LOS REYES DE HOY
¿Puede escribirse algo más bonito? Gracias, amigo Carlos, digno paje "real" de sus majestades.
Este relato se merece esta fotografía de uno de los mejores recuerdos que conservo de mis padres: las figuras del nacimiento (el misterio y los reyes magos) que, cada año, nuestro padre nos montaba en aquel bendito hogar de la familia numerosa de los cortés aranaz y que mi padre me regaló antes de morir.
LOS REYES DE HOY
Andaba yo echando tiempo por PARQUE PRINCIPADO (Gran superficie cercana a Oviedo) con miles de personas comprando como locas -serían las seis de la tarde- cuando escuché esta conversación de un matrimonio y su hijo de unos cinco años de edad: "¿Enrique, escribiste la carta a los Reyes Magos?" No escuché ninguna respuesta del niño, pero el padre insistía: "No sé si podrás escribir la carta...y si no hay carta no hay juguetes", y perdí el hilo de la conversación ya que cada uno íbamos a lo nuestro.
Media hora más tarde salí del Fmac, de comprar un comic para mi hija, iba a tiro fijo, una pasada de comic titulado DIOS EN PERSONA, cuando veo al matrimonio y su hijo escribiendo, en una hoja de libreta, sentados en una cafetería, la carta a los Reyes Magos.
Entonces tuve un arrebato de los míos y me acerqué. ¿Enrique?, porque tú eres Enrique verdad? - Teníais que ver la cara del pequeño y la de los padres - Me envían sus Majestades para que recoja la última carta que les queda por recibir. Me dijeron que era de un niño que se llama Enrique. ¿Eres tú, verdad?, ¿Ya la tienes escrita? El padre, alucinando, me dijo que le quedaba un poco. La madre no sabía que decir y yo me senté en la mesa de al lado, el camarero me preguntó si tomaba algo y yo pedí un café. Mientras terminaban la carta yo hice un camello de papiroflexia. Me entregaron la carta, yo le dí al niño el camello al mismo tiempo que le dije que me iba corriendo a entregar la carta a los Reyes Magos.
Ya se iban cuando el padre se volvió para darme las gracias y fue cuando le conté que había escuchado la conversación primera de forma fortuita. Lo vi desaparecer echándose las manos a la cabeza.
Me acordé entonces de todas las historias de Reyes Magos que aparecieron durante estos cinco años en estas páginas.
Pero esto fue hoy, a las seis de la tarde. A Enrique le quedaban pocas horas para ir a ver la Cabalgata, aunque estoy convencido de que sabe que la carta les llegó a los Reyes con tiempo suficiente.
Carlos Tejo