CURIOSIDAD
Hoy descubrimos una curiosidad referida a estas dos esculturas que recordáis están adosadas a la pared de la entrada del Colegio, pared de la portería.
Quiero recordar que también estuvieron en la pared exterior de la capilla de la Escuela Menor, como lo demuestra esta fotografía.
Estas dos esculturas son de Susana Polack.
Doña Susana participó junto con Oteiza en el concurso público que ganó Subirachs para las esculturas de la portada y puertas del Santuario; de ese concurso son estas esculturas.
Doña Susana Polack era la madre del conocido humorista Tip, del dúo Tip y Coll.
7 comentarios
Luis Martin -
Rafael Garcia -
fernando muñoz box -
No me confundo. Antes de ser Tip y Coll, hacían el gamberro, con tanto ingenio, esos dos que cito. Cuando se separaron apareció la segunda, que no empeoró ni mucho menos a la primera.
O tempora, o mores
Juan A. Iturriaga -
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo."
(Yo también me acuerdo de Natalie Wood)
El colegio tuvo aspectos culturales, artísticos, musicales y arquitectónicos, que fueron impagables.
Yo recuerdo perfectamente las esculturas. No tenía ni idea de quién eran, pero las veía como parte del conjunto. El colegio era así.
Lástima que se colaran tres o cuatro personas del "Ancien régime" que, dicho desde la lejanía, desentonaban.
Luis Heredia -
Pero más curioso aún es que no recuerde yo ni dónde estaban estas espectaculares obras de arte colocadas en los 60s. Siguiendo la teoría de Carlinos Tejo, cuando hay exceso de gente a la que admiras y objetos que te rodean y te deslumbran, acabas perdiendo la noción y memoria de lo que has visto pero afortunadamente perdura, sí, lo que has vivido como si de un conjunto se tratara.Lo bueno, lo malo y lo regular.
El caso, por bueno, es que detalles como éste te devuelve al sitio que te marcó y te vuelve a seducir todo aquello que viviste obligándote a dar de lado el olvido.
CARLOS TEJO -
Cuando uno es (era) joven y te adentrabas en una fiesta, discoteca etc. la sangre y los ojos iban detrás de las bellezas más llamativas. Te prendabas de ellas y, a veces, en ese safari, algo se podía poner a tiro aunque la caza casi siempre era nula. Pues bien, al lado de aquellas bellezas siempre estaba alguien con menos pretensiones, que, de haberlo sabido, nos podría haber aportado buenos momentos, pero no no dábamos cuenta que estaban allí...como las dos obras de Susana Polack.
Estoy por pedir perdón...
Jesús María Herrero Marcos -