Pero no por ello es una ilusión subjetiva, sino algo muy "real". Nuestra vida está llena de vivencias de todo tipo que son "lo más real" para nosotros, a pesar de que resultan inaccesibles a los demás: los sentimientos, las emociones, las pasiones, los pensamientos, los temores, etc. Si caemos en la trampa de considerar como verdadero sólo lo que puede ser probado empíricamente, estaremos haciendo imposibles esas experiencias. Con la resurrección de Jesús y la de todos los que han muerto sucede algo parecido. Las apariciones, el sepulcro vacío y todo lo que cuentan los evangelios de Jesús resucitado no son hechos que se puedan ver o comprobar con los métodos históricos. La divinidad de Jesús aparece en su humanidad. Rahner afirmó con razón: "Lejos de oponerse, se refuerzan; cuanto más humano más divino".
4. La resurrección de Jesús ocurre precisamente en la cruz, como dice el evangelio de Juan. No hay un tiempo entre la muerte y la resurrección. Según esa identidad que define nuestra relación con Jesús, también para Manuel, Dios hizo que su morir fuera ya resucitar. Resulta ya más comprensible afirmar que la celebración funeraria cristiana en Casorvía consistió en celebrar la muerte y resurrección de nuestro hermano difunto Manuel. La diferencia con Cristo no debe ocultar la identidad fundamental, tan acentuada por san Pablo: si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado (1 Cor 15,16).
5. Celebramos la eucaristía "con" Manuel, no "por" Manuel. Esto es una consecuencia evidente de lo que venimos diciendo (igual que no la celebramos por Jesús, sino con Jesús). El difunto no es mero recuerdo ya pasado. Como Cristo, desde Dios, aunque invisible para nosotros, es presencia transfigurada, amor total. Celebrar su muerte y resurrección significa verdaderamente poder hablarle, sabiendo que escucha; comulgar con él, sabiendo que ama más que nunca; vivir idéntica vida, la de Dios en todos. Desde Dios, nuestros muertosresucitados están siempre y en todas partes con nosotros. No es artificio hablarles, vivir su presencia, gozarse en su felicidad, saberse acompañados por su amor. De hecho, es lo que la piedad cristiana ha hecho siempre en lo que ha llamado "la comunión de santos"; y santos son todos los que están con el Señor en la gloria.
6. La paternidad de Dios como Abba (padre amantísimo a la máxima potencia). Después del Abbá de Jesús y de la plenitud revelada en su resurrección, debe cambiar radicalmente la estructura fundamental de la liturgia, para que exprese y celebre la victoria del amor de Dios sobre nuestra muerte. Carece de sentido tratar de "suplicar" al Abba, y menos aún intentar "convencerlo" y "aplacarlo" impetrando su pie¬dad para el difunto.
El ritual de difuntos actual da a entender que nosotros somos los buenos y misericordiosos, que nos esforzamos por conmover y "propiciar a un dios cruel, justi¬ciero y terrible", que la misericordia de Dios depende de nuestras plegarias. No aparece con claridad lo que tenía que mostrar: que el amor de Dios es primero, gratuito e incondicional. No faltan fórmu¬las de respeto y confianza en el Ritual de Exequias; pero su estructura más común es: "escucha nuestras oraciones... y haz que nuestro her¬mano...". El resultado es demasiadas veces chocante: "abre tus oídos al clamor de nuestra súplica y que tus ojos se compadezcan..."; "ten misericordia... para que no sufra el castigo"; no seas severo en tu juicio"...
Por otra parte, permanecen oraciones que implican que es Dios quien manda la muerte, reforzando una visión que, atribuyéndole el mal, puede resultar hoy insoportable y traumatizante: a quien acabas de llamar de esta vida", "aunque no comprendemos por qué quisiste privarnos tan dolorosamente de la presencia de nuestro hermano"...
7. Celebrar la liturgia de difuntos nos viene bien a todos
a) Ante todo, para los creyentes, celebrar eucarísticamente la muerte de nuestros difun¬tos expresa, ciertamente, confesar la fe y vivir la esperanza. Pero, al mismo tiempo, significa alimentar esa fe y afianzar esa espe¬ranza. Porque la terrible oscuridad de la muerte desgasta continua¬mente la certeza de la resurrección, y las evidencias brutas del mundo palpable ponen a prueba las íntimas y difíciles claridades de la fe. La celebración con el recuerdo vivo de la muerteresurrección de Cristo, con la fuerza de los textos bíblicos, con la viva luz de su expresión simbólica y con el calor de la vivencia comunitaria cons¬tituye un alimento permanente para el camino inacabable de asegurar la fe y alimentar la esperanza. Pera para ello es necesario abandonar las viejas creencias y sustituirlas por las nuevas visiones sobre la resurrección de Jesús que vamos adquiriendo.
b) El cultivo de la solidaridad. Celebrar juntos lo han sabido siempre los diversos ritos funerarios constituye la mejor forma de acompañar el dolor de los más directamente afectados. Pri¬mero, en el orden más psicológico e inmediatamente humano de la proximidad física, ayudando a asimilar el trauma que siempre supone la muerte. La conciencia cristiana lo proclamó desde el pri¬mer momento: "por lo tanto, consolaos unos a otros " (1 Tes 4,18).
c) Un tercer aspecto: la solidaridad con los difuntos. Una obra empezada y no acabada a causa de su muerte puede ser una llamada a continuarla por nuestra parte: ése es el realismo verdaderamente de la comunión de los santos, y puede constituir la mejor muestra de amor, agradeci¬miento y unión con ellos. De igual modo, también deudas no salda¬das, efectos perniciosos de acciones malas o simplemente no acertadas pueden pedir colaboración por nuestra parte: que "ayudemos" a nuestros difuntos ahora que ellos ya no intervienen en la la historia a saldar las deudas, reparar los daños e incluso obtener el perdón de los ofendidos.
d) Señalo un último aspecto: el compromiso al que nos interpela a los cristianos la resurrección de Jesús y la de los demás muertos a los que todavía caminamos por esta vida: dar vida (valores) donde haya muerte (contravalores). De este modo iniciamos una resurrección que culminará el Padre Abba en nuestra muerte.
Manolo Díaz -
José Luis, ayer delante de la iglesia/catedral de Casorvida, me permití apuntar con el dedo hacia el oeste, margen izquierda del río Pajares, para indicarles a Julia, Baldo y Pedrín que prestasen atención a aquel pueblu de enfrente, Herías, porque en una de sus casinas nació y vivió Fray Manuel Suárez Fernández, O.P. Por si alguien desconoce la biografía de este dominico, posiblemente la figura más destacada de la Orden en el siglo XX, recomiendo consultar el archivo de este mimo blog fechado en 7 de marzo de 2011, y que arranca de esta manera: A través de Jesusito Herrero recibo esta informacion que hoy publico. El dibujo de la estación de Campomanes es del propio Jesús. El texto es del Águila Imperial Casorvitense Pitu. Y un poco más allá, continué diciéndoles, está el Santuario de Nuestra Señora de Bendueños, de principios del S. X, importante monasterio medieval relacionado con la Monarquía Asturiana, la Orden del Temple y el Camino de Santiago hacia San Salvador. Si ascendiésemos hasta el cordal, en la otra ladera que desciende hasta el río Huerna, veríamos a tiro de piedra les dos Piñeres: Piñera Arriba y Piñera Baxo Y con estos puntos suspensivos, José Luis de mi alma, te pongo el toro en suerte. Eso sí, con un interrogante: ¿Sería posible itinerar desde Herías hasta Piñera Baxo guiados por tu docta dirección, incluyendo un no muy frugal refrigerio al final del camino? Tendrías tiempo para contarnos con más clama lo de Giordano Bruno. Piénsalo. Por si cuaja la idea, yo encabezo esa lista de itinerantes.
Manolo Díaz -
Baldo de mi alma, leí tu entrada y te confieso que comparto al mil por cien todo lo que dices y cómo lo dices. Añado que los improperios fueron corales porque yo te secundé en varios momentos, para contrarrestar esos textos oficiales a los que adjetivas, magistralmente, de blasfemos. Si esos que patrimonializaron el mensaje de Jesús no lo hubiesen prostituido, otro gallo nos cantaría. P. D. ¿Podría decirse otro Pitu nos cantaría?
José Luis Suárez Sánchez -
Manolo y Baldo, Baldo y Manolo sois dos catedrales de Humanidad que no de piedras frías y silencio vacío. Baldo, ¡ojo con lo que dices!. Ya están talando árboles para hacer una hoguera, no en el Campo de las Flores de Roma, sino en otro campo de árboles centenarios y con nombre de santo. Bartolomé Sacco, un fraile anciano del convento de Nápoles, advertía a nuestro amigo Giordano Bruno: "¿Buscar la verdad?. Es lo más peligroso que puedes hacer". Y seguía: " si no quieres quebrantarte no mires, no escuches no pienses. Vive sólo en tí mismo y para tí mismo. Enciérrate en tu alma. En ella, ciego sordo, mudo, insensible, todo permanece en paz..." Consejos que no seguía porque él prefería escuchar, ver, hablar, escribir, pensar y sentir con todas las consecuencias. Giordano Bruno,, precursor de Baldomero, quería recuperar el cristianismo primitivo, despojado de la hojarasca acumulada durante siglos. "En sus primeros tiempos las palabras y los hechos eran coherentes; los pensamientos, respeto propio y ajeno; las miradas, comprensión y las manos, ayuda; la autoridad dimanaba de la mayor santidad de vida; y los predicadores de la Buena Nueva atraían a los hombres con el amor. Ahora se hace con el poder y la fuerza"... Perdonad el "rollo". Es que Giordano Bruno es mi "santo" preferido.
Ramón Hernández Martín -
Eso, Baldo, genio y figura y con más razón que un santo, aunque hay santos que para qué te voy a contar. La liturgia de difuntos es espeluznante. A mí, por lo menos, me pone los pelos como escarpias. Ahora ando escribiendo algo sobre la celebración mogarreña de la "Noche de las Almas Blancas" el uno de noviembre, tratando de darle un cambio positivo, sensu Baldo, a lo de "recemos otro padrenuestro (tras haber rezado antes uno por los que penan en el Purgatorio) por los que están en pecado mortal para que Dios los saque de tan miserable estado", según la salmodia que va recitando por el pueblo la Moza de Ánimas. Ahora es bonito, pero muy tétrico; confío en que algún día sea bonito y estimulante. Seguro que José Manuel siente vivos y palpitantes a todos los suyos que ya se han ido, como tú sientes a los tuyos y yo a los míos. Quien no los sienta seguro que se pierde una de las más bellas delicias de la vida.
Baldo -
Yo no sé decirlo tan bien como Manolón. Sólo cumplí en encargo que me hicisteis algunos de darle besos de vuestra parte a Lolín el Pitu. Y al final le di tres añadidos en nombre de todos los muchos que le queréis. Pero él -genio y figura- me espetó: tú, lo que estás es aprovechándote. Y algo de razón tenía. El quinteto que cantamos era de lujo: voceábamos como los de los pueblos, tal como lo requería el lugar. La basílica de Casorvia es imponente y no vale andarse con diminuendos de voz. Las mujeres lloraban. Yo no dejé de lanzar improperios que solo yo oía contra los textos oficiales que el cura iba blasfemando: libra a Manuel de las penas y del castigo; te pedimos que no tengas en cuenta sus pecados; y otras perlas parecidas. Con lo sencillo que hubiera sido decir: te damos gracias Padre nuestro porque tu cariño hacia nosotros es inmenso y ya has resucitado a Manuel. Nos comprometemos a ir dando vida y resurrección allí donde hay muerte (contravalores). Pero los textos litúrgicos de exequias preparados por los obisperinos (Carrizo ínvenit vocabulum) no están dirigidos al Dios Abba de Jesús, sino al dios Saturno que devora a sus hijos.
Manolo Díaz -
Ayer estuvimos todos en Casorvida. Perdón, todos y todas. Baldo, PedrinLlorente y yo asumiendo el honor de representaros a vosotros. Julia, mujer que reúne íntegros los elogios del Eclesiastés, hizo lo propio con nuestras santas. Y cantamos, formando un quinteto con dos compañeros que recorrieron caminos paralelos en otros seminarios. Sintiendo que el cielo estaba muy cerca, al alcance de la mano. Porque la iglesia del pueblo de Valdés está allí, en lo más alto. Así que en estas tardes limpias de enero, el texu, compañero omnipresente de pórticos y cementerios, clava su copa en un azul superior a la paleta de Sorolla. Manuel García Gafo descasa ya en el cementerio anexo a la iglesia. Fue la suya una vida dura, muy dura. Bien merecidas tiene las últimas estrofas del Epitafio unamuniano: Es la sed insaciable y ardiente de sólo verdad; dame, ¡oh, Dios!, a beber en la fuente de tu eternidad.
Méteme, Padre eterno, en tu pecho, misterioso hogar, dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar. Amén
José García Gómez -
Valdés, un fuerte abrazo para ti y los tuyos, uniéndome a vuestro sentimiento, con el resto de compañeros.
Federico Esteban Monasterio -
Querido Pitu: siento tu dolor y tu sufrimiento que no deja ser factura por amar.
Javier Medarde -
Querido Pitu, un fuerte abrazo para ti y tu familia en estos momentos duros.
Miguel Ángel Díez Ordóñez -
José Manuel, envueltas en un cariñoso abrazo te envío mis condolencias. Lo siento; me cayó muy bien tu padre, ¡un tipo! Recupérate pronto; mientras tanto a tu "archienemigo" Baldo lo cuestionaremos para mantenerlo a raya y hacerle pensar y que cuente... Un fuerte abrazo y mucho ánimo.
fernando muñoz box -
un muy fuerte abrazo con todas mis condolencias
Joaquín Urbano -
José Manuel, en estos momentos las palabras se subordinan a los sentimientos. Ánimo y un fuerte abrazo para ti y familia. Joaquín Urbano.
Isidro Cicero -
Querido Valdés, te envío un fuerte abrazo y mi cariño para ti y toda la familia. Especialmente para los nietines.
JOSSEMARI CORTES ARANAZ -
amigo Pitu, nuestro más sentido pésame. un abrazo con todo cariño para ti y toda tu familia.
Domingo Iturgaiz -
Mis condolencias por la muerte de tu padre. Un fuerte abrazo.
Daniel Orden -
Siente que estamos a vuestro lado. Un abrazo.
Marcos Berrueta -
Un fuerte abrazo
Vibot -
Querido Pitu, ni la glacial guadaña de la muerte segando en carne y sangre propia te quita la sonrisa de los labios, como si quisieras ser tú el que nos consolaras -una vez más- a nosotros con tu donaire quijotesco. Aún te quiero más hoy. Le mando un abrazo muy fuerte a mi amigo Baldo para que te lo dé de mi parte en esa amarga despedida.
Baldo -
Amigo Lolín Pitu. El cariño que te expresan en este portillo todos los muchos que te queremos vale (de valor) infinitamente más que todos los "ladrillos" que yo pueda aportar. Bien puede pasar desapercibido, porque ahora el único importante para nosotros eres tú, tu dolor y la enorme satisfacción que sientes de haber cuidado sin desvelo y junto con Pili a tu padre. Mañana nos veremos en Casorvia.
JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -
Debería ponerme serio pero ¿Pa qué? Sabemos que el tempus, cabrón de tempus, fugit y cuando cae de lado nos lo tomamos un poco a broma pero cuando se te presenta en casa la cosa cambia. Para mi padre el tempus non fugit ya " fugió". Jode pero no hay más remedio que apechar con ello. Fueron muchos amigos a verme al Tanatorio, cito a Pedrín y Baldo, éste se presentó con un ladrillo bajo el brazo y resulta que lo llevaba para a continuación colgarlo en el blog. Ya lo vi y, la verdad, el "cabronaso" de él escribe mucho en cantidad y cualidad. Siento jorobarle su portillo por eso pido que los críticos se pongan manos a la obra y le den tralla. No me lo leí, supongo que lo haré pero no voy a tener argumentos que contrastar. GRACIAS, MUCHAS GRACIAS a todos. Un abrazo.
Ramón Pajares Box -
Querido Pitu: ¡Qué recuerdo más imborrable el de tu padre en Casorvida en aquel vídeo que nos pusiste! ¡Qué forma de enfrentarse a la vida con lúcido espíritu y sana coña, que tú tan bien has heredado!
Entiendo que estés abrumado por su pérdida, porque has perdido a alguien entrañable y grande, muy grande.
Un fuerte abrazo en esta ocasión tan triste.
Santos Suárez Santamarta -
José Manuel, un abrazo queriendo aliviar tu pena
dacio -
Un fuerte y sincero abrazo, Pitu
Luis Carrizo -
Me uno al sentimiento de todos los compañeros. Un abrazo, querido Pitu.
emiliano luengo -
Mis condolencias para tí(Pitu) y toda tú familia , sabemos de los malos momentos que se pasan por haber sufrido lo mismo en propia carne , lo dicho que os acompañe el sentimiento.
Ramón Hernández Martín -
Amigo José Manuel: desde la fe que me anima, nada me gustaría más que poder transformar vuestro dolor y vuestro duelo, a los que me uno de corazón, en un aleluya de acción de gracias al cielo por su vida. Baldo sabe muy bien cómo celebrar las idas a la casa del Padre. Tu padre solo moriría realmente si desapareciera de tu corazón. Contigo y con los tuyos en la oración.
Benito Perez Villalba -
Amigo José Manuel, un abrazo para ti y tu familia. Lo siento de verdad.
Alfonso Losada Vicente -
Lo siento de corazón, José Manuel: Llévalo con valor, sabemos lo que es la pérdida de un ser querido, todos lo hemos padecido, aunque no nos gusta. Un fuerte abrazo, extensible a tu familia.
Losada
Jesús Herrero Marcos -
Querido Pitu, un fuerte abrazo en estos momentos tan tristes.
Javier Muñiz -
Estimado Pitu, un fuerte abrazo para toda tu familia. Lo siento
Fernando Alonso Díez -
Querido José Manuel, comparto contigo y con tu familia el dolor que te embarga por la marcha definitiva de esa persona que tantos años te acompañó y fue testigo de los mejores y de los peores momentos de tu vida. Un abrazo. DEP
Javier Cirauqui -
José Manuel: Me uno a tu dolor y al de toda tu familia. Un fuerte abrazo. Javier
Marcelino Iglesias -
Estimado Pitu, un abrazo y ánimo. Marcelino
Pedro Sánchez Menéndez -
Hola, José Manuel: Me siento unido a tu dolor por la muerte de tu padre. Estoy seguro que te sentirás arropado por tantos compañeros que disfrutan contigo en este artilugio. Recuerda siempre a tu padre. Un abrazo fuerte. Pedro
José luis suárez Sánchez -
Hoy estamos todos con nuestro entrañable Pitu. Acaba de fallecer su padre, gran persona salvada y redimido. Un gran abrazo.
39 comentarios
santiago rodriguez -
José Luis Suárez Sánchez -
Manolón, grande como el nombre indica, te completo la ruta. Cuando pases por Herías compras unos kg de morciechas (mi Academia es la de la "Chingua") y chorizos (no de los de patas) a mi amigo Marcos. No, no los pagues, "espétamelos" a mi cuenta. Sigues hacia Bendueños y, después de visitar el Santuario, baxas per un camín que se desliza hasta Sotiecho. Ya situado en el bache del Huerna, sigues pa riba y chegas a Espineo; 500 metros más arriba arranca el desvío pa Piñera Baxo. Una vez en el chugar, verás una chabolina muy curiosa a la vera de una maravillosa fuente.Achí, a la sombra dun mancenu y dun carrescu toparás, toparéis todos los que queráis seguir las huellas de Manolón, un buen choricín, una tortillina con güevos de las auténticas gachinas de corral, sidrina enfriada en la fuente y todo arropado con cariño. Después, ya fartuquinos, podéis hacer una escapada hasta Tuíza y chegar hasta la falda de Peña Ubiña y apreciar las maravillas del Parque Natural de las Ubiñas. ¿A que merece la pena? ¿Es eso lo que queríais? Pues adelante.
Baldo -
La de Casorvida no es iglesia-catedral, sino basílica-catedral. Tiene la calificación de "basílica menor" porque -que el sabio profesor José Luis Suárez me corrija si me equivoco- "mayores" son sólo las cuatro de Roma. Si lo hacen por el tamaño, la de Casorvía las supera a todas. Un brazo del crucero llega hasta San Feliz; el otro, hasta PiñeraBaxo; y el ábside, hasta Congostinas, de donde es un primo del Pitu: el pValdésOP.
Respecto de lo la lista de itinerantes, ponme detrás de ti. Seguro que tan gozosas como las sensaciones del paisaje serán las explicaciones del profesor José Luis. No digamos nada del "llantar" final.
Baldo -
1. Con ser lo primero que pongo, no es el argumento más importante, ni mucho menos. El concilio Vaticano II dice: "el rito de las exequias debe expresar más claramente el sentido pascual de la muerte cristiana". Pero como si nada. Las rutinas teológicas, litúrgicas y las costumbres y, desde luego, no hay que minimizar los intereses pecuniarios (responsos, novenarios y trentenarios de misas, y no hay que olvidar al negocio de las empresas funerarias) hacen que las cosas sigan igual que siempre, porque consideran la muerte y todo lo que la rodea al margen de la resurrección de Jesús y de lo que hoy sabemos de ella.
2. Cristo es el "Primogénito de los muertos". Con la muerte terminó su historia, como la de Manuel. Jesús fue un difunto. Pero también es el "Primogénito de los resucitados". Estuve muerto, pero ahora estoy vivo (Ap 1,18). Por eso, Manuel ha resucitado. De Jesús decimos en la misa: "Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección". Lo mismo se puede decir de Manuel y de todos los que han muerto: son muertos y resucitados; murieron a una dimensión de su vida, pero entraron en otra dimensión también de su vida: la vida definitiva, identificada con Dios.
3. La resurrección no es un hecho histórico, por lo que ningún método histórico puede probarla. Pero no por ello es una ilusión subjetiva, sino algo muy "real". Nuestra vida está llena de vivencias de todo tipo que son "lo más real" para nosotros, a pesar de que resultan inaccesibles a los demás: los sentimientos, las emociones, las pasiones, los pensamientos, los temores, etc. Si caemos en la trampa de considerar como verdadero sólo lo que puede ser probado empíricamente, estaremos haciendo imposibles esas experiencias. Con la resurrección de Jesús y la de todos los que han muerto sucede algo parecido. Las apariciones, el sepulcro vacío y todo lo que cuentan los evangelios de Jesús resucitado no son hechos que se puedan ver o comprobar con los métodos históricos. La divinidad de Jesús aparece en su humanidad. Rahner afirmó con razón: "Lejos de oponerse, se refuerzan; cuanto más humano más divino".
4. La resurrección de Jesús ocurre precisamente en la cruz, como dice el evangelio de Juan. No hay un tiempo entre la muerte y la resurrección. Según esa identidad que define nuestra relación con Jesús, también para Manuel, Dios hizo que su morir fuera ya resucitar. Resulta ya más comprensible afirmar que la celebración funeraria cristiana en Casorvía consistió en celebrar la muerte y resurrección de nuestro hermano difunto Manuel. La diferencia con Cristo no debe ocultar la identidad fundamental, tan acentuada por san Pablo: si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado (1 Cor 15,16).
5. Celebramos la eucaristía "con" Manuel, no "por" Manuel. Esto es una consecuencia evidente de lo que venimos diciendo (igual que no la celebramos por Jesús, sino con Jesús). El difunto no es mero recuerdo ya pasado. Como Cristo, desde Dios, aunque invisible para nosotros, es presencia transfigurada, amor total. Celebrar su muerte y resurrección significa verdaderamente poder hablarle, sabiendo que escucha; comulgar con él, sabiendo que ama más que nunca; vivir idéntica vida, la de Dios en todos. Desde Dios, nuestros muertosresucitados están siempre y en todas partes con nosotros. No es artificio hablarles, vivir su presencia, gozarse en su felicidad, saberse acompañados por su amor. De hecho, es lo que la piedad cristiana ha hecho siempre en lo que ha llamado "la comunión de santos"; y santos son todos los que están con el Señor en la gloria.
6. La paternidad de Dios como Abba (padre amantísimo a la máxima potencia). Después del Abbá de Jesús y de la plenitud revelada en su resurrección, debe cambiar radicalmente la estructura fundamental de la liturgia, para que exprese y celebre la victoria del amor de Dios sobre nuestra muerte. Carece de sentido tratar de "suplicar" al Abba, y menos aún intentar "convencerlo" y "aplacarlo" impetrando su pie¬dad para el difunto.
El ritual de difuntos actual da a entender que nosotros somos los buenos y misericordiosos, que nos esforzamos por conmover y "propiciar a un dios cruel, justi¬ciero y terrible", que la misericordia de Dios depende de nuestras plegarias. No aparece con claridad lo que tenía que mostrar: que el amor de Dios es primero, gratuito e incondicional. No faltan fórmu¬las de respeto y confianza en el Ritual de Exequias; pero su estructura más común es: "escucha nuestras oraciones... y haz que nuestro her¬mano...". El resultado es demasiadas veces chocante: "abre tus oídos al clamor de nuestra súplica y que tus ojos se compadezcan..."; "ten misericordia... para que no sufra el castigo"; no seas severo en tu juicio"...
Por otra parte, permanecen oraciones que implican que es Dios quien manda la muerte, reforzando una visión que, atribuyéndole el mal, puede resultar hoy insoportable y traumatizante: a quien acabas de llamar de esta vida", "aunque no comprendemos por qué quisiste privarnos tan dolorosamente de la presencia de nuestro hermano"...
7. Celebrar la liturgia de difuntos nos viene bien a todos
a) Ante todo, para los creyentes, celebrar eucarísticamente la muerte de nuestros difun¬tos expresa, ciertamente, confesar la fe y vivir la esperanza. Pero, al mismo tiempo, significa alimentar esa fe y afianzar esa espe¬ranza. Porque la terrible oscuridad de la muerte desgasta continua¬mente la certeza de la resurrección, y las evidencias brutas del mundo palpable ponen a prueba las íntimas y difíciles claridades de la fe. La celebración con el recuerdo vivo de la muerteresurrección de Cristo, con la fuerza de los textos bíblicos, con la viva luz de su expresión simbólica y con el calor de la vivencia comunitaria cons¬tituye un alimento permanente para el camino inacabable de asegurar la fe y alimentar la esperanza. Pera para ello es necesario abandonar las viejas creencias y sustituirlas por las nuevas visiones sobre la resurrección de Jesús que vamos adquiriendo.
b) El cultivo de la solidaridad. Celebrar juntos lo han sabido siempre los diversos ritos funerarios constituye la mejor forma de acompañar el dolor de los más directamente afectados. Pri¬mero, en el orden más psicológico e inmediatamente humano de la proximidad física, ayudando a asimilar el trauma que siempre supone la muerte. La conciencia cristiana lo proclamó desde el pri¬mer momento: "por lo tanto, consolaos unos a otros " (1 Tes 4,18).
c) Un tercer aspecto: la solidaridad con los difuntos. Una obra empezada y no acabada a causa de su muerte puede ser una llamada a continuarla por nuestra parte: ése es el realismo verdaderamente de la comunión de los santos, y puede constituir la mejor muestra de amor, agradeci¬miento y unión con ellos. De igual modo, también deudas no salda¬das, efectos perniciosos de acciones malas o simplemente no acertadas pueden pedir colaboración por nuestra parte: que "ayudemos" a nuestros difuntos ahora que ellos ya no intervienen en la la historia a saldar las deudas, reparar los daños e incluso obtener el perdón de los ofendidos.
d) Señalo un último aspecto: el compromiso al que nos interpela a los cristianos la resurrección de Jesús y la de los demás muertos a los que todavía caminamos por esta vida: dar vida (valores) donde haya muerte (contravalores). De este modo iniciamos una resurrección que culminará el Padre Abba en nuestra muerte.
Manolo Díaz -
Por si alguien desconoce la biografía de este dominico, posiblemente la figura más destacada de la Orden en el siglo XX, recomiendo consultar el archivo de este mimo blog fechado en 7 de marzo de 2011, y que arranca de esta manera:
A través de Jesusito Herrero recibo esta informacion que hoy publico. El dibujo de la estación de Campomanes es del propio Jesús. El texto es del Águila Imperial Casorvitense Pitu.
Y un poco más allá, continué diciéndoles, está el Santuario de Nuestra Señora de Bendueños, de principios del S. X, importante monasterio medieval relacionado con la Monarquía Asturiana, la Orden del Temple y el Camino de Santiago hacia San Salvador.
Si ascendiésemos hasta el cordal, en la otra ladera que desciende hasta el río Huerna, veríamos a tiro de piedra les dos Piñeres: Piñera Arriba y Piñera Baxo
Y con estos puntos suspensivos, José Luis de mi alma, te pongo el toro en suerte.
Eso sí, con un interrogante: ¿Sería posible itinerar desde Herías hasta Piñera Baxo guiados por tu docta dirección, incluyendo un no muy frugal refrigerio al final del camino? Tendrías tiempo para contarnos con más clama lo de Giordano Bruno. Piénsalo.
Por si cuaja la idea, yo encabezo esa lista de itinerantes.
Manolo Díaz -
Si esos que patrimonializaron el mensaje de Jesús no lo hubiesen prostituido, otro gallo nos cantaría.
P. D. ¿Podría decirse otro Pitu nos cantaría?
José Luis Suárez Sánchez -
Baldo, ¡ojo con lo que dices!. Ya están talando árboles para hacer una hoguera, no en el Campo de las Flores de Roma, sino en otro campo de árboles centenarios y con nombre de santo. Bartolomé Sacco, un fraile anciano del convento de Nápoles, advertía a nuestro amigo Giordano Bruno: "¿Buscar la verdad?. Es lo más peligroso que puedes hacer". Y seguía: " si no quieres quebrantarte no mires, no escuches no pienses. Vive sólo en tí mismo y para tí mismo. Enciérrate en tu alma. En ella, ciego sordo, mudo, insensible, todo permanece en paz..." Consejos que no seguía porque él prefería escuchar, ver, hablar, escribir, pensar y sentir con todas las consecuencias. Giordano Bruno,, precursor de Baldomero, quería recuperar el cristianismo primitivo, despojado de la hojarasca acumulada durante siglos. "En sus primeros tiempos las palabras y los hechos eran coherentes; los pensamientos, respeto propio y ajeno; las miradas, comprensión y las manos, ayuda; la autoridad dimanaba de la mayor santidad de vida; y los predicadores de la Buena Nueva atraían a los hombres con el amor. Ahora se hace con el poder y la fuerza"...
Perdonad el "rollo". Es que Giordano Bruno es mi "santo" preferido.
Ramón Hernández Martín -
Seguro que José Manuel siente vivos y palpitantes a todos los suyos que ya se han ido, como tú sientes a los tuyos y yo a los míos. Quien no los sienta seguro que se pierde una de las más bellas delicias de la vida.
Baldo -
Manolo Díaz -
Y cantamos, formando un quinteto con dos compañeros que recorrieron caminos paralelos en otros seminarios. Sintiendo que el cielo estaba muy cerca, al alcance de la mano. Porque la iglesia del pueblo de Valdés está allí, en lo más alto. Así que en estas tardes limpias de enero, el texu, compañero omnipresente de pórticos y cementerios, clava su copa en un azul superior a la paleta de Sorolla.
Manuel García Gafo descasa ya en el cementerio anexo a la iglesia. Fue la suya una vida dura, muy dura. Bien merecidas tiene las últimas estrofas del Epitafio unamuniano:
Es la sed insaciable y ardiente
de sólo verdad;
dame, ¡oh, Dios!, a beber en la fuente
de tu eternidad.
Méteme, Padre eterno, en tu pecho,
misterioso hogar,
dormiré allí, pues vengo deshecho del duro bregar.
Amén
José García Gómez -
Federico Esteban Monasterio -
Javier Medarde -
Miguel Ángel Díez Ordóñez -
Recupérate pronto; mientras tanto a tu "archienemigo" Baldo lo cuestionaremos para mantenerlo a raya y hacerle pensar y que cuente...
Un fuerte abrazo y mucho ánimo.
fernando muñoz box -
Joaquín Urbano -
Joaquín Urbano.
Isidro Cicero -
JOSSEMARI CORTES ARANAZ -
un abrazo con todo cariño para ti y toda tu familia.
Domingo Iturgaiz -
Daniel Orden -
Marcos Berrueta -
Vibot -
Aún te quiero más hoy.
Le mando un abrazo muy fuerte a mi amigo Baldo para que te lo dé de mi parte en esa amarga despedida.
Baldo -
JOSÉ MANUEL GARCÍA VALDÉS -
Fueron muchos amigos a verme al Tanatorio, cito a Pedrín y Baldo, éste se presentó con un ladrillo bajo el brazo y resulta que lo llevaba para a continuación colgarlo en el blog. Ya lo vi y, la verdad, el "cabronaso" de él escribe mucho en cantidad y cualidad. Siento jorobarle su portillo por eso pido que los críticos se pongan manos a la obra y le den tralla. No me lo leí, supongo que lo haré pero no voy a tener argumentos que contrastar.
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS a todos.
Un abrazo.
Ramón Pajares Box -
Entiendo que estés abrumado por su pérdida, porque has perdido a alguien entrañable y grande, muy grande.
Un fuerte abrazo en esta ocasión tan triste.
Santos Suárez Santamarta -
dacio -
Luis Carrizo -
emiliano luengo -
Ramón Hernández Martín -
Benito Perez Villalba -
Alfonso Losada Vicente -
Un fuerte abrazo, extensible a tu familia.
Losada
Jesús Herrero Marcos -
Javier Muñiz -
Fernando Alonso Díez -
Javier Cirauqui -
Marcelino Iglesias -
Marcelino
Pedro Sánchez Menéndez -
José luis suárez Sánchez -