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Antiguos alumnos dominicos VIRGEN DEL CAMINO - LEON

EL GATO VIGÍA

EL GATO VIGÍA

4 comentarios

Molpeceres -

ANTES QUE EL fURRI Y NOSOTROS QUIEN HA VISTO ESTE PRECIOSO CIELO HA SIDO EL GATO QUE LO CONTEMPLA DESDE EL TEJADO DE LA DERECHA.

Ramón Hernández Martín -

Tras cien latigazos de penitencia y copiar cien veces que "no hay que perturbar la tranquilidad dominical de los compañeros", por si alguno quiere espabilar un poco la modorra semanal, ahí os va, compartido con mil amores y esperanza, el correo que acabo de enviar a mis contactos y que dice así:
"Queridos amigos:
Acabo de dejar un artículo más en el blog "Esperanza Radical", que hace ya el número 46, un esfuerzo no pequeño, pero que, de no encontrar en vosotros un trampolín, resultará medio baldío si no baldío del todo. De ahí que os agradezca, con sinceridad y sentimiento, que entréis en él y que, de encontrar algo útil, lo recomendéis a vuestros propios contactos. El tema de hoy, con una visión muy enriquecedora de lo que es la dignidad y la dignificación tal como las expone fray Eladio Chávarri O.P., se enmarca muy bien en los cometidos litúrgicos de la Cuaresma que vivimos. Feliz domingo a todos y un fuerte abrazo a cada uno.
El enlace: https://www.religiondigital.org/esperanza_radical/".
Mezclando velocidades y tocinos, uno podría pensar que la hermosa basílica que contempla nuestro gato protagonista tiene un claro tinte penitencial y que, por tanto, conecta muy bien con el tiempo de Cuaresma que vivimos y con el contenido de lo publicado esta vez sobre la "dignificación".
Gracias a cuantos se desperecen un poco y le guiñen un ojo.

Luis Heredia -

El Furri no deja de sorprendernos.
Mira que ha colgado fotos de todos los colores, blanco y negro, formas, maneras y perspectivas. Demoliciones, fases de la construcción. Por dentro y por fuera. Hasta desde el cielo sobrevolado el Santuario por aquellas pesadas burras. Pero èsta, con protagonista inesperado ya roza lo insólito.

Ramón Hernández Martín -

Podría valer aquí la genialidad de un tal Jesulín cuando, más o menos, dio cuenta de su gran asombro ante algo o alguien con solo dos palabras: "im-presionante".