Javivi del Vigo con su "agiprop innecesario" nos anima a apuntarnos a la reunión de la yeguada 61-67 el próximo día 1 de Mayo, ya sabéis, fiesta del trabajo. Ahora mismo apunto a Ximo López-Ros y a José Antonio, el buen prior.
DE BESTIAS, YEGUADAS, CABALLOS Y CABALLEROS: UN “AGIPROP” INNECESARIO.
Jesús Herrero Marcos (¿Hay que escribir acá “la yeguada” en la que se hizo mayor cuando lo de aquel colegio que se tragó la trampa, en expresión brillante de Isidro Cicero? Evito lo obvio, ¿vale?) publicaba en 2006 “BESTIARIO ROMÁNICO EN CASTILLA-LEON Y CANTABRIA” (Cálamo Producciones).
Es un libro curioso. Retrata – lo intenta, al menos- desde este ángulo, el de las bestias, una época, aquellos siglos bárbaros -¿bárbaros?- del XI al XIII, cuando los monjes cristianos rezaban a su Dios “con el mazo dando”: ora et labora. Monjes que cantaban gregoriano en latín, pero que vivían en el campo, entre bichos que acabaron colándose por los atrios en las casas de Dios, como si ánimas benditas, también redimidas por Cristo, fueran. Y no bestias bárbaras, sin alma.
¡Qué cosas! Cuántos capiteles, cuántos claustros, cuántas iglesias y monasterios no habrá tenido que visitar Jesús Herrero con tiempo, con mucho tiempo; contradictoriamente, como si el tiempo no existiese, hasta hacer un catálogo exhaustivo de aves de buen yantar (águilas, buitres, codornices, cuervos, gallos, grullas, halcones, ibis, lechuzas, ocas, palomas, pavos reales, pelícanos, perdices y zancudas); animales de tierra adentro (asnos, sapos, ranas, bueyes, caballos, cabras, machos cabríos, carneros, cerdos, ciervos, corderos, dromedarios, camellos, elefantes, jabalíes, leones, liebres, lobos, medusas, monos, osos, perros, salamandras, serpientes, toros, tortugas y zorros); peces de todo tipo y animales fantásticos, tal que arpías, basilisco, centauro, dragón, erinias, esfinges, grifos, hidras, nereidas y sirenas…
Cuánto tiempo habrá tenido que gastar Jesús, el palentino, para confeccionar este bestiario! Cuánto animal suelto, Dios, en las casas del Señor! En todo caso, compañeros, tranquilidad; en territorio de Castilla-León y Cantabria –coño, más de medio País!- tenemos ya controlada la cabaña de pelo, la de pluma, las escamas y hasta los monstruos que la razón convirtió en bestias, en los lejanos tiempos del románico. Y aún algo de los tiempos góticos, tiempos de catedrales urbanas y primeros laicos cultos.
¿Y sabéis a quien habrá de agradecérselo la sociedad castellano-leonesa y cántabra?
Sí, a Jesús, aquel “apostólico” de la “yeguada” 61-67. Tuvo un flequillo rebelde; le colgaba por el centro de la frente. Compruebo que poco dado a ponerse ante una cámara de fotos. ¿O se incorporó tarde al colegio? ¡Esta memoria mía…! De las 10 fotos que forman el collage, tan sólo lo he localizado en 2; yo no estaba ya. Me fui por la puerta trasera poco tiempo antes. Pero a Jesús lo veo en una foto pequeña, a la derecha, de alguna excursión con el Padre Jesús (por cierto, ¿cómo va con su pierna Jesús Martín? Dadnos novedades, por favor!) y el Padre Enrique, aquel “pequeño” gran aficionado a jugar a fútbol para ganar siempre, a cualquier precio; o con todas las artimañas posibles. Para quienes no sois de la yeguada, “nuestro” Jesús está entre Ángel Luis y Javi, el “ministro”, posando sus manos con gesto pillo y sonrisa de labios prietos sobre las cabezas de José Manuel Bandera y Gañán. ¿Fue alguna excursión previa al ingreso en Caleruega? Tal vez…
Vuelvo a localizarle en la clásica toma junto al torreón de Caleruega, vestido de blanco y negro, entre Santos Barrigón, Jesús Fresno (por detrás) y Javi Muñiz y Matías Gañán (delante), a la izquierda de Ppedro, el “cherif” de la yeguada aquel curso 67/68.
A decir verdad, alguna foto actual de Jesús localicé por la tela de la gran araña; apenas ha cambiado. A lo sumo, se le cayó el flequillo, como a otros se nos cayeron creencias o principios. Poco más. Su perfil sigue siendo austero, como la tierra en la que le parieron.
¿…que por qué me detengo tanto tiempo con este hombre…? Además de porque es de una de las mejores yeguadas (¿veis que aquí soy modesto, puse “una de las mejores”, sin que sirva de precedente?) y que le coloco los oropeles que corresponden a un escritor de varios libros sobre arte, porque es uno de los pocos que aún no ha dado señales de vida en estos tres años últimos; es posible que nadie le haya contado “la buena nueva” de este blog y de los muchos locos que por aquí andamos. Es posible. Pero me comprometo a hacérselo saber en breve.
Tengo fe: si no tuviera urgencias o compromisos contraídos, Jesús Herrero, un caballero, de los nuestros, estará el 1 de mayo trasegando recuerdos entre plato y plato con nosotros. Con tiempo, como cuando catalogaba los innumerables bichos que guardamos en las iglesias románicas cántabras y castellano-leonesas.
He visto que ya están apuntados para el encuentro del 1 de mayo dos a quienes aún no les eché la vista encima nunca después de aquel colegio: Pepito y Berrueta. ¡Bravo, amigos! Ya tengo ganas de que llegue la fecha para veros. ¡Y abrazarnos! Pero si de “excitar” mis recuerdos y los vuestros se trata (“agiprop” se llama eso, ¿no?), una sugerencia: hay que rescatar del olvido los nombres de todos y cada uno de aquellos que estuvieron con nosotros y aún no han aparecido nunca ni por el blog ni por los encuentros.
A este respecto, sé que tuve y mantengo “sabuesos” monumentales en la yeguada; capaces de citar nombre y dos apellidos de todos y cada uno, desde primero a sexto. No llego a tanto, pero eché una mirada de nostalgias sobre las fotos que introducen este “portillo” y me salieron nombres de quienes nada sé desde aquellos años sesenta: Javier Escobar, Javier Amat, Javier Prieto (¿), Aldonza, Cabañaquinta, Yubero, Jesús Mari –que no inició periplo en primero, creo, pero me dejó regusto en su paso por León- , Graña, Yubero, Fernandito Martín –Pepito, tráete al primo a la reunión, aunque sea tirando de salva sea la parte, porfa!- , Ignacio, Imaz, Becerra, Sierra, Angelillo, Benjamín… ¡Cuántas buenas gentes!¡Cuántos recuerdos dentro de cada uno de esos nombres…!
Abracé fugazmente en el cincuentenario a Javier Vallina, el ex Consejero de Educación asturiano y luego otra vez se lo tragó el silencio. Aún tengo fe en volver a saber de él. ¡Cuánto Javier fuimos nacidos en aquellos años cincuentas! Noticias tuve de Javier Barrio, José Antonio Montenegro –con quien hablé al teléfono, pero luego se volvió al silencio-; fue con José Manuel Bandera con el primero que me ciber-re-encontré, hace ya casi cuatro años, en algún portal de “antiguos alumnos” de esos que pululan por la red. Pero ahí acabó todo. Por lo que confío también que en mayo alcanzaré la dicha de verlo y hablarnos… Sé a través de terceros de Antonio Fueyo, cuya imagen de ayer se me mezcla con sus fotos de hoy. Con Avelino Dacio me he carteado alguna vez, aunque no nos hayamos visto. Noté reverdecer los viejos cariños, pese al tiempo transcurrido….
Compañeros de yeguada, hacedme par de favores:
1.- Sedme “nacionalistas”, pero de aquellas maneras livianas que aprendimos cuando éramos más “católicos”, más universalistas: a la reunión de mayo dejaremos venir a todo quisqui que acredite haber pasado, al menos, un curso durmiendo en alguna de aquellas “camarillas”. (Eso sí, os arriesgáis a aburriros de oírnos decir que no hubo mejor yeguada. Pero
2.- Y muy importante: hacerme el favor de ir poniendo nombre y dos apellidos a todos y cada uno de aquellos niños que aparecen en las 10 fotografías que hay arríba. Quien más nombres ponga, ya sabéis, París será el premio. No sé si en casa de Chema Sarmiento o bajo los puentes del Sena. ¡Pero París siempre valió una misa! (Manolo Centeno, hazme un favor: puedes poner sólo 12 nombres, que te veo ganando el premio y hay que dejar espacio a la imprevisión y a que otros de la yeguada estrujen sus meninges: Molpeceres, ¿no tenías tú una inteligencia que se salía? Te ha llegado el turno.
En fin, Josemari, ahí arriba pusiste un caballo gris para anunciar a esta yeguada. Permíteme te corrija. No montamos caballos grises, ni negros, ni verdes (los colores de los caballos que vendrán en el Apocalipsis a acabar con el mundo). Somos caballeros de lo mejorcito, así que los caballos de la mejor yeguada, los que montaremos los caballeros 61/67 el día 1 de mayo, día del trabajo y de la “clase” obrera fueron, son y serán… ¡blancos!…
Coño, como la contraseña para entrar al blog: “blanco”. ¿O no, “escribidores”? ¿Habrá algún diablillo que esté echándonos un capote para conseguir que el 1 de mayo nos juntemos casi tantos como en el Cincuentenario?
¡A apuntarse, mis yeguas blancas! ¡Que el 1 de mayo está cerca ya!
Javividelvigopalencia.